Los juegos cuasi monopólicos
El Acuerdo de Convergencia
Uno de los aspectos positivos que puede tener la globalización emerge de la posibilidad de crear un ámbito de mayor competencia entre los actores económicos de ciertos sectores. Este principio de libre mercado es interesante porque ante un número mayor de competidores existe la posibilidad de reducir el precio del producto que se ofrece y, por lo mismo, de incrementar su calidad.
Carmen Gómez Mont
Hasta ahora no hay una competencia perfecta. En la mayoría de los países, los antes monopolios quedaron protegidos por iniciativas legales de los países a los que pertenecen, aparentando una competencia más abierta. Sin embargo, observamos que hay de protección a protección y que en la mayoría de los países avanzados se observa una lucha más o menos abierta en los mercados mundiales. En ese sentido, México presenta una experiencia peculiar; se trata del sector de las telecomunicaciones y dentro de éste, el cuasi monopolio de Telmex.
Carlos Slim controla 94% de la telefonía fija y 76% de la móvil, donde un 50% de las interconexiones queda aun entre sus manos, es decir, la operación de servicios de larga distancia. Por esta razón sus tarifas siguen estando entre las más altas del mundo. Nos preguntamos, entonces, en qué difiere este panorama del que existía a finales de la década de los ochenta, cuando se decide liberalizar a las telecomunicaciones mexicanas. Otro tanto podría decirse de la televisión abierta, cuya operación queda, en gran parte, en manos de dos también cuasi monopolios: Televisa y Televisión Azteca.
Son varias las compañías internacionales de telecomunicaciones que desde hace más de una década están esperando la posibilidad de poder desarrollarse en la telefonía fija –además de la móvil– donde destacan, entre otros, Telefónica Española, Avantel y Alestra.
El Acuerdo de Convergencia, que no tarda en aprobarse, tiene implicaciones varias ante este dominio y otros que serán analizados en el presente espacio.
Con acuerdo, se pretende introducir a México dentro de la tendencia que se ha denominado triple play, es decir, posibilitar que los operadores de telecomunicaciones de voz, datos y audiovisual puedan incurrir en todos estos terrenos diversificando sus ofertas; que quienes ofrecen servicios de televisión también puedan ofrecer servicios de Internet, pero sobre todo de telefonía fija. Es en este último sector donde se encuentra el punto candente, ya que el ingreso de otros operadores telefónicos principalmente ha estado muy restringido por los intereses de Telmex en el país, sobre todo en el rubro de la telefonía fija.
Este Acuerdo de Convergencia podría transformarse en una llave importante para abrir la competencia que las compañías de telecomunicaciones han estado esperando aplicar en México desde 1989. Por ejemplo, Telefónica Española con 6.6 millones de clientes en México, estima ofrecer servicios integrados a sus clientes de telefonía fija, Internet y televisión.
El triple play es una tendencia de alcance mundial. Los países de mayor competencia en el ámbito de las telecomunicaciones lo han aplicado dentro de un ámbito de mayor competencia y liberalización entre los sectores de las telecomunicaciones.
El triple play representa una posibilidad interesante para las grandes empresas porque les permite incursionar en terrenos que antes les estaban vetados. ¿Qué ventaja podría tener para el usuario que Televisa o TV Azteca operen sus líneas telefónicas? ¿Qué tipo de televisión podría ofrecernos Telmex?
Ya de por sí, los medios viejos y nuevos son reiterativos en sus contenidos; lo que leemos en los diarios por la mañana, lo escuchamos por la radio en el auto, lo encontramos en la Internet durante el día y lo volvemos a encontrar en la televisión durante la noche o en cualquiera de las ventanas de la telefonía móvil.
Desde esa perspectiva, vale la pena destacar que debido a la digitalización, las tecnologías comparten contenidos y se conectan a las redes teniendo funciones similares (fotos, video, noticias, música, telefonía, televisión). Hay un ejercicio de contenidos reiterativos en los medios más avanzados que nos hace ver la urgente necesidad de contar con iniciativas que impulsen la pluralidad y diversidad de voces que provienen de los actores sociales y no de los actores monopolísticos.
Dentro de tal ámbito, ¿hasta dónde podríamos avanzar en la generación de contenidos más complejos que respondan a un principio de convergencia no sólo tecnológica, sino de contenidos y social? El Acuerdo de Convergencia avanza justamente en sentido contrario a esta acuciante demanda social.
La situación que derive de ese Acuerdo de Convergencia es sumamente importante para el futuro de México (ante una Ley de Radio, Televisión y Telecomunicaciones reprobable); porque Telmex, en lugar de abrirse a la competencia, podría reforzar su efecto monopólico en un rubro como el de la televisión restringida. Esto podría suceder si se cancelan las restricciones que tiene la compañía telefónica de ingresar al sector audiovisual, tema que es muy probable que suceda o haya sucedido cuando lea esta columna.