Ley Federal de Telecomunicaciones: primer acercamiento al mundo real

  •  El presidente Enrique Peña Nieto presentó ante el Congreso la Iniciativa de Reforma a la Ley Federal de Telecomunicaciones.
  • Las primeras reacciones fueron favorables, incluso de incredulidad.
  • «Bienvenida la competencia cuando Televisa y Azteca se reparten la publicidad y se disputan por la peor calidad en sus contenidos», dice Benassini.
Foto: Radio Free Strawberry por cogdogblog @Flickr

Foto: Radio Free Strawberry por cogdogblog @Flickr

Por Claudia Benassini

Después de varias semanas de espera, el lunes 11 de marzo a mediodía el presidente Enrique Peña Nieto presentó ante el Congreso la Iniciativa de Reforma a la Ley Federal de Telecomunicaciones. Desde días previos los medios de comunicación, sobre todo la prensa escrita, ofrecieron a sus lectoras avances a cuentagotas que comenzaron a perfilar la posibilidad de un escenario optimista. Una cadena de televisión pública, dos privadas; mejores condiciones para la competencia en medios electrónicos y al menos una parte de lo que solicitaba el grupo de ciudadanos organizados en Internet para todos; posibilidad de comercializar espacios en medios públicos y la supresión del must carry y must offer, entre las más relevantes. Además, aparentemente para incrementar la competencia, Televisa y Televisión Azteca no podrán participar en las licitaciones para la cadena.

 

Reacciones

Las primeras reacciones fueron favorables, incluso de incredulidad. Un par de horas después de que se presentó la propuesta Emilio Azcárraga Jean, presidente de Televisa, dio la bienvenida a la competencia. Así mismo, todo indica que la intención del Congreso es aprobar la iniciativa antes de que termine el periodo ordinario de sesiones. De la Cámara de Diputados pasará al Senado y de ahí a la aprobación de por lo menos 16 congresos locales. Desde luego los medios ya han dado cuenta de que los pasillos de San Lázaro están llenos de cabilderos que representan a diversas empresas mediáticas, cuyo trabajo será buscar el beneficio de sus respectivos clientes. Estos escenarios se irán perfilando en las próximas semanas.

Igual o más importante es el reconocimiento del derecho al libre acceso a la información y derecho a la libertad de difusión. De aquí la propuesta de modificar el artículo 7º de la Constitución “a efecto de establecer la inviolabilidad de la libertad de difusión de opiniones, información e ideas, a través de cualquier medio” y “para determinar que ninguna ley ni autoridad puede establecer la previa censura, ni coartar la libertad de difusión” (págs. 9-10). La iniciativa también pretende poner al acceso de las mayorías los servicios de banda ancha para el uso de Internet, sobre todo para fomentar la educación y la cultura.

Y como adelantamos hace un par de semanas, la Reforma a la Ley Federal de Telecomunicaciones dedica un amplio espacio a la creación del Instituto Federal de Telecomunicaciones (Ifetel) y la Comisión Federal de Competencia Económica. El primero tendrá, entre otras funciones, el otorgamiento de las concesiones: una prerrogativa hasta ahora reservada al Ejecutivo en turno a través de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes. La segunda “tendrá por objeto garantizar la libre competencia y concurrencia, así como prevenir, investigar y combatir los monopolios, las prácticas monopólicas, las concentraciones y demás restricciones al funcionamiento eficiente de los mercados” (pág. 17).

Cabe destacar que el documento está enmarcado en el Plan Nacional de Desarrollo 2012-2018 y en los compromisos del Pacto por México en la materia. De ahí la propuesta de un programa de banda ancha en sitios públicos que se incrementará periódicamente; un programa para garantizar la migración a la Televisión Digital Terrestre, y un “Programa Nacional de Espectro Radioeléctrico para garantizar el uso óptimo de las bandas 700 MHz y 2.5 GHz bajo principios de acceso universal, no discriminatorio, compartido y continuo” (pág. 30).

 

Los matices

Pero la propuesta no es solamente en blanco y negro: abundan los matices de grises. Dos nuevas cadenas de televisión privada, entre cuyos tiradores se menciona a Carlos Slim, Joaquín Vargas Guajardo, Olegario Vázquez Raña y los que vengan. En un escenario en el pastel publicitario se comparte de manera desigual entre Televisa (70%) y Televisión Azteca (30%). Cabe preguntarse si se arriesgarán a comprar tiempos en dos cadenas cuyo futuro inmediato es incierto tanto de cara a la televisión digital como al redituable negocio de la publicidad en Internet. Así mismo, sería deseable que la competencia –que recibió tan afablemente Azcárraga Jean- propiciará una mejoría en los contenidos o si será más de lo mismo. De entrada el escenario indicaría que la fórmula tradicional y la baja calidad podrían explotarse ad nauseam dado que su éxito comercial está probado.

En un sentido similar se orientan las primeras reflexiones sobre la cadena de televisión pública que se sumaría a otras emisoras del sector que hasta la fecha han dependido del presupuesto oficial para su funcionamiento. De acuerdo, podrán comercializar sus espacios bajo ciertas condiciones como medio para allegarse recursos. Un proceso de comercialización que, de entrada, deberá encaminarse a otros nichos sobre todo si tomamos en cuenta el escenario arriba descrito para la televisión privada. Y la Cámara de la Industria de la Radio y la Televisión (CIRT) –que por cierto no se ha pronunciado- ¿dará fin al combate de los medios públicos a los que desde sus orígenes ha tachado de competencia desleal? Y si la televisión pública logra comercializar sus espacios, ¿logrará producciones de calidad que puedan competir con Televisa y las demás, o se dedicará a importar contenidos dejando de lado sus objetivos de origen?

Podrá argumentarse que, eventualmente, el Ifetel tendría facultades para tomar decisiones en materia de contenidos. Recordemos los intentos frustrados al respecto, bajo el argumento de los concesionarios que la vigilancia y observaciones a estos contenidos suponen un ataque a la libertad de expresión y un primer paso hacia la censura. ¿Habrán de ceder ahora, sobre todo cuando a los viejos concesionarios se sumen los nuevos, que se integrarán a la Cámara como salvaguarda de sus intereses desde 1940? Francamente se ve poco probable. Y a todo esto, si el presidente es el responsable de nombrar a los comisionados del Ifetel –cuyos requisitos parecerían blindar las aspiraciones del oportunismo- ¿hay alguna garantía de que se nombre a las personas indicadas, o la selección se hará como cuota de partidos? Porque tengamos presente que ése ha sido el camino del IFE y hacia allá podría orientarse el del IFAI. Esto por señalar algunos detalles y no entrar en las honduras del otorgamiento-revocación de las concesiones, los límites a la concentración regional y nacional de frecuencias y a la propiedad cruzada de medios que se antojan palabras mayores.

 

¿Competencia?

Bienvenida la competencia, dice Azcárraga Jean con sus cuatro canales de televisión abierta, docenas y cable y cientos en satélite. Bienvenida la competencia ahora que, junto con Salinas Pliego, ingresan a la telefonía con el pie derecho y con ello al cuádruple play. Bienvenida la competencia en esta etapa de migración a la televisión digital, donde no hay claridad sobre el destino que tendrán las docenas de canales que se acumularán por vía de la compresión de las señales. Bienvenida la competencia cuando Televisa y Azteca se reparten la publicidad y se disputan por la peor calidad en sus contenidos. Bienvenida la competencia cuando una ya tiene 62 años de vuelo e incursiona con éxito en los contenidos a través de Internet. Y la otra, con apenas 22, ha aprendido rápidamente cómo se hacen las cosas para entrarle al pastel publicitario. En fin, bienvenida la competencia, cuando está encabezada por el hombre más rico del mundo que a la fecha no ha podido entrar a la televisión y viene de hacer sus pininos en Internet. Podrá argumentarse que Slim tiene intereses en televisoras latinoamericanas y, por tanto, contenidos para programar en sus cadenas. Contenidos, nuevamente, iguales a los que ya tienen décadas de arraigo en México. En fin, bienvenida la competencia, y más vale que con escepticismo por parte de los observadores quienes, quizá dentro de algunos años, tendremos que reconocer que nos equivocamos. Veremos.

 

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2 comentarios a este texto
  1. Información Bitacoras.com…

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