La Corte y la fundación Televisa
El Universal, Finanzas, 8 de mayo de 2007.
Telecom y medios
Gabriel Sosa Plata
«¿Tienes el valor o te vale?», es el slogan de una intensa campaña que la Fundación Televisa lleva a cabo desde 2002 (año, por cierto, del famoso «decretazo» promovido por el mismo consorcio televisivo para dar término al tiempo fiscal de 12.5% y aumentar sus privilegios en la transmisión de publicidad) para «atacar la causa de los graves problemas que enfrentamos y no sólo sus consecuencias».
Uno de los últimos spots de esa campaña promovió el valor de la «honestidad» y pedía a los ciudadanos denunciar a los corruptos y a los ladrones. Paradójicamente, esa campaña se continuaba difundiendo cuando Televisa presionaba (sus emisarios decían que se trataba de «cabildeo») a senadores, radiodifusores, empresarios de tv por cable y de las telecomunicaciones para apoyar la reforma a las leyes de radio y televisión y de telecomunicaciones (conocida como ley Televisa).
A una importante cantidad de sectores representativos de la sociedad no les «valió» y tuvieron el valor de denunciar el despojo que se estaba gestando del espectro radioeléctrico, la falta de equidad en el acceso a la convergencia tecnológica, el fortalecimiento del duopolio de la televisión en detrimento de la competencia y la pluralidad en el sector, así como las implicaciones políticas que estaban en juego con la aprobación de esa contrarreforma.
A pesar de la fuerte oposición, la contrarreforma fue aprobada, después de una intensa jornada en el Senado. Ampliamente documentados están los mecanismos de «negociación» que utilizó Televisa para que la ley lograra el voto mayoritario favorable de los senadores y, antes, de los diputados. Todos los candidatos a la Presidencia de México y dirigentes de los partidos políticos también estuvieron dispuestos a complacer al consorcio televisivo, bajo el intenso calor de las campañas políticas.
Sobre la también llamada «operación torniquete» hubo diversos testimonios, pero ahora basta de ejemplo lo que dijo la semana pasada el mismo Santiago Creel, ex secretario de Gobernación, quien alimentó a la insaciable empresa televisiva con 130 permisos para operar centros de apuestas y que fue actor determinante del «decretazo» de 2002:
«Fue más bien una imposición que una negociación», dijo Creel sobre la ley Televisa.
«Es tiempo de rectificación», agregó. (Proceso, 6 de mayo 2007)
Tras el aval del ahora ex presidente Vicente Fox, la contrarreforma puso en evidencia la debilidad de la democracia mexicana. La democracia no sólo tiene que ver con procesos electorales limpios, sino con procesos transparentes y democráticos en la deliberación y toma de decisiones. Cuando un sector (en este caso un poder fáctico en consolidación) impone su ley, la democracia se resquebraja. Por eso es que también a un grupo de 47 senadores tampoco les valió y presentaron un recurso de inconstitucionalidad contra la ley Televisa que, a más de un año, será analizado por la Suprema Corte de Justicia.
Por lo pronto, y a pesar de los malos augurios iniciales filtrados hace unos días a La Jornada, el anteproyecto del ministro Sergio Salvador Aguirre Anguiano es alentador. Considera inconstitucionales los artículos 16, 17-G, 28 y 28-A de la Ley Federal de Radio y Televisión. Uno de los más importantes de todos ellos es el 28, «la nuez del plan de negocios», como dijera el ex senador Javier Corral, y que aquí, como en muchos otros espacios, se denunció por tratarse del que más privilegios otorgaba al duopolio de la televisión.
Campañas en contra
La maquinaria del «cabildeo» y de la desinformación de las televisoras y empresas afines ya se echó a andar con dos objetivos fundamentales: uno, influir a los ministros con el propósito de que se opongan al proyecto de sentencia de la contrarreforma; el otro, presentarse como víctimas de una persecución política al afirmar que ese documento pone en riesgo la independencia de los medios.
Justo este fin de semana, el organismo «representativo» de los empresarios del sector, la Cámara Nacional de la Industria de Radio y Televisión (la CIRT, dominada por Televisa), lanzó una intensa campaña para manifestar su rechazo a la acción de inconstitucionalidad bajo el argumento de que es un atentado contra la libertad de expresión. El mismo argumento utilizado cuando se discutía la reforma, ésta sí a favor de la pluralidad y el acotamiento de las empresas dominantes, impulsada por la subcomisión de radio y televisión del Senado.
Seguramente, en los próximos días el duopolio de la televisión hará una campaña más intensa, camuflajeada o no de información, para oponerse al proyecto del ministro Aguirre Anguiano.
La desinformación, característica de las televisoras cuando se ponen en riesgo sus intereses (caso Stanley, tercera cadena de tv, ley Televisa, etcétera), será una de las constantes durante las siguientes tres semanas. El poder fáctico hará sentir su peso en el Estado mexicano.
La corte ya anunció que del 14 al 18 de mayo se ocupará exclusivamente de este caso. El 21 de mayo consultará a expertos de la UNAM y del IPN para que opinen sobre el proyecto. Será de fundamental importancia que las personas designadas para ello, independientemente de ser conocedoras de las materias involucradas en el asunto, sean autónomas y no tengan relación laboral ni empresas de consultoría al servicio de cualquiera de los actores involucrados.
Esto debemos recalcarlo porque durante la discusión de la contrarreforma hubo personajes que se ostentaban como académicos, pero en realidad trabajaban para Televisa.
¿Tienes el valor o te vale? La gran cantidad de organizaciones, instituciones y personas que nos oponemos a la ley Televisa confiamos en que la corte actuará conforme a derecho y tendrá el valor de enfrentar la presión que dentro y fuera de ese recinto judicial recibirán sus ministros. Su sentencia será fundamental en cuanto al equilibrio de poderes en México, pero, como afirma Miguel Ángel Granados Chapa sería apenas un paliativo de la sociedad frente a los intereses del duopolio.
Profesor e investigador invitado de la AUM Cuajimalpa. Columnista de El Universal y
coordinador del Consejo Editorial de la Revista Mexicana de Comunicación. http://radiomexicana.blogspot.com
El siguiente es un ejemplo de cómo debe citar el anterior artículo.
Sosa Plata, Gabriel, «La corte y la fundación televisa» en El Universal,
México, Num. 32, 840, 2 -X – 2007, Telecom y otros medios, Finanzas.