Expresionismo alemán y arquitectura

Cineadictos

Krisangela Sofía Murillo Camacho

Colaboradora de la publicación Cineadictos que edita la FES- Acatlán

Metrópolis, de Fritz Lang, (1926), es una de las películas más representativas de la cinematografía mundial y, en particular, del expresionismo alemán, por lo que se ha convertido en un referente ineludible para varias generaciones. Es considerada una obra maestra que ha traspasado las barreras del tiempo. El guión es de Fritz Lang y de su esposa Thea von Harbou, inspirado en una novela de 1926 de la misma Thea von Harbou, cuyo tema central es de ciencia ficción y se desarrolla en una distopía urbana futurista.O
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Esta película es considerada uno de los máximos exponentes del expresionismo alemán, corriente artística que denotaba los sentimientos y las emociones del autor, más que la representación de la realidad objetiva.

Dicho movimiento artístico, reveló el lado pesimista de la vida, generado por las circunstancias históricas del momento, por lo que se empeña en mostrarnos la cara oculta de la modernización, la alienación, el aislamiento. Cuando la masificación se hizo patente en las grandes ciudades, los artistas creyeron que debían captar los sentimientos más íntimos del ser humano.

Metrópolis se desarrolla en el año 2026, en una ciudad-estado de enormes proporciones llamada así, donde la sociedad está dividida en dos grupos antagónicos y complementarios: por un lado una élite de propietarios y planeadores, que vive en la superficie, ve el mundo desde los grandes rascacielos y paisajes urbanos, y, por el otro, una casta de trabajadores que vive bajo la ciudad y trabaja sin cesar para mantener el modo de vida de los de la superficie.

En este filme juega un papel muy importante la arquitectura, ya que fue plasmada como una ciudad de rascacielos, cuyas estructuras se asemejan a las de las ciudades más modernas de aquella época, principalmente Nueva York, aunque, cabe apuntar que la arquitectura de rascacielos surgió en la escuela de Chicago.

Los edificios de la ciudad de la superficie son, básicamente, el mundo futuro, mientras que la ciudad subterránea de los trabajadores resulta más sencilla, lacónica y sombría, tal y como podría ser un lugar sin luz natural ni vegetación.

Por otro lado, en los dos espacios básicos, existen lugares con una arquitectura propia. Tenemos, por ejemplo, en la ciudad superficial la catedral, de líneas góticas, y la casa de Rottwang, un edificio antiguo, también de aires medievales, totalmente relacionadas con los personajes.

Además, en la ciudad de la superficie hay un jardín que simboliza lo idílico de la vida para los directores de la ciudad y un barrio del pecado, retratado con arquitecturas orientales, asociadas a lo exótico y, desde ahí, a lo pecaminoso.

En la ciudad subterránea se distingue una zona de lo clandestino, asociada con los espacios cavernosos, se representa mediante la imagen de los cristianos escondidos en las catacumbas durante los tiempos de su persecución.

Es innegable que la arquitectura ha enriquecido al Séptimo Arte desde sus inicios, dándoles a los directores y guionistas la gran posibilidad de pensar en ciudades que podrían existir, además de que se adaptan perfectamente a la trama y a los personajes.

Se debe remarcar que Métrópolis fue realizada en 1926 y que logró atraer la atención del espectador sobre un tema muy avanzado para su época, plasmando, desde entonces, lo enriquecedora que es la arquitectura para el Séptimo Arte y para la civilización.
BIBLIOGRAFÍA

Peter Bogdanovich, Fritz Lang America. Madrid 1972, 1984. Dirección electrónica: www.exteresaarteactual.blogspot.com

El artículo anterior se publicó originalmente en Cineadictos
y debe de citarse de la siguiente forma:

Murillo Camacho, Krisangela Sofía, «Expresionismo alemán y arquitectura»,
en Cineadictos, Num. 72, abril, 2008.

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