Tecnología digital
Una disertación sobre un mundo deseable
Este espacio pretende constituirse como un ejercicio de imaginación y prospectiva sobre el futuro de las tecnologías digitales que nosotros hemos llamado “deseable”. Se vuelve entonces indispensable partir de un presente y de un pasado que bien podría remontarse cuando mucho al 2000. ¿Qué ha pasado en este corto tiempo –sólo diez años– a la humanidad y cuáles han sido los principales capítulos económicos, sociales y culturales que fincarían la prospectiva que aquí se intenta mostrar?
Carmen Gómez Mont
Un siglo sin duda convulsionado en sus inicios que marcará los pasos a seguir en los próximos diez años. A nivel mundial fundamentalmente un colapso económico sin precedentes que deja sin empleo a millones de personas, una crisis en el medio ambiente y en la salud que día a día siembra nuevas interrogantes. A nivel planetario y de forma especial en México, un incremento de la violencia, de las migraciones, del empobrecimiento del campo y de la sociedad en general, pero sobre todo una fuerte caída en los niveles educativos de los mexicanos.
¿Qué papel ha desempeñado o puede desempeñar en un futuro no lejano la tecnología digital para ayudar a salvar estos males? ¿Cuáles serán sus principales direcciones en los años por venir? ¿Hasta dónde puede ser un camino para llegar a constituir sociedades del conocimiento justas, equitativas y plurales?
La tecnología digital a nivel planetario y sobre todo a partir de los países donde la innovación tiene pie y fundamento sigue avanzado hacia una portatibilidad y movilidad fascinantes. Cada vez resulta y será más fácil cargar con información estratégica en pequeñas pastillas convertidas en terminales de video, audio y textos a precios cada vez más bajos.
Lo deseable en tal sentido no es sólo la posibilidad de que 75% de los mexicanos que aún no tienen acceso a la Internet lo puedan hacer, sino que quienes ya son usuarios de la red cuenten con servicios confiables de parte de los principales operadores en telecomunicaciones para tener acceso a la información a velocidades que realmente correspondan con una banda ancha de calidad. México posee una velocidad once veces inferior a Corea del Sur y es cinco o seis veces menor que la de Estados Unidos y la Unión Europea. Ésta es desde luego una de las tareas más urgentes por enmendar en los próximos años.
En cuanto a generación de contenidos, la red de redes ha mostrado una geografía en constante expansión. El surgimiento de nuevos formatos Web 2.0 son realmente alentadores al fortalecer el intercambio de experiencias en jóvenes, lo cual es el fundamento más importante de las sociedades del conocimiento. Simplemente hay que recapitular en los datos: De una población de 6,767,805,208, sólo hay 1,733,993,741 de usuarios de Internet en el mundo. Ello quiere decir que se da una penetración del 25.6% a nivel mundial. De estas cifras, 78% de los usuarios se ubica en América del Norte. América Latina muestra un nivel de penetración del 30%, donde a México le corresponde sólo un 24.8%.
La telefonía celular, en cambio, se expande con mayor rapidez: se cuentan cuatro mil 400 millones de usuarios en el mundo, donde 90 millones corresponden a México.
A diferencia de la Internet, las cifras que corresponden a los celulares son alentadoras si se considera que la telefonía se convierte cada día más en un punto de convergencia importante para acceder a la Internet. Incluso muchos usuarios que nunca podrán tener recursos para acceder directamente a la red, tienen la posibilidad de hacerlo vía celular. Desde luego que lo deseable sería reducir notablemente las tarifas de acceso a Internet a fin de salvar los costos impensables para la mayoría de los habitantes del planeta.
Las redes sociales son y serán estratégicas por dos motivos. En primer lugar desde el punto de vista figurativo han impulsado a la formación de redes de amigos entre los jóvenes, que en un futuro no lejano se convertirán en redes profesionales para la atención inmediata de problemas. Como la experiencia ya existe a través de una práctica lúdica, quienes hoy cuentan con un Facebook, el día de mañana podrán transferir tal principio a redes de innovación científica, por ejemplo.
En segundo lugar, las redes sociales dentro de la Web 2.0 han sido fundamentales porque se han convertido en nuevos espacios para la generación de contenidos impulsándose así una nueva geografía en Internet.
Hay que considerar, por ejemplo, los siguientes datos que resultan elocuentes y que de acuerdo a varias fuentes dan una idea de ciertas prácticas sociales: en Google se realizan al día 2 billones de búsquedas; lo deseable sería que los motores de búsqueda se descentralizaran y los jóvenes llegaran a manejar un promedio de 50 a 100 de ellos (en total son más de 3 mil). En Wikipedia se cuentan más de 10 millones de artículos escritos en 260 lenguas; lo deseable sería que las 6 mil lenguas que se hablan en el planeta estuvieran representadas en ella y que este medio dejara de estar bajo sospecha de los docentes; Youtube cuenta con 70 millones de videos, donde son vistos 100 millones al día; lo deseable en este sentido sería lograr que Youtube de alguna manera transformara el concepto de la televisión a fin de generar un verdadero punto de convergencia entre Internet y este medio. A pesar de la tecnología digital, la televisión sigue siendo el medio de información y comunicación del 98 por ciento de los mexicanos, lamentablemente los canales que llegan a este público son el 2 y el 13. Desde luego que habría que fortalecer una mejora de los contenidos en Youtube, por más que se trata de una propuesta en gran parte juvenil.
En Internet nacen y se forman millones de usuarios que leen y producen contenidos nuevos. Uno de los casos más notables es la generación de blogs que llegan a sumar hasta 133 millones. Un 77 por ciento de los usuarios los leen y los alimentan como una forma de fortalecer las redes de conocimiento. Se cuentan además 3,000 000 de tweets al día, 200 000 000 de Facebooks activos desde donde 100 000 000 de usuarios acceden a ellos.
¿Son sólo cifras los mundos deseables de la información y de la comunicación del mañana? Pues no, porque sobre esta infraestructura hacen falta leyes que legitimen la libertad de expresión como es el caso de México, que el derecho a la información y a la comunicación se instituya como un derecho universal, que los pueblos indígenas puedan contar y administrar sus propios medios de comunicación, que realmente se abra una competencia entre las compañías operadoras de Internet y celulares a fin de abaratar tarifas. Igualmente deseable es contar con un sistema educativo y social realmente plural y diverso, que sume a los diferentes núcleos que integran a la sociedad mexicana a fin de que pueda ser interlocutora a nivel nacional e internacional.
Pero sobre todo, que dentro de este espacio una educación de calidad y vanguardia quede como el pivote para el desarrollo de las jóvenes generaciones que tienen ya en sus manos la tecnología digital. A diferencia de generaciones anteriores, enfrentarán infinitamente un mundo más complejo donde el conocimiento y las tecnologías digitales deberán ir de la mano.