Huesos

Botica

Jorge Mélendez Preciado

Cuando no se sabe por dónde ir, se llevan a cabo acciones sin sentido ni orden. En los festejos actuales tan cacareados, lo mismo  se quiere impresionar con iluminaciones espectaculares que desenterrando huesos de los cuales no se tiene la certeza que sean de héroes nacionales y se utiliza al entrenador de la selección balompédica para enviar mensajes optimistas: vamos adelante y somos triunfadores.

La realidad es que el país retrocede en todo y nada detiene la caída. En justicia no hay un castigo ejemplar a quienes fueron responsables de la muerte de 49 infantes, la única acción espectacular es la reunión de Felipe Calderón con algunos padres de los niños fallecidos. En economía, bajamos en competitividad, recaudación impositiva y no se quiere dar a conocer quiénes fueron los que no pagaron decenas de miles de pesos en impuestos. En cultura, se continúa beneficiando a pequeños grupos sin que muchos jóvenes tengan el menor aliento para sus creaciones; pero hasta los consentidos reprueban acciones del régimen (Carlos Fuentes en París diciendo que no tenemos un país seguro).

Todo este desgarriate se debe a una administración que apuesta a lo efímero  en lugar de tratar de solucionar problemas y realizar acciones de fondo. Ello ha traído como resultado que  los priistas más cuestionados (caso  Emilio Gamboa), sean vistos incluso como los posibles “salvadores” de la nación. Más  a una “izquierda” que sólo lucha por puestos políticas y enriquecerse rápidamente. Bueno, hasta las organizaciones sociales han desvirtuado sus ideales debido a prebendes de los gobiernos en turno. Complicada etapa, donde la crisis en todos los órdenes trajo el desaliento. Es urgente   encontrar nuevos caminos para una sociedad desesperada y furiosa

Tranquilo y genial

Gabriel Vargas era un hombre todo lo contrario a sus personajes: atildado, tranquilo, correctísimo y poco mundano. Parecía enclaustrado en su departamento cerca del Paseo de la Reforma , atendido en todo por su bella esposa y periodista, Guadalupe Appendini. Si bien Borola y don Regino, esposos realmente antípodas, eran los centrales, mis favoritos fueron: el hampón que se portaba bien, Ruperto Tacuche; el bardo, Avelino Pilongano, y el chico malo que cargaba su vehículo en el sobaco, el Tractor. Realmente era un gozo leer semana a semana estos cuentos. Por cierto, las historias también aparecían en El Sol de México, de lunes a viernes, aunque muchos de los originales fueron destruidos por ignorantes que los veían como un trabajo menor.

Risueño y chambeador

Conocí a Pedro López en 1969,  Universidad Patricio Lumumba de Moscú. Llegué en una especie de exilio  ya que el PCM, donde militaba, nos envió a Joel Ortega y a mí porque nos iban a dar bote ya que íbamos a ver a nuestros camaradas presos en Lecumberri. Siempre tuvimos una intermitente amistad. Pedro me codedicó dos de sus obras: una referente a economía y su, Diccionario de la clase política. Falleció extrañamente en Acapulco sin darse posibilidades de ser tan libre como deseaba que fuéramos todos. Le regale un cartón de Oswaldo Sagástegui que lo retrataba como los nuevos diputados de 1988: con tenis y playera neoyorquina, en lugar de tejana y pistola.

Acoso

La periodista Laura Castellanos, autora entre otros libros de uno imprescindible: México armado (1943-1981)Era,está siendo víctima de la presión gubernamental. Pareciera que ese tipo de actos ya no se hacían, sobre todo luego de los cantos a la libertad frecuentes de Felipe Calderón, pero la realidad es que los reivindicadores de la transformación son catalogados, siempre,  como enemigos acérrimos.

Dos

Ahora que varios funcionarios andan por todos lados hablando del cambio climático y las acciones calderonistas en este asunto han sido un enorme fracaso, sería bueno que cuando menos leyeran. “Nuestra elección. Un plan para resolver la crisis climática” de Al Gore (Océano). En Las leyes del querer (Aguilar), Carlos Monsiváis apunta varios cines de barrio (éstos y las vecindades, tan queridas por  Gabriel Vargas): “el Coloso o el Venus o el Maya o el Rialto o el Ajusco o el Bretaña o el Centenario o el Goya”, donde las cintas de Pedro Infante eran la biblia.

Periodista de la RMC
Correo electrónico: jamelendez@prodigy.net.mx

El siguiente es un ejemplo de cómo debe citar el anterior artículo:

Meléndez Preciado, Jorge, «A Trinidad Zamora ‘ Huesos», en El Financiero,
México,
31–V– 2010, Botica, Cultura.

Deja una respuesta