La impunidad que no cesa
- Han asesinado a 72 reporteros, hay 13 desaparecidos y se han efectuado 40 ataques a medios en los últimos doce años.
- Pedro Ferriz de Con, César Cansino, John Ackerman, Gabriel Bauducco y Lydia Cacho son sólo algunos de los periodistas que han sufrido censura o amenazas.
- «Quienes tratan de sanear la vida pública son asesinados, acallados, amenazados y hasta obligados a dejar el país. Aquellos que han cometido tropelías sin fin, reciben premios en diversas modalidades. Otra muestra de lo que llaman democracia mexicana», dice Meléndez Preciado.
Por Jorge Meléndez Preciado
Han asesinado a 72 reporteros, hay 13 desaparecidos y se han efectuado 40 ataques a medios- seis contra Reforma– en los últimos doce años, según la organización Artículo 19. Mientras ello ha ocurrido, solamente hay un asunto realmente investigado. Lo que muestra, claramente, que el gremio periodístico “no tiene la menor importancia”, parafraseando a Arturo de Córdova, para los gobiernos albiazules. Ellos y sus militantes que insisten en alardear que hay amplia información, libertad de expresión y hasta derecho al beso, como se notó al criminalizarlo en Guanajuato.
Lógico, muchas administraciones estatales priistas están en sintonía. Mario Marín, Ulises Ruiz, Roberto Borge y, sobre todo en los últimos 18 meses, la de Javier Duarte en la cual hay ocho homicidios y ningún detenido.
Incluso se ha desatado, a raíz del diferendo en las elecciones, la censura.
El más notorio caso se dio con Pedro Ferriz de Con, el cual salió de Imagen Informativa y Excélsior por criticar a Enrique Peña Nieto y apoyar a Josefina Vázquez Mota. En Puebla, también, dejaron de transmitir el programa Contrapunto e impidieron la entrada del conductor y académico, César Cansino, por analizar críticamente las elecciones pasadas y no estar a favor del priista. Asimismo dejaron fuera a la emisión Denuncia 1170, de la misma compañía: Radio Oro.
Antes, no se olvide, ESPN rescindió el contrato de Carlos Albert por tuitear que no vieran el futbol sino el debate electoral.
Otro caso a destacar es el de John Ackerman. El colaborador de La Jornada y Proceso hacia comentarios en MVS de la tarde, que dirige Luis Cárdenas. No escuchó sus grabaciones durante cuatro semanas, y al reclamar, lo que es correcto, le dieron una excusa torpe pero le aseguraron que le pagarían su trabajo. El especialista en derecho electoral renunció y denunció que detrás del asunto estaba Eduardo Sánchez, un personero de Peña Nieto, quien labora en la empresa que también produce Dish.
Hasta el director de la revista Playboy, donde lo mismo encontramos mujeres desnudas que amplios reportajes, Gabriel Bauducco, recibió amenazas de golpearlo, ello porque ha denunciado irregularidades de la vida nacional.
Hay más compañeros en la mira. Lo mismo Cecilia Cota del Diario de Sinaloa que Antonio Heras en Baja California y Amando Ramírez en el DF. Y la lista seguirá creciendo ante la omisión de las autoridades para hacer su trabajo, del cual se benefician y hasta lanzan proclamas y van a foros internacionales a llenarse la boca de lo libre que vivimos.
El 27 de julio, Lydia Cacho recibió un nuevo correo amenazante. Ahora se le recordó que no ha tomado nota de los anteriores y se le dijo que la harán picadillo. El asunto es grave y ella, correctamente, dejó el país aunque no sus colaboraciones. En la más reciente (El Universal, 6 de agosto) insistió en el apoyo a los menores y la denuncia de los pederastas. Sobre todo cuando recientemente hubo una acción judicial en Estados Unidos en la cual detuvieron a varios integrantes de esa perniciosa red que habían abusado de niños incluso de 6 meses de nacidos.
En la acción de la justicia detuvieron a yanquis, holandeses y mexicanos, aunque no trascendió quiénes eran los compatriotas metidos en el negocio estúpido y redituable.
Marcelino Perelló dijo en las redes sociales, muy sarcástico: “No faltará quién le crea” a Lydia. Algo que molestó incluso a sus amigos y seguidores quienes le replicaron y lo enmudecieron. Resulta indignante que un participante del 68 se erija en juez de la verdad.
Lydia ha demostrado, no sólo con sus libros: Lo demonios del edén (1995) y el más reciente Esclavas del poder que ha sido consecuente y persistente. Supo afrontar con valentía su ilegal detención por parte de Mario Marín y lejos de arredrase se echó para adelante. Recuerdo muy bien el acto en Puebla donde hablaron de la violencia y la represión en nuestro país Cacho, Sanjuana Martínez y Carmen Aristegui.
Curioso. Mientras Lydia es perseguida, en Puebla Mario Marín recibe escolta oficial por 18 años de parte de su adversario político, Rafael Moreno Valle, quien había censurado que el góber precioso gastara decenas de miles de pesos en su cuidado y el de su familia. Ya no tiene el demandador de periodistas de qué preocuparse.
Emilio Gamboa, denunciado por Lydia como enredado en la pederastia será, por gracia de Peña Nieto, coordinador de los senadores del PRI.
Miguel Ángel Yunes, también señalado por Cacho en esas nefastas prácticas, impuso a su hijo como legislador por el PAN y el Panal.
Es decir, quienes tratan de sanear la vida pública son asesinados, acallados, amenazados y hasta obligados a dejar el país. Aquellos que han cometido tropelías sin fin, reciben premios en diversas modalidades. Otra muestra de lo que llaman democracia mexicana.
jamelendez44@gmail.com
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