Filman Bi´an, la primera coproducción cinematográfica entre México y China de la historia

  • El vuelo de la ruta México-Shanghai, que es la única conexión aérea directa entre Latinoamérica y China, es el escenario marco para construir la trama de la película Bi´an, opera prima en proceso de rodaje de los directores mexicanos Pablo Mendoza y Martí Torrens.
  • El filme es la primera coproducción entre México y China en la historia cinematográfica de ambos países.
  • El Centro Universitario de Estudios Cinematográficos de la Universidad Nacional Autónoma de México y la Academia de Cine de Beijing son las instituciones que respaldan este ambicioso proyecto.
  • Imagen del grupo Bi´an

    Imagen del grupo Bi´an

  *Por: Raúl López Parra

La historia, de corte intimista, se centra en Emilio, un piloto aviador de 50 años, viudo y con dos hijos, quien atraviesa un proceso de redefinición de su vida ante su cercana jubilación. Él se relaciona sentimentalmente con Waner, una azafata china, de 28 años, quien le abre las puertas del mundo oriental.

La vida de Emilio es monótona hasta que un día, en el trayecto del viaje aéreo, el piloto ve una Isla cerca de México que le atrae su atención. En un juego de percepciones entre lo real y lo inconsciente, Emilio intenta estrellar el avión para aproximarse a ese lugar que le recuerda su infancia, sin embargo, la vida le tiene preparada una sorpresa que lo llevará a encontrarse a sí mismo en China.

Para conocer más sobre este filme, los directores Pablo Mendoza y Martí Torrens nos revelan en entrevista realizada en la Universidad de Peking, los detalles de su película y nos explican cómo es que lograron entrar al inexpugnable circuito cinematográfico chino.

¿Por qué el nombre de la película es Bi an?

Pablo Mendoza:

El título viene de dos caracteres que están inscritos en las puertas del cielo budista y “significan el otro lado” o “el más allá” y también “el otro horizonte”.

La película está inspirada básicamente en esos caracteres y se trata de un piloto mexicano que está por jubilarse, y él empieza a entrar en la crisis de jubilación. Él aparte es viudo y está como en una búsqueda de sí mismo. Y él finalmente encuentra ese nuevo otro horizonte, pero en el aquí y en el ahora. Y es a través de China que él se redescubre a sí mismo otra vez.

 ¿Cómo se logra en el filme el encuentro entre dos culturas tan distintas?

 Martí Torrens:

El hecho de que sea una historia de amor es lo que le da el marco a la posibilidad de que dos culturas se encuentren en una relación amorosa, en una relación sentimental, es como la mejor forma de romper las fronteras.

Emilio (el personaje principal) creemos que es muy representativo no tanto de la cultura necesariamente mexicana, sino para hablar más globalmente, de la cultura occidental. Está en esta crisis de valores en la que se encuentra el mundo occidental, como con un avejentamiento de la esperanza.

Nosotros lo que vemos en China es una sociedad que está sujeta a tantos cambios tan vertiginosos, con una modernidad cuyos detonantes son muy recientes. Entonces hay como una ebullición muy grande en muchos aspectos de la vida china.

Yo creo que esa es la forma en la que se crea un puente en la que un occidental logra recuperar como una esperanza en el amor, en la vida, en una sociedad, en un país en el que al mismo tiempo de tener una cultura tan profunda, tan antigua, como es la cultura china, al mismo tiempo es una cultura con tantas cosas nuevas que finalmente todo está naciendo a cada momento.

Yo creo que ese es el puente que se da entre ambos personajes que finalmente se enamoran uno del otro.

 En la concepción de la película ¿cómo se mira a México?

Pablo Mendoza:

Quien representa a México es Emilio, el personaje principal. Casi todo en la película ocurre aquí, en China, pero finalmente el personaje principal es el que lleva todo el background de lo que sería la realidad mexicana. Y a pesar de que no es mucho el porcentaje que se filma en México, porque sólo vamos a ver su casa en la Ciudad de México y el aeropuerto y el recuerdo de su infancia, él finalmente, como mexicano, trae muchas de las cosas que nosotros tenemos.

Martí Torrens:

La infancia de Emilio es como un origen fantástico, es como con un ambiente bucólico en el campo, en provincia, como una especie de origen idílico de un muchacho que vive de manera muy natural en la playa y de que por azares del destino le es arrebatada esa posibilidad de vivir de manera muy natural. Que esa es un poco la imagen que se da de México en un principio.

El segundo tiempo tiene que ver con el proceso que vive una persona después de haber perdido este origen idílico, fantasioso que es propio de la infancia y además tiene que ver con las etapas propias de la vida. (…)

Los directores de mexicanos Martí Torrens (izquierda) Pablo Mendoza (derecha).

Los directores de mexicanos Martí Torrens (izquierda) Pablo Mendoza (derecha).

¿Cómo es la relación entre la azafata china y el piloto mexicano que se plantea en la historia?

 Pablo Mendoza:

La relación que ellos tienen al principio es un poco monótona. Una relación que sólo está en el plano sexual: van y frecuentan hoteles. Pero un día Emilio le pregunta (a Waner) si le puede llevar a su casa. Él quiere conocer su mundo y a partir de que ella lo lleva a su casa, en Shanghai, él realmente empieza a mostrar mucho más interés en ella.

Se da cuenta que es una mujer muy interesante, que tiene también todo un background, toda una historia, que le gusta mucho leer y a partir de ese encuentro que tienen en su casa se empiezan a contar sus historias. Él le empieza a contar la historia de su infancia y ella también.

Él se empieza a interesar mucho sobre sus papás. Van al pueblo natal de ella, que es en Harbin, conocida como la ciudad de hielo, y va con ellos a pasar el año nuevo chino. Es a través de ella, a través de su familia, de ir conociendo China, que va descubriendo pues esta nueva chispa en la vida.

¿En qué idioma o idiomas estará hablada la película?

Pablo Mendoza:

Los idiomas de la película van a ser español, chino e inglés. Obviamente Emilio no habla chino y ella tampoco habla español. Saben algunas palabras porque de alguna forma, tanto él como ella, están vinculados con China y México, pero básicamente ellos se van a comunicar en inglés.

Algo interesante con esta comunicación en cuanto al idioma es que la apuesta no es que hablen un inglés perfecto americano, sino que más bien es el spanglish, que hablamos los mexicanos y el chinglish de los chinos. Entonces eso es algo que le va dar como mucho sabor a la película, que no se trata de que parece como si (el personaje) fuera Sean Penn hablando en inglés, y la otra hablando también un inglés perfecto, sino que más bien la comunicación se va a dar con sus altos y bajos.

Y también va a ver muchos diálogos en chino, porque cuando ella lo lleva a conocer a sus familiares pues obviamente toda esa parte está hablada en chino.

Parte también del juego de esta película es cómo la comunicación va muchísimo más allá del idioma, y que a veces tú te puedes encontrar a ti mismo a través de ese otro que es completamente distinto y, que a pesar de que no sepas hablar chino u otro idioma que no tenga nada que ver con tu idioma materno, te puedas entender perfectamente, incluso más que si estuvieras con un mexicano. Y eso es algo muy importante en la película.

Cómo se puede dar esta comunicación de dos mundos que aparentemente son completamente distintos, pero que justo se pueden complementar porque son… distintos. Y creo que eso es algo muy bueno en todas las sociedades, el saberse complementar con alguien que es completamente distinto a ti.

Sobrepasar la muralla china

Entrar al difícil circuito cinematográfico de China, donde se estrenan sólo 20 películas extranjeras al año, ha resultado uno de los mayores retos que los jóvenes directores mexicanos han tenido que enfrentar, sin embargo, ellos no son nuevos en China.

Bi´an es producto del programa de operas primas que ofrece para sus egresados el Centro Universitario de Estudios Cinematográfico de la UNAM, con el objetivo de que debuten con su primera película. Cada año se abre una convocatoria para que se presenten los guiones y el que resulta seleccionado recibe presupuesto y el auspicio institucional para su realización.

En un principio Pablo Mendoza y Marti Torrens no estaban seguros de presentar su proyecto por lo que implicaba la complejidad de grabar en dos países. Pero apostaron y ganaron. Su guión resultó seleccionado. De este modo, su película será la décima producción del CUEC y una de las más ambiciosas por el hecho de ser la primera producción que se realiza con China.

Al respecto Pablo Mendoza nos detalla.

¿Por qué no se había logrado antes un proyecto conjunto entre México y China?

Pablo Mendoza:

Tiene que ver porque a nadie se le había ocurrido, realmente. Y todo esto a partir de la experiencia que hemos tenido Marti y yo aquí en China.

No es algo que de repente surgió así, de la nada, sino que nosotros dos llevamos trabajando aquí en China ya por mucho tiempo en muchos proyectos cinematográficos, así fue como se nos ocurrió hacer nuestro primer largometraje, es decir, aplicar para el concurso de la opera prima del CUEC y que la película tuviera que ver con China.

Pablo Mendoza, además de ser egresado del CUEC, estudio la maestría en la Academia de Cine de Beijing, convirtiéndose en el primer latinoamericano egresado de esta escuela. Habla chino y es profesor de Español en la Universidad de Peking, una de las más prestigiosas de China.

¿Cómo llegas a la Academia de Cine de Beijing?

Pablo Mendoza:

Cuando estaba estudiando en el CUEC me empecé a interesar mucho por el cine oriental, en general, y fue así como tomé la decisión, en el primer año de la carrera del CUEC, en estudiar un idioma oriental.

Un día fui al Centro de Enseñanzas de Lenguas Extranjeras y vi que se podían estudiar tres idiomas de Asia en la UNAM que era chino, japonés y coreano. Ese mismo día de la inscripción me decidí por el chino.

Fue a través de mi maestra de chino que yo supe por primera vez de la Academia de Cine de Beijing, y también estando en el CELE me enteré que China ofrecía becas a estudiantes mexicanos para hacer estudios de posgrado.

Mi tesis fílmica (del CUEC) tenía que ver con China, y luego yo apliqué para la beca que ofrecía el gobierno de China. La beca consistía en un año o dos de idioma. Como yo ya había estudiado tres años de chino, me fue suficiente con un año de chino, y luego hice el examen a la maestría en dirección cinematográfica.

Fueron tres años de maestría y así fue como me convertí en el primer latinoamericano hispano graduado de la Academia de Cine de Beijing.

Martí Torrens, por su parte, llegó a China a invitación de Pablo para que le asistiera en su tesis de maestría.

Pablo me invitó a colaborar en un proyecto de un director chino que se llama Zoupeng, fue para mí, mi primer acercamiento y quedé también muy impresionado, con mucho interés de seguir trabajando aquí, tanto así, que pedí una beca para estudiar en la misma BFA y lo cual me permitió que volviéramos a trabajar juntos en la tesis fílmica de maestría de Pablo (…) esta película que hicimos en 33 milímetros, que quizá sea la última que se filma en 33 mm en la BFA, porque ya desapareció el material fílmico.

A partir de esas dos experiencias, el compromiso o la liga con China ya se hizo cada vez más fuerte, sobre todo más emocional, más pasional y a partir de ese arranque fue que empezamos a desarrollar el proyecto de esta película que ahora estamos llevando a cabo.

¿Cuáles son las dificultades y facilidades para realizar la película?

 Martí Torrens:

Las dificultades naturales de un idioma distinto, de una cultura diferente a la que uno está tratando de acercarse. Entonces la dificultad a nivel creativo es cómo acercarte a una cultura, a un mundo que es completamente diferente, tratando de ser respetuosos, tratando de no caer en los clichés, pero al mismo tiempo sin ser hipócritas, pues manteniendo la visión que tiene uno como un extranjero que es uno acá .

Hay que decir que hemos encontrado muchas facilidades, mucho entusiasmo por parte de la BFA y el estudio que forma parte de la escuela. También en la UNAM ha habido mucho entusiasmo por el proyecto.

Quizás sepas que la UNAM acaba de abrir un centro de estudios acá en China, entonces como que hay mucha interacción, todo ello ha contribuido a que un proyecto así de ambicioso, que ha primera vista sería muy difícil de llevar a acabo, pues haya ido abriéndose las puertas.

Pablo Mendoza:

(Dificultades) en cuanto al idioma. Ha sido fundamental para sacar adelante la producción porque aquí, en China, aunque hay muchas personas que hablan inglés, aún así para ellos es difícil comunicarse en otro idioma occidental. Es como si por ejemplo el chino o el japonés fueran los idiomas universales. Para nosotros como occidentales hablar un idioma oriental es muy difícil

 ¿Consideran que las expectativas y presiones sobre ustedes son mayores debido a lo que, en sí mismo, implica la filmación de la primera película coproducida entre México y China?

Pablo Mendoza:

Presión, claro que hay mucha presión. De entrada no es un guión fácil.

Algunos recomiendan que cuando hagas tu primera opera prima que más bien escribas un guión sencillo en términos de producción, y en este caso para nada es sencillo porque pues son dos países, muchas ciudades, muchísimas locaciones, aunque bueno, finalmente la película en cuestión de personajes sólo son dos.

Es una película que en el fondo es intimista y obviamente hay muchos retos y claro que sentimos mucha presión a nivel creativo y nivel de producción.

Aunque sí haya mucha presión y a veces los dos tengamos un poco de miedo, (…) todos tenemos la creencia, la fe y la esperanza pues que vamos a hacer de este proyecto algo muy grande.

El objetivo principal, una vez que se termine la película, es no sólo que se estrene en México, porque la película de acuerdo a la ley del IMCINE (Instituto Mexicano de CINE) se va a estrenar comercialmente en México, pero también uno de nuestros objetivos principales es estrenar en China.

En China sólo se estrenan 20 películas extranjeras al año y el hecho de coproducir con China, con la Academia de Cine de Peking, hace que esta película tenga la nacionalidad china y pues va a ser una de esas películas extranjeras que va a tener ese privilegio y probablemente sea también una de las primeras películas mexicanas que tiene el privilegio de estrenarse en China, que es aparte uno de los mercados más grandes que hay.

¿Cómo has manejado las presiones?

Martí Torrens:

Yo he tratado de pensarlo en pequeño. No pensar en las cosas grandes, como en la proyección que pueda tener la película, y tratar de concentrarnos en el trabajo creativo, finalmente ahí es como el refugio que tienes como guionista, como director.

El refugio que tienes de todo lo que está alrededor pues es el proyecto mismo. Y como se fue dando así, al principio no pensamos presentarlo para la opera prima del CUEC porque justamente parecía muy grande, pero uno no escoge finalmente. Uno escoge los proyectos que vas a hacer.

Quizás haya gente que sí diga “ahorita voy a hacer una película para los festivales y como es mi primera…”. Para nosotros corresponde más a una necesidad creativa y se ha ido dando.

Como que te ataca el miedo o la angustia, pues el único refugio que para mi punto de vista es viable, pues es trabajar. Trabajar y seguir trabajando y eso te hace ir para delante y no pensar mucho en lo demás.

¿Quiénes son los actores que tienen previstos para participar en la película?

 Martí Torrens:

Tenemos la fortuna de contar con el interés declarado de Demián Bichir, que leyó el guión y que dijo “le entro”. Sólo falta que las fechas puedan coincidir. En cuanto a la actriz china seguimos buscando.

 Pablo Mendoza:

Es muy importante para la película tener a una actriz de renombre, aquí en China sobre todo porque al público le interesa saber quién es el actor, quién es la actriz, quién es el director. Y es una pieza clave para que la película se pueda estrenar comercialmente en China.

Ahorita estamos en pláticas con las cuatro o las cinco actrices más famosas de China que son Fan Bing Bing, Zhou Xun y Tang Wei.

Y también hemos estado en pláticas con una actriz muy buena que se llama Huang Lu. Ella no está en el nivel del star system de China, pero es una gran actriz.

 Martí Torrens:

Hay la necesidad de tener actores que contribuyan a la producción en términos de taquilla, no tanto como por una cuestión ambiciosa, sino porque nos gustaría que la película se viera. Pero lo fundamental es encontrar un actor o una actriz que tengan el deseo de interpretar el papel, que encuentre esa comunicación con el personaje.

Afortunadamente Demián Bichir junta con las dos cosas. Está en un momento muy bueno de su carrera y es un buen actor. Quisiéramos encontrar la misma sinergia aquí en China, pero lo primero es encontrar alguien que haga una comunicación con el personaje. Eso es lo fundamental.

¿Cuáles son las locaciones donde filmarán?

Martí Torrens:

 En China serán Harbin, la Montaña Emei, que está en Sichuan y Shanghai.

 En México, la casa del piloto será en el DF, varios interiores en el Aeropuerto Benito Juárez y toda la infancia (del personaje) en Sonora en Bahía de Quino, que es desierto con mar o en La Paz, Baja California.

¿Cómo van en los tiempos de filmación?

Pablo Mendoza:

Vamos a empezar a filmar en invierno y de acuerdo a las fechas de nuestro actor principal. La filmación está contemplada para arrancar en enero y febrero (2013).

Vamos a empezar primero con la parte de China. Creo que es importante primero terminar todas las secuencias en China porque finalmente en México tenemos hasta cierto punto más facilidades.

La gran complejidad de esta película es poder filmar todas estas secuencias en China y una vez que las termines nos vamos a sentir un poco más relajados porque pues lo siguiente finalmente es en nuestro país.

Todavía no hay fechas exactas de la filmación en México, pero yo creo que será entre mayo y junio (2013).

El próximo año va a estar dedicado a la filmación y a la posproducción. Y la película está lista ya para principios del 2014.

*Editor de RMC

Maestro en Comunicación por la UNAM

Actualmente radica en Beijing, China.

3 comentarios a este texto
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