García Márquez en el Vaticano

  • En 1999, el premio Nobel de literatura, tuvo acceso al Vaticano para platicar con uno de los «papables» que podrían suceder a Juan Pablo II.
  • Gabo aprovechó el viaje a Roma y los días que tuvo contacto con Castrillón Hoyos para hacer el retrato de éste puntillosamente y dar al público lector una descripción detallada del escenario de la entrevista.
Fotografía: "Gabriel Garcia Marquez, 2009" por Festival Internacional de Cine en Guadalajara @ Wikimedia Commons

Fotografía: «Gabriel Garcia Marquez, 2009» por Festival Internacional de Cine en Guadalajara @ Wikimedia Commons

Por José Luis Esquivel Hernández

Ocurrió en abril de 1999. Gabriel García Márquez, cuando ya no era «pobre ni indocumentado», sino que vivía de las glorias de su Premio Nobel de Literatura 1982, tuvo acceso al Vaticano para platicar con uno de los «papables» que podrían suceder a Juan Pablo II. El gran escritor colombiano le estaba dando lustre al «mejor oficio del mundo» y demostraba que todavía le era familiar también contar historias de la vida cotidiana igual que las del «realismo mágico».

Nacido el domingo 7 de marzo de 1927, se remontó a 1948 cuando dio sus primeros pasos en la prensa de su país natal que lo consagró como un periodista de grandes dotes, especialmente cuando dio a conocer Relato de un náufrago en 1955, por lo cual esta vez fue a Roma tras otro relato de más significado social que el del náufrago, ya que se hablaba con insistencia del relevo de Juan Pablo II.

Entonces, como ahora y como siempre, todos los periodistas deseaban tener la oportunidad de seguir de cerca la pista de los miembros del Colegio Cardenalicio que más posibilidades tenían de llegar a ser Papa, y sostener una larga entrevista con cada uno. Pero, entonces como ahora y como siempre, sólo la fama y el renombre abren las puertas de cualquier poder terreno, pues los contactos y recomendaciones pesan en el ámbito de la proyección y la credibilidad periodística.

Pero entonces -abril de 1999-, el paisanaje también franqueó las puertas de la confianza a Gabriel García Márquez y le dio el derecho de picaporte con Darío del Niño Jesús Castrillón Hoyos, nacido en Medellín, Colombia, el 4 de julio de 1929, ordenado sacerdote en 1952 y  nombrado cardenal en 1998, mismo año en que Juan Pablo II lo designó prefecto de la Sagrada Congregación del Clero, es decir, la institución que mantiene comunicación con los cerca de cuatrocientos y un mil curas de base.

Muy cercano al Sumo Pontífice de la Iglesia Católica y por tanto considerado entre los latinoamericanos que más eran señalados para sucederlo en el trono papal, Castrillón Hoyos aceptó la visita del gran Gabo, aunque con mucha habilidad y elegancia–platicó en su reportaje el escritor–, eludió el tema central que llevaba como propósito periodístico, por ser de palpitante actualidad en esos días.

Así remata su reseña Gabo en Cambio de Colombia así como en el diario español El País y en otros medios internacionales, el domingo 18 de abril de 1999:

Éste era el único tema que nos faltaba por tratar el Sábado de Gloria, después de tres días con almuerzos e infusiones de manzanilla a media tarde, además de un concierto espléndido del tenor argentino José Cura en la basílica de Santa María de los Ángeles, y largas horas de charlas y añoranzas. Pero cada vez que quise sondear el pensamiento del cardenal sobre los fuertes rumores de su candidatura pontifical, me eludió con elegancia. Y en el momento de su despedida sus razones fueron más elegantes que nunca: «Espero que Dios nos conserve este Papa muchos años para que sea él quien rece sobre mi tumba». Sin embargo, un amigo con más suerte le preguntó si le gustaría ser el escogido, y el cardenal le contestó como un Papa: «No se puede decir que no al Espíritu Santo».

Todavía en abril de 2000 el Papa  nombró a Castrillón Hoyos Presidente de la Comisión Pontificia Ecclesia Dei, y debieron de pasar seis años para el fallecimiento de Juan Pablo II. El elegido fue el puntero de siempre, el alemán Joseph Ratzinger, en tanto el cardenal colombiano, al cumplir 75 años en 2006, presentó su renuncia como pro-prefecto de la Sagrada Congregación del Clero y en 2009 se retiró de su última encomienda, sin que le sea posible ahora, en marzo de 2012, por rebasar la edad de lo 80, participar en el cónclave que dará a la Iglesia Católica un nuevo Papa.

Descripción detallada

Al fin periodista de cepa pura, Gabo aprovechó el viaje a Roma y los días que tuvo contacto con Castrillón Hoyos para hacer el retrato de éste puntillosamente y dar al público lector una descripción detallada del escenario de la entrevista.

«La cama en que duerme es la misma en que murió Pío XII.» –inicia su larguísimo reportaje–. «El cuadro colgado sobre la cabecera de bronce es una imagen de la Inmaculada Concepción que perteneció a León XIII. El apartamento donde vive es propiedad del Vaticano, a treinta metros del límite físico entre Italia y la Santa Sede, y desde el estudio se ven las ventanas del dormitorio del Papa. La mayor parte de los muebles son salvados del naufragio de los siglos por los anticuarios del Vaticano. Las paredes del corredor, los dormitorios y el estudio están cubiertos con estantes de libros en sus idiomas originales, casi todos de enseñanza teológica, filosófica y pastoral; de los grandes clásicos latinos y griegos, y muy pocos de literatura contemporánea».

Gabo no desperdicia ni un ápice de su tiempo en esta única oportunidad de codearse con uno de los príncipes de la Iglesia, exarzobispo de Pereira y de Bucaramanga en Colombia, y en quien fija claramente su mirada para destacar  su perfil de águila, muy lejos de la imagen académica de un cardenal que, a sus 69 años, es un gran doctor en teología dogmática y un estudioso de los idiomas modernos, pues habla -además de español- italiano, portugués, inglés, alemán, francés, latín y griegos, además de estar aprendiendo árabe, pero «vive y piensa como colombiano, y lo demuestra con orgullo mientras nos enseña su casa cuarto por cuarto. Hay cuadros colgados hasta donde los libros lo permiten. Algunos son antiguos, pero predominan los de arte popular colombiano, ligados de algún modo a la historia pastoral del cardenal»..

En tan apreciado trabajo periodístico que debiera ser modelo para las nuevas generaciones de jóvenes que desean aprender de sus mayores, García Márquez se explaya en el análisis de su entrevistado y las circunstancias en que vive, pues:

«es admirable que pueda sostener la casa con su sueldo de Prefecto de la Sagrada Congregación del Clero: menos de dos mil quinientos dólares al mes (…) Su Volkswagen desgastado lo conduce  él mismo, porque no tiene presupuesto para chofer, y sólo le corresponde un tanque de gasolina cada treinta días. Su pobreza resulta aún más irónica frente a las enormes sumas de dinero que tiene que manejar por su oficio: ninguna transacción de la Iglesia en el mundo, que sobrepase el medio millón de dólares, puede hacerse sin su autorización».

Y tomando en cuenta que por esas fechas estaba naciendo internet, tan útil en los menesteres de Castrillón Hoyos, Gabo señala que «su computador (de cuatro gigas, multimedia),  por costoso que sea, es de vida o muerte para quien está obligado a una comunicación inmediata y constante con todos los párrocos del mundo», al superar al correo ordinario o a través de obispados y congregaciones. Y asienta la dirección de la página web del cardenal.

El diario El País de España se dio el lujo de despelgar en tres páginas tamaño tabloide europeo tan valioso reportaje, cubierto con varias fotografías a fin de completar el diseño que presenta en la portada la imagen de Castrillón Hoyos acompañando a Juan Pablo II dentro de un avión con motivo de uno de los tantos viajes internacionales a los que fue invitado el cardenal colombiano, hoy retirado del servicio eclesial, pues a fines de 2010 se vio envuelto en una seria polémica por haber enviado una carta a un prelado francés felicitándole por haber obrado como buen padre hacia un mal hijo (un sacerdote pederastra), quien le había hecho saber en forma confidencial de su conducta incorrecta.

El escándalo cerró el ciclo de trabajo del personaje entrevistado por Gabo, pues las críticas lo empujaron a aclarar que dicha carta la había dado a conocer antes a Juan Pablo II. Y se fue con una cauda de dudas al respecto.

Pero dicho capítulo ya es historia, y la ruleta de la vida coloca ahora la Iglesia Católica de nuevo frente a otra sucesión papal, al renunciar sorprendentemene Benedicto XVI el martes 12 de febrero de 2012, pero esta vez García Márquez ya no tiene un paisano en las filas de los candidatos más calificados y él mismo ya no está en condiciones de hacer una obra de arte como la que nos dio en abril de 1999. ¿Quién se apunta para entrevistar a Angelo Scola, Leonardo Sandri, Peter Turkson, Marc Guellet, Luis Tagle, Timothy Dolan u Odilio Pedro Scherer? Esperamos que el periodismo salga avante en el proceso informativo tan determinante en el mundo no sólo religioso, sino diplomático y político, porque un Papa es guía de unos mil cien millones de católicos y también figura indiscutible entre los líderes internacionales.

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1 comentario a este texto
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