Crónica: Trabajar sobre la experimentación
- El mayor desafío es construir una narrativa que esté sintonizada con la época en la cual vivimos.
- «¿Qué sentido tiene que haya cronistas dedicados a contar historias en un mundo donde casi cualquier persona tiene la tecnología para contar sus propias historias? «, pregunta Pablo Mancini.
Por Pablo Mancini
Publicado originalmente en RMC 134
¿Qué retos enfrenta la crónica en el mundo digital? Mirar el calendario y descubrir que el siglo XX ya terminó. Actualizar los referentes, ídolos y criterios de calidad. El mayor desafío es construir una narrativa que esté sintonizada con la época en la cual vivimos. Ese fue el acierto de la crónica del siglo pasado.
Buena parte del trabajo actual en torno a la crónica está relacionado con la conservación del género. Desde mi punto de vista es más interesante trabajar sobre la experimentación.
Intuyo que cualquier pronóstico sobre los caminos de la crónica, tiene como destino quedarse corto frente a la mutación narrativa que está en marcha en todos los ámbitos de la vida.
¿Qué sentido tiene que haya cronistas dedicados a contar historias en un mundo donde casi cualquier persona tiene la tecnología para contar sus propias historias? William S. Burroughs decía que no podía entender cómo es que la gente va y compra historias ajenas cuando todos pueden sentarse a escribir las suyas. A mi entender, esa transición está sucediendo.
Me interesa el llamado boom de la crónica, sobre todo porque instituciones como la FNPI están impulsando, precisamente, la evolución de este género y no su momificación. El proceso es saludable, aunque hay muchos cronistas que no lo entienden. El boom de la crónica es el comienzo del fin de la aristocracia de la subjetividad. Quienes entiendan eso y puedan desarrollar una narrativa en esa sintonía, trascenderán.
Lo peor que tiene la crónica hoy son los cronistas. Por suerte, los lectores se están haciendo cargo de dar cuenta de los acontecimientos.
A propósito de los posibles cambios de la crónica considerando los cambios tecnológicos, la clave es la simultaneidad de los acontecimientos. La crisis narrativa es una crisis de la linealidad, de la secuencialidad. La pintura tiene el collage. La imagen el montaje. La escritura todavía se resiste a la simultaneidad, pero la tecnología está minando esa estabilidad.
A leer a todos los cronistas y medios que la publican. Todavía no sabemos cuáles son los buenos. Hay que leerlos a todos y encontrar a quienes estén intentando algo más que triunfar en los años cincuenta.
Periodista argentino. Director de Estrategia Digital de Infobae.com. Ha sido Gerente de Servicios Digitales en el Grupo Clarín y editor de Perfil.com.
Periodista argentino. Director de Estrategia Digital de Infobae.com. Ha sido Gerente de Servicios Digitales en el Grupo Clarín y editor de Perfil.com.
Estoy de acuerdo con que se siga por la vía de la experimentación; mientras más se adapten los contenidos a las nuevas tecnologías este género se reavivará. La inmediatez en la información a veces no permite que se disfruten las historias, por ello es urgente examinar y proponer otros caminos en la escritura.