¿Por qué México debería mirar más hacia Indonesia? (III)
- La diplomacia cultural
Diseño de la Embajada de México en Indonesia para conmemorar el 60 aniversario de las relaciones diplomáticas entre ambos países.
Por Raúl López Parra
De lo cultural a lo económico
Al iniciar 2014 un nuevo término apareció en el mapa de los analistas financieros: los países MINT, el acrónimo de México, Indonesia, Nigeria y Turquía.
El creador de este concepto es el economista británico Jim O`Neill, ex jefe del banco de inversiones Goldman Sachs, quien lo planteó en una entrevista para la BBC.
O´Neill Considera que las naciones que integran el MINT tienen el potencial para ser motores de la economía mundial, debido al tamaño de sus mercados. Sus palabras tiene peso porque en 2001 él ideó el concepto hoy ampliamente usado de los países BRICS, bloque integrado por Brasil, Rusia, China y Sudáfrica.
Coincidentemente, México e Indonesia han sido candidatos permanentes en ingresar al club de los BRICS, pero debido a que no han logrado reformas estructurales, su desempeño económico sigue siendo una promesa.
Ahora O`Neill sostiene que los países MINT serán los jugadores estratégicos en los próximos 30 años, pero advierte que sólo si ponen su casa en orden, podrían alcanzar crecimientos de dos dígitos como los que tuvo China del periodo 2003-2008.
En el caso de México, O`Neill reconoce que en lo que va del gobierno de Enrique Peña Nieto se están haciendo reformas en distintos sectores, que hacen palidecer a las que en su tiempo impulsó, en los 80 del siglo pasado, la primera ministra británica Margaret Thatcher, conocida como la “Dama de Hierro” .
Los países que integran el MINT porque tienen el potencial de convertirse en motores emergentes de la economía global, de acuerdo con O´neill.
No obstante, en su análisis O´Neill no menciona el hecho de que los países que englobados en el MINT, a excepción de Nigeria, ya están trabajando de forma conjunta, justamente porque reconocen su potencial. De hecho México ha sido muy activo para acercarse a estos países, en especial Indonesia.
Al cierre del 2013 se creó el grupo informal de los países que se definen como potencias medianas bajo el acrónimo MIKTA, en el que además de México, Indonesia y Turquía se encuentran Corea del Sur y Australia.
En toda relación multilateral, o bilateral, además del componente económico se promueve el intercambio cultural. En ocasiones es precisamente la cultura lo que abre la puerta para alcanzar objetivos comerciales.
México es un país que sabe promover muy bien su soft power en el exterior en forma de la diplomacia cultural y en Indonesia lo está haciendo de forma destacable.
Indonesia, donde los musulmanes se visten a la moda
El hecho de que Indonesia sea un país de mayoría musulmana, con el 80% de la población, genera muchos estereotipos debido, primordialmente, a la presentación mediática sobre el mundo musulmán y el Islam, tanto de fuentes noticiosas como de películas estadounidenses porque son las narrativas que predominan desde que ocurrieron los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001.
Incluso la Isla Bali sufrió un atentado terrorista en 2002, que dejó 202 muertos, entre ellos 168 extranjeros y 38 indonesios.
Al escuchar musulmán se piensa en la simplificación negativa de Al Qaeda, radicales, talibán, terrorismo y sumisión de la mujer.
La influencia de estos relatos mediáticos tiene un alto impacto entre los mexicanos, quienes en su gran mayoría no tienen, ni tendrán, ningún tipo de contacto de primera mano con la cultura musulmana, considerando que en México sólo viven 3 mil 760 musulmanes, de los cuales 2 mil 368 son hombres y mil 392 son mujeres, según el Censo de 2010 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Los musulmanes en México son muchos menos que los católicos que viven en Indonesia, los cuales suman 6 millones 439 mil, que equivalen al 3% de la población.
Indonesia y México coinciden en ser países laicos, multiculturales y con diversidad religiosa, que pese a la presencia de grupos radicales, se vive en un clima de tolerancia.
Indonesia es la nación más liberal entre los países con población musulmana o, para decirlo de otro modo, los indonesios son los musulmanes más moderados.
A diferencia de algunos países árabes en los que las mujeres deben cubrirse de pies a cabeza con la burka, en Indonesia las mujeres usan hiyab, una indumentaria con la que no sólo se puede mostrar el rostro, sino que también se viste con estilo.
Modelos caminan por las calles de Jakarta para promover la moda en la vestimenta musulmana/Imagen del portal Zimbio.
Como una estrategia para atraer a más turistas, el gobierno indonesio incentiva el talento de los diseñadores de modas para promover al país como la capital mundial de la moda musulmana.
La Semana de la Moda de Jakarta ya es un evento de amplia convocatoria. La “ropa de diseñador” y las lujosas marcas pueden verse en los atuendos de la ascendente clase media musulmana.
En la medida que Indonesia se desarrolla, también crecen sus industrias culturales, las cuales se engloban en el concepto del soft power .
Un muestra de los diferentes tipos de vestimentas de las mujeres islámicas. Imagen del blog
El soft power mexicano en Indonesia
Tener un soft power sólido o industrias culturales desarrolladas son una carta de presentación para cualquier país, porque permite ampliar su influencia persuasiva en distintas esferas. Un ejemplo es Corea del Sur.
Ser musulmán en Indonesia no está peleado con que las jóvenes muestren una gran admiración por las telenovelas coreanas y la cultura del K-pop, la cual también ha tenido una presencia creciente en México.
El fenómeno del K-pop cobra relevancia si consideramos que en ambos países no se transmiten novelas coreanas en la televisión. Los programas llegan a las audiencias locales gracias a internet.
En otros tiempos, los indonesios eran fieles seguidores de las telenovelas mexicanas, las cuales tuvieron su época de oro con la trilogía las Marías y su protagonista Thalía.
Gracias a estos melodramas, los indonesios conocieron un poco más de México. Sin embargo, ahora las referencias sobre el país están dominadas por las noticias del narcotráfico. Desde fines de los 90 las telenovelas mexicanas dejaron de ser atractivas. Ahora el mercado del melodrama pertenece a los surcoreanos.
Fuera de los contenidos mediáticos comerciales, el gobierno mexicano hace sus esfuerzos por contrarrestar la percepción negativa sobre el país y dar a conocer otra cara de México, a través de su diplomacia cultural.
La embajadora de México en Indonesia, Melba Pría, desde 2007 es la encargada de operar la estrategia del gobierno en las relaciones bilaterales.
Así lo explica la embajadora mexicana en Indonesia, Melba Pría, entrevistada en la sede diplomática en Jakarta:
“México tiene una gran política cultural de lo que nosotros llamamos diplomacia cultural. Esa política de Estado sobre diplomacia cultural te da ventajas competitivas.
En un país como Indonesia, que conoce de México lo que ven en la televisión, que a veces no son las mejores noticias, es importante tener este reflejo de un México pujante en las artes, creador de películas. A veces la películas reflejan esos problemas sociales tan duros, pero la gente dice “ahí están los mexicanos”.
La diplomacia cultural tuvo su nacimiento formal en la Secretaria de Relaciones Exteriores a mediados del siglo XX, cuando el entonces canciller Jaime Torres Bodet creó la Oficina de Asuntos Culturales. Desde entonces, los embajadores mexicanos en sus respectivas representaciones tienen, como una de sus misiones, el promover la diplomacia cultural o lo que también se conoce como el soft power (poder blando).
El concepto de soft power fue planteado por el profesor de Harvard Joseph Nye, con el cual explica las estrategias de los gobiernos para influir en las relaciones internacionales usando medios persuasivos como la difusión de ideas, las expresiones artísticas, las políticas institucionales y las industrias culturales.
El soft power más efectivo del planeta, como es sabido, pertenece a la industria de Hollywood. Gracias a la penetración de películas y series, así como las expresiones musicales pop, Estados Unidos puede posicionar sus valores sociales, culturales, ideológicos y políticos en prácticamente todo el mundo.
México, que es considerado una potencia regional en Latinoamérica, tiene su propia forma de apuntalar su política cultural en el exterior.
En Indonesia y en el Sudeste Asiático en general, la promoción de la cultura mexicana es un componente que permite crear un ambiente favorable para abrir las relaciones bilaterales a otros terrenos, como el comercial, aspecto en el que ambos países tienen similares potencialidades.
En este sentido, la embajadora mexicana nos comentó:
La política cultural, la política educativa, la política de cooperación es muy importante en la política exterior mexicana, pero en regiones particulares como Asia es importantísimo porque si tu presentas una exposición de cultura mexicana en Costa Rica o en Argentina, hay como un conocimiento mutuo de la obra plástica, de la creación, pero en Asia la gente no lo ve como lo ven los latinoamericanos, o inclusive los europeos.
El diálogo cultural con Indonesia tiene una historia que poco se conoce. Fue un mexicano quien se convirtió en uno de los principales promotores de Indonesia y, particularmente, de Bali. Su obra contribuyó a crear el imaginario de Bali como «La isla de los dioses».
El pintor, ilustrador y etnólogo Miguel Covarrubias visitó Bali dos veces. La primera en 1930, cuando quedó encantado con la religiosidad de los balineses. En 1932 regresó, ahora con el auspicio una beca de Guggenheim que le financió una estancia por un año, con el fin de realizar un estudio etnográfico.
En ese momento, Covarrubias ya era una figura altamente reconocida en el mundo artístico. Colaboraba como ilustrador y caricaturista para las revistas The New Yorker y Vanity Fair.
Producto de su estudio etnográfico surgió “La Isla de Bali”, un libro que Covarrubias publicó en 1937 y que a la fecha sigue siendo una referencia para los etnólogos y estudiosos del tema.
La Isla de Bali de Miguel Covarrubias fue publicado en 1937.
En el marco del 60 aniversario de las relaciones diplomáticas entreIndonesia y México, la embajada mexicana organizó la exposición “Miguel Covarrubias y Bali”, la cual fue inaugurada por el presidente Peña Nieto en su visita a Indonesia.
“Trajimos una colección de México de Covarrubias, más los cuadros que encontramos aquí en Indonesia, e hicimos una exposición que inauguró el presidente en octubre pasado”, refiere la embajadora Melba Pría.
La diplomática nos explica el trabajó que realizó Covarrubias en Bali:
“Utilizando la forma en que los mexicanos decodificamos las culturas indígenas, él utilizó esa misma escuela de decodificación para decodificar Bali. Describe las danzas, las tradiciones, los templos. Fue escrita en 1930 y 1932, las dos veces que él vino a Bali. Sigue siendo una obra relevante en la actualidad”.
En el marco de esta exposición, también se trajeron cuadros de Diego Rivera y se logró exhibir al público el cuadro de Rivera que México regaló al gobierno de Indonesia , pero que se encuentra en la colección presidencial a la que el público no tiene acceso, según refirió la embajadora.
“Ese cuadro se expuso durante la exhibición de Covarrubias y los indonesios lograron ver el cuadro”.
La exhibición de Covarrubias fue la carta principal de la intensa agenda cultural que México ha estado promoviendo en Indonesia, cuyos trabajos han sido encauzados por la embajadora Melba, desde que asumió el cargo en 2007.
“La política cultural es muy importante, es una gran herramienta. Permite diálogos culturales: conocer qué hacen los indonesios y qué hacemos nosotros. Cuando tú les presentas a los indonesios las máscaras mexicanas, ellos tienen una relación con esas máscaras. Hay muchas cosas en las que hacemos diálogos culturales y muchas otras donde nosotros presentamos lo que somos.
Embajadora de México en Indonesia, Melba Pría.
«Participamos en el festival de Jazz una vez al año, participamos en el festival de escritores y lectores en Bali, este año (2013) vino Lydia Cacho porque el tema era mujeres que hacen la diferencia. Eran escritoras, periodistas. Participamos en el festival de cine. Hay presencia cultural constante.
México tiene un concurso que se llama “Este es mi México” que es para niños de entre 8 y 12 años. Este año ganó un niño indonesio uno de los diez premios. Inicialmente era un concurso para niños mexicanos que vivían en el exterior. Después se hizo un concurso abierto. Hace cuatro años una niña indonesia ganó.
Dentro de estos diálogos culturales, mención aparte tiene la exhibición “Mirando uno al otro”, que fue producto de la estancia por seis meses en Indonesia que realizó la fotógrafa mexicana Marcela Taboada; mientras que Desiree Harahap, fotógrafa indonesia, pasó el mismo periodo retratando en México.
El proyecto fue auspiciado por los gobiernos de ambos países y derivó en una rica muestra fotográfica que presenta estampas culturales de cada nación, captadas bajo la mirada de la artista invitada.
Otra exhibición artística mexicana que estuvo vigente hasta enero de este año fue «Oaxaca en Asia», una muestra de pinturas de los maestros Rufino Tamayo, Rodolfo Nieto, Francisco Toledo y Rodolfo Morales que también incluyó obras de los contemporáneos Guillermo Olguín y Amador Montes.
La labor promotora no sólo se queda en las exposiciones, también va a las aulas.
La embajadora ha ofrecido conferencias sobre diferentes aspectos de la cultura mexicana en distintas universidades. Un día anterior al momento de conversar con nosotros, la funcionaria había ofrecido una conferencia sobre al arquitectura mexicana a un grupo de estudiantes de arquitectura e ingeniería. Habló de los estilos indígenas, la influencia española y la mezcla de la época colonial con la contemporánea.
En Indonesia se busca mostrar la cara cultural de México, alejada de la imagen de las telenovelas y de las noticias sobre la violencia. Es el soft power mexicano
¿Por qué México debería mirar más hacia Indonesia?
Porque este país encara los mismos desafíos y tiene similares oportunidades de convertirse en una potencia económica regional, y porque ambos países se benefician al ampliar sus intercambios comerciales, culturales y del flujo de personas.
Desde el otro lado del mundo, los indonesios también comienzan a mirar más a México.
