Sony, Norcorea y el ciberataque: claves para entender el conflicto
- El ciberataque en contra la productora cinematográfica Sony es catalogado como uno de los más graves realizados en contra de una entidad civil, por el daño causado y por las implicaciones futuras en términos de un escalamiento al más alto nivel del conflicto entre naciones, lo que podría derivar en la primera abierta ciberguerra del Siglo XXI.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, acusó directamente al gobierno de Norcorea de estar detrás del ataque cibernético contra Sony, el cual derivó en la cancelación del estreno de película La entrevista (The Interview), comedia-satírica cuya trama se centra en los planes para asesinar al líder norcoreano Kim Jong-un.
El pronunciamiento de Obama sienta un precedente porque ningún mandatario se había expresado antes públicamente para condenar a otra nación por un ciberataque.
“No podemos tener una sociedad en la que algún dictador en alguna parte del mundo comience a imponer censura en Estados Unidos, porque si alguien es capaz de intimidar a Fox (sic) de estrenar una película satírica, imaginen que van a hacer cuando vean un documental que no les gusta o las noticias que no les gustan. Incluso peor, si los productores, distribuidores y otros comienzan a autocensurarse porque no quieren herir las sensibilidades de alguien que se puede sentir ofendido”, declaró el presidente Obama en conferencia de prensa el 19 de diciembre, previo a iniciar su periodo vacacional.
El mandatorio advirtió, sin especificar detalles, que responderían proporcionalmente contra Norcorea en el lugar, la fecha y las formas que su gobierno determinara más conveniente.
En respuesta, el gobierno norcoreano negó ser responsable del ciberataque, e incluso emplazó a su par estadounidense a emprender una investigación conjunta para encontrar a los responsables y terminar las «calumnias infundadas» que se han expresado a la opinión pública. Pero si Washington se rehusa y continúa culpando a Pyongyang habrán «graves consecuencias», amenazó Norcorea através de un vocero citado por la televisora estatal KCNA.
El antecedente de una confrontación directa entre gobiernos por razones de ciberataques ocurrió en mayo de este año, cuando la administración de Obama acusó a China de espiar y robar secretos comerciales de empresas estadounidenses, sobre todo en el campo acerero y de energía solar, para usarlos en favor de compañías estatales chinas.
El Departamento de Justicia de EU presentó cargos formales contra cinco miembros del Ejército Popular de Liberación de China, identificándolos como los hackers detrás de los ataques en fichas criminales que incluyen sus nombres y fotografías. En dicha ocasión fue el secretario de Justicia, Eric Holder, y no el presidente, quien presentó las acusaciones.
China, a través del Ministerio de Relaciones Exteriores, calificó los cargos contra sus militares como «extremadamente absurdos» y pidió que las acusaciones fueran retiradas. Al mismo tiempo, también acusó a Estados Unidos de espiar y robar secretos de agencias y corporaciones gubernamentales chinas.
Un mes anterior, en marzo, las revelaciones del excontratista de Edward Snowden evidenciaron que la NSA (la Agencia de Seguridad Nacional, principal órgano de inteligencia de EU) había penetrado en Huawei, la mayor empresa china de telecomunicaciones, para monitorear sus operaciones e incluso para instalar programas maliciosos (malware) con el fin de lanzar ciberataques desde sus equipos.
Los ciberconflictos a nivel de gobiernos han estado presentes desde el momento mismo en que ha crecido la interconectividad digital y la posibilidades de espiar, robar información y hackear equipos informáticos bajo tres objetivos: seguridad nacional, obtener una posición de ventaja frente a otras naciones, prevenir ciberataques o minar las capacidades tecnológicas de los adversarios. No olvidemos que el desarrollo de internet derivó de un proyecto militar.
De forma cifrada y en reportes periodísticos, constantemente aparecen en la opinión pública acusaciones entre gobiernos por casos de ciberespionaje y ciberataques. En ningún caso se ha admitido la autoría de los mismos, a pesar de las evidencias.
Edward Snowden le mostró al mundo estas prácticas, expuestas en documentos oficiales filtrados a la prensa, y confirmaron las sospechas de que los corporativos tecnológicos estadounidenses como Google, Facebook, Apple, Microsoft colaboran con el gobierno. Pero estas prácticas no son sólo de la NSA.
Aunque es ilegal, los gobiernos suelen legitimar sus operaciones contra otros gobiernos como parte de la misión de salvaguardar sus propios intereses. Es un juego en el que nadie admite ni tolera dichas prácticas pero en el patio trasero todos (los que tienen las capacidades tecnológicas) lo hacen. No hay ejército moderno que no cuente con una unidad de ciberseguridad, con especialización en ciberterrorismo y cibercrímenes. En el caso de la NSA se demostró que todos los ciudadanos son susceptibles de ser espiados, sin importar si están implicados o bajo sospechas de actividades terroristas. Incluso las naciones aliadas a Estados Unidos fueron objeto de espionaje.
Sin embargo, el ciberataque a Sony sigue otro patrón dentro de la ciberguerra de baja intensidad.
De probarse la autoría de Norcorea, como afirma la Oficina Federal de Investigaciones de Estados Unidos (FBI, por sus siglas en inglés), por primera vez un gobierno estaría atacando a una entidad civil con el fin de obligarle, bajo la amenaza de infringir daño revelando información sensible, a cambiar su comportamiento y limitar su capacidad de acción. Es decir, el móvil no es para robar secretos cooporativos, ni tampoco para obtener un beneficio económico ni para espiar, sino para coartar la libertad de expresión, e intimidar. Es un cibertaque dirigido contra civiles, no contra equipos informáticos.
En una entrevista transmitida por CNN este domingo, el presidente Obama matizó sus declaraciones previas y dijo que no consideraba un acto de guerra el ciberataque de Corea del Norte contra Sony, sino un acto de «cibervandalismo», pero insistió en que responderían al ataque de forma proporcional.
China fijó este lunes su postura oficial; condenó todo tipo de ciberataques, pero indicó que no tenía pruebas de que Norcorea estuviera detrás del hackeo contra Sony, como acusa Estados Unidos.
La importancia de identificar a los atacantes es primodial para tipicar si se trata de un acto de ciberterrorismo, cibercrimen, ciberguerra o hacktivismo.
UNA COMEDIA QUE NO HIZO REIR
El 27 de junio pasado, el secretario de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki Moon, recibió una carta del representante de Corea del Norte, Song Nam en la que presentaba su queja formal por la producción de una película estadounidense en la que se aborda el asesinato del «líder supremo de Corea del Norte».
“Que se permita la distribución y producción de tal film sobre el asesinato de un actual jefe de Estado de un régimen soberano, debería ser considerado como el acto más rotundo de patrocinio terrorista, así como un acto de guerra”, escribió el representante de Norcorea.
Asimismo, Song Nam recomendó al gobierno de Estados Unidos a tomar acciones inmediatas para censurar y prohibir la distribución del filme, de lo contrario, acusó, estarían patrocinando el terrorismo.
Esta queja era el tercer pronunciamiento público de Norcorea sobre su inconformidad por la cinta.
En el mismo sentido se expresó Kim Myong-chol, director ejecutivo del Centro para la Paz Norcorea-EU, quien expresó que el filme «muestra la desesperación del gobierno de Estados Unidos y de su sociedad, ya que una película sobre el asesinato de un lider extranjero es un espejo de lo que Estados Unidos ha hecho en Afganistán, Iraq, Siria y Ucrania».
El permitir la realización y exhibición de esta película, en la tónica del discurso norcoreano, era considerado como un acto de guerra.
La Entrevista (The Interview), película protagonizada por Jame Franco y Seth Rogen, quien también es el coodirector y escritor junto con Evan Goldberg, narra la historia de un periodista y un productor de televisión, quienes consiguen una entrevista exclusiva con el líder norcoreao Kim Jong-un. Al conocer de ello, la CIA recluta a los dos periodistas con el fin de asesinar al gobernante.
El personaje de Kim Jong-un es protagonizado por el actor coreano-americano Randall Park. En el trailer de la cinta se muestra al líder norcoreano fumando puro, y se presenta a Norcorea «como el lugar más peligroso de la Tierra». Una oficial de inteligencia de la CIA les explica a los periodistas que los norcoreanos creen todo lo que su líder les dice, como que él puede hablar con delfines y que no orina ni defeca.
Fuera de la ficción, en Estados Unidos las amenazas de Norcorea para cancelar la película no se tomaron en serio. No merecieron un pronunciamiento oficial e incluso los directores del filme, quienes de hecho son canadienses, se mofaron, pensando que era otra más de la propaganda del régimen para mostrar firmeza ante sus gobernados.
El 20 de junio, el coodirector del filme Seth Rogen escribió en su cuenta de Twitter: «Aparentemente Kim Jong-un planea ver La Entrevista. Espero le guste».
Pocos días después en otro tuit bromeó de nuevo: «La gente usualmente quiere matarme por una de mis películas después de que han pagado 12 dólares por verla».
Antes de que Norcorea comenzará sus amenazas contra el filme, Evan Goldberg explicó al portal Yahoo Movies las motivaciones que le llevaron a escribir y dirigir esta película.
La idea, según Goldberg, surgió de una legítima premisa cuando «la gente tiene la hipotética discusión acerca de los periodistas que pueden acceder a las personas más peligrosas del mundo, y ellos estarían en, hipotéticamente, la mejor oportunidad para asesinarlos».
En el guión original, explica Rogen, se asesinaba a Kim Jong-il pero cuando el dictador falleció, en 2011, trabajaron de nuevo la historia y la centraron en su hijo y sucesor.
El cambio del personaje a Kim Jong-un «funciona mucho mejor porque él es cercano a nuestra edad y porque facilita forjar la relación entre su personaje y nuestros personajes», explicó el realizador.
En la entrevista, que hasta el momento ha sido una de las pocas en la que los realizadores han hablado sobre su idea de filmar esta película, Rogen refiere que en un inicio el estudio Columbia Pictures (Sony) estaba renuente en llevar a la pantalla la historia acerca de una persona real y «extremadamente desagradable» (Kim Jong-un), pero ellos presionaron hasta que los convencieron.
«Ahora podemos decirles (a los productores), ‘de lo que ustedes están más temerosos es siempre lo que le gusta más a las personas acerca de la película’. A este punto es desconfortante si no hay nada acerca de la película que los productores no traten desesperadamente de conseguir que cambiemos», comentó Rogen en la entrevista para Yahoo Movies.
Conforme avanzaron los meses, el tono de las amenazas de Norcorea parecían cada vez más serias para Sony, y no sólo se veían como un mero discurso propagandístico.
Debido a las crecientes tensiones, en agosto los directivos de Sony en Japón, (los dueños de los estudios son japoneses) consideraron atenuar la escena en la que se muestra gráficamente cómo se derrite en cámara lenta el rostro del líder norcoreano. En una postura oficial, Sony dijo que la modificación de la escena era por cuestiones de gusto y no por seguridad.
También decidieron remover digitalmente las condecoraciones que portaban los personajes en sus uniformes, porque eran emblemas reales utilizados por el ejército norcoreano para rendir honores a Kim Jong-un y a su padre Kim Jong-il.
Al mismo tiempo que las preocupaciones aumentaban, la publicidad gratuita de la película, resultado de las quejas de Norcorea, iba en ascenso por lo que Sony decidió rentabilizarlo y cambiar el estreno de la cinta de octubre 10 al 25 de diciembre, cuando los cines tienen su mayor afluencia por la temporada navideña.
En diciembre los ánimos cambiaron de nuevo y las bromas desaparecieron por completo. Los protagonistas Seth Rogen y James Franco cancelaron todas sus entrevistas para promover su cinta debido a las amenazas recibidas. Para ese entonces, Sony ya había sufrido el ciberataque.
El CIBERATAQUE
El lunes 24 de noviembre, después de la celebración del día de acción de gracias los empleados de Sony llegaron a sus oficinas en Los Ángeles comenzaron a trabajar como cualquier día.
A las 8:15 de la mañana la imagen una calavera con un fondo negro apareció en los monitores de las computadoras. Se bloqueó el acceso de todas las computadoras. El mensaje del hack mostraba hiperenlaces en los que se contenían archivos zip con las contraseñas de los empleados y los datos de seguridad social y fiscales, además del acceso a los correos electrónicos de los ejecutivos.
El grupo del ciberataque se identificó como Guardianes de la Paz (Guardians of Peace). Las oficinas de Sony se paralizaron por una semana. En expresión de uno de los empleados: «regresamos a la edad de piedra digital», en referencia a que tenían que trabajar con bolígrafos y cuadernos.
Entre los daños a Sony, además de las pérdidas millonarias por el robo de información, de acuerdo con los hackers poseen más de 100 terabytes de datos, son los siguientes:
- Se hackearon 9 de cada 10 equipos informáticos de la compañía
- Se publicó información personal de 15 mil 231 empleados que incluyen más de 47 mil números de la seguridad social, además de otra información personal e incluso contraseñas.
- Se difundieron películas de forma ilegal en internet como Fury, protagonizada por Brad Pitt, la cual fue estrenada en Estados Unidos el 17 de octubre, el musical Annie, Still Allice, Mr. Turner cuyo estreno estaba previsto para la temporada navideña y comienzos de 2015 y también la cinta To Write Love on Her Arms, la cual se estrenaría en marzo.
- Se filtraron en medios de comunicación comentarios privados de los ejecutivos sobre actrices y actores de Hollywood que van desde chistes racistas hasta detalles de salarios, lo que ha dado mucho juego a la prensa del espectáculo.
- Se difundieron copias digitalizadas de pasaportes de Angelina Jolie, Cameron Diaz y el director Roland Emmerich.
- Se revelaron reportes de presupuesto para futuras películas.
Y por supuesto, el daño por la cancelación del estreno de la película La Entrevista (The Interview), como resultado de las amenazas de los hackers, quienes advirtieron que Estados Unidos viviría escenarios de terror como los del 11 de septiembre, si la película se proyectaba en los cines.
Ante esta amenaza, las cinco principales cadenas de cines en Estados Unidos decidieron no proyectar la película para este 25 de diciembre.
En un principio, Sony había apoyado esta decisión, pero tras las críticas del presidente Obama por cancelar la exhibición sin consultarle, el Director General de la compañía, Michael Lynton, negó que los estudios hayan cedido a las presiones de los hackers y comentó que estaban buscando las vías para exhibirla pero que ningún distribuidor se había acercado a ellos.
Al momento de realizar este reporte, se habla de que la cinta podría exhibirse en línea mientras que las cadenas de cine han protestado contra Sony, porque consideran que ellos sólo pidieron más tiempo para conocer la magnitud de la amaneza de los ciberatacantes, y no querían que el público se alejará de los cines por el miedo a un ataque terrorista.
¿QUÉ SIGUE?
En la medida en que las recriminaciones entre los gobiernos han subido de nivel, aun no es claro hasta dónde están dispuestas las partes a escalar el conflicto.
Estados Unidos ha pedido ayuda a China para bloquear el acceso de Norcorea a la red, ya que la infraestructrua física para su conectividad pasa por territorio chino. Sin embargo, China ha expresado que no tiene pruebas de que Corea del Norte haya realizado el ataque. Es decir, no ha piensa bloquear el acceso de internet a Norcorea.
Sin embargo, reportes de Dyn Research, compañía que monitorea el funcionamiento de internet indican que este lunes Norcorea se quedó sin internet durante 9 horas. Es como si el país hubiera desaparecido del mapa digital, según Matthew Prince, de la compañía de seguridad CloudFlare. Aún no hay reportes de quién realizó este apagón digital.
En un comentario editorial, publicado en Global Times, uno de los principales órganos de difusión del gobierno, China crítica que hacer burla de un líder de un país enemigo de Estados Unidos no es nada por lo que Hollywood y la sociedad estadounidense deberían de enorgullecerse.
«No importa cómo la sociedad estadounidense ve a Corea del Norte o a su líder Kim Jong-un. Kim es aún el líder del país. La burla viciosa contra Kim es resultado de una arrogancia cultural sin sentido», condena el diario.
Incluso señala que a China también se le suele mostrar en las pantallas de Hollywood de forma negativa, pero que en los años recientes el mercado chino ha significado una mina de oro para los productores hollywoodenses por lo que ahora se muestra una creciente cara amable sobre China para atraer a más espectadores.
Más allá de las disputas por el discutible comportamiento ético de Sony, ningún actor ha justificado el ciberataque, el cual ha dañado y puesto en peligro el patrimonio y reputación de civiles además de incurrir en ciberterrorismo, porque el fin es generar miedo entre la sociedad.
Este caso ha mostrado a la opinión pública que los riesgos de cibertaques son reales y que cualquier persona y país es susceptible de ser víctima de ellos.
En la medida en que volcamos nuestras vidas al mundo digital, estamos más interconectados y somos más dependientes de la información en la red, con todos los beneficios que ello conlleva, también crecen las posibilidades de que se incrementen los ciberataques, porque representan para quienes los perpetran una oportunidad para sus fines, ya sean estos objetivos políticos, criminales o de espionaje.
Hoy más que nunca, el mundo corre un riesgo real de sumergirse en una ciberguerra. En este terreno, el conflicto entre Estados Unidos y Corea del Norte aún está lejos de llegar a una definición. Este tema peliculesco aún no termina.