Granados Chapa

Lapidiarium

Omar Raúl Martínez

Lunes 9 de julio

Hablo telefónicamente con Virginia Bello, directora de Radio Educación que ha dedicado su vida a la comunicación pública, además de eterna y querida amiga de todos quienes navegamos en el barco de la Fundación Manuel Buendía. La felicito por estar saliendo airosa con su nueva encomienda.

Desde que tomó la batuta de la emisora a principios del presente año, he recibido comentarios de su talante receptivo y negociador, de su disposición por explorar nuevas rutas creativas, de su actitud para posibilitar mayor cohesión entre los productores y trabajadores. Pero sé que no ha sido nada sencillo. Diferencias internas que se arrastran entre la planta laboral desde la administración anterior, alcanzan a fisurar los nuevos proyectos, me dicen amigos periodistas de la misma radioemisora. Escucho a Vicky con voz entusiasta pero realista. Le reitero mis mayores parabienes a ella y a ese entrañable “oasis del cuadrante” que es Radio Educación.
Martes 10 de julio
Desayuno con Josefina King, amiguísima escritora y productora radiofónica que aporta sus mejores luces a Radio UNAM y a los medios públicos de Tlaxcala. Me da un enorme gusto compartir el café con ella. Nos ponemos al día. Literalmente vive para la radio y ello se evidencia en sus frutos: recientemente escribió y produjo una radionovela sobre migrantes y en las próximas semanas aparecerá el primer libro sobre la historia de Radio UNAM. Me dice que debió acudir al rico acervo fonográfico universitario de donde extrajo singulares testimonios. La revista Proceso de la semana que corre hace referencia a esa obra de Josefina (“gente dedicada al radio y los medios de comunicación toda su existencia”, se lee) que en cinco capítulos compendia siete décadas de la emisora puma. Estaremos pendientes de este aporte a la historiografía mediática.

* * *

En su artículo de El Universal, Javier Corral nos recuerda que la columna “Plaza Pública” de Miguel Ángel Granados Chapa celebra esta semana sus primeras tres décadas.

Heredero de la vena estilística y puntería crítica-reflexiva de Manuel Buendía, Granados en su trayectoria ha sabido mantener su prestigio periodístico gracias a que, como hace años escribí, es de esa rara estirpe en cuyas letras atesora bella prosa, sapiencia, sensibilidad e intuición para desmenuzar y explicar los hechos, y valor para denunciar los excesos del poder.

“Plaza Pública”, sostiene con razón Corral, es un referente para incontables actores políticos y sociales, y agrega el exsenador panista:

Es una columna influyente, y su autor reconocido como uno de los hombres más informados del país. Estilo inconfundible, sin sobresaltos a la razón ni ocasión para el desahogo de fobias personales, es un espacio donde se puede aprender a leer y a escribir. Porque además del uso riguroso del lenguaje está su formación profesional, abogado y periodista, y su honestidad intelectual.

Miércoles 11 de julio

Ahora es Sergio Aguayo quien resalta el cumpleaños de “Plaza Pública”. Rememora que Granados Chapa inició en 1964 su carrera periodística en el semanario Crucero con Manuel Buendía, transitó velozmente por El Universal, vivió los intensos años del Excelsior de Julio Scherer, contribuyó al nacimiento de Proceso, Unomásuno y La Jornada (donde ocupó diversos cargos directivos), publicó fugazmente en El Financiero y desde 1993 ha afianzado su leída columna en Reforma.

Su biografía, como indica el analista político, se fusiona con la historia nacional y el curso de la prensa mexicana y, por ello, le asigna el nombramiento honorífico de “cronista de la transición”.

Su influencia –dice Aguayo– no radica solamente en la cantidad o la pulcritud del lenguaje. Ha sido determinante su puritanismo frente a los privilegios y su obsesión con el dato duro. Escrupuloso al extremo, no acepta ni un boleto para asistir gratis a algún espectáculo. Él mismo explicó a Angélica Palacios Luciano en entrevista para la Revista Mexicana de Comunicación que lo hacía por una “cuestión de ética”: “no tengo por qué no pagar el acceso a ciertos espectáculos. Soy una persona como todas las demás y me atengo a las reglas comunes”. […]

Puritanismo y precisión le han servido para demostrar que se puede dialogar sin capitular con gobernantes famosos por su capacidad para mediatizar y cooptar a periodistas por medio de la corrupción y/o la intimidación. Que analistas como él sobrevivieran día tras día y año con año tuvo un enorme efecto en la transición porque demostraron que era posible enfrentar al autoritarismo de manera pacífica, siempre y cuando se tuviera la evidencia.
Hace 14 años tuve la oportunidad de conocerlo y entrevistarlo. Para entonces relató a los lectores de RMC sus avatares personales en la prensa mexicana. Como sus escritos lo dibujaban, confirmé la estatura de un periodista serio y comprometido con su vocación, con sus lectores ajenos al poder y con las más nobles causas sociales.

Jueves 12 de julio
¡¡¡El colmo de los colmos!!!: ¡que los guaruras del fiscal de la PGR para investigar los actos contra periodistas maltraten a los reporteros que cubren un acto!

Después de haber sido nombrado casi de forma subrepticia y tras un silencio injustificado que se alargaba, Octavio Orellana se vio obligado a dar la cara pública al ser llamado por la Comisión Especial para dar Seguimiento a las Agresiones contra Periodistas y Medios de Comunicación de la Cámara de Diputados. Ahí el funcionario rechazó que México ocupe el segundo sitio internacional como uno de los países con mayores riesgos para ejercer el periodismo. Y como si se tratase de una jugarreta de mal gusto, una vez concluida la reunión con los diputados, varios reporteros fueron repelidos con golpes y empellones por personal de seguridad de Orellana, quien se escabulló penosamente para evitar ser entrevistado. ¿Con qué autoridad moral un hombre con tal actitud puede encabezar una fiscalía especial de actos cometidos contra periodistas? ¿Si llegase una denuncia por esos hechos a la PGR, Octavio Orellana se investigaría a sí mismo? ¿Por qué motivo evadir el cuestionamiento directo o la cercanía de los reporteros e impedir su desempeño profesional?

Viernes 13 de julio
Hoy hace 30 años apareció por vez primera, en Cine Mundial, la columna “Plaza Pública”. El propio Miguel Ángel Granados Chapa narra en Reforma su trayecto profesional y hace ver, en un tono retrospectivo, que la disciplina materna lo moldeó amorosamente en la escritura puntual, la responsabilidad escrupulosa y el apego por el alimento espiritual. Eso en parte lo definió como periodista. Y esa vocación le ha permitido testificar, escudriñar y analizar 30 años de la vida pública mexicana en un espacio periódico que se ha vuelto lectura obligada para un sinnúmero de lectores, entre políticos, estudiantes, periodistas, investigadores…

* * *

Recibo por Internet un nuevo comunicado de Reporteros Sin Fronteras en el que manifiesta su preocupación por las amenazas y boicots publicitarios ocurridos en los días recientes. Particularmente llama la atención el caso del diario guanajuatense AM que denuncia la cerrazón del gobierno local a comprarle espacio para propaganda como medida de presión por su línea editorial crítica al gobierno en turno, encabezado por el panista Juan Manuel Oliva.

Dicho diario, fundado hace casi tres décadas, ha señalado que ese tipo de represalias jamás se presentaron en los peores momentos del priísmo y su control desorbitado del poder. En realidad, lastimosamente no parece tratarse de un hecho aislado sino de una práctica cada vez más recurrente entre gobernantes de origen panista. Para muestra mínima tres botones: 1) En el primer semestre de 2005, La Jornada San Luis no sólo fue excluido de las asignaciones publicitarias del gobierno de Marcelo de los Santos, sino que además le fue negada la entrega de información sobre el quehacer gubernamental. ¿El motivo? No plegarse a la política del gobierno potosino. 2) El semanario Proceso empezó a padecer sequía publicitaria del gobierno federal a partir de fines de 2005 y, con mayor énfasis, a lo largo todo 2006 habida cuenta su cobertura crítica sobre los hijos de Marta Sahagún y de las demandas impuestas por ésta contra la reportera argentina Olga Wornat y dicha revista política tras haber publicado un reportaje sobre las entretelas del divorcio de la primera dama con su primer marido. 3) El director del noticiario Monitor ha denunciado un bloqueo económico y publicitario, orquestado originalmente por el gobierno foxista y aparentemente seguido por el nuevo gobierno. Las razones que aduce el principal afectado es el haber dado notable espacio mediático a Andrés Manuel López Obrador antes y durante el proceso electoral y en el trascurso del periodo poselectoral.

Las autoridades de gobierno tienen toda la libertad de anunciar sus actividades en donde mejor les parezca, pero dentro del abanico de posibilidades para su inversión publicitaria resulta “extraño” –por decir lo menos– que soslaye a espacios cuya penetración y presencia están fuera de dudas y que además se han distinguido por asumir posturas adversas al gobierno en turno.

¿Regresamos al tiempo del “no pago para que me peguen”?
La definición de criterios claros, transparentes y objetivables en la asignación publicitaria gubernamental, al margen de discrecionalidades o condicionamientos, se hace ahora más necesaria que nunca.

Sábado 14 de julio
He releído un libro que conocí hace casi 10 años y me dejó empapado de cavilaciones. Su título es La escafandra y la mariposa de Jean-Dominique Bauby. En alguna mudanza quizás lo extravié y lo estuve buscando por años sin éxito. Hace pocos días lo hallé en una edición a ojos vistos de factura pirata y no pude evitar adquirirlo. Sus páginas recogen una historia personal que impacta y conmueve, sin dejar de incitar meditaciones varias. Sucede que en diciembre de 1995, el editor de la revista Elle, Jean-Dominique Bauby, inexplicablemente sufrió un accidente cardiovascular que primero lo llevó a un estado de coma y a la postre lo dejó inmovilizado de pies a cabeza. Su vida da un vuelco perturbador: empieza a vivir la vida de un hombre aprísionado en su propio cuerpo, percibiendo el mundo desde su escafandra física, enclaustrada su voluntad de comunicarse con la lengua, con gestos, con caricias… Su único contacto con el exterior es el párpado de su ojo izquierdo y hace de él una maravillosa llave para abrir las compuertas de su interioridad, para dejar aflorar sus impresiones de un entorno que le revuelve el alma. ¿Cómo sacó a flote esas expresiones que configuraron al final del camino un libro? Una persona le desgranaba lentamente el alfabeto en función de su frecuencia en francés y Jean-Dominque con un guiño detenía a su auxiliar en la letra que debía anotar. La maniobra se repetía hasta formar palabras, renglones, párrafos y capítulos. Antes de esa tarea, por ello, el editor se sumergía en sus recuerdos, sus sueños, sus aflicciones y sus fantasías para después casi dictarlas de memoria. En esta inmersión autoobservadora pareciera que su autor aminorar sus cadenas al ir liberando sus revoloteo de palabras.
Domingo 15 de julio
Más que deprimente, La escafandra y la mariposa se revela como una obra estimulante y esperanzadora para los lectores. Siempre subyace en ella el tema de la comunicación humana y la capacidad de todos nosotros para potenciarla bajo la voluntad y el autodescubrimiento, aun en medio de la incertidumbre, y para nutrirla con el aletear de las coloridas mariposas que viven en nuestra mente.


Director de la Revista Mexicana de Comunicación, presidente de la Fundación
Manuel Buendía y profesor de periodismo de la FES Acatlán de la UNAM.
Correo electrónico: lapidiarium@yahoo.com.mx

El siguiente es un ejemplo de cómo debe citar el artículo anterior:
Martínez Sánchez , Omar Raúl, 2007: «Granados Chapa»,
en Revista Mexicana de Comunicación en línea, No. 105, México, julio. Disponible en:
http://www.mexicanadecomunicacion.com.mx/rmc/omar.htm
Fecha de consulta: 19 de julio de 2007.

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