Y ahora, la Cofetel
El Universal, Finanzas,19 de junio de 2007
Telecom y medios
Gabriel Sosa Plata
Activo, el presidente de la Cofetel, Héctor Osuna, ha tenido en los últimos días una intensa presencia en diferentes espacios informativos para: a) convencernos de que los cambios a la «ley Televisa» fueron «cosméticos», b) que pese a los cuestionamientos por su actuación como defensor de dicha contrarreforma y por la manera en cómo llegó al órgano regulador, él permanecerá en el cargo porque fue una decisión del ex presidente de México, y c) que el futuro de la radio digital terrestre está en riesgo.
Pero Osuna no convence. ¿Los cambios a la «ley Televisa» fueron «cosméticos»? Decir eso es subestimar los alcances de la acción de inconstitucionalidad. Como se ha dicho antes, la sentencia de la Corte extirpó el corazón de la contrarreforma al anular los refrendos a perpetuidad y la posibilidad para que los empresarios de la radio y la televisión puedan prestar servicios de telecomunicaciones sin necesidad de una contraprestación económica.
En cuanto a la radio digital terrestre, nada impide que el secretario de Comunicaciones y Transportes adopte el estándar tecnológico de ese medio de comunicación, con base en los mismos artículos constitucionales (el 25 y el 27) que le permitieron hacer lo mismo en cuanto a la televisión digital terrestre. La diferencia es que ahora el gobierno no podrá otorgar discrecionalmente las frecuencias nuevas en caso de que los radiodifusores requieran canales adicionales para la transición digital, sino que tendrá que hacerlo por la vía de la licitación. Esto se advirtió desde un principio, pero aún así diversos radiodifusores decidieron avalar la contrarreforma.
Y, en efecto, Héctor Osuna fue nombrado por el ex presidente Vicente Fox, el mismo que se negó a atender el dictamen técnico elaborado por su secretario de Comunicaciones y Transportes y que advertía las deficiencias de la «ley Televisa», el mismo que incurrió en la irresponsabilidad de publicar reformas contrarias a la Constitución, el mismo que impulsó el decretazo del 2002 (con el que se dio prácticamente fin al llamado tiempo fiscal y por vía modificación del reglamento de radio y televisión avaló los excesos de la publicidad que hoy padecen los televidentes) y otras acciones más a favor del duopolio de la televisión. Esa es su principal defensa, pero también su principal debilidad, ya que llegó a esa posición, al igual que el resto de los comisionados, como resultado de un proceso cuestionado en todas sus fases.
Se trata de un dilema ético y político. Pero a Héctor Osuna y a otros tres comisionados impugnados (Eduardo Ruiz Vega, Ernesto Gil Elorduy y Gerardo González Abarca) parece no importarles mucho. Los cuatro, junto con José Luis Peralta, pueden ser los mejores comisionados del mundo. Incluso, hay quienes aseguran -algunos de los regulados, claro- que han hecho muy bien las cosas (por ejemplo, las reglas sobre portabilidad publicadas la semana pasada o su buena disposición para otorgar al gobierno del Distrito Federal un canal para televisión digital). Aunque así fuera, los ha perseguido y los perseguirá por varios años más la falta de legitimidad y de credibilidad. ¿Están dispuestos a soportarlo? ¿por cuánto tiempo? ¿vale la pena aguantarse por el sueldo, por el orgullo o porque consideran que son indispensables e insustituibles en la Comisión o por el sólo hecho de que los nombró el ex presidente Fox con el aval de Televisa y Televisión Azteca?
Se asegura que el presidente Felipe Calderón tiene ahora el balón en sus manos. Puede ser pero ¿está dispuesto a aprovechar el momento y buscar los argumentos jurídicos para llevar a cabo el cambio de los comisionados de la Cofetel, incluido el de su presidente, más allá de lo que proceda con los amparos interpuestos por sus funcionarios, Rafael del Villar y Gonzalo Martínez Pous, en contra del Senado por objetarlos para ocupar posiciones en dicho órgano regulador? ¿De qué está hecho el presidente de México?, es ahora la pregunta después de que los ministros de la Corte nos demostraron su propia hechura.
Si el presidente habla a través de su secretario de Comunicaciones y Transportes, Luis Téllez, entonces muy poco podemos esperar porque si bien este último ha dicho con valentía una y otra vez que el órgano regulador está capturado por los regulados (el 8 de junio incluso proporcionó un ejemplo revelador a Carmen Aristegui en W Radio) no ha existido la misma contundencia en las acciones a tomar para recuperar a la Cofetel, lo cual se vuelve indispensable antes de dotarla de una autonomía plena, como parte de la reforma al marco legal de la radiodifusión y las telecomunicaciones a la que se han comprometido, aún con timidez, algunos legisladores.
Mayor inversión extranjera
Se especula que la empresa Telefónica (Movistar es una de sus marcas) está detrás de la iniciativa presentada la semana pasada en la Cámara de Diputados, cuyo propósito principal consiste en abrir la inversión extranjera en más de 49% en el sector de las telecomunicaciones (telefonía fija, televisión por cable y por microondas, entre otros, como ya ocurre con la telefonía celular).
La iniciativa presentada por cuatro diputados del PRI (José Luis Aguilera, Miguel Ángel Jiménez Godínez, Mauricio Ortiz Proal y Víctor Samuel Palma César) sin ningún antecedente en las telecomunicaciones, busca reformar sólo un inciso (el décimo de la fracción III del artículo 7) y una fracción (la novena del artículo 8 ) de la Ley de Inversión Extranjera.
De aprobarse, la iniciativa tendría consecuencias en las concesiones de bandas de frecuencias y en las redes públicas de telecomunicaciones (fracciones tercera y cuarta del artículo 11 de la Ley Federal de Telecomunicaciones), ya que lo relativo a las posiciones orbitales, sus bandas de frecuencias y derechos de emisión y recepción fue excluido.
En el documento se establece que esta apertura a la inversión extranjera sólo será posible «siempre y cuando a juicio de la Comisión (se refiere a la Cofetel) prevalezcan en el país de origen de la inversión extranjera condiciones similares de apertura para la inversión nacional en telecomunicaciones», es decir, se busca que haya reciprocidad. En la SCT ven con simpatía esta iniciativa.
Profesor e investigador invitado de la AUM Cuajimalpa. Columnista de El Universal y
coordinador del Consejo Editorial de la Revista Mexicana de Comunicación. http://radiomexicana.blogspot.com
El siguiente es un ejemplo de cómo debe citar el anterior artículo.
Sosa Plata, Gabriel, «Y ahora, la Cofetel» en El Universal,
México, 19 – VI – 2007, Telecom y otros medios, Finanzas.