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• El caso de Loret De Mola desató polémica sobre la cobertura de la vida privada.
• Uno de los aristas poco analizado es el de la perspectiva de género y las relaciones de poder.
• «Loret era el jefe de Laura G y por más consentida que pudiera ser la relación entre estas dos personas, no se puede negar que Carlos Loret entabla, si es que efectivamente sucedió, una relación íntima con una subordinada desde una posición de poder».

Captura de pantalla: @CarlosLoret en Twitter.com

Por Pilar Ramirez

 “Es (…) falta de linderos lo que permite a un delincuente ocasional convertirse en sicario. A un policía en delincuente. A un funcionario en ratero. Los periodistas que no determinan sus propios límites editoriales deberían saber, al menos, qué parte escogen de la náusea. O si se asumen como vulgares sicarios de la (des)información.

“No me corresponde saber qué hay detrás de lo ocurrido a Carlos Loret de Mola. El famoso periodista (tiene un millón 156 mil 371 seguidores en Twitter) no requiere que alguien lo defienda, y menos de una revista «infame», y un diario cómplice.

“Aclaro: La vida privada de las celebridades es nota si éstas la exhiben de manera irresponsable. Igual si, tras el velo de lo privado, se desprenden consecuencias graves para la vida de una comunidad y, por lo mismo, deben darse a conocer. El affaire Loret no es el caso”.

Todo lo anterior lo escribió con indignación el periodista José Cárdenas acerca de las notas que se desataron después de que una revista de espectáculos publicó fotos del conductor titular del noticiario matutino Primero Noticias, teniendo, en apariencia, un encuentro íntimo en una cabaña, con Laura G, su colaboradora.

Pepe Cárdenas, en el artículo titulado “Destrocen a Carlos Loret” fustiga aún más al diario Reforma porque tomó el tema y ahondó en la información sobre él; lo acusó de invadir la intimidad del conductor, lo que califica de ausencia de ética profesional. “Que TV Notas se vaya a la basura y que tapen el bote con Reforma” remata el periodista.

Yo recuerdo que Primero Noticias dio a conocer casos como el de Fernando Lugo, el presidente de Paraguay, cuando, ya como mandatario de su país, y después de haber abandonado el sacerdocio, se supo que tenía hijos, fruto de relaciones que había mantenido con varias mujeres. Lugo engendró en la intimidad a sus hijitos, hasta donde se sabe lo hizo con mujeres adultas y la ausencia de información en contrario hace suponer que fueron relaciones consentidas por ambos. Nunca se supo que haya invitado a noticiario alguno a atestiguar cómo se convirtió en padre, sin embargo, el hecho fue reportado por cientos de ellos, incluido el que conduce Loret.

El escándalo sexual en que se vio envuelto el ex director del Fondo Monetario Internacional, Dominique Strauss Kahn, acusado de intento de violación por la camarera de un hotel nuevayorkino también fue puntualmente cubierto por Primero Noticias. Para no ir muy lejos, en esta misma semana el programa de noticias matutino dio a conocer que la justicia de Estados Unidos desestimó los cargos contra Strauss, pero que ahora enfrenta una nueva acusación, también por intento de violación, por parte de una periodista francesa.

Los diarios, noticiarios de radio y televisión, así como las páginas noticiosas de internet se ocupan constantemente de los escándalos sexuales en los que se ven involucrados a menudo famosos y políticos, y no sólo en las secciones de espectáculos. No recogen únicamente los casos en los que, presuntamente, se incurre en delitos como los casos de Berlusconi, Strauss o el ex presidente de Israel Moshe Katsav quien se vio precisado a renunciar al cargo en 2007, después de que un tribunal lo condenó a siete años de cárcel por una violación cometida en 1998, cuando se desempeñaba como ministro de Turismo. También se ocupan de los casos en que no había delito; los que, como dice Pepe Cárdenas, ocurren tras el velo de lo privado. El asunto mismo del presidente Lugo, el del ex gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, quien admitió la existencia de un hijo fuera del matrimonio que tuvo con una empleada doméstica o el del ex senador demócrata John Edwards, cuya carrera política sufrió un severo descalabro cuando admitió que había mantenido un romance con una integrante de su equipo de campaña mientras su esposa luchaba contra el cáncer. Es decir, aquellos en los que priva un enjuiciamiento moralista.

Los conductores del programa de debate Tercer Grado, también de Televisa, se solidarizaron con su compañero. “Prensa carroñera” acusó Carlos Marín, venganza de Reforma dictaminó Joaquín López Dóriga, Denise Maerker dio una receta: la vida privada de las personas públicas sólo debe tocarse cuando tiene relevancia a nivel nacional.

Veamos. ¿El conductor de Primero Noticias reflexionará, en adelante, si las notas sobre escándalos sexuales son de relevancia nacional? ¿De qué nación se habla? ¿A México le afecta la vida sexual de Fernando Lugo? ¿La del Governator? Esto, sólo por lo que se refiere a la credibilidad y la autoridad que tendrá el conductor para reportar estos escándalos, que sí es un asunto público y de relevancia nacional, pues todos los días, por la mañana, le damos la prerrogativa de informarnos.

Ninguna de las notas que leí sobre el caso se ocupó del asunto desde una perspectiva de género. Carlos Loret era el jefe de Laura G y por más consentida que pudiera ser la relación entre estas dos personas, no se puede negar que Carlos Loret entabla, si es que efectivamente sucedió, una relación íntima con una subordinada desde una posición de poder. En cambio, escuché distintos comentarios sobre la conductora que la señalan como “trepadora”. Le critican que “se haya metido con él” sabiendo que era casado. ¿Y la posición superior de su jefe no entró en juego? ¿El status de casado no lo conocía mejor el propio conductor que Laura G?

La legislación que preserva los derechos de las mujeres atiende este asunto, que ocurre tanto entre famosos como entre perfectos desconocidos. El ejercicio del poder para conseguir favores sexuales no siempre es violento. La mayoría de las ocasiones se disfraza de cortejo.

¿No será que nos inclinamos a justificar este hecho común y corriente precisamente porque se trata de un famoso? Un famoso carismático además, por lo que se nos desdibuja la agresión que entraña utilizar una posición de poder para entablar una relación de este tipo.

¿Y no será también que el gremio periodístico tiene la piel muy suave y le incomoda sobremanera verse expuesto?

ramirez.pilar@gmail.com