Revolución digital

Román Gubern

Carmen Gómez Mont

 Las  innovaciones  tecnológicas  pueden  pensarse  desde  muy  diversas  perspectivas.  Comúnmente  se  les  analiza  a  partir  de  la  proliferación  de  aparatos  y  servicios.  Sin  embargo,  hasta  ahora  es  poca  la  atención  dirigida  a  los  nuevos  lenguajes  que  surgen  precisamente  de  lo  digital.  Hablar  de  imágenes  digitales  y  de  la  serie  de  vertientes  que  las  conectan  con  una  pluralidad  cada  vez  más  avasalladora  de  aparatos,  redes  y  servicios,  resulta  fascinante,  sobre  todo  cuando  esta  visión  parte  de  un  especialista  de  la  talla  de  Román  Gubern.

Durante tres días, el experto en historia del cine Román Gubern impartió en junio en el ITESM-Campus Ciudad de México, el seminario “La construcción de la imaginación”, en el cual habló sobre la evolución de la imagen cinematográfica destacando la importancia de las imágenes digitales. Román Gubern es probablemente el historiador y crítico de cine más reconocido en el mundo de habla hispana. Él atribuye enormes potencialidades a la cámara. Señala que el ojo está sujeto a pasiones y que, por lo tanto, no es capaz de ver (registrar) todo lo que mira. En cambio, la cámara todo lo ve. Por ello afirma que las TIC permiten aprehender al mundo real con mayor veracidad; sin embargo, nadie duda que la misma tecnología digital permita alterarlas posteriormente.

Las primeras cámaras digitales aparecieron en los años noventa y han evolucionado a tal grado que cada vez son más compactas, más versátiles (en celulares y otros minicomponentes) y manejables. Además, lo digital converge con tecnologías analógicas como el  super 8, la televisión, la fotografía y el video. Este avance tecnológico ha permitido crear nuevas secuencias en el cine, nuevos tipos de textura, una nueva estética, es decir: la digital.

A finales del siglo XX, las imágenes digitales irrumpieron en las pantallas caseras, del cine y de la computadora. Gubern las definió como imágenes discontinuas y numéricas porque “su vida es el píxel”. Él se remontó a ciertos pasajes de la historia de la pintura para señalar que la idea de descomponer las imágenes en expresiones numéricas no data del siglo XX. Como antecedentes de lo digital habló de las pinturas de mosaico, de las termas romanas, de los tapices pertenecientes a la Edad Media y al Renacimiento, que ya tienen una estructura digital, así como de la pintura puntillista. Esto nos hace ver que la idea de fragmentar a la imagen para después recomponerla es un principio que data de varios siglos atrás.

Gubern afirma que lo digital implica una revolución técnica y cultural; por ejemplo, hay imágenes analógicas que se pueden digitalizar, pero también hay imágenes digitales que no existen en la realidad, que sólo pueden verse en la computadora (como los dinosaurios de Parque Jurásico).

Los efectos cinematográficos también se están constituyendo a  partir de lo digital: La guerra de las galaxias, Titanic, Harry Potter. Es así como lo digital se convierte en una industria poderosa. Empresas en Los Ángeles, señala Gubern, están comprando derechos de autores fallecidos y los reviven como ciberestrellas. La industria del videojuego también constituye otro canal de explotación (Final Fantasy, Lara Croft).

Cada una de estas posibilidades son realmente sorprendentes. Hoy día todo se puede hacer con una computadora, pero Gubern destaca que no es lo mismo asombrar, que emocionar, y lo realmente fuerte de la imagen radica en su potencial para generar emociones. De allí su potencial educativo, pues a través de ellas se pueden comprender conceptos, entender situaciones, crear posturas; el asombro, en cambio, es espectacular y no pasa de esa línea.

Una de las aportaciones más interesantes realizadas por el autor catalán durante el seminario, radicó en el análisis sobre lo que él ha conceptualizado como las cuatro pantallas: cine, televisión, computadora y móvil. Esas cuatro vertientes de la imagen digital están interrelacionadas: “se trata de un sistema en red que es clave para entender la cultura contemporánea y a las mismas tecnologías”.

Román Gubern cuestiona así la tesis de Marshall McLuhan que señalaba que “el medio es el mensaje”. Plantea con justa razón: “las TIC son delegaciones de facultades en las cámaras. Por ejemplo, la cámara de vigilancia es un ojo que se alimenta a sí mismo. Así, hay un cambio de paradigma en lo digital y ésta es justamente su labor en la actualidad: investigar el proceso de construcción de la imagen digital en torno a sí misma, es decir, como pixeles; pero también comprenderla en relación con los medios tradicionales como el caso del cine, la televisión y el video.

Ante tal panorama, hay un aspecto que es fundamental y que aún ha sido poco explorado por los investigadores del campo: las consecuencias culturales y sociales a las que llevará el tratamiento digital de las imágenes en las pantallas mencionadas.

Investigadora. Correo electrónico: cegomo_8@hotmail.com

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