Prisa sin Polanco

La rueda de la fortuna

Prisa sin Polanco

Francisco Vidal Bonifaz

Economista y periodista. Analista de medios y
consultor en estrategias de comunicación.

Falleció Jesús de Polanco, el principal accionista y animador del consorcio español Promotora de Informaciones (PRISA).

Polanco heredó una robusta institución que el año pasado se convirtió en el principal grupo de medios de habla hispana, desplazando a un segundo lugar a la mexicana Televisa. Llegó a la corona de lo que la propia PRISA ha bautizado como «la industria del español».

El año pasado, el consorcio que tiene su sede en Madrid, logró alcanzar una facturación equivalente a tres mil 531 millones de dólares (dos mil 812 millones de euros), todavía muy lejos de las cotas de los grandes trasatlánticos mediáticos como Time Warner, Viacom-CBS, Bertelsmann, News y Disney, acostumbrados a facturar más de 20 mil millones de dólares al año, pero sí se ha ganado un lugar de privilegio dentro del mercado de información y entretenimiento en español.

PRISA y Polanco basaron buena parte de su éxito en algunas divisas cada día más escasas en el mundo de los medios contemporáneos: credibilidad y confianza. Estos son los atributos que todavía mantiene —pese a ciertos devaneos— el diario El País, sin lugar a dudas el buque insignia de la agrupación.

El segundo elemento de éxito de Polanco fue diversificar poco a poco —y más recién, aceleradamente— el portafolio de las inversiones del grupo.

Si bien su incursión en los negocios se inició con la editorial Santillana, dio un gran paso adelante cuando se convirtió en uno de los principales animadores del diario El País, fundado en 1976 y que abriría una nueva época en el periodismo en español.

La expansión PRISA la llevó a convertirse en una compleja agrupación partida en seis divisiones, entre las que desataca el área audiovisual, que reporta 45.2 por ciento de los ingresos anuales del grupo y el segmento de prensa que aporta 20.1 por ciento de la factura anual.

Así, al negocio tradicional de los medios impresos, se ha sumado el de la televisión —o producción audiovisual, en su sentido más estricto—, una cadena de más de mil 200 emisoras de radio, una división de productos digitales (portales de internet, entre otros), y el perímetro de influencia de PRISA se completa con negocios de publicidad, mercadotecnia y de impresiones.

La diversificación no es sólo entre diversas actividades, sino que se expresa también en la presencia del consorcio en 40 países de habla hispana y portuguesa, México incluido. Así, los negocios más allá de las fronteras españolas aportaron 15 por ciento de sus ingresos anuales en 2006.

Polanco también supo ganarse un lugar dentro de la élite española, reconociéndosele un lugar de primer orden en el proceso de transición a la democracia, que se plasmó, paso a paso, en las páginas de El País.

Incluso sentó las bases para el proceso de sucesión generacional en PRISA, pues desde el pasado lunes su hijo, Ignacio Polanco, tomó las riendas de la dirección del grupo, gracias a que su familia y la de Francisco Pérez González, controlan directa e indirectamente cerca de 60 por ciento del capital de la agrupación.

Y por último, pero no menos importante, Polanco deja una fortuna personal que la revista Forbes valúa en tres mil millones de dólares, un monto que no es precisamente de los más altos dentro de los millonarios
españoles.

Ahora, sólo el tiempo podrá dejarnos ver si PRISA continúa siendo fiel a sus principios de credibilidad y profesionalismo que la caracterizaron durante la gestión de Jesús de Polanco.

El anterior artículo debe citarse de la siguiente manera:

Vidal Bonifaz, Francisco,»Prisa sin Polanco», en Excelsior,
México 25-VII- 2007, Dinero

Televisa: bingos en televisión abierta

El Universal, Finanzas, 24 de julio de 2007

Telecom y medios

Gabriel Sosa Plata

Televisa se prepara para lanzar sus negocios de apuestas a través de una de sus redes nacionales de televisión

Motivada por los éxitos hasta ahora alcanzados con sus salones de bingo y salones de apuestas, la empresa de Emilio Azcárraga Jean solicitó recientemente al gobierno federal las autorizaciones correspondientes para ofrecer bingos a través del canal 2 de televisión.

Como si no fuera suficiente el bombardeo de teleconcursos y sorteos, independientemente de los excesos en la transmisión de publicidad en horarios estelares y los llamados infomerciales, Televisa presiona a la Secretaría de Gobernación para que se destrabe el permiso que le permitiría ofrecer bingos en los más de 20.7 millones de telehogares que pueden sintonizar “el canal de las estrellas”.

Por supuesto la noticia no es nueva. Desde que el ahora senador y líder de su bancada Santiago Creel le otorgó en mayo de 2005 como secretario de Gobernación los permisos para operar 65 salas de sorteos de números y 65 centros de apuestas remotas, Televisa tenía claro que parte del negocio de las apuestas podía tener un mayor éxito si la estrategia se armaba desde la televisión abierta y más aún si los permisos referidos contemplaban esa posibilidad.

Una nota de Scotia Inverlat Casa de Bolsa, fechada el 9 de junio de 2005, elaborada a propósito de la entrega de los permisos, describe claramente lo que hace poco más de dos años se propuso Televisa y que en la administración de Felipe Calderón tiene el objetivo de concretar:

“La intención inicial de Televisa —dice el reporte bursátil— es arrancar este negocio de apuestas aprovechando la enorme infraestructura que tiene en sus diversos sistemas de televisión y de distribución de revistas, aunque está evaluando la posibilidad de operar centros de apuestas en diversos estados de la República Mexicana. Probablemente buscarían hacer una especie de bingo nacional a través del canal 2 en los noticieros deportivos de este canal, mediante la venta de tarjetas que serían distribuidas a través de su amplia red de distribución de revistas. De ser así, el negocio podría ser aún más rentable y con retornos de menor plazo…”

En el 2006, Televisa abrió cinco salones de bingo y salones de apuestas deportivas bajo el nombre de Play City, con una inversión inicial de 22.5 millones de dólares. Le ha ido bien con este negocio, por lo que planea abrir 60 centros de apuestas más antes del año 2012, pero no han quitado el dedo del renglón para extenderse a la televisión abierta por los beneficios económicos que podría generarle la difusión masiva de esta forma de entretenimiento tan cuestionada en muchos países.

En la Secretaría de Gobernación han rechazado hasta ahora la solicitud de Televisa. De hecho, el mismo titular de la dependencia, Francisco Ramírez Acuña, se comprometió ante los diputados de no otorgar más permisos para centros de apuestas (La Jornada, 24 de mayo 2007). Sin embargo, las presiones se acrecientan conforme pasan los días y esto podría convertirse en un problema más del sector para el gobierno de Felipe Calderón.

Más allá del aspecto político, el tema de las apuestas en televisión abierta debe discutirse ampliamente y de cara a la sociedad. ¿Cuáles son sus consecuencias? ¿en qué beneficia a la sociedad mexicana, al sector de los medios de comunicación y las telecomunicaciones, al país mismo? Para no ir más lejos, a fines del año pasado el Senado de Estados Unidos, con el aval del presidente Bush, prohibió las apuestas en internet (como ya sucede en televisión abierta). El debate fue intenso y aleccionador, pero se llegó a la conclusión que estas prácticas son en general nocivas para el país y las personas pueden ser presa fácil de los fraudes.

Creel, apuestas y CFC

Y mientras Televisa busca ampliar los beneficios de los permisos para su negocio de apuestas, su otorgante, el ahora senador Santiago Creel, vive una campaña de desprestigio en su contra implementada por la misma televisora. “No le demos vueltas al asunto. Su molestia, Sr. Azcárraga, no tiene que ver con algo que nunca expresé sobre mi precampaña, sino con mi posición crítica en torno a las reformas a las leyes de medios”, manifiesta el coordinador de los senadores del PAN en carta fechada el 19 de julio.

Ante lo difundido por la televisora, el senador ha solicitado el derecho de réplica, pero se le ha negado. Nueva paradoja. El derecho de réplica fue supuestamente garantizado en una reforma al Reglamento de la Ley Federal de Radio y Televisión (complemento del llamado “decretazo” del 2002), promovida durante la gestión de Creel como secretario de Gobernación.

La nueva embestida de Televisa se da en el marco de la autorización, con ciertas condiciones impuestas por la Comisión Federal de Competencia (CFC), para adquirir 49% de Cablemás. Con esta adquisición y la de TV Internacional (Cablevisión de Monterrey), Televisa acaparará más de la tercera parte de la televisión restringida en el país.

Los argumentos expresados por el presidente de la CFC, Eduardo Pérez Motta, sobre la pertinencia de autorizar esa operación, no son sin embargo convincentes. Dice el funcionario que este es un paso decisivo para lograr mayor competencia en el mercado de la telefonía. El problema elemental es que los beneficiarios de la convergencia continúan siendo los mismos operadores dominantes de la televisión y las telecomunicaciones.

¿Y las pequeñas y medianas empresas del sector? Bajo esa lógica, entonces pues de una vez hay que establecer las condiciones para que Telmex le entre al mercado de la televisión abierta y no sólo al de la restringida.

De esta manera, Televisa tendría como contrapeso a Telmex y la telefónica a Televisa. Más allá de esta visión simplista, lo que resulta claro es que no existe una política pública sobre el sector.

Las decisiones de la CFC no van acompañadas necesariamente con la visión del gobierno ni los legisladores ni de la misma sociedad.

Fortalecer más a Televisa va más allá de la lógica netamente económica o de mercado.

Quizás en la CFC sólo exista ese criterio, pero aquí hay un elemento de poder, del robustecimiento de uno de los llamados poderes fácticos en un país que con dificultades avanza en su democracia.

Profesor e investigador invitado de la AUM Cuajimalpa. Columnista de El Universal y
coordinador del Consejo Editorial de la Revista Mexicana de Comunicación. http://radiomexicana.blogspot.com

El siguiente es un ejemplo de cómo debe citar el anterior artículo.

Sosa Plata, Gabriel, «Televisa: bingos en televisión abierta» en El Universal,
México, Num. 32, 780, 24 -VII- 2007, Telecom y otros medios, Finanzas.

Decreto

El Financiero, 23 de julio de 2007

Botica

Decretar

 

Pedro Aspe, según algunos el mejor economista del país (¿cómo serán los otros?) dijo que la serie de problemas que vivíamos eran “Mitos geniales”. La gran mayoría de ellos no sólo continúan su paso, sino avanzan a zancadas. Francisco Ramírez Acuña, el inverosímil secretario de Gobernación, dio por cerrado el asunto de Zhenil Ye Gon, en tanto el monstruo crece y va devorando lenta pero sistemáticamente la credibilidad gubernamental. Estos dos ejemplos muestran como los políticos no ven o quieren ocultar los graves peligros de la nación. En esa línea está Ulises Ruiz, el góber represor y simulador de Oaxaca. Luego que salió la PFP de la entidad, Ulises dijo que todo estaba bajo control. Pero no fue así. Hace poco hubo otra represión de los inconformes; uno de ellos está al borde de la muerte y hay varios desaparecidos. Y hoy, por desgracia, puede haber otro baño de sangre en la vieja Antequera. El motivo, la tradicional Guelaguetza, fiesta típica de esa entidad, llamada también el Lunes del Cerro. Según lectora que se identifica, el régimen ulisiano adquirió toletes a granel, cinco mil cartuchos y cantidad de gases lacrimógenos. A los burócratas les regaló cinco boletos a cada uno y les dio 300 pesos para asistir a la fiesta, con la observación que no llevaran niños. A varios columnistas, Ruiz les envía dinero a manos llenas e incluso firmó un convenio con el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM para unas supuestas reformas legales. Es decir, mientras continúa apaleando a los opositores, se cubre por otros lados. Hay que estar atentos a lo que suceda este 23 de julio en Oaxaca. La represión, la corrupción, la amenaza no puede ser la forma de gobernar. Algo que tiene como ideario Ulises Ruiz. Bueno, hasta el centenario Andrés Henestrosa aparece en televisión llamando asistir al festejo. El horno no está para bollos. Cuidado.

La misma línea

Conocedores del asunto nos indican que el nuevo fiscal que supuestamente investigará los delitos contra periodistas, el señor Octavio Orellana Wiarco, quien mandó a sus policías a golpear reporteros, y el cual ya está siendo investigado por la muy lenta y desprestigiada CNDH, era uno de los operadores de Ulises Ruiz en el bonito arte de seducir periodistas. ¿Por qué entonces lo nombró Eduardo Medina Mora? Nadie da una respuesta pero que es un desatino, ni duda cabe. Entre los propuestos se desechó a Luis Martínez Fernández del Campo, individuo respetable. Pero eso último en el gobierno actual es un defecto, más que virtud. Lo actual es ser sordo y violento.

Increíble

El director del IPN, Enrique Villa, premió hace poco a Jorge Gutiérrez Vera, egresado de dicha institución, por sus méritos profesionales. Pero resulta que el señor Gutiérrez, encargado de la Comisión de Luz y Fuerza del Centro, ha impedido hasta ahora que 2231 viviendas construidas en 2006 tengan luz. Y en 2007, de 44 conjuntos habitacionales construidos por el gobierno capitalino, 20 no cuentan con el servicio. Mientras los posibles habitantes están en carpas o a la intemperie. Como siempre, la burocracia recibe altos salarios, galardones y homenajes y los de abajo viven en la desesperación. ¿Hasta cuándo hará su trabajo bien dicho servidor público

Lecciones

Dice muy correctamente Fernando Savater en: La vida eterna (Ariel): “La charlatanería es peor enemiga de la verdad que la mentira”. Y citando a Campoamor nos recuerda; “En este mundo traidor/ nada es verdad ni mentira/ todo es según el color/ del cristal con que se mira”. Las dos sentencias son parte de un trabajo de investigación sólido, vasto, elegante, puntual para demostrar que lo peor es dejarse llevar por mitos, dogmatismos, tonterías. Excelente en esta época de religiones chafas.

Libertarios

La noruega Asne Seiestad conoce y vive con el librero afgano Sultan Kahn. Ella empieza a darse cuenta de cómo en ese país invadido por Estados Unidos, las represiones se imponen y muchas de ellas son transgredidas a pesar que todo debe hacerse en sigilo. En: El librero de Kabul (Océano), Asne hace un relato intenso, maravilloso de aquellos que tratan de entender el mundo, los cuales son más abiertos, felices, dispuestos a enfrentar con una sonrisa los peores desafíos. Algo que será terrible y emocionante en grado extremo para las mujeres, ya que en los países donde la religión es ciega, están casi en el esclavismo.

Descubrimiento

Moisés Ramos Rodríguez es un periodista activo, sagaz, ilustre en Puebla. Ahora nos emociona con su poemario, muy bien editado: Olvido es nuestro nombre (Educación y cultura). Una sola muestra: “No hay escape/ todo ha pasado/ Desde hace siglos/ olvido/ moldeado por el viento: / como arena del desierto/ borró todo vestigio de historia venidera/ No hay vino que serene esta angustia/ Riesgo es/ morir o vivir”

Periodista de El Financiero y El Universal.
Correo electrónico: jamelendez@prodigy.net.mx

El siguiente es un ejemplo de cómo debe de citar el artículo anterior:

Meléndez Preciado, Jorge, 2007: Decreto «,
en Revista Mexicana de Comunicación en línea, No. 105, México, julio. Disponible en:
http://www.mexicanadecomunicacion.com.mx/Tables/rmxc/melendez.htm
Fecha de consulta: 23 de julio de 2007.

De cantinas y soles

Alberto Domingo y Feliciano Bajor

Jorge Meléndez Preciado

Mientras que la sapiencia de Alberto Domingo perdurará más que los análisis de muchos, Feliciano Bejar se abrió un espacio por su valor, decisión y la forma de su trabajo.

            Recto siempre, con una disciplina inquebrantable, incluso cuando bebía; maestro del lenguaje, solidario con sus compañeros, no mostraba su acercamiento frecuente con las mujeres realmente desenfadadas, aunque en su columna “La vida airosa” –que tiene gracia, garbo, desenvoltura, según el Larousse— compartía sus experiencias y defendía la cultura está en todas partes.

            Alberto Domingo acudía con frecuencia a uno de los templos del beber que ahora es un restaurante más con licencia de cantina, Latino, ubicado a la vuelta de la revista Siempre!, muy cerca del Paseo de la Reforma, y de lo que fueron unas instalaciones de la Procuraduría General de la República, donde se torturaba sin cesar.

            Luego de corregir las páginas de la publicación fundada por José Pagés Llergo, donde escribieron lo mismo Víctor Rico Galán –compañero de andanzas de Alberto–, Vicente Lombardo Toledano, Nemesio García Naranjo, Indalecio Prieto, José Natividad Rosales y muchas plumas más que hicieron el debate hasta los años setenta del siglo pasado, Domingo no se perdía jornada alguna y encaminaba sus pasos al antaño popular centro de perdición- bendición mencionado.

            Pero no era su única parada. De vez en cuando acudía al Club de Periodistas, en la calle de Filomeno Mata, cuando se podía ir a beber cubas o chelas, y generalmente Alberto se encontraba solo. Recuerdo la primera vez que lo vi. Lo abordamos varios amigos, entre ellos Víctor de Santiago  –que es o fue director del periódico colimense, Ecos de la Costa–. Le preguntamos tímidamente: ¿Usted es el maestro Alberto Domingo?”. Contestó enérgica y rasposamente: “¡No!”. Tratamos de insistir, pero dijo enfático: “Si continúan molestándome, llamo a la policía”. Nos retiramos con el alma hasta el suelo y fuimos a la pomposa y reconocida cantina Ópera, que siempre fue un mito y no una sucursal para la diversión y la plática.

            Por esos años, Alberto era una celebridad. Lo mismo colaboraba en Política, de Manuel Marcué Pardiñas; que en Oposición, del Partido Comunista Mexicano. Sus textos, invariablemente,  eran  cortos pero como diamantes, algo excepcional en aquellos rolleros momentos. La precisión en lo que decía, la ironía para zarandear al más pintado y la seguridad que el maestro no es aquel que se forma en las aulas, sino quien siempre busca la palabra exacta para lograr la mayor eficacia, fueron su divisa.

            Domingo era un gran mito. Que si estudió medicina pero nunca terminó. Que si La Bandida- célebre matrona que regenteaba una casa de citas a donde acudían Silvestre Revueltas, Diego Rivera y los artistas más famosos, igual que los políticos encumbrados. Que si no dormía porque de la juerga se iba a corregir los originales de los periodistas más notables. Que si el diccionario lo sabía de memoria. Que si el trago le hacía lo que el viento a Juárez. Que si se salvó de que lo mataran cuando denunció en Sonora a los latifundistas. Que si fue de los una y otras vez censurados porque apoyaba las causas más nobles. Que… un largo etcétera.

            “Todo el alcohol es horrible, Jorge”, me dijo un día. “He intentado todo. De la cuba al güisqui, de la champaña al coñac, de la cerveza a los digestivos anisados o no. Nada me convence. Nada sabe bien”. “¿Y para qué bebes”? , exclamé torpemente. “Es que soy borracho como tú”. “¡Salud!”, coincidimos.

            La llave que abrió su puerta en mi caso, fue una entrevista televisiva para la entonces Imevisión. Luego todo fue una relación ocasional pero amistosa. Lo vi la última vez –cosas del destino– en la antesala de la jefatura de gobierno del Distrito Federal, cuando estuvo a cargo de Manuel Aguilera. Alberto invitó al también economista para que fuera padrino en la boda de su hija. Vivía entonces en Morelos. Yo llevaba un proyecto de libros acerca de la capital, que entregué pero que nunca se publicó debido a Ramón Ojeda Mestre. En la colección se incluían a Arturo Sotomayor, Manuel Blanco, Carlos Monsiváis, José Pagés Llergo y otros.

            Antes, cuando le dieron el Premio Nacional de Periodismo a El Búho –donde fui jefe de redacción y renuncié–, visité a Domingo. Le pregunté cómo había estado la votación, ya que él fue jurado. Me dijo poco, aunque señaló que no hubo unanimidad. Pero refirió que el director de la publicación le ofreció a Alberto que lo invitaría a una buena parranda, incluso afirmó: “Me dijo el cuate, ya se está enfriando el champaña. Pero seguramente se congeló porque nunca la pude beber”.

            Era un hombre de buen decir aunque no un platicador nato, conocedor del medio pero nunca desbocado ni en sus juicios ni en sus anécdotas acerca de otros, siempre medido en sus tragos –aunque seguramente el tinaco era su porción–, elegante y respetuoso.

            Cuando ya no venía a la capital, lo podía uno leer en Enfoque del cotidiano Reforma, algo que debemos agradecerle a René Delgado. Y es que un periodista lo es hasta el final de sus días. No importa que ya no hable de lo actual, –lo más viejo que hay, según Borges–, pues su sapiencia perdurará más que los análisis de muchos que hoy día apantallan y mañana nadie los recuerda.

            Alberto Domingo: te debemos un homenaje, o más bien, una antología.

            Otro mundo 

           Feliciano Béjar era una dulzura y aparentaba un pajarito silbador. Casi nunca paraba de hablar, lo mismo de sus proyectos artísticos que de Michoacán y de política.

            En los años que lo traté, los noventa del siglo XX, no dejaba de recordarnos que lo metieron a una clínica por considerarlo loco. Y es que armó una grande en un banco y, lógico, los hombres del dinero, que tienen el apoyo de la policía, lo acusaron de no contar con un ajuste preciso en los tornillos. Entre la ira, la risa, la puntualización, la evocación que algo deja en muchos terrenos, uno podía pasar tardes enteras con ese singular hombre.

            Me lo presentó, en el inicial Partido Socialdemócrata, Luis Sánchez Aguilar. Luego tuve relación con Feliciano a través de Manú Dornbierer y la inmensa Catalina Noriega. En dos ocasiones estuve con Béjar en su casa de San Ángel. La primera, luego que una segunda inundación había hecho trizas parte de su obra. Entonces fue cuando vi, asombrado, los magiscopios. Unos soles de vidrio transparente que con los rayos de luz tenían coloraciones diferentes. Era como ser Aureliano Buendía y toparse con el hielo.

            Pero este hombre bajito, en ocasiones de hablar recio, lo mismo santificaba al general Lázaro Cárdenas, que criticaba a su hijo Cuauhtémoc. Y es que no tenía límites, pues se había abierto espacio por su valor, decisión y la finura en su trabajo.

             Cuadros que recordaban a los impresionistas aunque con toque mexicano, esculturas de las más modernas y arriesgadas y, sin duda, sus magiscopios. Una galería que no tenía desperdicio.

            Su casa era el monasterio; singular porque convivía con su pareja homosexual, tenía unos hijos indígenas (adoptados) que tocaban el violín y el piano, sabía tratar con delicadeza a la servidumbre y con mano relajada pero firme a sus compañeros que luchaban por el cambio.

            No estuvo para festejar la ley de convivencia, pero mostró que a veces no es necesario que los reglamentos entren en vigor, porque él supo dejar todo bien y a tiempo, lo mismo sus obras que sus bienes, sus planteamientos que su brío para salir adelante de cualquier problema.

Michoacán de sus amores lo espera en un museo.

Correo electrónico: jamelendez@prodigy.net.mx

Granados Chapa

Lapidiarium

Omar Raúl Martínez

Lunes 9 de julio

Hablo telefónicamente con Virginia Bello, directora de Radio Educación que ha dedicado su vida a la comunicación pública, además de eterna y querida amiga de todos quienes navegamos en el barco de la Fundación Manuel Buendía. La felicito por estar saliendo airosa con su nueva encomienda.

Desde que tomó la batuta de la emisora a principios del presente año, he recibido comentarios de su talante receptivo y negociador, de su disposición por explorar nuevas rutas creativas, de su actitud para posibilitar mayor cohesión entre los productores y trabajadores. Pero sé que no ha sido nada sencillo. Diferencias internas que se arrastran entre la planta laboral desde la administración anterior, alcanzan a fisurar los nuevos proyectos, me dicen amigos periodistas de la misma radioemisora. Escucho a Vicky con voz entusiasta pero realista. Le reitero mis mayores parabienes a ella y a ese entrañable “oasis del cuadrante” que es Radio Educación.
Martes 10 de julio
Desayuno con Josefina King, amiguísima escritora y productora radiofónica que aporta sus mejores luces a Radio UNAM y a los medios públicos de Tlaxcala. Me da un enorme gusto compartir el café con ella. Nos ponemos al día. Literalmente vive para la radio y ello se evidencia en sus frutos: recientemente escribió y produjo una radionovela sobre migrantes y en las próximas semanas aparecerá el primer libro sobre la historia de Radio UNAM. Me dice que debió acudir al rico acervo fonográfico universitario de donde extrajo singulares testimonios. La revista Proceso de la semana que corre hace referencia a esa obra de Josefina (“gente dedicada al radio y los medios de comunicación toda su existencia”, se lee) que en cinco capítulos compendia siete décadas de la emisora puma. Estaremos pendientes de este aporte a la historiografía mediática.

* * *

En su artículo de El Universal, Javier Corral nos recuerda que la columna “Plaza Pública” de Miguel Ángel Granados Chapa celebra esta semana sus primeras tres décadas.

Heredero de la vena estilística y puntería crítica-reflexiva de Manuel Buendía, Granados en su trayectoria ha sabido mantener su prestigio periodístico gracias a que, como hace años escribí, es de esa rara estirpe en cuyas letras atesora bella prosa, sapiencia, sensibilidad e intuición para desmenuzar y explicar los hechos, y valor para denunciar los excesos del poder.

“Plaza Pública”, sostiene con razón Corral, es un referente para incontables actores políticos y sociales, y agrega el exsenador panista:

Es una columna influyente, y su autor reconocido como uno de los hombres más informados del país. Estilo inconfundible, sin sobresaltos a la razón ni ocasión para el desahogo de fobias personales, es un espacio donde se puede aprender a leer y a escribir. Porque además del uso riguroso del lenguaje está su formación profesional, abogado y periodista, y su honestidad intelectual.

Miércoles 11 de julio

Ahora es Sergio Aguayo quien resalta el cumpleaños de “Plaza Pública”. Rememora que Granados Chapa inició en 1964 su carrera periodística en el semanario Crucero con Manuel Buendía, transitó velozmente por El Universal, vivió los intensos años del Excelsior de Julio Scherer, contribuyó al nacimiento de Proceso, Unomásuno y La Jornada (donde ocupó diversos cargos directivos), publicó fugazmente en El Financiero y desde 1993 ha afianzado su leída columna en Reforma.

Su biografía, como indica el analista político, se fusiona con la historia nacional y el curso de la prensa mexicana y, por ello, le asigna el nombramiento honorífico de “cronista de la transición”.

Su influencia –dice Aguayo– no radica solamente en la cantidad o la pulcritud del lenguaje. Ha sido determinante su puritanismo frente a los privilegios y su obsesión con el dato duro. Escrupuloso al extremo, no acepta ni un boleto para asistir gratis a algún espectáculo. Él mismo explicó a Angélica Palacios Luciano en entrevista para la Revista Mexicana de Comunicación que lo hacía por una “cuestión de ética”: “no tengo por qué no pagar el acceso a ciertos espectáculos. Soy una persona como todas las demás y me atengo a las reglas comunes”. […]

Puritanismo y precisión le han servido para demostrar que se puede dialogar sin capitular con gobernantes famosos por su capacidad para mediatizar y cooptar a periodistas por medio de la corrupción y/o la intimidación. Que analistas como él sobrevivieran día tras día y año con año tuvo un enorme efecto en la transición porque demostraron que era posible enfrentar al autoritarismo de manera pacífica, siempre y cuando se tuviera la evidencia.
Hace 14 años tuve la oportunidad de conocerlo y entrevistarlo. Para entonces relató a los lectores de RMC sus avatares personales en la prensa mexicana. Como sus escritos lo dibujaban, confirmé la estatura de un periodista serio y comprometido con su vocación, con sus lectores ajenos al poder y con las más nobles causas sociales.

Jueves 12 de julio
¡¡¡El colmo de los colmos!!!: ¡que los guaruras del fiscal de la PGR para investigar los actos contra periodistas maltraten a los reporteros que cubren un acto!

Después de haber sido nombrado casi de forma subrepticia y tras un silencio injustificado que se alargaba, Octavio Orellana se vio obligado a dar la cara pública al ser llamado por la Comisión Especial para dar Seguimiento a las Agresiones contra Periodistas y Medios de Comunicación de la Cámara de Diputados. Ahí el funcionario rechazó que México ocupe el segundo sitio internacional como uno de los países con mayores riesgos para ejercer el periodismo. Y como si se tratase de una jugarreta de mal gusto, una vez concluida la reunión con los diputados, varios reporteros fueron repelidos con golpes y empellones por personal de seguridad de Orellana, quien se escabulló penosamente para evitar ser entrevistado. ¿Con qué autoridad moral un hombre con tal actitud puede encabezar una fiscalía especial de actos cometidos contra periodistas? ¿Si llegase una denuncia por esos hechos a la PGR, Octavio Orellana se investigaría a sí mismo? ¿Por qué motivo evadir el cuestionamiento directo o la cercanía de los reporteros e impedir su desempeño profesional?

Viernes 13 de julio
Hoy hace 30 años apareció por vez primera, en Cine Mundial, la columna “Plaza Pública”. El propio Miguel Ángel Granados Chapa narra en Reforma su trayecto profesional y hace ver, en un tono retrospectivo, que la disciplina materna lo moldeó amorosamente en la escritura puntual, la responsabilidad escrupulosa y el apego por el alimento espiritual. Eso en parte lo definió como periodista. Y esa vocación le ha permitido testificar, escudriñar y analizar 30 años de la vida pública mexicana en un espacio periódico que se ha vuelto lectura obligada para un sinnúmero de lectores, entre políticos, estudiantes, periodistas, investigadores…

* * *

Recibo por Internet un nuevo comunicado de Reporteros Sin Fronteras en el que manifiesta su preocupación por las amenazas y boicots publicitarios ocurridos en los días recientes. Particularmente llama la atención el caso del diario guanajuatense AM que denuncia la cerrazón del gobierno local a comprarle espacio para propaganda como medida de presión por su línea editorial crítica al gobierno en turno, encabezado por el panista Juan Manuel Oliva.

Dicho diario, fundado hace casi tres décadas, ha señalado que ese tipo de represalias jamás se presentaron en los peores momentos del priísmo y su control desorbitado del poder. En realidad, lastimosamente no parece tratarse de un hecho aislado sino de una práctica cada vez más recurrente entre gobernantes de origen panista. Para muestra mínima tres botones: 1) En el primer semestre de 2005, La Jornada San Luis no sólo fue excluido de las asignaciones publicitarias del gobierno de Marcelo de los Santos, sino que además le fue negada la entrega de información sobre el quehacer gubernamental. ¿El motivo? No plegarse a la política del gobierno potosino. 2) El semanario Proceso empezó a padecer sequía publicitaria del gobierno federal a partir de fines de 2005 y, con mayor énfasis, a lo largo todo 2006 habida cuenta su cobertura crítica sobre los hijos de Marta Sahagún y de las demandas impuestas por ésta contra la reportera argentina Olga Wornat y dicha revista política tras haber publicado un reportaje sobre las entretelas del divorcio de la primera dama con su primer marido. 3) El director del noticiario Monitor ha denunciado un bloqueo económico y publicitario, orquestado originalmente por el gobierno foxista y aparentemente seguido por el nuevo gobierno. Las razones que aduce el principal afectado es el haber dado notable espacio mediático a Andrés Manuel López Obrador antes y durante el proceso electoral y en el trascurso del periodo poselectoral.

Las autoridades de gobierno tienen toda la libertad de anunciar sus actividades en donde mejor les parezca, pero dentro del abanico de posibilidades para su inversión publicitaria resulta “extraño” –por decir lo menos– que soslaye a espacios cuya penetración y presencia están fuera de dudas y que además se han distinguido por asumir posturas adversas al gobierno en turno.

¿Regresamos al tiempo del “no pago para que me peguen”?
La definición de criterios claros, transparentes y objetivables en la asignación publicitaria gubernamental, al margen de discrecionalidades o condicionamientos, se hace ahora más necesaria que nunca.

Sábado 14 de julio
He releído un libro que conocí hace casi 10 años y me dejó empapado de cavilaciones. Su título es La escafandra y la mariposa de Jean-Dominique Bauby. En alguna mudanza quizás lo extravié y lo estuve buscando por años sin éxito. Hace pocos días lo hallé en una edición a ojos vistos de factura pirata y no pude evitar adquirirlo. Sus páginas recogen una historia personal que impacta y conmueve, sin dejar de incitar meditaciones varias. Sucede que en diciembre de 1995, el editor de la revista Elle, Jean-Dominique Bauby, inexplicablemente sufrió un accidente cardiovascular que primero lo llevó a un estado de coma y a la postre lo dejó inmovilizado de pies a cabeza. Su vida da un vuelco perturbador: empieza a vivir la vida de un hombre aprísionado en su propio cuerpo, percibiendo el mundo desde su escafandra física, enclaustrada su voluntad de comunicarse con la lengua, con gestos, con caricias… Su único contacto con el exterior es el párpado de su ojo izquierdo y hace de él una maravillosa llave para abrir las compuertas de su interioridad, para dejar aflorar sus impresiones de un entorno que le revuelve el alma. ¿Cómo sacó a flote esas expresiones que configuraron al final del camino un libro? Una persona le desgranaba lentamente el alfabeto en función de su frecuencia en francés y Jean-Dominque con un guiño detenía a su auxiliar en la letra que debía anotar. La maniobra se repetía hasta formar palabras, renglones, párrafos y capítulos. Antes de esa tarea, por ello, el editor se sumergía en sus recuerdos, sus sueños, sus aflicciones y sus fantasías para después casi dictarlas de memoria. En esta inmersión autoobservadora pareciera que su autor aminorar sus cadenas al ir liberando sus revoloteo de palabras.
Domingo 15 de julio
Más que deprimente, La escafandra y la mariposa se revela como una obra estimulante y esperanzadora para los lectores. Siempre subyace en ella el tema de la comunicación humana y la capacidad de todos nosotros para potenciarla bajo la voluntad y el autodescubrimiento, aun en medio de la incertidumbre, y para nutrirla con el aletear de las coloridas mariposas que viven en nuestra mente.


Director de la Revista Mexicana de Comunicación, presidente de la Fundación
Manuel Buendía y profesor de periodismo de la FES Acatlán de la UNAM.
Correo electrónico: lapidiarium@yahoo.com.mx

El siguiente es un ejemplo de cómo debe citar el artículo anterior:
Martínez Sánchez , Omar Raúl, 2007: «Granados Chapa»,
en Revista Mexicana de Comunicación en línea, No. 105, México, julio. Disponible en:
http://www.mexicanadecomunicacion.com.mx/rmc/omar.htm
Fecha de consulta: 19 de julio de 2007.

CIDH, Creel

Lapidiarium

Omar Raúl Martínez

Lunes 16 de julio
Recibo la revista DFensor, órgano de difusión de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), que dedica su edición de julio a la defensa de los derechos humanos y la libertad de expresión. Se trata de un número especial que compendia varias de las exposiciones y voces ofrecidas en el Seminario Internacional El Derecho a Defender los Derechos Humanos y la Libertad de Expresión, efectuado a fines de mayo, organizado por la propia CDHDF y el apoyo de diversos organismos civiles, entre ellos Cencos y la Fundación Manuel Buendía. En su participación, Carmen Aristegui nos recuerda con razón implacable que un derecho que no se ejerce tiende a atrofiarse, y que para evitar el anquilosamiento de un derecho como la libertad de expresión es menester ejercerlo a plenitud. Ella es hoy de las pocas periodistas que así lo hace, sin duda ninguna.

El director del Programa de Derecho de Article 19, Toby Mendel, esboza en entrevista un tema por demás polémico y de actualidad en México: la censura velada. Es decir: las presiones de tipo económico mediante restricciones publicitarias o artilugios corruptores encaminados a debilitar la postura crítica-editorial de ciertos medios de comunicación. Tan cuestionable y dramática es la amenaza y el atentado como la coacción o el condicionamiento financiero. El propósito es el mismo: acallar, silenciar, omitir, atentar contra el derecho ciudadano a la información.

En las páginas finales del DFensor se reproduce la Declaración sobre el derecho a defender los derechos humanos y la libertad de expresión, suscrita por los organismos promotores del susodicho Seminario Internacional y que viene a ser un punto hacia el reencauzamiento de compromisos, tareas y acciones específicas para hacer frente de manera articulada a quienes agravian el ejercicio de nuestras libertades y aspiraciones por una vida digna en sociedad.

Martes 17

A través del correo electrónico, la periodista y académica Fidela Navarro me informa que Canal Once se ha propuesto impulsar una serie documentos y mecanismos de autorregulación con el afán de acercarse a un auténtico modelo de televisión de servicio público. Junto con Irma Amezquita, Fidela ha trabajado en los últimos meses en tales propuestas deontológicas desde un área creada ex profeso para esos propósitos dentro del canal de IPN. Los próximos mecanismos autorregulatorios son el Estatuto del Defensor de la Audiencia, el Estatuto del equipo de Noticias y el Reglamento del Comité Asesor. Y para no navegar en el vacío, Canal Once tendrá también herramientas más específicas: códigos de autorregulación en distintos segmentos, como la barra infantil, la serie Diálogos en Confianza, los espacios periodísticos y el sitio web. Considero que esta iniciativa es una afortunada novedad en el terreno de los medios de comunicación mexicana. Si bien faltaría observar su aplicación en la vida real y cotidiana, puede significar la posibilidad de activar el interés por mejorar los contenidos mediáticos e involucrar a los públicos en el mismo diseño programático.

Miércoles 18

Hoy por la tarde se presentó en Washington, ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, un amplio documento sobre libertad de expresión que elaboraron nueve organismos civiles (seis nacionales y tres internacionales). Cuatro fueron los puntos medulares: el incremento de los actos contra periodistas y medios informativos, la vulnerabilidad de los medios públicos y comunitarios, los pendientes del acceso a la información pública, así como la necesaria equidad y transparencia en la equidad publicitaria, y particularmente en lo que concierne a las publicaciones de la sociedad civil, de corte académico y cultural, ajenas a los grupos políticos y económicos. Aleida Calleja, de AMARC; Balbina Flores, de Reporteros Sin Fronteras y la Red Mexicana de Protección a Periodistas; y Brisa Maya, del Centro Nacional de Comunicación Social, estuvieron en la comparecencia y llevaron la voz de todas las organizaciones civiles para solicitar al Estado mexicano se comprometa a reformar las leyes sobre los rubros referidos en el documento presentado y de acuerdo con los estándares internacionales. A reserva de los que se comente más adelante, vale destacar dos aspectos: a) es la primera ocasión que diversas Organizaciones No gubernamentales se coordinan para preparar y presentar un informe de alcance internacional sobre libertad de expresión; b) la actitud de la representación del gobierno mexicano, si bien de bajo perfil, puede considerarse de aceptable disposición para el diálogo, el intercambio y la colaboración. Esperemos no sea sólo una excesiva percepción de optimismo de nuestra parte.

Viernes 20

Una excelente noticia: en el Diario Oficial se da luz verde a la reforma constitucional al artículo 6º. ¿Qué significa eso? Que a partir de hoy el derecho de acceso a la información pública ya no será responsabilidad exclusiva del gobierno federal, sino también de todos los estados (incluyendo el DF) y los municipios de toda la República. Tras casi cinco lustros en que contados grupos sociales, académicos y políticos exigieron hacer verdaderamente efectivo el derecho a la información, en 2002 hubo un avance importantísimo con la aprobación de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública. Ello indujo la creación de leyes de acceso en casi todas las entidades de la República, pero con calidades de cumplimiento y eficiencia harto irregulares. Por ese motivo en el último año, los gobiernos de cinco estados (Chihuahua, Veracruz, Zacatecas, Aguascalientes y DF) insólitamente promovieron la iniciativa para uniformar –a lo largo y ancho del país– criterios, instituciones y procedimientos en materia de transparencia y acceso a la información pública.

Así, el artículo 6º Constitucional tiene ya siete nuevas fracciones que obligan a todas las entidades a que, en un año, aprueben nuevas leyes en la materia de acuerdo con mínimos de calidad exigibles.
Sin lugar a dudas se trata de un paso fundamental para la construcción de nuestra democracia.

Sábado 21

Lo tengo que confesar hoy que acabo de verlo: soy fanático del programa infantil Charlie y Lola que se transmite en Canal Once por las mañanas. Cada emisión, que dura acaso 15 minutos, es un cuentito que dibuja con algo de candor los juegos, las peripecias, los sueños de dos hermanos. Charlie asume su rol de hermano mayor y ayuda y orienta a Lola, quien lleva una excelente relación con su amigo imaginario y se deja arrastrar por una vivaracha curiosidad y el disfrute de ser niña. A la postre emergen temas como la confianza, el respeto, la comunicación, la lectura o la imaginación. El programa es como un muestrario para no olvidar que siempre podemos seguir resguardando algo de nuestra lejana infancia, o para recordar que es posible continuar siendo niños, con la frescura de la novedad, la visión lúdica de las relaciones humanas y el viento inexorable de la imaginación.

Lunes 23

Desde el fin de semana en distintos medios ha empezado a ganar comentarios el reclamo de Santiago Creel a Televisa por el desdén a su solicitado derecho de réplica. Primero vinieron escenas descontextualizadas para ridiculizarlo en el segmento semanal “Las mangas del chaleco”. Y luego, su correligionario, Federico Doring, deslizó frente a las cámaras del consorcio la posible responsabilidad del ahora senador por la nacionalización del empresario chino Zheling Ye Gon. Como el otrora secretario de Gobernación en el sexenio foxista intentó, sin éxito, ejercer su derecho de réplica para hacer las aclaraciones pertinentes, el pasado 19 de julio envió una carta a Emilio Azcárraga Jean para manifestarle que las razones por esa aparente campaña de ataques y descalificaciones en realidad se vinculaban con postura crítica en torno a las reformas de la ley de medios.

Una vez queda de manifiesto la prepotencia y el abuso de la TV privada que reacciona con versiones desinformadoras y agraviantes cuando percibe perspectivas políticas aparentemente opuestas a sus intereses económicos. En dicha misiva, el senador panista asienta:

Anoche, en “El Noticiero” de Joaquín López-Dóriga, se difundió una nota en la cual se hicieron aseveraciones sobre mi persona que merecían una réplica de mi parte. Desde los primeros minutos del programa, intenté que Televisa me concediera ese derecho. No lo hizo y, además, López-Dóriga incurrió en una afirmación falsa, consistente en que me había buscado previamente para que yo comentara sobre el asunto. No puedo descontextualizar la actitud de Televisa de las declaraciones que usted, Sr. Azcárraga, hizo recientemente en Guadalajara, donde señaló que existían “casos de candidatos y precandidatos que ni siquiera llegaron a ser candidatos y que hoy no ven cuáles fueron sus errores, sino que se van por la fácil que es culpar a Televisa de sus fracasos”. Un medio nacional recogió su comentario y lo publicó como un mensaje hacia mi persona. El saco no me queda, aunque no dejo de pensar que “Las Mangas del Chaleco” primero y, ahora, “El Noticiero” me lo intentan poner a fuerza. Para que no quede duda sobre el asunto de mi precampaña, debe saber que el día que concluyó, expresé públicamente que el único responsable de los resultados de ese proceso era yo. Así lo reiteré en múltiples ocasiones cuando concedí entrevistas a los medios de comunicación. Echar culpas a otros para evadir responsabilidades propias no va conmigo. Aprovecho para decirle que ayer, cuando se me negó el derecho de réplica, iba precisamente a señalar cuáles son las responsabilidades de la Secretaría de Gobernación en la expedición de la carta de naturalización, hoy objeto de controversia. Nunca me he deslindado. Desde el primer momento he pedido que se investigue a fondo, eso sí, a cada quien de acuerdo a la competencia y responsabilidad que tuvo.

Siempre asumo la responsabilidad que me corresponde. Por ello, cuando hice los señalamientos sobre la reforma de medios, inicié con una autocrítica. No le demos vueltas al asunto. Su molestia, Sr. Azcárraga, no tiene que ver con algo que nunca expresé sobre mi precampaña, sino con mi posición crítica en torno a las reformas a las leyes de medios. Contrario a lo que han sostenido algunas personas, pienso que la resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación no es, de ninguna manera, un retroceso; tampoco resulta en un posible ejercicio arbitrario del poder y, mucho menos, representa el fin de la televisión o de la radio comercial, como en el extremo se ha dicho. Entiendo la decisión de la Corte como una gran oportunidad para hacer transformaciones de fondo: un cambio que corrija errores, que modernice leyes obsoletas, que aproveche el avance tecnológico, que fortalezca la competencia, que consolide a un órgano regulador autónomo, que permita a la industria mexicana sortear exitosamente los desafíos de un mundo global, pero, sobre todo, que garantice que los medios cumplan con su función social y que estén a la altura del México democrático que hemos construido. Finalmente, le reitero mi absoluto respeto a la libertad de expresión y, por eso también exijo la misma libertad para poder legislar, particularmente en materia de medios.

Atentamente, Senador Santiago Creel

Martes 24

Lo que son las cosas: Ricardo Alemán nos recuerda en El Universal que si bien ahora tiene que tragar sapos, el propio Creel tuvo en el pasado apasionados amoríos con Televisa. Baste recordar tan solo el ofensivo “Decretazo” de radio y TV a fines de 2002 del que el ahora senador fue defensor y que únicamente benefició al duopolio televisivo. Lo más penoso del asunto es que allí mismo se destacaba como un hito, como un avance monumental, el llamado derecho de réplica en medios electrónicos. El tiempo político y la realidad sin maquillaje restregan en la cara de Santiago Creel que esa supuesta prerrogativa resulta hueca de sentido y aplicación. Y también constatan que los poderes mediáticos no tienen memoria ni mucho menos amigos. Acaso instrumentos e inversiones.

* * *

En conferencia de prensa efectuada en el Club de Periodistas, representantes de las organizaciones civiles que elaboraron el informe sobre libertad de expresión para la Comisión Interamericana de derechos Humanos, informaron que en tal comparecencia el gobierno mexicano asumió importantes compromisos:
a) Adoptar las medidas necesarias para aclarar todo tipo de actos contra informadores, incluyendo asesinatos, y para ello se analizará la viabilidad de fortalecer la Fiscalía Especial.

b) Presentar a la CIDH los avances de dichas investigaciones.

c) Garantizar la participación de las organizaciones interesadas y comprometidas con la libertad de expresión.

d) Aceptar el apoyo de la CIDH para el proceso legislativo de la nueva ley de medios.

e) Promocionar el reconocimiento de los medios comunitarios en el marco normativo.

Ojalá estos planteamientos no queden sólo como una lista de buenos deseos.

Miércoles 25

A mediodía, dos representantes de la Open Society Institute de la Fundación Soros visitan la Fundación Manuel Buendía para conocer sobre nuestras tareas y programas. En viaje relámpago nos informan que su propósito es conocer las actividades de distintas organizaciones civiles interesadas en la libertad de expresión en México. Alexandra Jiménez y yo les hablamos de nuestro seguimiento hemerográfico y documental sobre actos contra periodistas, de la Revista Mexicana de Comunicación, del boletín electrónico, de la página web de la Fundación Manuel Buendía, de la Unidad de Capacitación, del Fondo Editorial… Y en un momento dado interrumpen mi entusiasta exposición para preguntar cuánta gente colabora y cómo se mantienen todos esos programas. Les tengo que repetir tres veces la misma respuesta. Y se miran extrañados, acaso incrédulos o escépticos al volver a escucharla: la Fundación, cuyo equipo base es de ocho personas, sobrevive gracias a los ingresos publicitarios de la RMC.

Jueves 26

Un dato sorprendente circula hoy por mi correo electrónico que dará pie a innumerables preguntas y análisis en el ámbito académico: después de los estadunidenses, los mexicanos son los que crean y difunden mayores contenidos en la Web a nivel mundial, según un estudio de Yahoo. Blogs, videos y música es lo que más recurrente.

Sábado 28

Leo en La Jornada una interesante reflexión del Padre Miguel Concha que versa sobre los “silencios significativos” de la delegación gubernamental frente al informe que expusieron varias organizaciones civiles a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Si bien es preciso reconocer algunos de sus compromisos, no pueden perderse de vista las omisiones, y cita como ejemplo inobjetable que no se aludió a la urgencia de reglamentar la asignación de publicidad oficial a los medios independientes y a las publicaciones críticas de diversos sectores de la sociedad, como se plantea en el documento entregado a la CIDH. Y expone Concha:

En su Informe sobre la situación de la libertad de expresión en México, las organizaciones civiles señalan que durante los distintos gobiernos priístas y panistas no se han establecido criterios suficientemente transparentes en los acuerdos y lineamientos generales para la aplicación de recursos federales en materia de comunicación social, difusión y publicidad oficial de las dependencias gubernamentales, y expresan su inquietud de que los criterios de asignación publicitaria del nuevo gobierno se centren y subordinen a la ley de la oferta y la demanda, porque «si ese criterio se sigue privilegiando, o si se continúa manteniendo aislados y en el olvido los escasos proyectos editoriales y electrónicos no masivos y de carácter cultural y académico, éstos correrán el riesgo de desaparecer, con lo que se erosionará una forma de difusión prioritaria en el camino hacia la democracia».

Las redes y organizaciones recuerdan que de conformidad con el artículo 13 de la Declaración de Principios de Libertad de Expresión de la CIDH, aprobada por México, ningún Estado puede asignar arbitraria y discriminatoriamente publicidad oficial u otorgar frecuencias de radio y televisión «con el objetivo de presionar y castigar, o premiar y privilegiar, a los comunicadores sociales y a los medios de comunicación en función de sus líneas informativas», porque con ello atenta contra la libertad de expresión; y afirman que es preciso definir en México de manera clara y objetivable «mecanismos y criterios de transparencia en la asignación publicitaria, en los que se garantice un porcentaje -en un apartado especial- a las publicaciones y medios culturales, académicos y de divulgación ajenos a los círculos del gran poder económico y de gobierno».

En congruencia con todo ello, las redes y organizaciones civiles, que en esta materia asumen las consideraciones y propuestas de la Fundación Manuel Buendía y de la LIMAC (Libertad de Información-México, AC), recomiendan que el Estado mexicano cree una ley de transparencia y equidad publicitaria, en la que se integre la figura de «apoyos del Estado a publicaciones y medios de carácter cultural, académico y de divulgación», con el fin de favorecer el pluralismo, garantizar la diversidad de opciones informativas y de análisis, respaldar el derecho de grupos diversos a difundir y recibir contenidos especializados, así como alentar la variedad de expresiones políticas, culturales, académicas y artísticas. Sintomáticamente, a nada de esto respondió la delegación gubernamental que compareció en Washington, y todavía falta que cumpla con lo que sí ofreció. Las redes y organizaciones civiles estarán monitoreándola.

Martes 31

Se presenta el libro La terca memoria de Julio Scherer en la Casa Lamm ante un auditorio abarrotado. No me extraña que el gran ausente sea precisamente el fundador de Proceso. Me pregunto si su inasistencia será por la timidez –que no apocamiento– que reconoce en su nueva obra. No obstante tres inteligencias engalanaron la presentación: Lydia Cacho, Carmen Aristegui y Anabel Hernández, acompañadas de don Miguel Ángel Granados Chapa, derrocharon miel, reconocimiento, amor y aplausos hacia don Julio.

Miércoles 1 de agosto

Hoy se estrenó la película Los Simpson y la fui a ver. Desde los primeros segundos Homero se burla de nosotros los espectadores. El humor sardónico, la burla hacia la cultura estadunidense, los desplantes nauseabundos, todo eso que ha distinguido a la serie televisiva se extiende ahora a la cinta. Casi estoy seguro que romperá los records taquilleros de la temporada.

Domingo 5 de agosto

Nunca me había acercado a las letras de Andrés Henestrosa y lo lamento. Ayer, en la librería Rosario Castellanos del FCE, encontré –a un costo verdaderamente irrisorio para el valor literario y la calidad de la producción– una edición facsimilar de su libro Los hombres que dispersó la danza: una obra luminosa y deleitable.


Director de la Revista Mexicana de Comunicación, presidente de la Fundación
Manuel Buendía y profesor de periodismo de la FES Acatlán de la UNAM.
Correo electrónico: lapidiarium@yahoo.com.mx

El siguiente es un ejemplo de cómo debe citar el artículo anterior:
Martínez Sánchez , Omar Raúl, 2007: «CIDH, Creel…»,
en Revista Mexicana de Comunicación en línea, No. 105, México, julio. Disponible en:
http://www.mexicanadecomunicacion.com.mx/rmc/omar.htm
Fecha de consulta: 19 de julio de 2007.

IPTV: nacimiento con complicaciones

El Universal, Finanzas, 17 de julio de 2007

Telecom y medios

 

Gabriel Sosa Plata

 

La joven convergencia tecnológica mexicana está por dar a luz a un nuevo miembro de la familia: la televisión mediante protocolo de Internet o IPTV.

Sin embargo, los dolores de parto provocados por el inminente nacimiento de esta nueva tecnología, se intensifican por el retraso de la fecha establecida originalmente para el alumbramiento.

El nuevo miembro de la familia, IPTV, no es uno más de los miles de servicios de televisión o video digitales de los que podemos disponer en una importante cantidad de sitios en Internet (como los de YouTube), sino una tecnología que permite la distribución de contenidos de video y televisión, por suscripción o pago, a través de conexiones de banda ancha en IP (Internet Protocol, por sus siglas en inglés).

Característica fundamental de la IPTV es que los usuarios pueden ver los videos, películas o canales de televisión de su elección en una pantalla de computadora o a través del mismo televisor conectado a un módem o set top box con acceso a Internet de banda ancha. Esta última posibilidad ha sido fundamental para su creciente aceptación a nivel mundial, ya que la gente prefiere ver televisión en un televisor y no en una computadora, más aun cuando lo hace en familia.

Las opciones disponibles (canales de televisión —inclusive de alta definición—, contenidos bajo demanda, canales de audio, grabación de programas, retransmisión de escenas, guías de programación y servicios interactivos, entre otras) son prácticamente las mismas que ofrecen las firmas de televisión por cable, pero con la diferencia de que se transmiten, ya lo decíamos, por una red de banda ancha de internet.

Las empresas de telefonía son las que principalmente han dado a luz a la IPTV en diversas partes del mundo. En Estados Unidos destaca la poderosa AT&T; en Europa son punta de la lanza France Télécom, Orange y Telefónica.

Según Infonetics Research, firma de investigación de mercados, al terminar el 2006 ya había 7.2 millones de usuarios de servicios IPTV en el mundo con un crecimiento anual de 166% y con un total de volumen de negocios proyectado a multiplicarse por dos cada año hasta al menos el año 2011.

Otras estadísticas dadas a conocer el 29 de junio por el Wall Street Inversiones son interesantes. De acuerdo con la consultora Pyramid Research, AT&T anunció hace unos días inversiones por 4 mil 600 millones de dólares para extender su red de IPTV a 19 millones de hogares para fines de 2008 (lo que representa 38% del mercado de Comcast, la principal cablera estadounidense). Mientras tanto, en Europa, se estima que los suscriptores de IPTV pasarán de 2.9 millones, existentes en el 2006, a 5.6 millones al término de 2007.

Por supuesto, los servicios o paquetes que ofrecen las telefónicas son triple play y abarcan IPTV, internet de banda ancha y telefonía. En España, por ejemplo, Telefónica lanzó en 2005 su servicio de IPTV en Madrid y Cataluña. Meses después lo extendió a toda España junto con los servicios que ya ofrecía de telefonía e internet. En diciembre de 2006 ya contaban con unos 200 mil clientes.

Maxcom y CFC

En México, según trascendió la semana pasada, la telefónica Maxcom tenía el objetivo de iniciar, desde hace tres meses, la IPTV en la capital de Puebla y convertirse en pionera de esta tecnología con una inversión de 40 millones de dólares. Sin embargo, esto no ha sido posible porque Televisa no ha querido venderle los contenidos de sus canales de televisión abierta.

Como informó EL UNIVERSAL (Finanzas, 13 de julio 2007), Maxcom presentó el 3 de julio una demanda ante la Comisión Federal de Competencia (CFC) por prácticas monopólicas implementadas por la empresa de Emilio Azcárraga. La telefónica dio a conocer que, con excepción de Televisa, hubo acuerdo con todos los proveedores de contenido contactados, inclusive con Televisión Azteca.

Maxcom tiene claro que sin los canales de Televisa su servicio IPTV estaría incompleto y podría no tener el éxito deseado. Como dijimos la semana pasada, DirecTV es un referente constante de lo que podría ocurrir a otros competidores de televisión restringida en caso de no disponer de esa oferta. Por eso es que la telefónica inició una nueva guerra contra Televisa.

La novedad es que aunque la resolución del órgano antimonopolio en relación a la adquisición de 49% de Cablevisión de Monterrey por parte de Televisa, sólo obligaba a la televisora de Chapultepec a ofrecer sus canales de televisión “en la zona geográfica que opera” la cablera regiomontana, ahora las condiciones podrían cambiar según lo dado a conocer este fin de semana.

La CFC, informó EL UNIVERSAL, resolvió que sólo autorizará la segunda operación de Televisa en la televisión por cable, la adquisición de 49% de Cablemás, una vez que la primera otorgue acceso a sus contenidos y a sus redes a toda empresa de televisión abierta o restringida que lo solicite en toda la República mexicana. Televisa tiene un plazo máximo de 90 días para cumplir con dicha disposición.

Si así fuere, la IPTV de Maxcom nacerá con la bendición de su madrina, Televisa, y en el caso de la IPTV de Telmex, ésta seguirá en espera por la falta de un doctor que asuma la decisión y el costo político de quitarle la prohibición a esta última empresa para ofrecer servicios de televisión de paga, aunque el producto está maduro y listo para nacer desde hace meses.

Aún cuando nazcan, serán una especie de bebés consentidos ya que el ambiente para el desarrollo de más IPTV es adverso. México ocupaba hasta el segundo semestre de 2006 el último lugar de los 30 países miembros de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) en conectividad de banda ancha, con 3.5 conexiones de alta velocidad por cada 100 habitantes.

Denuncia en Monitor

Los trabajadores de Infored, empresa productora de los noticiarios Monitor que salieron del aire, denunciaron que Grupo Radio Centro (GRC) interrumpió durante 45 minutos las transmisiones de las emisoras Radio Monitor (1320 y 1560 de AM). Los hechos ocurrieron el viernes 6 de julio, por lo que se llevaron a cabo las denuncias correspondientes. Aunque algunos columnistas insisten en mencionar al presidente de Infored como el único culpable de la crisis que vive la empresa, destaca el enorme apoyo y consenso de sus trabajadores a favor de Gutiérrez Vivó.

 

Profesor e investigador invitado de la AUM Cuajimalpa. Columnista de El Universal y
coordinador del Consejo Editorial de la Revista Mexicana de Comunicación. http://radiomexicana.blogspot.com

El siguiente es un ejemplo de cómo debe citar el anterior artículo.

Sosa Plata, Gabriel, » IPTV: nacimiento con complicaciones» en El Universal,
México, Num. 32, 776, 17 -VII- 2007, Telecom y otros medios, Finanzas.

De la libertad de prensa al derecho a la información

Puntal de la democracia, según la teoría liberal clásica

José Luis Esquivel

Profesor de periodismo en la Universiad Autónoma del Nuevo León.  
Doctor por la complutense de Madrid.

Recoger o reunir información; transmitirla y comunicarla; publicar, divulgar y emitir noticias, así como el derecho irrestricto a recibir noticias y opiniones por cualquier medio de información, son principios que consagra la teoría liberal clásica, porque el derecho a la información, como disciplina jurídica, nace ante la necesidad de reglamentar y organizar el ejercicio de un derecho natural del hombre, reconocido en las leyes fundamentales de los diversos países modelados en el ámbito jurídico-político de los Estados de Derecho.
Después de que el alemán Johann Gutenberg creó en Maguncial los tipos metálicos móviles para echar a andar la prensa en occidente en 1450, su invento debió enfrentar a dos enemigos poderosos: por un lado, aquellos que veían como un instrumento del demonio el nuevo sistema de difusión múltiple de mensajes escritos y trataron de acallar su voz para que no se produjeran sin autorización libros, folletos ni hojas noticiosas, y por otro, aquellos que hicieron mal uso de tan valiosa herramienta para llenar de textos incendiarios y difamatorios su entorno.

En sus inicios, el invento de Gutenberg fue sometido por el poder político y eclesiástico principalmente. Por su parte, la lucha de los sectores culturales de la época se centró en conseguir una amplia libertad de imprenta para editar libros que después se extendería al campo de la prensa, cuando se vio, a partir de 1505, la utilidad de los zeitungen en Alemania, las gacetas italianas, que antes eran manuscritas, los news, corantos y mercurios ingleses y las nouvelles o courrieres francesas.

Sin embargo, el camino se vio sumamente estropeado por las malas artes de quienes se dedicaban a producir libros prohibidos en Francia, llamados libelles (ataques calumniosos a las figuras públicas a quienes se conoce colectivamente como les grands y ahora los famosos). Esos libros eran subgéneros de la literatura de escándalo desde el Renacimiento, y pertenecían a una vieja variedad del enlodamiento que casi siempre se quedaba en la alcantarilla, en donde entran esos libelles, especialmente los de los años setenta y ochenta del siglo XVIII.

En lo legal, el libelo (del latín: libellus, dimunitivo de liber=libro) o librito subrepticio, representa el delito de difamación, pues se le asocia en su origen francés a todo panfleto que contiene ataques calumniosos contra personas prominentes. En síntesis: es un escrito ofensivo u obra injuriosa.

En 1560, de acuerdo con investigaciones de Robert Darnton,1 apareció esta proclama en Francia:

Todos los productores de carteles y libelles difamatorios […] que tiendan a infamar al pueblo y provocarlo hasta la sedición, serán condenados como enemigos de la paz pública y criminales culpables de lése-majesté.

Calumnia y sedición –continúa Robert Darnton– parece caracterizar la historia de los libelles políticos desde el siglo XVI hasta el XVIII.

Entre 1648 y 1653 se publicaron en toda Francia cinco mil panfletos con el mismo tipo de vituperio personal y relato de intrigas, lo cual demuestra que la efervescencia política y la consecuente lucha por el poder propició que esos escritos se utilizaran para conspiraciones o golpes bajos contra rivales de una causa.

Los enemigos del Rey y de su esposa se amparaban en estos textos salidos de las prensas a escondidas y repartidos de noche, para destilar todo el veneno contra ellos y tratar de minimizar su poder, atacando de igual forma a cuanta figura pública les mereciera desprecio o fuera considerada un obstáculo en la consecución de sus metas.

Ante estas circunstancias, la autoridad constituida y la Iglesia desconfiaban de todo lo que salía de la imprenta y le ponían la lupa especialmente cuando, en 1631, el médico Teofrastro Renaudot obtuvo del Rey de Francia el privilegio de la exclusividad de las noticias para su Gaceta de Francia, con el amparo de sus protectores, el padre José y el cardenal Richelieu.

Con el nacimiento de tal órgano oficioso del gobierno, semanalmente, se inicia el sistema informativo de la prensa en el mundo hasta conseguir a mitad del siglo XIX el nombre propiamente de periodismo. Por eso, se considera que Renaudot fue quien arrojó la primera simiente de las publicaciones con estructura noticiosa y periodicidad, cuyo avance fue sorprendente para su época, a pesar del nulo desarrollo de la prensa de Gutenberg.

Los orígenes

Coincidentemente por esas mismas fechas, en Inglaterra comienza la lucha por la libertad de prensa, pues diversas trabas legales limitaban la difusión de las hojas de noticias impresas en forma periódica, debido a la consolidación del régimen parlamentario.

El monarca de entonces, Carlos I, quien gobernó de 1625 a 1649, provocó el enojo de los críticos de su gobierno, quienes lograron ser los líderes en el mundo en su aspiración por soltar los amarres de la imprenta para la libre circulación de las ideas, pues su respuesta a los afanes represores sentó las bases para que en Francia también se levantaran los grupos inconformes contra quienes querían el silencio o la complicidad de los medios escritos.

Todo empezó cuando Carlos I de Inglaterra disolvió el parlamento en varias ocasiones porque la Cámara trató de imponer el criterio único de la mayoría parlamentaria sobre los muchos criterios individuales del monarca. En una de esas clausuras parlamentarias decretadas por el rey, su consejero político principal, el arzobispo de Canterbury, William Laud, lo previno sobre los efectos de su mandato sobre la democracia.

El rey le propuso al Arzobispo que se despreocupara, pues “la democracia es sólo una bufonada de los griegos, que atribuye cualidades extroardinarias a las personas ordinarias. Todos sabemos que eso no es posible: ¡que disuelvan el Parlamento!”

Craso error del principio absolutista de Carlos I, y después del mismo Parlamento al promulgar en 1643 las leyes de censura durante la guerra civil, pues la democracia se sustenta en el poder del pueblo y el ideal de la democracia jamás ha dejado de estar influido por las versiones liberales primigenias, en las que el derecho a la manifestación del pensamiento ha sido objeto de afanes teórico-prácticos significativos desde la antigüedad. Por eso el ingrediente individualista, que tal corriente enarbolaba, ganó y defendió un espacio de expresión opuesto a las actitudes monopolizadoras de los regímenes monárquicos y de sus intelectuales orgánicos.

Y si en tiempos de Carlos I en Inglaterra se promovió en el ámbito económico la producción y el intercambio de mercancías sin barreras, la demanda en el plano intelectual fue idéntica y triunfó el grupo que abogó por la libre circulación de las ideas y la expresión sin cortapisas de opiniones y razonamientos orales o impresos, ajenos de sometimiento alguno a los poderes del dinero, de la política y de la religión, sustrato de lo que hoy llamamos libertad informativa y opinión pública.

Inglaterra es la cuna de ese movimiento emancipador que tiene como símbolo a John Milton (1608-1674), pues con sus obras, en particular con su Aeropagítica, en 1644 sentó las bases para la defensa de uno de los derechos naturales de los seres humanos y argumentó la necesidad de cambio social y exterminio de la tiranía de los señores feudales, así como el poder de los dos pilares del trono: la Iglesia y la nobleza.

Sostén de la libre opinión escrita en inglés, la Aeropagítica planteó a los magistrados una pregunta inquietante que no quieren oír ni siquiera hoy día los déspotas del poder: “¿Qué ocurriría si la libertad de imprenta se redujera al poder de unos pocos?”

Esta postura sobre la paternidad británica de la teoría liberal clásica fue reforzada por John Stuart Mill (1806-1873), en su libro titulado Sobre la libertad en 1859, que todavía es considerado como el análisis liberal más convincente acerca de los límites que deben respetar los gobernantes en el ejercicio de su poder sobre los ciudadanos.

Antes de Stuart Mill, otro inglés, John Loke (1632-1704) había defendido las condiciones de libertad e igualdad perfectas de la especie humana, y en su libro Ensayo sobre el gobierno civil (1690) señaló los males de la autocracia y fue guía para el reformador de la prensa británica, Joseph Addison (1672-1719), fundador de The Spectator, que apareció de marzo de 1711 a diciembre de 1712, y al que siguieron Jonathan Swift (1667-1745), Daniel Defoe (1660-1731) y Samuel Johnson (1709-1784), representantes de la mejor tradición del periodismo crítico, a través de sus creaciones literarias y sus luchas políticas.
Francia se encumbra

François Marie Arouet, mejor conocido como Voltaire (1694-1776) vivió en Inglaterra entre 1726 y 1729. A su regreso a Francia añoraba que su país tuviera a su servicio libros, periódicos y sociedades organizadas como los británicos, que tanto les ayudaban a éstos a tener una innegable independencia de espíritu para “decir lo que pensaban” y comunicar al público cuanto querían.2

David Hume (1711-1776), filósofo e historiador escocés, reconocía que eso que expresaba Voltaire era lo que más sorprendía a los extranjeros que llegaban a Inglaterra, pues el avance en su defensa de la libertad de prensa era digno de imitarse en todas partes.

Por eso Voltaire popularizó de inmediato los principios de Milton y la filosofía de Locke –a manera de catecismo antiabsolutista– como base teórica de la democracia liberal fincada en el individualismo y sustrato de las Declaraciones de derechos y muy pronto serían la bandera de los estadunidenses en su lucha por la independencia en 1776, y por los revolucionarios de Francia en 1789, que bebieron hasta las heces de La Enclopedia o diccionario de las ciencias, de las artes y de las materias, preparado durante 21 años por Jean Le Rond D’Alambert (1717-1783) y Denis Diderot (1713-1784), empeñados en exaltar el derecho de las personas a ejercer su pensamiento y expresión sin trabas, cuya consagración quedó plasmada en la Declaración de los Derechos del Hombre en agosto de 1789 y que un siglo y medio después, la Organización de las Naciones Unidas refrendó en la Declaración Universal de los Derechos del Hombre, en diciembre de 1948.
El derecho a la información

Todo el peso de las ideas de los intelectuales ingleses y franceses, más el sometimiento que hizo de la política al derecho el alemán Emmanuel Kant (1724-1804), desembocó en la consagración del Derecho a la Información, cuando los modernos medios de comunicación, al desplazar a la prensa de su sitio único, fueron considerados como una plataforma para que pudieran utilizarlos todos los seres humanos o beneficiarse de ellos.

El Derecho a la Información abarca, por tanto, todas las antiguas y nuevas libertades de derecho natural en relación con el fenómeno informativo, porque si bien es cierto que la libertad de imprenta era exactamente para la impresión de libros y la libertad de prensa era cabalmente para la prensa, ahora ya no es posible hablar de otro derecho que no sea el que pertenece a los hombres, tanto a los emisores como a los receptores del proceso comunicacional.

Recoger o reunir información; transmitirla y comunicarla; publicar, divulgar y emitir noticias, así como el derecho irrestricto a recibir noticias y opiniones por cualquier medio de información, son principios que consagra la teoría liberal clásica, porque el Derecho a la Información, como disciplina jurídica, nace ante la necesidad de reglamentar y organizar el ejercicio de un derecho natural del hombre, reconocido en las leyes fundamentales de los diversos países modelados en el ámbito jurídico-político de los Estados de Derecho.

Todos tenemos derecho a informar y a estar informados, a expresar ideas y recibirlas, y a no ser objeto de persecución por lo que decimos o escribimos apegados a las leyes y a la ética.3
Notas

1) Nexos, México, agosto de 1995, pp. 37-45.

2) Edmundo González Blanco, Historia del periodismo, Biblioteca Nueva, Madrid, 1919, pp. 137-138.

3) José Luis Martínez Albertos, La información en una sociedad industrial. Función de los medios masivos en un universo democrático, Tecnos, Madrid, 1981.

El siguiente es un ejemplo de cómo debe citar este artículo

Esquivel, José Luis, «De la libertad de prensa al derecho a la información»,
en Revista Mexicana de Comunicación, México, No. 105, junio- julio 2007, pp 22.

Por la inteligente gestión del conocimiento

Octavio Islas

En años recientes, ante los umbrales de una sociedad de la información, primero, y después del conocimiento — frecuentemente postergada por los egoístas intereses de aquellas naciones que han conseguido imponer la economía de la guerra y el petróleo–, las empresas, gracias a las terquedad de algunos gurús del pensamiento administrativo han comprendido la importancia que admiten factores intangibles en la creación y desarrollo del valor de la imagen de marca, particularmente la información y el conocimiento.
Neil Postman, reconocido como uno de los pilares intelectuales de la ecología de los medios, en el discurso que dictó el 27 de marzo de 1998 –“Cinco cosas que necesitamos saber sobre el cambio tecnológico”– en el Congreso Internacional sobre Nuevas Tecnologías y Persona, organizado por la jerarquía católica estadounidense, en la ciudad de Denver, Colorado, afirmó, atinadamente, que los apologetas de la “Era de la Información” pregonan que “mientras mayor información tengamos, mejor resolveremos los problemas significativos, tanto los personales como los problemas sociales a gran escala”. Y añade:

Pero ¿qué tan cierto es esto? Si hay niños que mueren de hambre en el mundo no es porque haya información insuficiente. Hemos sabido por un largo tiempo cómo producir suficiente comida para alimentar a todos los niños en el planeta. ¿Cómo es que dejamos que muchos mueran de hambre? (…) Esta era de la información puede volverse una maldición si estamos ciegos como para no poder ver verdaderamente dónde descansan nuestros problemas..
Alfons Cornella, autor de Futuro presente. El futuro es atreverse hoy. 101 ideas-fuerza para entender las próximas décadas (2006, Ediciones Deusto), coincide con el argumento referido de Postman, y denuncia que la mayoría de las empresas han comprendido el potencial económico del conocimiento en términos muy egoístas:

se preguntan qué hacer para que el conocimiento no se les escape, qué hacer para conservar lo que saben sus expertos, y cómo capturar lo que sabe la organización. Palabras todas ellas (escapar, conservar, capturar, etcétera) que evidencian una especie de miedo o inseguridad de la organización a controlar ese activo económico que es el conocimiento. (…) El paradigma actual en la gestión del conocimiento parece basarse en que éste es una cosa, un stock que hay que gestionar y, peor, aún, que el propietario de esa cosa es la organización, que por ello paga a los empleados.
Es indispensable ubicar el humanismo como tema fundamental en toda reflexión y discusión sobre la “gestión y/o administración del conocimiento. Reconocer al empleado como persona –no cosa–. Las empresas deben entender que una persona no se encuentra obligada a dar sus conocimientos. La persona aporta sus conocimientos si así quiere. Cornella, por tanto, concluye que la administración y gestión del conocimiento deben ser reformulados. El tema por discutir, entonces, es la gestión de los conocedores.
La gestión de los conocedores en la organización naturalmente se proyecta como asignatura pendiente para, entre otros, los expertos en temas de comunicación estratégica, pues, como advertía Habermas, el conocimiento finalmente es acción comunicativa.

En nuestro agitado México, la perspectiva de futuros posibles parece contagiada por las inercias y vicios de un imaginario político que no hemos sido capaces de renovar. En la agonía del sexenio reparamos en el próximo informe de gobierno, las dudas sobre el desfile del 16 de septiembre y los temores que genera la radicalización discursiva de López Obrador. El futuro permanece en suspenso.
El cultivo del conocimiento debería ser asunto prioritario a discutir en empresas y organismos públicos, si consiguiésemos librarnos de la fatalidad que nos abruma al concebir nuestro tiempo en plazos sexenales. Sin comunicación productiva no hay futuro. La “productividad” de toda acción comunicativa no sólo representa tema de conocimiento sino de elemental supervivencia. En nuestra incipiente y costosa democracia nos hemos empeñado en anular el futuro.
El siguiente es un ejemplo de cómo debe citarse el anterior artículo:

Islas, Octavio, 2007: «¿Por la inteligente gestión del conocimiento?»,
en Revista Mexicana de Comunicación en línea, No. 105, México, julio:
Consulta realizada el 25 de julio de 2007.

Libertad de expresión imperfecta

Un vistazo al periodismo hidalguense

Alfredo Rivera Flores

La autocensura de los comunicadores también ha estado presente en Hidalgo. Con alarmante frecuencia, las ideas han muerto in vitro, sin poder llevar su esperanza al necesitado o su grito de inconformidad y rebeldía al mal gobernante. Son las dudas, los miedos, la mediocridad o la venta del alma al diablo, los que han sellado los labios o paralizado la pluma, evitando que los comunicadores aporten el grano de arena que Hidalgo necesita para construir cada día mejores espacios de convivencia civilizada.

Hace algunos años tuve la fortuna de participar en la creación de la Unión de Periodistas Democráticos de Hidalgo (UPD). Conformaban esa organización un par de viejos periodistas y una promisoria camada de jóvenes reporteros que cotidianamente pugnaban por encontrar o crear espacios de comunicación para publicar los resultados de sus pesquisas reporteriles.

Al paso del tiempo, la danza de la vida llevó a esos reporteros por múltiples caminos, pero su historia es representativa dentro del periodismo hidalguense. Casi todos persistieron en el ejercicio de la profesión, y casi todos atenuaron los tonos de su tinta. Las revistas más combativas tuvieron vida efímera, las más complacientes o anodinas subsistieron. Los reporteros de entonces ascendieron a los puestos directivos en la prensa, la radio y la televisión; hoy día no pocos de ellos detentan sus propios medios de comunicación.

Después del breve recuento, uno puede preguntarse qué tan presente estuvo la censura en sus desempeños profesionales. Nada, tendría que ser la respuesta, si pensamos en la aplicación de medidas violentas para acallarlos. Desde luego que en el anecdotario de los últimos años podríamos encontrar algunas leves y aisladas acciones de tal naturaleza, pero casi siempre serían explicadas como la expresión individual y primitiva de un politiquillo de poca talla o de un cacique pueblerino.

La excepción la constituyó el ahora diputado federal Gerardo Sosa Castelán, quien desde siempre mostró su afán violento por acallar las críticas. En su época de líder estudiantil golpeó a cachazos a Marcos Loaiza, periodista de El Sol de Hidalgo. Posteriormente, los porros de la federación bajo su control, balearon las oficinas de El Diario Visor y la casa del suscrito. En la actualidad, Sosa Castelán, fiel a su aversión a las verdades que lo exhiben, promovió un juicio en mi contra, como autor del libro La Sosa nostra. Porrismo y gobierno coludidos en Hidalgo. El colmo es que reclama daño moral.

Dicho exdirigente estatal del Partido Revolucionario Institucional, ha llevado su encono contra la libertad de expresión, a tal grado que también demandó a Miguel Ángel Granados Chapa, autor del prólogo; Miguel Ángel Porrúa, editor; Libraria SA de CV, empresa responsable de la tipografía; Enrique Garnica, quien diseñó la portada, y a Héctor Rubio, quien tomó la foto de autor que aparece en la contraportada.
Responsabilidad compartida
Más allá de esa enfermiza forma de actuar, no se encuentran en Hidalgo intentos relevantes por acallar las voces independientes. Pero, desde luego, ello no significa que durante los últimos tiempos, los ciudadanos hidalguenses hayan gozado de la información completa y veraz a que tienen derecho. Bastaría señalar que los recursos que el gobierno derrama en abundancia para los medios de comunicación, constituye, para muchos, la única fuente de ingresos. Por ello, no extraña que los intereses comerciales de los propietarios de diarios y revistas sean una de las más significativas limitantes a la libertad de expresión.

La autocensura de los comunicadores también ha estado presente en Hidalgo. Con alarmante frecuencia, las ideas han muerto in vitro, sin poder llevar su esperanza al necesitado o su grito de inconformidad y rebeldía al mal gobernante. Son las dudas, los miedos, la mediocridad o la venta del alma al diablo, los que han sellado los labios o paralizado la pluma, evitando que los comunicadores aporten el grano de arena que Hidalgo necesita para construir cada día mejores espacios de convivencia civilizada.

Hay, desde luego, una responsabilidad no cumplida de parte de los comunicadores, pero sin duda también existe una responsabilidad social compartida. Siete décadas de absoluto dominio priísta y extrema debilidad de los opositores, elevados índices de analfabetismo, y uno de los primeros lugares de pobreza en el país, así como ser el estado donde hasta hace muy pocos años un partido de oposición ganó por primera vez un puesto de elección popular, son algunos de los elementos que han configurado una sociedad incapaz de exigir con firmeza la vigencia de los derechos democráticos fundamentales, como elecciones limpias, transparencia en la información, respeto a los derechos humanos, protección al medio ambiente y una prensa profesional.

Mención aparte merece la responsabilidad de la universidad estatal. Durante mucho tiempo, la máxima casa de estudios –manejada por porros o sus testaferros– postergó la aparición, en sus planes de estudio, de disciplinas sociales, y nunca fomentó un espíritu crítico entre los jóvenes, necesario para impulsar los cambios estructurales hacia una superación colectiva.

Por todo ello es posible observar cómo innumerables prácticas o ritos se siguen manteniendo tal cual, sin importar el paso del tiempo. Los primeros días de junio aparecen, de manera obligada en las páginas de los diarios locales, las declaraciones del gobernador en turno acerca de su indeclinable respeto a la libertad de expresión. Los dueños de los diarios, a su vez, reconocen en el mandatario “ese acendrado espíritu democrático” y muchos de los periodistas se forman rápidamente en la fila para participar en los festejos, tomarse la foto, recibir los regalos y aspirar a las distinciones. Pocos marcan su distancia y se permiten alguna leve crítica.

Casi siempre está ausente la reflexión y el análisis sobre las circunstancias concretas en que se ejerce la libertad de expresión y el papel que ésta desempeña o debiese desempeñar en la sociedad. Menos aún se escuchan expresiones de solidaridad combativa a las agresiones a periodistas de otros rumbos.

Nada aconteció en Hidalgo en abril de 2005 cuando nos enteramos de la desaparición de Alfredo Jiménez Mota, periodista del diario El Imparcial, de Hermosillo, Sonora. Tampoco hubo protestas cuando al paso del tiempo sus compañeros de oficio del norte del país y algunas agrupaciones gremiales fueron arrancando a las autoridades los datos que confirmaban que Alfredo había sido asesinado por miembros de la delincuencia organizada, que de esa manera pretendió acallar el resultado de las investigaciones del periodista, en las que se implicaba a grupos políticos en el poder.

Desde luego, mal hacemos en Hidalgo al pensar que la embestida contra la libertad de expresión que se hace evidente en el país, nos resulta ajena. Pues habremos de recordar la vieja y conocida historia: “Cuando vinieron por los negros, no hice nada, pues no soy negro; cuando vinieron por los judíos…” Igualmente habríamos de preguntarnos si el hecho de que en el territorio hidalguense no se hayan dado crímenes en contra de los periodistas, es suficiente para suponer que gozamos de una auténtica libertad de expresión.

PUEDE CITAR ESTE ARTÍCULO DE LA SIGUIENTE FORMA:

Rivera Flores, Alfredo, «Libertad de expresión imperfecta», Revista
Mexicana de Comunicación
, No. 105, junio – julio, 16- 17pp.