La gran ganadora

La televisión mexicana en 2006

Alma Rosa Alva de la Selva Profesora e investigadora de la FCPyS de la UNAM.

 

Intenso, arduo, definitorio: tales son los calificativos que pueden aplicarse al panorama televisivo en México durante el año que acaba de concluir, un periodo que se ha instalado en la memoria colectiva como una etapa de conmoción política en la cual la pantalla chica desempeñó un papel cardinal. En las líneas que siguen se pretende hacer el recuento al que obliga el fin de un ciclo por los acontecimientos que marcaron el rumbo de los medios de comunicación en el México de 2006, un año copioso en acontecimientos importantes para el rumbo de la TV del país, cuyo panorama se muestra a continuación.

Dominado por la intervención de las empresas de TV en el asunto de las reformas al marco legal de la radio y en la problemática electoral, el año que ha quedado atrás se recordará, entre otras cosas, como el periodo en el cual la televisión desplegó a todo lo ancho, en varios momentos y oportunidades, su considerable alcance como poder fáctico, hoy suficiente como para doblegar a las instituciones y los poderes del Estado mexicano e imponer sus intereses.

Con el grave episodio de la llamada Ley Televisa y la participación central de la TV privada en la embestida contra el candidato de la coalición por el Bien de Todos a la Presidencia de la República, el gobierno foxista acabó su periodo otorgando a los industriales televisivos las ganancias económicas y políticas más cuantiosas de que se tenga registro en la trayectoria de los medios electrónicos del país.
De enero a diciembre, las televisoras realizaron una sostenida actividad como actores políticos que capitalizaron eficientemente los errores y vacíos dejados por el régimen de Fox y las alianzas entabladas con el grupo en el poder, para anotarse una serie de avances que les permitieron rebasar a las instituciones y los poderes del Estado mexicano.

Tal configuración del poder mediático se manifestó a tal grado, que constituyó, según el proyecto privado, una importante etapa de definiciones para el futuro de la pantalla chica, en términos del impulso que imprimió aquél para el establecimiento de las condiciones jurídicas necesarias de cara hacia los entornos digitales y la Sociedad de la Información.

Las repercusiones de la llamada Ley Televisa se extienden, del plano financiero y político al social y cultural, y que de no ser revertidas o modificadas habrán de extender y reforzar las políticas de corte neoliberal, ahora en el plano de la convergencia, con serios impactos para el país en los próximos años.
Intenso políticamente como ninguno, el año que se fue ha dejado huella por la cadena de hechos que hicieron ver el activismo del duopolio (y en particular de su integrante más influyente: Televisa), en un periodo por demás significativo: la sucesión presidencial más ardua de la historia reciente del país, en la que la TV apoyó al candidato del partido oficial y prestó su ayuda para la construcción del escenario político que otorgó la victoria al sucesor de Vicente Fox.

Sin embargo, la intervención de la TV privada como beligerante actor político en la elección presidencial conllevó un serio desencuentro con un importante sector de la sociedad mexicana: ciertos grupos sociales reclamaron a Televisa y TV Azteca (y notoriamente más a la primera) sus reiteradas descalificaciones a uno de los candidatos por la Presidencia de la República.

Y es que en la medida en que se acercaba el 2 de julio, Televisa fue abandonando la aparente apertura y pluralidad que venía promoviendo en sus espacios noticiosos desde el arribo de Emilio Azcárraga Jean, para regresar a sus viejas prácticas de manipulación informativa y de transgresiones al derecho a la información. Ello redundó en una sensible pérdida de credibilidad y, por tanto, un vivo rechazo hacia el consorcio rechazo por parte de amplios grupos ciudadanos.

Pero las victorias de tipo político no fueron, por supuesto, las únicas que caracterizaron al acontecer televisivo del 2006. Imposible ignorar los sustanciosos éxitos financieros de que disfrutaron las empresas de Azcárraga Jean y Salinas Pliego, en un año en el que se conjuntaron dos grandes oportunidades de incrementar sus ganancias: el Mundial de Futbol (realizado en Alemania del 9 de junio al 9 de julio) y, de nuevo, la contienda electoral por la Presidencia, convertida para el sector televisivo en la feria de los millones (dado que todos los partidos políticos destinaron prácticamente la totalidad de sus recursos para la publicidad en la TV).

La bonanza económica que le reportaron a la TV las campañas políticas y el Mundial de Futbol, se reflejaron en el segundo trimestre del año, cuando Televisa registró una utilidad neta de dos mil 307.4 millones de pesos, 75.1% más que el mismo periodo del año anterior, mientras que TV Azteca tuvo ganancias netas por 655 millones de pesos, 28% mayor a las registradas en el 2005.1

Así pues, el saldo del 2006 fue por demás redituable para una industria televisiva que, por si fuera poco lo antes anotado, para cerrar el año con broche de oro se dio el lujo de ejercer una vez más su influencia: Luis Téllez Kuenzler –hasta hace unas semanas, ejecutivo de Televisa– fue designado como el flamante secretario de Comunicaciones y Transportes, asegurando así la defensa de sus intereses.

Una ley para Televisa

La noche del 30 de marzo de 2006, cuando el Senado dio luz verde a las reformas de las leyes federales de Radio y Televisión y de Telecomunicaciones, se consumó el mayor triunfo político del grupo dominante de los concesionarios de los medios electrónicos del país: la Ley Televisa.

Denominada así por la abierta intervención de la televisora en el proceso de tales modificaciones legales y hasta en su naturaleza y contenidos, la Ley Televisa fue aprobada, sin contemplar ninguna de las cuantiosas recomendaciones emitidas por un amplio número de expertos, académicos, comunicadores y ciudadanos, y por representantes de 46 instituciones que participaron en las audiencias públicas para la discusión del proyecto, sin argumentos sólidos que la sustentasen.

El cabildeo de Televisa había surtido efecto. Quizá también la amenaza lanzada un año atrás hacia los senadores por los concesionarios, quienes habían deslizado la posibilidad de no realizar las inversiones que requeriría la digitalización de la radio y la televisión en México (calculada en dos mil 500 millones de dólares) de no contar con las reformas.2

La aprobación senatorial surgió en una jornada en la que sólo hubo debate por parte de los legisladores que impugnaban las reformas y cuyos argumentos en contra no fueron respondidos. Fue evidente la subordinación de buena parte de los legisladores al poder de las televisoras, en el contexto de los pactos y acuerdos políticos de los diferentes partidos de frente a la contienda electoral de 2006.3

Sin embargo, la aprobación de las reformas no fue el epílogo del episodio de la Ley Televisa, pues más adelante se abriría una significativa etapa al establecerse una vinculación del tema de las reformas con el conflicto poselectoral.

Resultaría por demás extenso referir en detalle el contenido y alcances de las reformas. Baste con señalar en términos generales, por ejemplo, su impacto en la rectoría del Estado en el campo de las telecomunicaciones, que se verá seriamente afectada en el ámbito de la explotación del espectro radioeléctrico; el reforzamiento de los esquemas de concentración ya existentes en materia de radio y TV, trasladados ahora al escenario de la convergencia tecnológica; el debilitamiento de la Comisión Federal de Competencia (Cofetel), que en las reformas aparece sin las atribuciones necesarias para controlar la monopolización del espectro y vigilar eficientemente los procesos de licitación del mismo, los cuales podrían ser orientados para el beneficio de determinadas empresas, con la consiguiente persistencia de las criticadas prácticas de discrecionalidad.

De las reformas puestas en marcha se desprende la disminución de las facultades de la Cofetel, órgano regulador de ambos sectores (radiodifusión y telecomunicaciones), acotado en temas fundamentales como la revocación de concesiones. Además, la nueva autoridad encargada de autorizar concesiones, de acuerdo con las reformas (la Cofetel), aparece subordinada al Gobierno Federal, en especial al Presidente de la República en funciones, y a quien corresponde designar a sus integrantes.

Entre los aspectos generales de la Ley Televisa, cabe señalar la supremacía de los criterios económicos sobre los sociales, que permean temas como el otorgamiento de concesiones de medios electrónicos, sometidos al mecanismo de subasta y a la capacidad financiera y técnica del solicitante.

Surgen también de la Ley Televisa graves consecuencias para los medios permisionados, incluidos los comunitarios; las nuevas reformas podrían impedir a los medios de tal naturaleza, afrontar la transición e incorporarse al avance de la convergencia tecnológica, por lo que ésta aparece reservada a los medios privados.

Sin embargo, el catálogo de consecuencias de la Ley Televisa encuentra en el artículo 28 de las reformas una de las más perniciosas para el interés público y un ejemplo patente de la voracidad de los grandes consorcios del ramo, al permitir a las televisoras utilizar los canales espejo que el Estado les confirió temporalmente, para aprovecharlos en la explotación de nuevos servicios sin que, a partir de las reformas, el gobierno quede obligado a cobrarles por ello, además de no incluir ninguna disposición que les exija devolver los canales analógicos una vez que empiecen las transmisiones digitales.

Así pues, a las empresas que ya cuentan con un número importante de concesiones, el marco legal aprobado les permitirá expandirse hacia nuevos negocios, con una situación de ventaja hacia la posible competencia, aunque sin beneficio alguno de ningún tipo para el Estado por la explotación del espectro, ya que las reformas no consideran como obligatorio el pago de derechos de los grandes consorcios televisivos para la prestación de nuevos servicios. En pocas palabras: las reformas acrecentarán el poder y privilegios de los grupos que desde hace tiempo predominan en el panorama de la radio y la televisión del país.

Los primeros días de abril, mientras se desarrollaba la comedia de enredos de las reformas paralelas (con las que supuestamente habrían de corregirse los excesos o insuficiencias de las reformas, entre ellas la afectación de los industriales radiofónicos de AM), los senadores que se opusieron a su puesta en marcha se abocaron a la elaboración de una demanda de inconstitucionalidad, que habrían de presentar a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).

Pero despues vino la autorización presidencial: luego de que la Cámara Nacional de la Industria de Radio y Televisión (CIRT) exhortó al presidente Fox a publicar las reformas cuanto antes para su puesta en marcha,4 el martes 18 de ese mismo mes, en plena Semana Santa, Vicente Fox avaló la Ley Televisa, con la publicación de la misma en el Diario Oficial de la Federación, dando así la razón a quienes habían anticipado –a pesar de las múltiples impugnaciones de diferentes sectores a las reformas–, que no había posibilidad alguna de veto presidencial para este caso, sino que incluso se apresuraría su promulgación.

El 4 de mayo, 46 senadores de la República, encabezados por Javier Corral (PAN), Manuel Bartlett (PRI) y Raúl Ojeda Zubieta (PRD), presentaron ante la SCJN un recurso de inconstitucionalidad en contra del Decreto de Reformas a la Ley Federal de Radio y Televisión, y a la Ley Federal de Telecomunicaciones.

Entre las 21 transgresiones constitucionales ampliamente documentadas en la demanda mencionada, destacan las que resultan violatorias de los artículos 1º y 28 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, así como aquéllas que no respetando las disposiciones de los artículos 25, 27 y de nuevo el 28 de la Carta Magna, afectan en términos de que:

Se priva al Estado de su potestad soberana de decisión sobre si otorga o no una concesión, al prever que la entrega de una solicitud es el único requisito que activa una autorización de la Secretaría para la prestación de servicios adicionales de telecomunicaciones.5

El 9 de mayo, habiendo dado entrada al recurso señalado, la Suprema Corte anunció que el dictamen respectivo podría estar listo a finales de julio o principios de agosto. Sin embargo, el 2006 concluyó sin que se hubiese dado una resolución al respecto.

Las secuelas del desaseado proceso de aprobación de la Ley Televisa en el Senado, como parte de los acuerdos políticos de las televisoras con los partidos a cambio del apoyo mediático a sus candidatos, no terminaban ahí, pues se extendieron al entorno del Ejecutivo. Ello cuando trascendió el hecho de que la opinión del titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), Pedro Cerisola, en torno a las transgresiones constitucionales, contradicciones y lagunas legales de las reformas, supuestamente no fue ni siquiera del conocimiento de Fox debido a que “no se consideró necesario” hacérsela llegar,6 según explicó en ese momento el vocero Rubén Aguilar, en lo que fue un argumento inverosímil que hizo evidente la complicidad presidencial para sacar adelante el proyecto legal más controvertido en materia de comunicación. La Secretaría de Gobernación asumió la misma postura: a pesar de haber recibido la respuesta de la consejería presidencial a las observaciones de la SCT el 5 de abril, la dependencia negó haber conocido el documento. 7

Entre los 55 señalamientos de la SCT se encontraban los que hacían énfasis en que la Ley Televisa abre la posibilidad de que el espectro radioeléctrico nunca se restituya al Estado mexicano; que en la práctica, las reformas hacen imposible que a los actuales concesionarios se les pueda negar el refrendo de la concesión de radio o televisión; que varias de las disposiciones generan un régimen de excepción, porque cualquier interesado en convertirse en concesionario deberá licitar y pagar por ello, mientras los concesionarios actuales podrán seguir explotando las frecuencias sin un pago adicional. Además, la SCT advertía que el otorgamiento de concesiones se mantendría en la discrecionalidad y sujeto a presiones o influencias.

Sin embargo, a pesar de la importancia de las observaciones de la dependencia cabeza del sector, la SCJN la excluyó del proceso de la acción de inconstitucionalidad promovido por los senadores, al puntualizar que las 55 recomendaciones de la SCT sobre las reformas no podrían formar parte del mismo, debido a que la litis de la demanda se limita a las presuntas violaciones a la Constitución denunciadas por los legisladores, y sólo serían tomadas en cuenta en el caso de que los ministros decidiesen suplir la deficiencia de la queja.8

El lance siguiente del episodio de la Ley Televisa fue la designación de los comisionados para la nueva Cofetel, luego de que varios renunciaron, por considerar inaceptables las modificaciones legales por ponerse en marcha.

Los promotores de tal proyecto requerían un organismo regulador a su favor, por lo que desplegaron una vez más los mecanismos del cabildeo y presión política para que funcionarios asociados a sus intereses fuesen ubicados en la Comisión. Así, la Cofetel se repartió con base en los beneficios y rendimientos requeridos por las empresas. El 27 de junio, la Comisión Permanente del Congreso aprobó los nombramientos de los cuatro comisionados faltantes, con todo y sus claros vínculos con TV Azteca, Televisa y otras empresas de telecomunicaciones.

Días después se dio a conocer que Héctor Osuna, uno de los principales impulsores de la Ley Televisa en su calidad de presidente de la Comisión de Comunicaciones y Transportes del Senado y legislador del PAN, había sido designado para encabezar el organismo. Tal nombramiento causó una fuerte reacción de los senadores en contra de las reformas. Javier Corral y Manuel Bartlett consideraron la designación de Osuna en términos de “un pago a sus servicios, en una de las historias más negras del poder legislativo mexicano”.9 Fue así como se vio cancelada la posibilidad de un organismo regulador imparcial para el funcionamiento de la radio y la televisión del país.

Sin embargo, el tema de la Ley Televisa continuó presente en el ámbito legislativo. Hacia el fin de año, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) anunciaba que en breve se presentarían iniciativas para reformar tal marco legal, con el propósito de subsanar varios vicios y omisiones que presenta, ello independientemente del fallo de la Suprema Corte sobre la controversia constitucional presentada por integrantes de la pasada legislatura por las modificaciones hechas a la misma. 10

NOTAS

1) El Financiero, 18 de julio de 2006.

2) Reforma, 24 de enero de 2006.

3) Tiempo después trascendería que el consorcio había ofrecido una mayor cobertura mediática a los candidatos del PAN y del PRI a cambio del voto favorable de sus senadores.

4) Reforma, 3 de abril de 2006.

5) “Nota sobre la acción de inconstitucionalidad que promueven senadores de la República en Contra del Decreto de Reformas a la Ley Federal de Radio y Televisión, y a la Ley Federal de Telecomunicaciones”, Senado de la República, 4 de mayo de 2006.

6) La Jornada, 22 de junio de 2006.

7) El Universal, 23 de junio de 2006.

8) La Jornada, 22 de junio de 2006.

9) La Jornada, 30 de junio de 2006.

10) El Universal, 14 de enero de 2006.

PUEDE CITAR ESTE ARTÍCULO DE LA SIGUIENTE FORMA:

Alva de la Selva, Alma Rosa, «La gran ganadora «, Revista
Mexicana de Comunicación
No. 103, feb / mar 2007, pp. 15-23.

 

Nostalgia de Pokemon

Pilar Ramírez

 

Hará unos once años irrumpió en la televisión la serie japonesa de dibujos animados Pokemon, que nació como videojuego y resultó un negocio multimillonario porque todos los niños querían además algunos de los muchos juguetes que inundaron el mercado. Este fenómeno en la venta de productos y publicidad se ensombreció un poco cuando se dio a conocer en 1997 que más de 700 niños japoneses habían convulsionado al ver el programa y la mayoría de ellos había terminado en el hospital. El capítulo en cuestión fue retirado de la televisión pero las pérdidas fueron temporales porque la empresa distribuidora desplegó una buena estrategia de control de daños para explicar que las crisis convulsivas se habían producido por el uso de una frecuencia sumamente alta de cambios de colores, así que el auge de Pokemon continuó.

Poco tiempo después escuchamos con consternación que nuestro hijo mayor, entonces de cinco años, quería ver Pokemon. Nosotros, padres primerizos con el imborrable registro de niños convulsionando por ver el programa, primero tratamos de minimizar lo divertido que podía ser el famoso Pokemon, le ofrecimos otras formas de diversión y argumentamos que la hora no era adecuada.

Imaginábamos a nuestro hijito presa de una debilidad mental a causa de las convulsiones que le causaría la ratita amarilla. Todo fue inútil: el niño lloraba porque era el único en la escuela que no podía opinar del programa que todos veían. Nos resignamos y decidimos sentarnos con él a ver un capítulo. Para nuestra sorpresa Pokemon no era para nada violento, incluso ensalzaba valores como la amistad y el trabajo en equipo. Pikachú, el pokemon principal, podía ser cursi pero no peligroso. Hasta los malos del equipo Rocket eran bastante predecibles ya que siempre terminaban derrotados por Ash, el chico bueno que captura y entrena pokemones. Durante muchos capítulos acompañamos al niño mientras veía la serie y no percibimos nada especialmente peligroso, pero cuando escuché a mi marido cantar la canción con los nombres de cincuenta pokemones me entraron serias dudas sobre su estabilidad mental y decidí que debíamos abandonar la costumbre de ver Pokemon, lo cual nos agradeció profusamente el pequeñín, que se hartaba de tener junto a sus padres restándole diversión al programa.

De vez en cuando nos asomamos a los programas que ven nuestros hijos, nada más para no bajar la guardia y, con los últimos descubrimientos, nos dan ganas de cantar como lo hacía María Eugenia Rubio: “las caricaturas también me hacen llorar”. Yo, quisiera volver a la época en que las decisiones de los padres autoritarios se acataban sin chistar para poder censurar ciertos programas y Rafael propone que se les haga un antidoping a los guionistas de algunas series animadas, además de reclamar daños y perjuicios, pues desconfía de la huella mental que puedan dejar en nuestros vástagos.

Por ejemplo, en Los padrinos mágicos los personajes gritan todo el tiempo, hay una niñera malvada que tortura a uno de los niños, pero los pequeños ahijados no cantan mal las rancheras y manejan peticiones demenciales a pesar de las 38 reglas que las rigen. No conformes con eso, los programadores a veces nos recetan maratón de la serie y hay padrinos para todo el día.

No dejamos de preguntarnos qué lugar ocupamos en la fauna que habita en la mente del pequeño Andrés poblada por un Catdog con dos cabezas y ninguna cola, mitad perro mitad gato; por Coraje el perro cobarde; por Dexter, niño genio con su propio laboratorio; por Bob, una esponja cuadrada que trabaja en una hamburguesería en el fondo del mar Biquini; por una vaca y un pollito que son hermanos; por Jenny la robot adolescente que traslada los conflictos de la edad a un mundo de metal, por los Power Ranger, una producción similar a los cuentos de Cachirulo, pero en versión nipona y envidiablemente multimillonaria o por los Chicos del barrio que luchan contra la tiranía de los adultos que intentan imponer sus reglas a los niños de la Tierra.

Lo más estremecedor, sin embargo, es que estamos habituados a que las series animadas estén destinadas a los niños, y al canal Cartoon Network –que transmite programación infantil– se le ocurrió abrir desde hace tiempo un espacio nocturno para animaciones dirigidas a adolescentes y adultos, con escenas de sexo suficientemente explícitas y lenguaje no apto para menores. Y si usted creía que Los Simpson tenían una dosis excesiva de cinismo y malos ejemplos, dése una vuelta por South Park, programa satírico animado para adolescentes que aborda temas de política con un exceso de franqueza donde han aparecido, entre otros, personajes como Osama Bin Laden o Janet Reno; Padre de Familia donde el perro es uno de los personajes más sensatos o Futurama que incluye a un inquietante robot borracho.

Qué tiempos aquellos cuando en lugar de los grandes estudios de animación reinaba la firma Hanna-Barbera con producciones como Los Picapiedra, Los Supersónicos, El oso Yogui, Tom y Jerry, Scooby-Doo o Tiro Loco McGraw. Con la programación actual, hasta Pikachú resulta inteligente y recomendable.

Respuesta de Notimex

Milenio, 23 de marzo de 2007

Reconocen un caso de censura en Notimex

Aunque el subsecretario de Normatividad en Medios de Gobernación, Juan María Naveja de Anda, negó que la dependencia censure a la Agencia Mexicana de Noticias, reconoció que el artículo de una colaboradora no se difundió por «política» de Notimex.

«Hasta ahora no ha habido ningún tipo de censura ni ninguna llamada realizada que puedan decir que les pida que suban o bajen tal publicación o tal nota periodística», sostuvo.

Sólo un artículo editorial de Teresa Gurza no fue difundido porque el director de aquel entonces, Aurelio Bueno, determinó que no se publicaría, aclaró.

«En primer lugar, ella es una colaboradora sin sueldo, y respondió a que la agencia tiene una política de no difundir aquellos temas en los cuales se ve inmersa para no estar dando señales equívocas, erróneas. Es una política que ya existía desde mucho tiempo atrás y fue la razón por la que no se difundió ese artículo», señaló.

El funcionario recordó que Notimex no ha salido del ámbito de la Secretaría de Gobernación, y que su transformación en la agencia del Estado mexicano todavía no se da porque no ha entrado en aplicación la ley correspondiente, debido a que hay una acción de inconstitucionalidad interpuesta por la PGR y a que la Corte deberá determinar cómo se va a llevar a cabo la designación del director.

FM digital: todos caben

El Universal, Finanzas, 20 de marzo 2007.

Telecom y medios

 

Gabriel Sosa Plata

 

La digitalización de la radio abre una valiosa oportunidad para no sólo mejorar la calidad del sonido de las emisoras, sino también para abrir el espectro a nuevos jugadores en plazas tan saturadas como la Ciudad de México, Guadalajara, Monterrey y Tijuana. Esto es posible, a diferencia de lo que se pensaba, con el estándar estadounidense IBOC (In Band On Channel), el cual opera en las mismas bandas de frecuencias atribuidas actualmente a la radio de AM y de FM.

Gracias a la digitalización bajo la norma IBOC, todos los concesionarios y permisionarios de la radio (de AM y FM) en las ciudades mencionadas, cabrían en el espectro de FM (de los 88 a los 108 Mhz) y, por si fuera poco, aún habría espacio para nuevos operadores. De esta manera se podría satisfacer la petición del gobierno del Distrito Federal y de otras empresas e instituciones que desean tener frecuencias de radio en la capital del país.

Todo lo anterior es posible si se pusiera en marcha la propuesta formal que, bajo los auspicios del poderoso consorcio que desarrolló el estándar IBOC, iBiquity Digital Corporation, y la empresa fabricante de equipos de radiodifusión, Broadcast Electronics, presentó la semana pasada John Schneider a la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel) y a la Cámara Nacional de la Industria de Radio y Televisión (CIRT).

El IBOC, conocido comercialmente como HD Radio, es un estándar con el que las emisoras de radio pueden llevar a cabo transmisiones digitales, con una calidad de sonido similar a la de un CD en el caso de las radiodifusoras de FM y de FM en el caso de las estaciones de AM. Además, la tecnología permite un uso más eficiente del espectro radioeléctrico en la banda de FM al hacer posible que una frecuencia pueda ofrecer el sistema multicanal o multicasting (dos o tres canales por frecuencia asignada, lo que coadyuva a aumentar la oferta de contenidos).

En Estados Unidos ya son más de mil 200 radiodifusoras las que transmiten digitalmente, esto es, alrededor del 8 por ciento de las emisoras existentes en el país. De ese total, unas 500 emisoras ya transmiten en multicanal.

La propuesta para México consiste en que toda emisora tendría derecho de transmitir sus programas simultáneamente en modo analógico y digital. El modo analógico se transmitiría en su frecuencia asignada, sea ésta en la banda de FM o en la de AM. El modo digital se transmitiría exclusivamente en la banda de FM. Esto significa que las emisoras de AM, al menos en las grandes ciudades del país, no podrían transmitir digitalmente en esta última banda ante la saturación del espectro radioeléctrico, pero sí en la banda de FM.

La idea es que dueños o accionistas que tienen una o más emisoras de FM en la misma ciudad transmitan sus señales de AM en el sistema multicanal digital de FM. Por ejemplo, un grupo como Televisa Radio podría transmitir sus emisoras de AM (XEW-AM, XEQ-AM y XEX-AM) en los multicanales digitales de sus radiodifusoras de FM (XEQ-FM, XEW-FM y XEX-FM), con lo que todas las estaciones del grupo entrarían sin problema a la era digital. Los demás grupos radiofónicos tendrían el mismo beneficio.

Por lo que se refiere a grupos o instituciones que sólo tienen emisoras de AM o bien sus radiodifusoras de FM no son suficientes para alojar a las AM, se les otorgaría una frecuencia de FM, pero sólo para transmitir de modo digital, con el fin de que todas las emisoras tengan las mismas ventajas en el momento de llegar la digitalización a la radio. De esta manera, una emisora como Radio Educación, que no tiene canal en FM, podría recibir una frecuencia en FM y, por ejemplo, compartir el otro de los canales digitales a una emisora de AM del IMER.

Para dar cabida a todas las emisoras de AM y FM en la banda de FM es necesario reducir de 800 Khz a 400 Khz (de cuatro a dos canales) la separación que, con base en las normas técnicas, existe actualmente entre dos emisoras en operación en la FM en México. De acuerdo con Schneider, en casi todos los países del mundo, se ha reducido a 400 khz la separación entre dos emisoras que transmiten en la banda de FM. Y todo esto aún en la era analógica, como sucede, excepcionalmente, con Ibero Radio 90.9 y con Politécnico en Radio 95.7, en el Distrito Federal.

La propuesta avalada por iBiquity se basa en pruebas de transmisión realizadas en frecuencias intermedias no sólo en Estados Unidos sino en la misma Ciudad de México, sitio este último en el que participó la misma CIRT a través del Comité Consultivo de Tecnologías Digitales para la Radiodifusión, el cual tiene entre sus atribuciones la recomendación del estándar de radio digital terrestre para México.

El documento preparado por Schneider es exhaustivo, tiene incluso un plan de reparto de frecuencias para las ciudades de Tijuana, Monterrey, Guadalajara y el Distrito Federal, donde se demuestra que los planteamientos son posibles. Incluso en la misma capital del país se concluye que, aún incorporando a todas las emisoras de AM en los canales digitales de FM y las señales generadas en ciudades vecinas que alcanzan a captarse en el Distrito Federal, quedan libres cinco canales para nuevos concesionarios o permisionarios, mientras que en Tijuana, Monterrey y Guadalajara, habría, respectivamente, dos, 18 y 16 canales desocupados.

La novedosa propuesta tocará fibras sensibles en la industria radiofónica, ya que no todos los grupos quieren igualdad de condiciones en la era digital, pero también es cierto que hay otros, también muy fuertes (Radiorama, por ejemplo), que seguramente la avalarán. También es una alternativa que daría respuesta satisfactoria a las peticiones de futuros operadores, como el gobierno capitalino, empresas del sector privado e instituciones educativas. Si prevalece una visión de Estado en el tema, esta propuesta deberá ser considerada con toda seriedad. Volveremos al tema.

100 días… de debate

Ninguno de los compromisos de Felipe Calderón sobre telecomunicaciones a llevar a cabo en sus primeros 100 días de gobierno se cumplieron (radio digital, portabilidad numérica, nuevas emisoras de radio y televisión y convergencia plena). Pese a ello, Héctor Osuna, de la Cofetel, se suma a las cuentas alegres y, sin citar a la cabeza del sector, la SCT, asegura que en estos cuatro temas, el gobierno calderonista cumplió. Sin duda, visiones de dos mundos, uno que vemos millones de mexicanos y otro que tiene la mirada puesta en el canal de las estrellas.

 

Profesor e investigador invitado de la AUM Cuajimalpa. Columnista de El Universal y
coordinador del Consejo Editorial de la Revista Mexicana de Comunicación. http://radiomexicana.blogspot.com

 

El siguiente es un ejemplo de cómo debe citar el anterior artículo.

Sosa Plata, Gabriel, «FM digital: todos caben» en El Universal,
México, 20 -III- 2007, Telecom y otros medios, Finanzas.

Emilio Azcárraga Milmo

Excelsior, 20 de marzo de 2007.

Octavio Islas

El 16 de abril de 1997, a bordo de su yate ECO, en Miami, Florida, falleció Emilio Azcárraga Milmo, quien en sus años de gloria, al frente de Televisa, fue considerado “el empresario más poderoso que ha visto México”.

Azcárraga Milmo nació en San Antonio, Texas, el 6 de septiembre de 1930. A los 42 años de edad, y en momentos particularmente difíciles para los concesionarios de la televisión en México, asumió la dirección de Telesistema Mexicano (TSM) tras la muerte de su padre, Emilio Azcárraga Vidaurreta, ocurrida en Houston, Texas el 23 de septiembre de 1972.

El gobierno del presidente Luis Echeverría Álvarez entonces llegaba a su segundo año (1972), y el locuaz presidente estimulaba fuertes críticas hacia los concesionarios de la televisión.

Azcárraga Milmo mostró gran habilidad para anticiparse a los planes del presidente Echeverría y negociar, con empresarios del Grupo Monterrey, la fusión de Telesistema Mexicano y Televisión Independiente de México (TIM), de la cual resultó Televisa (Televisión Vía Satélite).

Rápidamente Azcárraga Milmo logró transformar a Televisa en el principal grupo de presión al interior del sistema político mexicano. En 1990 se declaró soldado del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y cinco años después manifestó ser únicamente “soldado del presidente”. Entre Televisa y el PRI, más que una relación de carácter simbiótico incestuosa, es posible reconocer un intrincado sistema de negociaciones. Azcárraga Milmo pretendía expandir el efectivo dominio de Televisa y los presidentes en turno realizaban determinados esfuerzos para contenderlo.

Azcárraga Milmo también desarrolló buenas relaciones con algunos políticos opositores. Carlos Castillo Peraza, mentor político del presidente Felipe Calderón, formó parte de la nómina de Televisa como asesor. Después de algunas entrevistas con Azcárraga Milmo, Andrés Manuel López Obrador fue entrevistado en vivo para Televisa cuando asumió el cargo de presidente del Partido de la Revolución Democrática.

Entre 1973 y 1997, Televisa se consolidó como la catedral de la educación sentimental en México. Azcárraga Milmo se declaró “muy guadalupano”. Las telenovelas –que Televisa llegó a exportar a más de 120 países– representaron formidable escaparate del culto al guadalupanismo.

Además Azcárraga Milmo insistió en la necesidad de cuidar y respetar los valores de la familia mexicana. La decidida participación de Roberto Gómez Bolaños en la campaña contra el aborto admite ser interpretada como lógica secuela de la posición asumida por Televisa.

Jacobo Zabludovsky sintetizó la política informativa de Televisa y Raúl Velasco la oferta de entretenimiento. En un discurso pronunciado el 7 de junio de 1994, en una reunión con dueños de periódicos, Cuauhtémoc Cárdenas, entonces candidato del PRD a la presidencia, expresó duras críticas hacia Televisa:

Televisa, digámoslo con claridad, se ha constituido en uno de los pilares que hoy sostienen al régimen autoritario que padecemos. Televisa sirve al Estado y se sirve de él para exaltar una política contraria al interés nacional y a los personeros de esa política. Con ese mismo propósio, cada 24 horas desacredita las opciones democrática, miente sobre la realidad del país, oculta la verdadera dimensión y naturaleza de los hechos sociales y trata de confundir a la ciudadanía sobre el carácter de la lucha política a favor del derecho del sufragio.
Los espacios informativos de Televisa perdieron credibilidad intentando ocultar el evidente desplome del anquilosado sistema político.

En 1993 Emilio Azcárraga Milmo fue considerado el hombre más rico de América Latina, con una fortuna estimada en cinco mil millones de dólares.

Emilio Azcárraga Milmo efectivamente parecía intuir la grave amenaza que podría representar Carlos Slim para Televisa y quizá por ello: “veía hacia abajo a Slim porque lo consideraba un arribista”.
Hoy Carlos Slim es considerado el segundo hombre más rico del planeta y se ha convertido en “el empresario más poderoso que ha visto México”.

En un nuevo sistema de competencia Slim representa el principal frente de preocupaciones para Televisa.

Referencias
Fernández C., y Paxman, A. (2000). El tigre Emilio Azcárraga y su imperio Televisa. México: Grijalbo.

Investigador del Proyecto Internet-Cátedra de Comunicación Estratégica y Cibercultura,  
Tecnológico de Monterrey, campus Estado de México.

Grandes maestros del periodismo

Wallrraf, Capa y Kapuscinski

Tiene  razón  el  escritor  Gerardo  de  la  Torre,  autor de  El  vengador,  Viejos  lobos  de  Marx   y  muchas otras  novelas  y  libros  de  cuentos,  además  de asistente  sabatino  durante  años  a  la  cantina-salón Palacio,  al  decir  que  tres  son  los  notables periodistas  del  siglo  XX:  Günter  Wallrraf, Roberto  Capa  y  Ryszard  Kapuscinski.  El  primero  alemán,  el segundo  húngaro  y  el  tercero  polaco.

 

De Wallrraf no se ha sabido nada  desde hace tiempo. Aunque sus dos obras conocidas, Cabeza de turco y El periodista indeseable, son realmente excepcionales y una muestra de que en nuestra profesión hay que arriesgar al máximo, interpretar diversos papeles, descubrir la verdad por encima de todo, denunciar incluso a los medios que falsean la información y tratar de ser honestos a carta cabal.

En el primero de ellos, Günter tuvo que cambiar su pigmentación y bajar muchos kilos para, ante los ojos de industriales alemanes, conseguir trabajo en los oficios más arriesgados: limpiando plantas nucleares, en fábricas donde se arriesga la vida. Es decir: vivir como el turco Ali para relatar el maltrato a esos nacionales, las inclementes condiciones en que viven, el raquítico salario que perciben y la discriminación frecuente.

En el segundo, Wallrraf se convierte igual en informante para exterminar izquierdistas que en militante nazi o en periodista del mayor consorcio de su país, Bild Zeitung. En los tres casos documenta los engaños a los ciudadanos, las formas perversas de la propaganda y cómo las autoridades de un país que se pregona democrático, lejos de cuidar a su gente, da protección a los de arriba.

Estamos ante alguien que causó gran polémica, ya que al transformarse en otros, varios teóricos decían que faltaba a la ética y que no se valía obtener declaraciones e informaciones a través del engaño. La polémica seguirá en un mundo donde si bien la transparencia se abre paso, el secreto y los factores reales de poder impiden descubrir las verdades que necesita una sociedad para evitar abusos.

 

Un artista de la lente

 

Roberto Capa –cuyo nombre real era André Freidman– estuvo en varias guerras, especialmente la civil española (1936-1939), y mostró que era posible dar una idea precisa de los horrores que ocurren en las batallas. Fue considerado en su tiempo como “El mejor fotógrafo de guerra del mundo”. Tiene un libro que se llama Cara a cara. Participó en incontables exposiciones.

Luego de él vinieron lo mismo las imágenes de Vietnam (la niña corriendo desnuda en un bombardeo de NAPALM o el vietcong asesinado a mansalva por un pistolero). Muchas de esas estampas –lo mismo que algunas filmaciones televisivas–  fueron de lo más importante para que los estadunidenses, básicamente jóvenes, se levantaran y obligaran a su gobierno a poner fin a un conflicto, en el cual estaban siendo derrotados.

Lo maravilloso de las postales de Capa es que no pierden el lado artístico, por más que tengamos en ellas situaciones donde la tragedia aflora. Pareciera que muchos de los acontecimientos fueran parte de composiciones en estudio. Pero no, a pesar de los apresuramientos y contingencias, las tomas eran maravillosas porque el artista se involucraba con lo ocurrido en un acontecimiento que cambió la historia del mundo.

 

La conciencia de muchos

 

Del trío, el más conocido por todos es el polaco Ryzsard Kapuscinski. En los últimos años era citado incluso por los más deshonestos tecleadores, no obstante que uno de sus libros lleva como título: Los cínicos no sirven para este oficio, otro de sus éxitos, está compuesto de tres partes, una intervención del autor y dos conversaciones, la última con el famoso crítico de arte John Berger.

En ésta, llamada “El relato en un diente de ajo”, se habla de viajes, silencios, concentraciones de la memoria, posibilidades de la entrevista, pero sobre todo de poesía, herramienta que debe utilizar con gran certeza un reportero, ya que en unas cuantas líneas es necesario describir mundos que en ocasiones son extraños, difíciles de interpretar y casi mágicos. No hay que olvidar que Ryzsard empezó como poeta antes de hacerse periodista.

Independientemente de esas y otras consideraciones, Kapuscinsiki tiene varias afinidades con México. Aquí fue corresponsal de la agencia polaca PAP, de 1968 a 1972. En nuestro país se publicó el primero de sus libros en español: Las botas, en el cual hay un capítulo, “La guerra del futbol”, donde cuenta un encuentro de balompié entre las selecciones de Honduras y El Salvador. Luego tendríamos reediciones con ese último título.

Ryszard va antes de que se desate dicho combate bélico porque su compañero de oficio, el español-mexicano, Luis Suárez, lo alerta al respecto. Ya puesto sobre aviso que la disputa por el Dios redondo puede llegar a extremos incalculables –algo que no percibía el maestro del idioma–, toma el primer avión y llega a Centroamérica para darse cuenta de que las batallas en África no le piden nada a lo que ocurre en nuestro continente.

Por cierto, en Las botas hace sus primeros ensayos para escribir una obra, tanto así que el tercer escrito lo nombra: “Plan del libro que podría empezar en este lugar (o mis peripecias nunca anotadas)”. Volumen donde también recrea parte de lo vivido entre nosotros, es: El mundo de hoy. En éste hace una sátira contra los izquierdistas que se pasan al lado oficial. Incluye en la lista al conocido guatemalteco, Miguel Ángel Asturias, Premio Nobel 1967.

Muchos años después, ya en la cátedra de Nuevo Periodismo Iberoamericano, regresa a suelo azteca con Gabriel García Márquez –otro enamorado de México–, bebe tequilas, dicta lecciones y reitera algo que es coincidente con lo dicho muchas veces por el premio Nobel colombiano: “Las grabadoras son un estorbo para el reportero, lo mejor es hablar largamente con las personas, anotar poco e imaginar mucho”. Cuestión discutible en las escuelas de periodismo.

Hace tiempo, el autor de El Sha se desencantó del oficio que fuera su pasión, porque, decía, hay demasiados reporteros que tienen como objetivo ganar la nota sin importar cómo, inventándola o aceptándola de fuentes dudosas; no profundizan en su trabajo, se dejan llevar por los intereses mercantiles y aceptan las versiones oficiales, algo que desvirtúa el objeto de trabajo.

Uno de sus trabajos menos conocidos es Los cinco sentidos del periodismo (estar, ver, oír, compartir, pensar), editado por el Fondo de Cultura Económica y la Fundación para un Nuevo Periodismo Iberoamericano. Y es que la edición fue limitada y no se puso a la venta. Aunque es un clásico en casi todas las incontables escuelas de tecleadores.

En este quinteto de sentidos, Ryszard sintetiza lo que debe hacerse en todo momento: no se puede escribir sin estar en el lugar, ver lo que ocurre, escuchar con atención las historias, tener las mismas necesidades de quienes hablan con uno y tratar de sacar las mejores conclusiones de lo que acontece.

Claro que la ética en el trabajo, la obligación de darle voz a los que no la tienen, la urgencia de burlar la censura y la autocensura, y el comprometerse con uno para que el mundo sea mejor, son parte de la filosofía de este hombre que fue llamado “el mejor, un escritor singular” (Paul Auster), “la conciencia de muchos” (Fernando Savater) y “el enviado de Dios” (John Le Carré).

Dice Kapuscinski:

El verdadero poder contemporáneo pertenece a los grandes grupos financieros, a las grandes organizaciones multimedia, a las grandes instituciones internacionales.

Contra esas murallas debemos levantar nuestra actividad periodística para intentar mellarlas o tirarlas.

Adiós a Capa y Ryzsard, y un saludo a Wallrraf en el refugio donde se encuentre.

Gobernar a golpes de propaganda

El Financiero, Sección Cultura, 19 de marzo de 2007.

 

BOTICA

 

Jorge Meléndez Preciado

 

Para Jorge y Antonio, por su valentía; y también a Margarita, buena madre

 

 

El arranque de Felipe Calderón en términos mediáticos ha tenido dos elementos importantes: la incertidumbre y la falta de decisión para hacer los cambios que urgen en el país.

Por un lado, nueve jefes de prensa han sido removidos de sus posiciones y la cifra será mayor en los próximos días. Pareciera cuestión banal, pero al intentar centralizar las formas de lanzar los mensajes, ha tenido menos eficacia de lo que esperaban los encargados del asunto: Juan Camilo Mouriño y Maximiliano Cortazar.

En segundo lugar, la renuncia del director de Notimex, Aurelio Bueno, luego de que fue despedida Beatriz Rojas, muestra claramente que tanto la presidencia de la República como los operadores de asuntos importantes en las noticias no saben qué hacer.

Es cierto que existe una controversia constitucional planteada por Vicente Fox –la cual de aprobarse impediría que el Senado decidiera quién es el responsable de manejar esa agencia gubernamental–, pero que hay problemas en su interior lo muestra la censura ejercida a varios, en especial a Teresa Gurza, quien señaló claramente la necesidad de que ya no fuera el oficialismo lo preponderante en la difusión de las noticias.

Hay más dificultades en el área informativa del quehacer gubernamental. Uno de ellos ahora muy evidente es decir mentiras o verdades a medias en los primeros cien días de gobierno. Muchos de los anuncios televisivos causan hilaridad o desprecio, pues asegurar que se está ganando la batalla al narcotráfico es falso. Incluso en sitios donde hay presencia militar. Además, Calderón fue agarrado en curva en la conferencia de prensa que dio junto con George Bush. Que no supiera la situación de sus parientes en Estados Unidos habla que es un personaje desorientado en asuntos claves. Pésima manera de enfrentar conflictos. La sorpresa es lo común todos los días.

 

Desastre

 

Muchas voces alertamos que la famosa Biblioteca José Vasconcelos era una obra de relumbrón más que un proyecto en beneficio de los ciudadanos. Desde luego que varios más –los lacayos de Sari Bermúdez y sus tecleadores pagados– dijeron que estábamos locos, eramos negativos en todo.
Por cierto, algunos de los actuales funcionarios de CONACULTA callaron. Hoy que el inmueble es un desastre, el cual debe ser reparado y ni el más certero sabe cuánto tiempo se cerrará para hacer los necesarios ajustes, pocos ven el asunto como un grave problema o hasta parte de una corrupción foxista. Los responsables son Vicente, Marta, el obeso de Reyes Tamez, Sari y muchos más. No aceptemos que se de vuelta a la hoja. Es necesario exigir responsabilidades a quienes insistieron en vendernos un elefante blanco. ¿Se fajarán los pantalones los legisladores y exigirán que haya un estudio serio y sanciones varias?

 

Espantados

 

El señor Hugo Valdemar, vocero de la arquidiócesis de México, nos amenaza a todos aquellos que estamos a favor del aborto con excomulgarnos. Realmente nos intimida ese personaje que no entiende nada de la vida y está con las anteojeras más amplias que se tenga memoria. Quienes fuimos católicos por tradición familiar, abandonamos ese credo porque los sacerdotes y personajes como Hugo son intolerantes, prepotentes, dogmáticos y faltos del menor sentido común. Desde luego que apreciamos a sacerdotes como Sergio Méndez Arceo, Samuel Ruiz, Frey Betto, Camilo Torres y muchos que luchan al lado de sus pueblos por su liberación, algo que no es contrario al verdadero amor a Cristo. Incluso hay iluminados como Porfirio Miranda, el cual hizo obras acerca de la similitud entre Carlos Marx y los Evangelios. Esperamos que tanto los legisladores capitalinos como Marcelo Ebrard no se dobleguen ante el fanatismo.

 

Tropezón

 

José Luis Soberanes, que se notaba muy decidido, empieza a perder valor para enfrentarse a los problemas. Y es que desde que el gobierno felipista lo ha seducido. Decir que la eutanasia es un homicidio, lo acerca más al yunque que a la sociedad. Y plantear que doña Ernestina Ascencio no murió de violación sin tener los resultados médicos, resulta algo extraño en un ombudsman que debería ser más pulcro y certero.

 

El próximo trago

 

Murió el gran Alberto Domingo, que no era poeta como aseguró un diario sin idea del personaje a que se refería (¿lo habrán confundido con Alberto Blanco?).
Periodista que tenía una prosa muy bien cuidada y durante muchos años fue jefe de redacción de la revista Siempre!, debemos recordarlo y ver como un hombre que estudió medicina supo encontrar la cura a los malos escritores. ¡Salud, Alberto!

 

Incertidumbre

 

Un juez dijo que el Canal 40 no es propiedad de TV Azteca. Lo que en cualquier país llevaría a que dejara de transmitir dicha estación que se presenta como un proyecto. Pero ya se sabe que en México los ricos Salinas se imponen a fuerza. No obstante que la ley diga otra cosa. Triste historia de la prepotencia

 

Periodista de El Financiero y El Universal.
Correo electrónico: jamelendez@prodigy.net.mx

Transparencia:¿qué sigue?

El Universal, Editoriales, 19 de marzo de 2007

Ernesto Villanueva

Investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM.

Hoy queda claro que el derecho de acceso a la información nunca fue una moda o capricho sexenal, sino que se trata de un derecho fundamental en constante expansión y perfeccionamiento para bien de los gobernados en el país. En 2002, cuando tuvo una importante visibilidad el tema, se aprobaron cinco leyes de acceso locales además de la federal.

Se veía que habría de requerirse de un largo proceso para que existieran leyes en todas las entidades federativas. Ese proceso, empero, fue sorprendentemente rápido en la experiencia comparada.

En 2003 se aprobaron ocho leyes locales más; en 2004, nueve; en 2005, seis; en 2006, tres, y este año se cerró ese primer ciclo con la última, de Tabasco.

Ese primer paso que no fue menor puso de relieve, sin embargo, las agudas diferencias sobre el alcance y posibilidades del ejercicio del derecho a conocer.

Mientras en Campeche y Chihuahua se ha podido avanzar bastante bien, en Oaxaca y otros estados más, la ley se ha convertido en un muro para el escrutinio de la cosa pública.

Leyes con contenidos asimétricos, voluntades políticas diferenciadas y ausencia de cultura social sobre transparencia fueron las razones que animaron a un grupo de gobernadores de distinto signo político a emprender una cruzada para que se reformara el artículo sexto constitucional y se desarrollara esta vertiente del derecho a la información.

Conviene aclarar que el acceso a la información y el derecho a la información no son sinónimos. El acceso es como el gajo de una naranja denominada genéricamente derecho a la información.
El método de aproximaciones sucesivas ha aconsejado que la reforma debe darse en donde haya oportunidad para construir legislativamente, como es, por ahora, este caso.

La reforma constitucional propuesta tiene varios efectos positivos, acaso el más importante de ellos sea el de otorgar a toda persona idénticos derechos mínimos (que en realidad en buena parte de las entidades federativas serían máximos) sin importar si residen en Hermosillo, Sonora o en Chetumal, Quintana Roo.

No hay duda que siempre se puede mejorar todo, pero también es un principio de la vida política que en el enfrentamiento entre el todo y la nada, la nada, casi siempre se lleva la partida creando un círculo vicioso, en el que todos pierden y casi nadie gana.

Hoy se ha logrado, como en su momento en 2002 con la Ley Federal, lo mejor de lo que ha sido posible. Ese acuerdo en lo fundamental se tradujo en hechos y el 6 de marzo el Pleno de la Cámara de Diputados aprobó el dictamen de reforma constitucional por unanimidad y el 8 de este mismo mes lo envío al Senado.

La Mesa Directiva de los senadores ha turnado el dictamen aprobado por los diputados a las comisiones de puntos constitucionales y de estudios legislativos para su análisis. (El contenido del dictamen y comentarios se pueden consultar en www.derechoasaber.org.mx).

Es de esperar que los senadores hagan su labor legislativa y demuestren su compromiso con la transparencia aprobando en sus términos el dictamen de los diputados.

Y es que de no hacerlo así, cualquier reforma que se pudiera hacer, implicaría un vía crucis legislativo en perjuicio del derecho a saber.

Una vez aprobado por el Senado, todavía se requeriría de la aprobación de las legislaturas locales de por lo menos 17 entidades federativas para que se perfeccione la reforma al artículo sexto constitucional.
Con optimismo moderado cabría esperar que para fines de este año se haya concretado un nuevo paso más en esta temática.

Puede citar este artículo de esta forma:

Villanueva, Ernesto, «Transparenica: ¿qué sigue?» en El Universal,
México, 19 -III- 2007, Editoriales.

 

El gran hermano nos vigila

Excelsior, 13 de marzo de 2007.

Octavio Islas

Marcelo Ebrard Casaubon, político que efectivamente reconoce la importancia de los nuevos medios de comunicación, se ha propuesto transformar a la Ciudad de México, en 2008, en una ciudad digital, donde el acceso inalámbrico a Internet sea público y gratuito.

Con el propósito de proporcionar acceso público y gratuito a Internet inalámbrico con tecnología wifi (de corto alcance) y wimax (de hasta 50 kilómetros de alcance) en la Ciudad de México, en los primeros días de abril, en acto celebrado en el Salón Oval del Antiguo Palacio del Ayuntamiento, el titular del gobierno de la Ciudad de México firmó el convenio correspondiente con Zaisheng Wei, vicepresidente de ZTE Corporation.

Las oficinas del referido corporativo se encuentran ubicadas en Pekín. ZTE opera en más de 120 países y es el mayor fabricante de teléfonos móviles de China y el cuarto en el mundo.

La iniciativa de Marcelo Ebrard evidentemente resulta contraria a los intereses de las empresas que hoy cobran por proporcionar servicios de acceso inalámbrico a Internet.

La Ciudad de México actualmente cuenta con 359 antenas Wireless Fidelity (WiFi). A través de las antenas es posible transmitir datos, voz y video inalámbrico. Las antenas se encuentran distribuidas en 14 delegaciones. Sin embargo, únicamente 35 permiten el acceso público y gratuito a Internet.

Además de las evidentes ventajas que representa el acceso inalámbrico a Internet público y gratuito, el principal responsable del gobierno capitalino persigue el propósito de articular un avanzado sistema de vigilancia en la ciudad, el cual operaría a través de cuatro mil videocámaras.

La instalación de las cuatro mil videocámaras supondría la efectiva transformación del espacio urbano en un escenario panóptico, derivándose consecuencias positivas como negativas.

La instalación de un sistema similar de videocámaras, por ejemplo, en el centro histórico de Quito, Ecuador, representó un efectivo recurso para enfrentar a la delincuencia y recuperar la habitabilidad de la zona.

En cambio en el Reino Unido, la instalación de 4.2 millones de cámaras de circuito cerrado (CCTV), definitivamente ha restado privacidad a todo ciudadano.

De acuerdo con el artículo “George Orwell, Big Brother is watching your house” (George Orwell, el “Gran Hermano” está vigilando tu casa), publicado por This is London.co, disponible en Internet en [http://www.thisislondon.co.uk/news/article-23391081details/George+Orwell,+Big+Brother+is+watching+your+house/article.do], 4.2 millones de cámaras de circuito cerrado (CCTV) se encuentran instaladas en el Reino Unido –una por cada 14 habitantes.

Se estima que las 4.2 millones de cámaras registran un promedio de 300 imágenes diarias de cada habitante del Reino Unido –ello sin considerar aquellas cámaras, generalmente de minúsculas dimensiones, destinadas a diversas actividades de espionaje.

Un simpático detalle refiere el artículo del This is London.co. En el cuarto piso del edificio ubicado en Islington, al norte de Londres, donde precisamente Orwell vivió hasta su muerte en 1950, 32 cámaras de circuito cerrado se encuentran destinadas a funciones de vigilancia.

El “gran hermano” efectivamente todo vigila y las funciones panópticas que pueden desempeñar las avanzadas tecnologías, inclusive se extienden a la que fue morada del indispensable Orwell.

 

Investigador del Proyecto Internet-Cátedra de Comunicación Estratégica y Cibercultura,  
Tecnológico de Monterrey, campus Estado de México.

Incumplido

El Financiero, Sección Cultura, 12 de marzo de 2007.

 

BOTICA

 

Jorge Meléndez Preciado

 

Varios analistas y medios han mostrado, puntualmente, que las cien acciones que Felipe Calderón se comprometió a emprender en un centenar de jornadas fueron más oropel, asunto mediático que realidad.

En salud inauguró algunos programas que no cuentan ni con las instalaciones ni con los recursos, en educación únicamente palabrería ya que los presupuestos a universidades y ciencia retrocedieron, en justicia hay un desbarajuste reprobado por todos los especialistas, a los migrantes les repitió medidas ya puestas en práctica por Fox y en cultura y medios, nada, simplemente omisión y olvido. Eso sí, Calderón será el guía, líder, encargado de los festejos del Centenario de la Revolución y el Bice de la Independencia. Y es que tiene, seguramente, el tiempo suficiente como Porfirio Díaz de planear obras y saraos de postín.

Las actividades reales son un frustrado combate al narcotráfico ya que hay tres crímenes diarios a pesar de lugares tomados por la policía, vía libre para que el Estado Mayor golpeé a quien le dé la gana y hasta impida a funcionarios importantes la entrada a actos presidenciales, el aumento del precio de la tortilla y una inflación que se esconde oficialmente, la privatización de carreteras reestructuradas con recursos nuestros, que Carlos Slim a través de su monopolio se enriquece con tarifas sin precedente en el mundo y los pobres sigan desesperándose.

El compromiso número 41 de abrir la radio y televisión a nuevos jugadores ni siquiera se trató, lo mismo que la apertura en telecomunicaciones por medio de la digitalización, y es que Televisa realizó un foro norteamericano (EU, Canadá y México) con el objeto de presionar para que no haya más ruta que la de los empresarios privados.

Estamos, nuevamente, ante un gobierno que promete mucho, hace poco y por más que diga lo contrario paga favores a los monopolios nacionales y a los negocios de unos cuantos ¿Y la cultura? Qué es eso.

 

Excluir

 

En el pasado encuentro de futbol Monterrey-Pumas fue patente el trato a los jóvenes. Todo aquel que portara una camiseta de la UNAM, su facha no fuera la adecuada para las autoridades de buenos modales, el cabello no estuviera engominado y trajera mochila, entre otras cuestiones, no pudo entrar al estadio regio. Incluso la revisión a muchos, en especial mujeres, era ofensiva.

Frente a esta forma de agresión y discriminación nadie levantó la voz. Ni Presidencia de la República —¿gobierno de jóvenes?–, ni Natividad González Parás, ni la CNDH, ni el Conapred de Rincón Gallardo, ni desde luego los partidos políticos a los cuales no les importa ese sector de votantes y ciudadanos sin destino. Si ante una crisis que imposibilita a los muchachos obtener empleo ni siquiera se les dan posibilidades de algún escape, lo que viene será peor que lo ocurrido en Francia y en España con los marginados. ¡Cuidado!

 

Chistosito

 

Nos reporta nuestra amiga periodista de Chilpancingo, Guerrero, LMO, que en el programa Primer plano de Canal 11, el lunes 5 de este mes, cuando se analizaba el espeluznante caso del gobernador de Jalisco, Emilio González, quien nombró como secretario de Salud a su chofer, Alfonso Gutiérrez, el investigador universitario, José Francisco Paoli, dijo más o menos: los méritos de Poncho son andar correteando a las enfermeras. Algo que causó desconcierto y reprobación entre sus compañeros de mesa: Sergio Aguayo, Lorenzo Meyer y José Antonio Crespo. Si recordamos que Paoli ha escrito varios libros y se supone ilustrado, ¿cuál será el nivel de sus compañeros de partido del Yunque? Lamentable. Y así José Francisco será diputado en Yucatán.

 

Olvido

 

No obstante los méritos y errores de Gabriel García Márquez, el escritor ha forjado su obra en México. Por lo tanto, no se entiende que CONACULTA (Sergio Vela), el INBA (la nuevamente cuestionada Teresa Franco) y la UNAM (Gerardo Estrada) y otros, simplemente ignoraran los festejos de un autor que ha creado mundos fantásticos y se ha ligado a políticos que son de pena ajena. Luces y sombras. ¿Por qué no una revisión seria de su obra y sus andanzas hasta con los ricos que patrocinan galardones de periodismo aunque no leen para cambiar el mundo sino depredarlo?

 

Visitante

 

Ahora que llegará George Bush, el ignorante y reaccionario gobernante estadounidense, es importante echarle un ojo a, La América mesiánica. Los orígenes del neoconservadurismo y las guerras del presente de Alain Frachon y Daniel Vernet (Paidós). Es un estudio breve pero muy acucioso de cómo ese pensamiento llegó a dominar en la Casa Blanca. Lo mismo contribuyeron a la teoría los fundamentalistas cristianos que algunos ex izquierdistas. La idea central de todos ellos es imponer “la democracia” no obstante que se haga por medio de la intervención (sic).

 

Maestro

 

Cinco de los últimos ensayos acerca de la guerra de Jean Baudrillard se incluyen en el libro, Power infierno (Arena). Es de los trabajos más intensos y polémicos de quien dijo: “A fin de cuentas todos (los hombres) somos clonados”.

 

Periodista de El Financiero y El Universal.
Correo electrónico: jamelendez@prodigy.net.mx