El futuro de la prensa

Diario personalizado de noticias periódicas
José Luis Esquivel

Profesor en la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Autónoma de Nuevo León.
Doctor en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.

El futuro de lo que hoy conocemos como prensa de masas está en el diario personalizado de noticias periódicas, según el francés Jean François Fogel, experto en la materia, amigo de Gabriel García Márquez y, por tanto, expositor en los cursos de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano. “Dentro de pocos años, el papel será una materia prima muy especial y el cambio de rotativas en los medios impresos significará erogaciones escandalosas comparadas con las inversiones que requerirá el periodismo digital, el cual terminará por imponerse en todas las sociedades del mundo”, explica el asesor de Le Monde en París.

Jean François Fogel es coautor del libro Una prensa sin Gutenberg y viaja por todo el mundo recogiendo ideas para ponerlas en marcha en el campo digital del que es uno de los pocos especialistas acreditado en varias universidades del orbe.

La mañana casi primaveral de marzo es espléndida y los rayos del sol inundan los espacios del complejo arquitectónico forrado de cristal, donde laboran alrededor de 70 personas.

Después de un recorrido casi por completo visual de las instalaciones, nos aislamos en un despacho que no deja escapar la voz de los interlocutores para no interrumpir el trabajo de los periodistas en Internet que allí laboran las 24 horas.

Yo no creo que la prensa vaya a desaparecer, como lo han pronosticado algunos catastrofistas” –aclara Fogel–. Lo que sucederá con toda seguridad es que se va a transformar y no veremos más los periódicos de papel como los conocemos ahora, sino que el papel de lujo, tal cual lo utilizan muchas revistas actuales, será aprovechado para hacer un diario personalizado de noticias periódicas.

Mire usted, por ejemplo, lo que le costará a Le Monde renovar una de las tres rotativas con que cuenta hoy: ¡sesenta millones de euros!” –y Fogel muestra en gráficas lo que requiere hoy por hoy instalar un diario digital–. Ésta es la principal razón por la que la prensa optará a la larga por renovarse al ser atrapada irremediablemente por las nuevas tecnologías.

Luego informa cómo Le Monde impreso recibe 14% de la facturación total de Le Monde interactife.

En París no hace frío en marzo de 2008, como en los prolongados inviernos que de los Pirineos hacia el norte hielan a propios y extraños. Esta vez no, y la mañana invita a una jornada apacible y a un paseo por los jardines donde los almendros ya lucen su flora y los árboles el follaje verde. La charla, pues, es mucho más productiva con Jean François Fogel, entusiasmado con el tema que domina a plenitud.

Cuenta que su especialidad le vino con la práctica, pues empezó como periodista tradicional en 1972 trabajando para agencias y diarios en París. En 1980 quiso ser corresponsal en Barcelona y durante casi ocho años fue reportero hasta que llegó a Le Monde, de donde el director lo envió a la versión digital cuando iniciaba el proyecto.

Ya me quedé aquí porque Internet no se va a detener: no tarda en llegar a los teléfonos móviles y en tres años las noticias no necesitarán el papel tradicional de la prensa. Poco a poco será historia lo que hoy vemos de la prensa de Gutenberg, la cual perderá el monopolio de la opinión pública.

Esto lo reitera nuestro entrevistado, quien teme equivocarse en la fecha de tres años que vaticina, y afirma que el crecimiento acelerado de la red de redes podría adelantar todo de un día para otro.

Ahora que nos reunamos en Huesca, España, es muy seguro que se tomen determinaciones que van a cambiar el rumbo del periodismo porque se estará fundamentando el valor de lo que yo llamo las tres patas de este negocio: 1) la redaccional o periodística, 2) la tecnológica y 3) la comercial.

Establece, como ejemplo, que las fuentes informativas tradicionales ya no se comunican con la prensa como antes, pues ahora tienen sus propios sitios web, y los políticos ya recurren más al diálogo directo con la gente a través de Internet o por conducto de mensajes personales que les facilita la tecnología digital.

La competencia

Para Fogel, la competencia contra los grandes sitios será el combate que seguirán librando los diarios digitales, pues los portales de los procesadores de acceso a Internet se han posicionado en la generación de noticias de agencia como Google.news, que es el número uno en Francia, con un tráfico fenomenal por su sistema automatizado y un gran flujo de publicidad.

Nosotros debemos enfocarnos a pequeños nichos que interesan a personas que podamos atender –observa–. Y no hay que preocuparse tanto como ahora por la televisión, porque ésta también irá teniendo mayores dificultades por la fragmentación de públicos y porque los canales crecen exponencialmente.

Apunta un ejemplo: los seis grandes canales de TV en Francia pierden 1% de audiencia cada mes por la oferta desmedida de otros canales.

La radio, sentencia Fogel, está en Internet y la publicidad va al marketing directo de los grandes almacenes y tiendas.

A Le Monde Interactife, por tanto, al ser el número uno en Francia no le queda más que cuidar a sus 92 mil suscriptores, a quienes ofrece privilegios especiales por una cuota de seis euros al mes, sin dejar de lado la atención a los tres millones de visitantes únicos por semana.

Los servicios especiales para abonados consisten en el diario electrónico, los archivos de Le Monde, la reacción a los artículos, la creación de un blog personal, un dossier temático, el acceso a ELPAIS.com y otros servicios exclusivos como la publicación de sus opiniones.

Para estar al día de los grandes cambios en el área, Fogel se desplaza por las principales universidades del mundo y los mejores diarios digitales, a la vez que asiste a seminarios y reuniones con colegas.

Pero sobre todo no descuidamos nuestras juntas donde es obligatorio que participemos todos, pues mucho tienen qué decir los del área comercial a la tecnológica y ésta a la otra y también a la redaccional o la periodística.

Le Monde Interactife cuenta con un código propio de alta tecnología que lo hace muy rentable y lo sitúa en una ventaja enorme frente a otros medios, y sus herramientas hacen más productiva la labor en equipo, pues no hay que modificar sino actualizar continuamente los contenidos. “Y no hay manera de que nos roben ese secreto”, asienta con una sonrisa de satisfacción, a la vez que da cuenta de la contratación de personal calificado, dondequiera que esté.

En marzo de 2008 acababa de integrarse al área de infografía un chico de The New York Times que, a pesar de no dominar el francés, ya estaba activo en su computadora. Fue reclutado por una de las altas ejecutivas, también estadunidense, en uno de sus viajes a la urbe de hierro, donde ella misma recibió la oferta de trabajo de boca de Jean François Fogel hace dos años.

Al dar un repaso al futuro de la prensa en América Latina, Fogel se muestra desconsolado porque muchos dueños de periódicos no se deciden a pasar de la era industrial a la era digital, y creen que están haciendo periodismo electrónico por el solo hecho de subir sus primeras planas a la red o actualizar las noticias en Internet.

No, eso es una mínima parte de lo que se llama periodismo digital. Asia nos está obligando a todos a voltear los ojos a su periodismo digital, sobre todo Corea del Sur, con su Oh My News, que tiene una oficina en Boston, Estados Unidos.

También están Japón, China y Singapur que van logrando un periodismo más activo e innovador, y las muchas plataformas de blogs también son de llamar la atención, igual que lo ha hecho soytv.es que, últimamente, es una creación colectiva de contenidos en español.

Asimismo, el especialista en medios digitales está consciente de que no tarda mucho tiempo en consolidarse el libro electrónico y probablemente sea en Asia donde se dé la voz de arranque, aunque el gobierno francés quiere adelantarse en la carrera.

No te puedo explicar mucho el plan de Nicolás Sarkozy –dice con cierto sonrojo– porque él ha elegido a seis expertos para trabajar desde ahora en el proyecto del libro electrónico, y yo soy uno de esos seis expertos convocados.

La mañana se hace corta con Fogel en París, pues los conocimientos y el entusiasmo de este francés nos llevan al Centro de Formación y Perfeccionamiento de los Periodistas (CFPJ), fundado desde 1946 y el cual funciona en la calle Louvre número 35, en el corazón de la Ciudad Luz.

Allí, por recomendación de nuestro entrevistado, volvemos a tomarle el pulso a la materia del periodismo digital que está convocando a todas las instituciones de Ciencias de la Comunicación que se precien de modernas y actualizadas en el mundo, pues hoy las nuevas generaciones entienden poco de viejas fórmulas del pasado, aunque lo esencial permanece, afirma Agostino Pantanella, director de formación continua.

Otras voces

No es la primera vez que los pronósticos hablan de la transformación de la prensa en la era digital. Otras voces, como la del español José Luis Martínez Albertos, se han atrevido a señalar el “ocaso del periodismo”, como tituló a su obra a principios del presente siglo con la clara intención de atraer severas críticas al marcar el 2020 como el fin de la tarea de informar.

“Los periódicos en 2020” se llama, igualmente, uno de los últimos trabajos de Jeff Jarvis, prestigioso bloguero1 y profesor asociado, además de director del Programa de Periodismo Interactivo de la Universidad de la Ciudad de Nueva York, y para quien en ese año:

Deberíamos desear que los periódicos ya no sean únicamente papel sino miembros valiosos de unas redes mayores que permitan a sus comunidades recopilar, compartir y dar sentido a las noticias que necesitan. […] La tecnología, lejos de ser una amenaza, puede convertir a los periódicos en algo nuevo y con un costo más bajo.2

Al buscar respuesta a la pregunta de cómo serán los periódicos en 2020, Jeff cita a Jeffrey Cole, del Centro para el Futuro Digital de la Escuela de Annenberg de la Universidad de Southern California, quien en su última investigación sobre el uso de la Internet concluye que las personas de 12 a 25 años –y que tendrán entre 25 y 38 en 2020– “nunca leerán un periódico”. Nunca es una palabra implacable. Pero como bien predijo Phil Meyer en su libro El periódico que desaparece: si la tendencia actual continúa, el último periódico norteamericano se publicará en 2040.

Para Jeff, el periodismo como servicio, proceso y principio organizado hará que las organizaciones de noticias sobrevivan, y para hacerlo debe explotarse la eficacia de las herramientas de Internet, que han posibilitado la nueva estructura noticiosa en la era del enlace.

El enlace es la llave de nuestra supervivencia y prosperidad en el futuro […] como sucede ahora con Google que nos ha dado el mejor regalo de agregar y enlazar nuestro contenidos, pues sin su contribución como nuevo soporte de noticias, los periódicos digitales habrían muerto.3

Y finalmente, Jarvis concluye que la amenaza de Google y otros motores de búsqueda está en la publicidad, por lo cual los periódicos de hoy deben preocuparse en buscar nuevas redes de anuncios y vender lo mejor que existe tanto dentro como fuera de los muros de la prensa y sitios web.

El artículo anterior se debe de citar de la siguiente forma:

Esquivel, José Luis, «El futuro de la prensa», en
Revista Mexicana de Comunicación,
Núm. 110, México, abril / mayo 2008, 40 – 41 pág.

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