Alfabetización cultural digital

Elemento central en la apropiación de las TIC

  • Además del manejo de herramientas, debe educarse en los usos sociales de las tecnologías.
  • Conectar la información, usar el lenguaje multimedia y decidir independientemente son algunas de las competencias a desarrollar.
  • «la alfabetización cultural digital implica una mínima destreza de codificación y decodificación de textos digitales, en convergencia con el pensamiento crítico sobre la cultura, la ética y los valores estéticos, en el contexto del conocimiento y valores de la cultura», dicen los autores.

Fotografía: Gobierno de la ciudad de Buenos Aires @ Flickr

Por Caridad García Hernández* / Eduardo Peñalosa Castro**

La alfabetización cultural digital implica una mínima destreza de codificación y decodificación de textos digitales, en convergencia con el pensamiento crítico sobre la cultura, la ética y los valores estéticos, en el contexto del conocimiento y valores de la cultura. A partir de esta concepción se derivan diversos tipos de alfabetizaciones que diferentes autores han concebido desde la década de los sesenta en el campo de las tecnologías de la información y la comunicación.

La creación incipiente de nuevas tecnologías en los años setenta, sentaron las bases de la reestructuración y reorganización económica de los ochenta y, según menciona Castells, “los usos de estas tecnologías en esta década condicionaron en buena parte sus usos y trayectorias en 1990”, cuando finalmente toma vuelo la construcción de una sociedad en red, cada día más y mejor equipada, según el nivel de desarrollo de cada país.

La segunda mitad del siglo XX se distinguió, entre otras cosas, porque las sociedades del mundo entraron en una etapa de transformación estructural como resultado combinado de la revolución tecnológica en los sistemas de información y comunicación, la generación de una economía global,  los cambios culturales producto de la transformación del rol de las mujeres en la sociedad, y el desarrollo de la conciencia ecológica. Siguiendo a Castells, tal transformación estructural ha tenido como eje la centralidad de la generación de conocimiento y procesamiento de la información como las bases de la nueva revolución socio-técnica. De aquí que se denomine sociedad informacional  a esta nueva sociedad, como una forma de indicar que los atributos de generación y procesamientos de información tienen un alcance superior al exclusivo impacto de las tecnologías de la información y/o información.

La tecnología no es exclusivamente ciencia y máquinas, sino también incluye tecnología social y organizativa, particularmente si se considera que los distintos ámbitos de la sociedad se hacen más interdependientes. Las sociedades posindustriales se caracterizan por el cambio de bienes de producción hacia actividades de servicios necesitadas y posibilitadas por las nuevas fuerzas de producción. Éste es un aspecto fundamental, pues en el procesamiento de la información la generación del conocimiento y su distribución son elementales en la obtención de beneficios que, de acuerdo con Castells y Rifkin1, ha dado origen a una economía informacional.

Como resultado de los imperativos económicos y de las demandas socio-institucionales, la tendencia de la actividad humana se inclina hacia el procesamiento de la información y hacia actividades relacionadas con el servicio. Por tanto, la transformación de la estructura ocupacional tiende al crecimiento de grupos sociales con educación superior, específicamente directivos, profesionistas y especialistas.2 Castells señala que los grupos de científicos y directivos crecerán en proporción al total del empleo y de la importancia estratégica en las organizaciones y la sociedad.

A su vez, el desarrollo tecnológico, la producción y distribución del conocimiento constituyen el sustento de esta nueva estructura globalizada, pues en ellos descansa el mercado que hace a las economías competitivas y poderosas, de tal manera que la capacidad científica y tecnológica de cada nación son los factores determinantes de su incorporación a la globalización.

Asimismo, la globalización debe encaminarse hacia la definición de las acciones que orienten la forma adecuada de incorporar a las naciones en el nuevo orden mundial de los procesos productivos. Cabe señalar que la globalización no es un proceso lineal o neutro, pues de ningún modo garantiza una mejor distribución de los recursos ni crecimiento en las naciones menos desarrolladas.

Esta perspectiva desarrollada ampliamente por Manuel Castells en su obra Sociedad de la Información, constituye un punto de partida para nuestra concepción sobre la alfabetización cultural en el contexto de la sociedad informacional, pues las revisiones predominantes en las décadas de los ochenta y los noventa, incluso anteriores, planteaban el proceso de alfabetización en la tecnología desde una visión meramente informática. Desde tal mirada hubo aportaciones sobre la definición de alfabetización, sin embargo básicamente se le consideraba como la adquisición de habilidades y destrezas en el manejo de software y hardware, abordándola como un proceso meramente técnico y mecánico, cuando se trata de un proceso mucho más complejo con importantes implicaciones culturales y sociales.

Por ello, el concepto de sociedad informacional nos introduce en una reflexión sociocultural cuyo fundamento es el proceso de alfabetización cultural en el contexto de las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC), particularmente de la Internet.

Las TIC constituyen el ámbito del cual se derivan otros tipos o matices de alfabetización que, al combinarse o articularse, abarcan aspectos fundamentales de la alfabetización cultural como son, por ejemplo, la capacidad de comunicarse claramente en forma escrita y de analizar información; poseer una habilidad o competencia, entendida como capacidad para el desempeño y la interpretación en las condiciones de la época actual, y como elemento de aprendizaje.

Si llevamos el término de alfabetización cultural al ámbito de las TIC o lo que nosotros llamamos alfabetización cultural digital, lo veríamos como un proceso de representación social de la tecnología, la información y la comunicación en los actores, que les permite desarrollar capacidades para navegar y comunicarse a través de las TIC; como una habilidad y competencia en el uso del lenguaje multimedia e hipermedia como herramienta de trabajo, de comunicación, de producción, de socialización y, especialmente, como instrumento de aprendizaje.

Sin embargo, el uso que a nivel muncial se le han dado a las TIC y a la Internet como medio de comunicación o elementos de aprendizaje, están directamente relacionados con la visión de grupos económicos y políticos que de forma paulatina se han colocado como elementos clave en sus usos, desde el meramente social y de entretenimiento hasta en el tema educativo.

Es decir, la alfabetización cultural digital no surge espontáneamente, sino que es el resultado de intereses, primero, de índole militar y luego de las grandes empresas de hardware y software, de organismos internacionales y de instituciones educativas que han operado como agentes dominantes en el campo de la educación mediada por tecnología. Esta organización de entidades que han participado de una u otra forma en lo que hoy en día conocemos como sistemas de educación a distancia a través de plataformas tecnológicas y/o dispositivos digitales, constituyen un objeto de análisis fundamental del trabajo de investigación de la comunicación educativa hoy en día.

Desde esta perspectiva, la alfabetización cultural digital implica una mínima destreza de codificación y decodificación de textos digitales, en convergencia con el pensamiento crítico sobre la cultura, la ética y los valores estéticos, en el contexto del conocimiento y valores de la cultura.

A partir de esta concepción sobre alfabetización cultural digital se derivan diversos tipos de alfabetizaciones que diferentes autores han concebido desde la década de los sesenta en el campo de las TIC. Entre éstas destacan elementos como:

  • Destrezas encaminadas a conectarse a información imprescindible para sobrevivir en sociedad.3
  • Utilizar lenguaje multimedia de tal forma que permita aumentar la capacidad de pensar, crear, interrogar, impulsar su participación en las redes. 4
  • Destreza comunicativa que facilite al sujeto el actuar y decidir en forma independiente (5) como elemento que facilite el desarrollo del conocimiento y potencial propio.

Así, por ejemplo, derivan otro tipo de alfabetizaciones que consideramos directamente relacionadas con las interacciones entre el usuario y la computadora.

 

Alfabetización en medios

En la literatura revisada en general, este término se emplea para connotar una actitud crítica en la evaluación de la información que el sujeto obtiene a través de los medios de comunicación de masas como son la televisión, la radio, los periódicos y revistas, y por supuesto, hay que incluir a la Internet.  En un informe publicado por la Nacional Leadership Conference en 1993, el término se define de la siguiente manera:

La alfabetización en medios, movimiento para extender las nociones de alfabetización hasta incluir a los poderosos medios de comunicación post-imprenta que dominan el panorama informativo, ayuda a la gente a comprender, producir y negociar significados, en una cultura hecha de imágenes, palabras y sonidos poderosos. Una persona competente en el uso de los medios –y todo el mundo debería tener oportunidad de llegar a serlo– puede descodificar, evaluar, analizar y producir medios, tanto impresos como electrónicos.

En la práctica, se traduce como una introducción a aquellas destrezas que se requieren para poner en marcha un conjunto de paquetes de aplicaciones informáticas (procesamiento de textos, bases de datos, lenguaje hipermediático) junto con algunas destrezas generales propias de las TIC, como grabar audio, video, generar hipertextos, chatear, subir y bajar información de la red, navegar en red, entre otras.

El texto presenta estas destrezas en un formato estructurado y el sujeto requiere de otras habilidades lingüísticas para comprenderlo e interactuar con cierta familiaridad con él. Así, los autores consultados (Hunter, Husen, Pstleth-waite, Hagin) definen la importancia de la alfabetización en informática destacando:

  • Lo que una persona necesita para ser capaz de hacer con la computadora y de saber sobre computadoras y dispositivos digitales, a fin de poder valerse en una sociedad basada en la informática.
  • Cualquier conocimiento práctico, destrezas y actitudes que los usuarios necesitan para funcionar de forma eficaz, en un determinado papel social que implique directa o indirectamente el uso de computadoras.
  • Un compendio de conocimientos y destrezas que la gente formada suele necesitar respecto a los ordenadores para funcionar de manera eficiente en el trabajo y en su vida privada.

Fue hasta los años 1999 y 2000 cuando Oxbrow, Johnson y Webber, y el Comité de Tecnologías de la Comunicación de la Gran Bretaña hablan de un tipo de alfabetización como capacidad para identificar y evaluar información (utilizando cualquier herramienta que se considere apropiada, como la proporcionada por las TIC) para aprender a leer información dentro del contexto sociocultural (es decir la sociedad informacional, según nuestro enfoque).

En este sentido Brouwer considera que la alfabetización informática es una aproximación a las tecnologías de la información basada en el pensamiento crítico. De tal forma que hay un conocimiento del poder y las limitaciones de las herramientas tecnológicas. La alfabetización informática idealmente podría encaminarse hacia un tratamiento crítico de la comprensión y del uso de la información, sin perder de vista las dimensiones socio políticas del conocimiento en el uso de las tecnologías de la información.

Así, este tipo de alfabetización a su vez requiere de otros niveles de la alfabetización que, de acuerdo con Shapiro y Hughes se resume en:

  • Alfabetización en uso de herramientas dentro de las tecnologías de la información y la comunicación.
  • Alfabetización en recursos, es decir, formas y métodos de acceso a los recursos informacionales, especialmente los que están en red.
  • Alfabetización en investigación, o el uso de las TIC en la investigación y el trabajo académico.
  • Alfabetización socioestructural, lo que implica la comprensión de la situación social y de producción de información.
  • Alfabetización para la publicación y difusión de información.
  • Alfabetización en tecnologías incipientes, es decir, capacidad para comprender las innovaciones de las TIC y tomar decisiones inteligentes con respecto al uso y aplicación de éstas.
  • Alfabetización crítica, lo que significa capacidad para evaluar de forma crítica los beneficios o costos de las TIC.

El aspecto principal en el que coinciden los autores, desde sus particulares perspectivas, es en la competencia respecto a la información como elemento necesario para localizar, evaluar y utilizar en forma efectiva a la información y que los usuarios preparados en este aspecto sean susceptibles de aprender a aprender, pues saben dónde encontrar la información, cómo organizarla y sistematizarla, y qué uso darle.

En resumen, retomando los elementos más importantes de los diferentes enfoques sobre alfabetismo, pensamos que la alfabetización cultural digital incluye:

  • Información precisa y detallada como base para la toma de decisiones inteligentes,
  • Las TIC se consideran herramientas importantes en la identificación de fuentes de información,
  • Por lo tanto, los estudiantes (pues nos interesa analizar este sector de la población en las instituciones de educación superior) requieren de una formación que les permita comprender, analizar, evaluar y seleccionar información para su desempeño académico, laboral y personal.
  • Es fundamental que los estudiantes (así como cualquier otro tipo de usuario) codifiquen y decodifiquen información contenida digitalmente, pero que también sean capaces de producir y distribuir información digitalizada.

Entendemos que estos cuatro puntos, en sí mismos, requieren de amplios y profundos abordajes. En principio nos interesamos en presentar una revisión teórica sobre un concepto que nos parece la fundamentación de las prácticas que conllevan el uso de las TIC y que, particularmente en el ámbito educativo, nos interesa conocer con el propósito de hacer propuestas concretas sobre innovaciones en el diseño comunicativo de plataformas educativas, ámbito sobre el cual esperamos darles cuenta próximamente.

 

 

Notas

1) Cabe aclarar que Jeremy Rifkin no la llama propiamente sociedad informacional, pues más bien es un término acuñado por Manuel Castells, sin embargo sí hace referencia a ella como una sociedad basada en la producción, comunicación y distribución del conocimiento.

2) Ante la pregunta, ¿quiénes constituyen las clases dominantes? Castelles (1994) responde que, de acuerdo con la teoría posindustrial, no son los trabajadores, sino los ciudadanos, los consumidores y en general la población no participante. Asimismo, hay que tomar en cuenta que esta clase también está integrada por los profesionistas, que a pesar de que sean parte de la generación de la productividad, no constituyen necesariamente al sistema del poder.

3) Olsen y Coons, 1989.

4) Castells, 1990.

5) Hillrich, 1996.

 

Referencias

Bawden, D. (2002): Revisión de los conceptos de alfabetización informacional y alfabetización digital. Anales de documentación, n°5. España: UM.

Behrens, S.J. (1994). A conceptual analysis and historical overview or information literacy. Nueva York: College and research libraries.

Castells, M. (1999) La era de la información. La sociedad en red. Vol. I, México: Siglo XXI.

Dess, H.M. (1991). Information literacy: a subjet source survey and annotated bibliography. En Varlejs, J. (ed) “Information literacy: learning how to learn”. EUA: Mc Farland Jefferson Eds.

Doyle, C.S. (1992) Outcome measures for information literacy. Nueva York: ERIC Clearinghouse.

Fresno, C. (1987). Sobre la necesidad de una alfabetización digital y en información en una sociedad globalizada. España: Acimed.

Hirsh, E. (1987). Cultural literacy. Boston: Houghton Mifflin.

Maguire, C., et al (1994). Information services of innovate organization. San Diego: Academic Press.

Olsen, J.K. & B. Coons (1989). Cornell University’s information literacy program, in coping with information illiteracy: bibliographic instruction at the information age. UEA: Pieran Press.

Raskin, V. (2002). Naturalizing the computer: Pittsburg: University of Pittsburg Press.

Rifkin, J. (2000). La era del acceso. Barcelona: Paidós.

Snavely, L. & N. Cooper (1997). The information literacy debate. Gran Bretaña: Journal of academic liberianship.

 

 

* Profesora investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana Cuajimalpa. Coordinadora de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación. Integrante del grupo de investigación en Comunicación educativa en sistemas abiertos y a distancia de esta institución.

** Profesor investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana Cuajimalpa. Jefe del Departamento de Ciencias de la Comunicación. Integrante del grupo de investigación en Comunicación educativa en sistemas abiertos y a distancia de esta institución.

 

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