Perspectivas de la comunicación y el periodismo veracruzano

  • Periodistas veracruzanos ejercen la profesión no sólo de manera empírica, sino que se carece de un sistema de capacitación continua.
  • Planeación de una política de comunicación.
    "Periódicos 05 Mayo 2007". Claudio Olivares Medina

    «Periódicos 05 Mayo 2007». Claudio Olivares Medina

    Por Ángel Martínez Armengol

Publicado originalmente en RMC 57

Columnista del Diario de Xalapa e investigador.

Se alienta el análisis y el debate sobre el quehacer del tradicionalmente aletargado, rezagado en muchos aspectos tecnológicos, unido a instancias públicas y privadas a través de jugosos convenios publicitarios, confundido entre qué informar y qué conviene informar, el periodismo veracruzano vive interesantes procesos de reflexión interna que seguramente redundarán en una actividad más objetiva, crítica y apegada a la ética.

Los medios de comunicación veracruzanos han sido convocados a opinar sobre lo que debe ser la política de comunicación social del gobierno del estado, a través de foros de consulta para elaborar el Plan Veracruzano de Desarrollo.

Pero en la mayoría de discusiones realizadas durante febrero, se abordaron temas que trascienden la mera planeación de una política de comunicación. Los medios –vía sus representantes–  han puesto énfasis en cuestiones de mayor importancia y que podemos resumir de la siguiente manera:

a) Legislar sobre el derecho a la información para que Veracruz sea pionero en esa materia y así obligar a los funcionarios estatales y municipales a proporcionar a los ciudadanos informaciones de interés público.

b) Regular el flujo de publicidad institucional para que ésta responda a criterios de difusión exacta de la actividad pública y no se utilice como mecanismo de coacción o subsidio a medios. Éstos, para poder acceder a la publicidad oficial deberán, al menos, comprobar de manera efectiva su tiraje, circulación, alcance e influencia en la opinión pública. Se evitarán el uso y abuso de gacetillas que sólo promuevan la imagen personal y política del funcionario en turno y desatiendan la actividad institucional.

c) Establecer códigos de ética que regulen la actividad profesional para evitar caer en el sensacionalismo, el amarillismo, la venta y tergiversación de la información.

d) Crear mecanismos que faciliten el acceso a la información gubernamental para que ésta deje de ser patrimonio exclusivo de los amigos o allegados del funcionario público.

e) Ampliar el espectro del flujo informativo hacia las nuevas tecnologías como Internet, a fin de contar en Veracruz con buzones electrónicos de consulta ciudadana.

f) Fortalecer los canales públicos electrónicos –específicamente la televisora estatal TV MAS– para que se conviertan en espacios donde confluyan la rica y diversa pluralidad veracruzana y deje de ser un canal al servicio del gobernador y su imagen.

Tales y otros temas han estado en la mesa de discusión. Atrae la atención el hecho de que haya sido en foros convocados por el gobierno, donde los periodistas se pusieran a debatir asuntos inherentes a la profesión y que deberían discutirse de manera doméstica.

Y es que hacia el interior de los medios hacen falta espacios de discusión y análisis autocrítico, pues su naturaleza privada los ha convertido más bien en entidades autoritarias, intolerantes y antidemocráticas que obstaculizan e imposibilitan la presentación de propuestas de cambio.

Es la primera vez que se organizan foros de esta naturaleza, lo que habla –al menos–  de lo rezagado que está la profesión en materia de debates sobre el papel de los medios en la sociedad veracruzana.

 

Continuar la discusión

Hay una gran necesidad de discutir y analizar lo que ocurre con el periodismo de Veracruz, que muchas veces ha caído en la partidización informativa, el rumor como argumento, el escándalo como oferta y la denostación como elemento de análisis. Todo ello nos habla de una crisis de valores en la que han estado sumidos no sólo los medios, sino la clase política veracruzana en general.

Consideraciones de tipo ético es lo que más se discute. La sola mención de establecer códigos profesionales hace saltar a más de uno, y el establecimiento de reglas claras entre gobierno y medios ha hecho replicar a otros tantos. Asuntos como el abuso de gacetillas pagadas que distorsionan el fin de la información y confunden a los lectores; la proliferación de columnas políticas que desorientan a la opinión pública y sólo sirven de proyección y lucimiento personal del redactor; el manejo exclusivo, caprichoso y selectivo de información de los asuntos públicos; la falta de mecanismos para capacitar y profesionalizar a los periodistas, son algunos de los temas medulares.

Ahora bien, ¿cómo entender esta movilización que se ha desatado y darle el cauce propicio? Desde la Coordinación General de Comunicación Social y desde el Gobierno del estado, será muy difícil que encuentren la respuesta, pues por el momento Miguel Alemán está tratando de poner en orden la casa.

Por ello, continuar el debate sobre el papel de los medios deberá ser responsabilidad de quienes los hacen posible.

De acuerdo con cifras oficiales, en Veracruz hay actualmente unas 100 radiodifusoras con 39 noticiarios; alrededor de 33 periódicos, de los cuales 22 son diarios; tres televisoras y decenas de semanarios, revistas y publicaciones de diversa periodicidad. Este espectro periodístico obliga a abrir de manera autocrítica espacios para la reflexión interna que propicien el mejoramiento de la profesión y de sus integrantes.

En su mayoría, los periodistas veracruzanos ejercen la profesión no sólo de manera empírica (cosa de ningún modo cuestionable), sino que se carece de un sistema de capacitación continua como pueden ser diplomados, seminarios, talleres y conferencias sobre temas especializados.

Una primera aproximación sería crear códigos de ética periodística en cada uno de los medios. Otra fórmula sería establecer un Colegio de Periodistas con el fin de promover iniciativas de mejoramiento académico y profesional, así como establecer un foro propicio para el debate y la reflexión de la profesión periodística que contribuya a su dignificación. Respecto de la relación con el gobierno, hay consenso por tener reglas más claras que transparenten el flujo de recursos públicos a través de publicidad oficial, fiscalizada por los mecanismos de control interno de la administración pública y sujetos a escrutinio para evitar que se controle a los periodistas y a los medios.

 

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