La iconósfera de Gubern
El Paleolítico superior de las nuevas tecnologías
Yeri Correa
Colaboradora de la RMC.
Vivimos rodeados por las pantallas del cine, el televisor, el monitor de la computadora y la pantalla del celular. Estas cuatro pantallas integran nuestra iconósfera, un espacio que es el paleolítico de lo que será la Sociedad de la Información. Al respecto reflexiona Roman Gubern. Durante su estancia en el ITESM Campus Ciudad de México, en donde impartió un curso, el investigador catalán autor de títulos como El eros electrónico y La mirada opulenta, concedió una entrevista a la Revista Mexicana de Comunicación.
En esta plática, Gubern rechaza la visión apocalíptica de la Internet y explora su influencia en las
relaciones humanas.
—-¿Cómo afecta la nueva iconósfera a las relaciones humanas?
—Afecta sobre todo a los más jóvenes, a los adolescentes, porque las personas mayores son más rutinarias, más vivenciales. Hoy día, los muchachos viven en la interactividad con los medios privilegiados, es decir: con la Internet y la telefonía celular, los cuales están destinados a convertirse en una microcomputadora portátil.
—Usted ha escrito acerca de nuevas patologías vinculadas con las tecnologías de la información, como el skin hunger…
—Esto afecta a la gente que está más aislada y tiene menos contacto físico, se le llama skin hunger: son personas que se levantan por la mañana y prenden el televisor, lo cual no significa que lo estén mirando siempre, más bien lo utilizan como ruido de fondo, muchas veces por la falta de alternativas más estimulantes. Son los que llamamos telespectadores incondicionales, que son principalmente jubilados, amas de casa, desempleados y enfermos: son los espectadores más pasivos.
—¿Podríamos hablar de una psicopatología derivada de la tecnología?
—En los años setenta se examinó el concepto de televisión patológica, sobre todo en los niños que tenían déficits emocionales en relación con el colegio, con la familia, con el entorno. Por lo tanto, desde esa década se han estudiado conductas patológicas asociadas. Ahora el ejemplo es el hacker: un sujeto que no sale, que come fast-food y su mayor gratificación es reventar los secretos cibernéticos. Creo que el hacker sería el arquetipo de la patología de nuestra sociedad.
—¿Y en un punto más allá estaría el uso de Internet por grupos terroristas?
—Internet es una autopista que sirve para todo: para el bien y para el mal; es una autopista multidireccional que se utiliza para comprar, buscar información, chatear. Otra cosa son los usos sanos e insanos que se le den a la red de redes.
—Entre los usos insanos, ¿qué vacíos afectivos llena la Internet?
En los chats es evidente un problema: el anonimato del comunicador; ha habido muchos casos en los que se han dado sustos en las citas. También es verdad que en el chat ocurre un poco lo que sucede en una discoteca, aunque en la Internet la realidad está más camuflajeada y por tanto tiene una estructura que favorece la mentira, pero aun así hay personas que se conocen y se casan.
—Si la Internet es un espejo, ¿qué muestra ese espejo?
—La Internet muestra la gran complejidad, los cambios con un agravante: el anonimato, que favorece las actividades delictivas o deshonestas. Pero la red de redes refleja lo bueno y lo malo.
—En esta sociedad con tanta opulencia visual, ¿tener más información nos hace más sabios?
—Hay una anécdota: una amiga estaba viendo con su hija una película de Marilyn Monroe, cuando la niña le dice: “Mira mamá, esta actriz imita a Madonna”. Esto es un ejemplo de la desjerarquización de la información, que hace que la niña considere a Marilyn Monroe una imitación de Madonna, pero la Internet es una exuberante red que crece rápidamente para bien y para mal, como un nuevo árbol del paraíso.
—¿Entonces, la Internet sería el nuevo árbol del bien y del mal?
—En cierto modo estamos en el paleolítico superior de las nuevas tecnologías. La Internet aparece en la escena pública en los años setenta. Estamos esperando cómo evolucionará, no sólo la red sino todas las tecnologías. Por ejemplo, el holograma es un invento que está esperando que alguien se ocupe de él.
—¿Cómo avizora a nuestra sociedad en unos 10 o 20 años?
—Yo pienso que la combinación de los satélites de comunicaciones, las redes y lo que se llama la pantallización de la sociedad, crearán una sociedad de la información que no existe. Pero aún no es global por el bajo acceso de la Internet en África o Haití.
—¿La imagen es inocente?
—Una imagen es un punto de vista y un punto de vista nunca es inocente, porque detrás de la imagen se encuentra un ser humano que expresa emociones. Por tanto, en las imágenes están manifiestas las expresiones de aquellos que las producen.
—Respecto a su libro El eros electrónico, ¿qué futuro tiene la pornografía en la Internet?
—A juzgar por las estadísticas, el futuro es prometedor porque el anonimato en la red permite ver cosas que uno no se atrevería a pedir en una sexshop, que implica entrar a un lugar, dirigirse a un mostrador y dar a conocer sus caprichos. En cambio, el anonimato en Internet invita a un vaganbundeo exploratorio, lo que distorsiona la realidad y hace que las parafilias estén sobrerrepresentadas.
—¿Qué pasa cuando el último espacio de la intimidad, que es la sexualidad, se vuelve público?
—En España se han dado casos en los que algunas parejas –no actores profesionales– se filmaron fornicando, y después, al separarse, el marido exhibe en Internet tales imágenes. Uno de esos casos se fue a tribunales, y una primera sentencia dictaminó que una mujer que ha consentido en ser grabada, no tenía derecho a protestar por la difusión de tales imágenes. Pero posteriormente se estableció que la intimidad de la pareja sexual es la intimidad compartida de dos; por tanto, se requiere un acuerdo entre ambos.
El anterior artículo debe citarse de la siguiente forma:
Correa, Yeri, «La iconósfera de Gubern», en
Revista Mexicana de Comunicación, Num. 107, México, octubre / noviembre, 2007.
Garantías jurídicas
Federalización de los delitos contra periodistas
Luis Raúl González Pérez
Catedrático de la División de Estudios de Posgrado UNAM
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) ha considerado que el grave problema en
que se han convertido las agresiones en contra de los periodistas y su consecuente
impunidad, en gran parte se debe a la crisis estructural de la procuración de justicia,
es decir: no hay ni en el ámbito federal ni en el de las entidades federativas, una
adecuada investigación ministerial que permita resolver estos casos.En ese sentido,
la federalización de los delitos cometidos en contra de los periodistas puede
ser una herramienta que coadyuve a revertir el clima de impunidad existente. Pero ello debe
ir acompañado de otras acciones. Cuando se habla de federalizar los delitos en agravio de los
periodistas, no se busca proteger a un gremio en particular por el solo hecho de serlo. Un
delito perpetrado contra un periodista constituye también un ataque a la
libertad de expresión
y al derecho a la información, cuyo respeto es una condición fundamental del Estado de derecho.
El tema de la federalización de los delitos cometidos contra periodistas ha estado presente en la agenda pública, al menos desde el año 2000.
Si bien no suelen explicitarse los argumentos por los cuales los delitos cometidos en contra de los informadores deben pasar a ser de la competencia federal, se pueden considerar como válidos los razonamientos vertidos por Brasil en un informe rendido ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) respecto a la aplicación del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. Este informe dice lo siguiente:
Es preciso tomar medidas para acabar con la impunidad que provoca un funcionamiento excesivamente lento de los engranajes de la justicia, fruto a su vez, en muchas ocasiones, de la incapacidad de los Estados para realizar una investigación policial eficiente. Entre las medidas adoptadas cabe citar la atribución de competencia al Poder Judicial Federal para juzgar los delitos que, por su gravedad o por los retrasos a nivel estatal a la hora de entablar un proceso, exigen la adopción de disposiciones urgentes. La llamada federalización de los delitos contra los derechos humanos compensará las deficiencias a nivel estatal, originadas por la falta de material y de recursos y, posiblemente, por presiones políticas locales que impiden hacer valer como es debido las garantías jurídicas y las disposiciones de la ley.1
En el caso de México, a los argumentos anteriores debe sumarse que algunos de esos crímenes se atribuyen a la delincuencia organizada (particularmente el narcotráfico), que constituye un poder desafiante al que difícilmente pueden enfrentar las autoridades locales.
Delitos federales
En nuestro país, la determinación de los delitos de competencia de los tribunales federales es una facultad que la Constitución Política otorga al Congreso de la Unión y que se expresa fundamentalmente a través del Código Penal Federal, pero particularmente por medio del artículo 50, fracción I, de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación (LOPJF), que es el que determina cuáles son los delitos del orden federal.
Recientemente se han agregado al catálogo de delitos federales aquellos cometidos por o en contra de funcionarios electorales federales o de funcionarios partidistas en los términos de la fracción II del artículo 401 del Código Penal Federal, y los previstos en los artículos 366, fracción III; 366 ter y 366 quáter del mismo código (secuestro y tráfico de menores), y cuando el delito sea con el propósito de trasladar o entregar al menor fuera del territorio nacional.
La incorporación de estas hipótesis, la primera introducida al promulgarse la nueva LOPJF, en mayo de 1995 y, la segunda, mediante reforma de junio de 2000, es relevante para el tema que nos ocupa, en tanto su inclusión implicó traspasar la esfera estricta de afectación de lo federal, que caracterizó siempre a este artículo, para considerar situaciones de interés nacional, como justamente lo son los delitos cometidos contra los dirigentes de los partidos políticos nacionales y sus candidatos,2 y el tráfico internacional de menores, lo que abre la puerta para incorporar en el futuro otras situaciones de relevancia nacional, como pueden ser los ataques a los comunicadores sociales.
La reforma procesal penal federal de 1994 incorporó una nueva manera de federalizar un delito, mediante la creación de la figura de la competencia por conexidad, que se previó en el artículo 10 del Código Federal de Procedimientos Penales (CFPP) y que luego, en 1996, fue elevada a rango constitucional.
Conforme a esta nueva idea, en caso de concurso de delitos, el Ministerio Público sería competente para conocer de los delitos del fuero común que tuviesen conexidad con los delitos federales y los jueces federales tendrían competencia para juzgarlos. Las razones de ello, según se anotó en la exposición de motivos, fueron “que los delitos federales, por ser tales, revisten mayor proyección de afectamiento al interés social que los del fuero común”.
Esta competencia por conexidad y la facultad de atracción, sirvieron de base para la creación de la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos contra Periodistas.3
Legislación comparada
En el análisis de la legislación comparada sobre este tema, encontramos que en los países de América con sistema federal, los delitos cometidos en contra de los periodistas no son objeto de atención especial, salvo Colombia, en donde la calidad de periodista puede llevar a la agravación de ciertos delitos, y Canadá, en donde se contempla el delito de intimidación a un periodista para que no publique datos de una organización criminal.
Por su parte, en Brasil, en 2004, se introdujo la posibilidad de que en las hipótesis de grave violación de los derechos humanos, el procurador general de la República pueda promover ante el Tribunal Superior de Justicia, un incidente de competencia para la justicia federal. En Estados Unidos, los delitos contra los derechos civiles son considerados como delitos de naturaleza federal. En ambos casos se tienen contemplados a la libertad de opinión, pensamiento y expresión, al tenor de los artículos 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y 13 de la Convención Americana de Derechos Humanos.
Al respecto, en nuestro país, el Ejecutivo Federal sometió el 4 de mayo de 2004, a la consideración de la Cámara de Senadores, una iniciativa de reformas a la Constitución Política, por la cual, entre otras cosas, se pretendía adicionar el artículo 73, fracción XXI:
Las autoridades federales podrán conocer de los delitos del fuero común relacionados con violaciones a los derechos humanos, cuando éstas trasciendan el ámbito de los estados o del Distrito Federal, en los términos que establezca la ley.
Hubiera sido una buena oportunidad para proteger de mejor manera las violaciones graves a los derechos humanos y libertades fundamentales, pero tal iniciativa no tuvo mayor impulso.
Acciones necesarias
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) ha considerado que el grave problema en que se han convertido las agresiones en contra de los periodistas y su consecuente impunidad, en gran parte se debe a la crisis estructural de la procuración de justicia, es decir: no hay ni en el ámbito federal ni en el de las entidades federativas, una adecuada investigación ministerial que permita resolver estos casos.
En ese sentido, la federalización de los delitos cometidos en contra de los periodistas puede ser una herramienta que coadyuve a revertir el clima de impunidad existente. Pero ello debe ir acompañado de otras acciones, como son:
a) Otorgar al Ministerio Público el carácter de órgano constitucional autónomo, con independencia técnica y funcional, para que sus actos estén regidos por los principios de legalidad, imparcialidad e igualdad de todos ante la ley.
b) Fortalecer los marcos jurídico y administrativo de la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos contra Periodistas; se debe considerar que sus alcances son limitados, pues su estructura legal sólo le permite conocer casos del ámbito federal, cuando la mayoría de asuntos denunciados son del ámbito local.
c) En tanto se resuelve la posible federalización, la Fiscalía debe ejercer de inmediato la facultad de atracción en los casos de delitos del fuero común que tengan conexidad con delitos federales; asimismo, debe tener la rectoría de las averiguaciones en donde se presuma la participación del crimen organizado.
d) Capacitar a los servidores públicos que en los ámbitos federal y local tienen la responsabilidad de llevar las investigaciones en esta materia, mediante la creación de un grupo de élite, debidamente preparado y sensible del trabajo que realizan.
Aunado a la federalización y a las medidas antes mencionadas, no debe perderse de vista que la mejor defensa en contra de las agresiones es la prevención, por lo que se debe brindar protección a los periodistas a través de medidas adecuadas de seguridad y auxilio, de manera congruente, oportuna y proporcional al hecho, evitando que éstas se hagan efectivas.
Para lo anterior, se considera conveniente la creación de un Comité de Evaluación de Riesgos –tomando como ejemplo el existente en Colombia–4 que determine los niveles de riesgo y grados de amenaza de las personas a proteger y recomendar las medidas de protección a que hubiere lugar. El Comité podría estar integrado por miembros de la Secretaría de Seguridad Pública, Procuraduría General de la República, organismos de defensa de los periodistas y de las asociaciones de periodistas, en el caso concreto, por los gobiernos de los Estados y municipios cuando el asunto sea local. Se le deberá dotar de los recursos presupuestarios necesarios para el cumplimiento del Programa de Protección de Riesgos que tendría que elaborarse en el que se definan, entre otros aspectos, los criterios de procedencia, las personas que se deben proteger, los principios con que se actúa, tipo de protección que se debe otorgar, la temporalidad de las medidas (inicio, suspensión, modificación y terminación), el catálogo de medidas y los deberes que asumirá la persona protegida.
Por otro lado, conviene recalcar que cuando se habla de federalizar los delitos en agravio de los periodistas, no se busca proteger a un gremio en particular por el solo hecho de serlo. Un delito perpetrado contra un periodista constituye también un ataque a la libertad de expresión y al derecho a la información, cuyo respeto es una condición fundamental del Estado de derecho.
Reconociendo la importancia de la libertad de expresión, la Corte Europea de Derechos Humanos señala que es el fundamento esencial de una sociedad democrática, considerando que es el resultado del pluralismo, la tolerancia y el espíritu de apertura que los estados deben mostrar. Por su parte, el artículo 4° de la Carta Democrática Interamericana5 expresa que el avance democrático de un país se mide, entre otros aspectos, en función de la transparencia de las actividades gubernamentales, la probidad, la responsabilidad de los gobiernos en la gestión pública, el respeto por los derechos sociales y a la libertad de expresión y prensa.
Por todo ello, cualquier análisis sobre la legislación que afecte directamente el derecho a la libertad de expresión debe ser evaluado considerando el papel fundamental que éste juega dentro de una sociedad democrática.
Sobre esto último, el constitucionalista argentino Badeni expresa:
Es cierto que la libertad de prensa, al igual que las restantes libertades constitucionales, no reviste carácter absoluto en orden a las consecuencias que depara su ejercicio. Sin embargo, cuando ella se manifiesta en un dimensión institucional o estratégica, el criterio para ponderar la responsabilidad jurídica consecuente impone la aplicación de reglas especiales y diferentes a las aceptables en una dimensión individual. No para otorgar un privilegio a quien ejerce esa libertad, sino para preservar la subsistencia de un sistema democrático constitucional.6
La federalización que se busca podría partir de una adición al artículo 50, fracción I, de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, para decir, de manera aproximada, que son federales los delitos cometidos en contra de un periodista en ejercicio de sus funciones o por motivo de ellas; lo que no sería necesariamente una cuestión extraña a la naturaleza de este artículo, puesto que, como lo señalamos, éste ha ido incorporando figuras que implican traspasar la esfera estricta de afectación de lo federal, para considerar situaciones de interés nacional, como han sido los delitos cometidos contra los dirigentes de los partidos políticos nacionales y sus candidatos, así como el tráfico internacional de menores.
Sin embargo, tal cuestión entraña algunos aspectos operacionales que, al menos en principio, se presentan como problemáticos y ejemplo de ello es la definición misma de lo que debe entenderse por periodista. Una vez determinado que una persona que ha sufrido un delito es periodista, vendría el problema de determinar si la agresión fue en ejercicio de sus funciones o por motivo de ellas. Éstas y otras interrogantes que pudieran surgir, constituyen puntos de reflexión importantes para el logro de la federalización de los delitos cometidos en contra de los periodistas, y supondrían una mayor profundización en los cómos.
Este debate amerita una ampliación de miras, ver el árbol pero sin perder de vista el bosque, buscando garantizar de la mejor manera la protección de la libertad de expresión y el ejercicio periodístico.
NOTAS
1) Tomado de “Acta Resumida de la 1506”, de la sesión celebrada en el Palacio de las Naciones, Ginebra, el 10 de julio de 1996, Comité de Derechos Humanos, 57º período de sesiones, consultado el 20 de junio de 2007 en: http://www.unhchr.ch/tbs/doc.nsf/c1256e7005d936d4125611e00445ea9/73946dc5a9ed27c880256474004f62f7?OpenDocument
2) Habría que acotar que el inciso l de la fracción I del artículo 50 de la LOPJF, hace una remisión a la fracción II del artículo 401 del Código Penal Federal, lo cual ya no coincide con la redacción actual del citado artículo 401, pues a partir de la reforma publicado en el Diario Oficial de la Federación, el 22 de noviembre de 1996, las circunstancias antes preveidas en la fracción II, pasaron a contemplarse en las fracciones III y IV. Se trata de uno más de los llamados olvidos legislativos, en donde, al reformarse una disposición, no se tiene el cuidado de analizar el universo de normas en que puede impactar.
3) Creada mediante “Acuerdo A/031/06 del Procurador General de la República”, publicado en el Diario Oficial de la Federación, el 15 de febrero de 2006.
4) Decreto 1592 del 18 de agosto de 2000, por el cual se reglamenta el artículo 6° de la Ley 199 de 1995, que crea el Programa de Protección a Periodistas y Comunicadores Sociales, así como el Comité de Reglamentación y Evaluación de Riesgos.
5) Aprobada por la Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos, en la primera sesión plenaria celebrada el 11 de septiembre de 2001.
6) Gregorio Badeni, Tratado de libertad de prensa, Lexis-Necis, Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 2002, pp. 386 – 387.
El anterior artículo debe citarse de la siguiente forma:
González Pérez, Luis Raúl, «Garantías jurídicas», en
Revista Mexicana de Comunicación, Num. 107, México, octubre / noviembre, 2007.
Las cifras de Internet en el mundo
Excelsior, Dinero, 13 de noviembre de 2007.
Octavio Islas
El 30 de septiembre, la World Internet Stats [http://www.internetworldstats.com] -una de las fuentes de información más autorizadas en estadísticas de Internet-, estimaba que en 2006 la población mundial ascendía a 6,574,666,417 personas.
El total de usuarios de Internet en el mundo fue estimado en 1,244,449,601 personas (18.9% de la población mundial).
En Asia se concentra el mayor número de personas (3,712,527,624) y el mayor número de usuarios de Internet (459,476,825). En Asia además fue registrado el mayor porcentaje de usuarios de Internet en el mundo: 36.9%
En Norteamérica fue ubicado el porcentaje más elevado en materia de penetración de Internet: 70.2% Los usuarios de Internet de Norteamérica representan el 18.9% del total de usuarios de Internet en el mundo.
Durante el periodo 2000-2007, en Medio Oriente y en África se registró el crecimiento porcentual más elevado en el número de usuarios de Internet (920.2% y 874.6%, respectivamente).
A pesar del sostenido crecimiento de Internet en Medio Oriente, el total de usuarios de Internet en esa región apenas representó el 2.7 del total de usuarios de Internet en el mundo. El porcentaje de la penetración de Internet en Medio Oriente fue de 17.3%.
El total de usuarios de Internet en África representó el 3.5 del total de usuarios de Internet en el mundo. El porcentaje de la penetración de Internet fue el más bajo del mundo: 4.7%
Por lo que respecta a Latinoamérica y el Caribe –que concentran al 8.5% de la población mundial-, el crecimiento de Internet en el periodo 2000-2007 fue estimado en 540.7%
El total de usuarios de Internet en la región fue estimado en 115,759,709. Si consideramos los resultados que arrojó el reciente estudio realizado por la Asociación Mexicana de Internet (AMIPCI), sobre hábitos de los usuarios de Internet en México, el total de usuarios de Internet en México fue estimado en 23.7 millones.
Los 23.7 millones de usuarios de Internet en México representan el 1.9 del total de usuarios de Internet en el mundo, y el 20.47% del total de usuarios de Latinoamérica y el Caribe.
La tasa de penetración nacional de Internet en personas mayores a 6 años fue establecida en el cita estudio realizado por AMIPCI en 25.6%. De acuerdo con las cifras de Internet World Stats, la tasa de penetración de Internet en la región fue estimada en 20.8%
La penetración de Internet en México resultaría entonces superior en 4.8% a la penetración estimada por Internet World Stats en la región.
Investigador del Proyecto Internet-Cátedra de Comunicación Estratégica y Cibercultura,
Tecnológico de Monterrey, campus Estado de México.
El anterior artículo debe citarse así:
Islas, Octavio, 2007: «Las cifras de Internet en el mundo», en Excélsior,
Dinero, 13 -XI 2007.
Presiones en el Congreso
El Universal, Finanzas, 13 de noviembre de 2007
Telecom y medios
Gabriel Sosa Plata
Tiene razón Carmen Aristegui al manifestar su extrañeza por lo que ocurre en el Senado: si los legisladores “se sienten amenazados o presionados nuevamente para legislar” en materia de radio, televisión y telecomunicaciones, “deberían decirlo en voz alta”, “dar un manotazo en la mesa” y cumplir con sus obligaciones.
Es lo menos que podemos esperar de un Congreso en el que prácticamente todos los sectores relacionados con esos medios tienen depositadas sus esperanzas para crear una nueva legislación moderna que garantice el pluralismo y la competencia, el derecho a la información, la libertad de expresión, así como la seguridad jurídica y de inversión para todos los actores. Cumplieron con la reforma electoral, pero hace falta ahora meterse de lleno en la reforma de medios para avanzar en la reforma del Estado que requiere el país.
Y es que la semana pasada, durante la reunión en la que Javier Corral presentó la propuesta de reforma al marco legal de los medios de la Asociación Mexicana de Derecho a la Información (Amedi), el senador Carlos Sotelo, quien preside la comisión plural que legislará en la materia, señaló que intereses opuestos a un marco jurídico democrático en radio, televisión y telecomunicaciones “siguen operando y buscan detener la reforma”. El senador Pablo Gómez lo secundó y, luego de enfrascarse en una discusión innecesaria sobre el acceso de las Iglesias a la radio y la televisión, dijo: “No se sorprendan si no pasa nada”.
Declaraciones desafortunadas en un contexto difícil, de amparos y de demandas que hay en la radiodifusión y las telecomunicaciones, las cuales podrían derivar en un estancamiento del sector, en la falta de una oferta más amplia de servicios y contenidos para la sociedad y en el fortalecimiento de las empresas dominantes, justo por la falta de reglas claras, por las indefiniciones del gobierno del presidente Felipe Calderón en ese ámbito y por la debilidad jurídica de los órganos reguladores clave: la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel) y la Comisión Federal de Competencia.
Baste de ejemplo lo ocurrido en los últimos días: la negativa infundada de Teléfonos de México (Telmex) para interconectar a Grupo de Telecomunicaciones Mexicanas (GTM), propiedad de Telefónica, y la demanda presentada por Maxcom este 6 de noviembre ante la Comisión Federal de Competencia por prácticas monopólicas de Televisa, debido a que ésta se niega dar la autorización para retransmitir sus canales en la red de la telefónica en cuatro ciudades del país, incluido el Distrito Federal y su zona conurbada.
Otro caso que ejemplifica la necesidad de meter urgentemente la mano en la legislación es lo ocurrido alrededor del planteamiento de la inversión extranjera directa en telecomunicaciones. Una empresa, Telefónica, de España, coloca el tema en la agenda y propone que dicha inversión se amplíe a 100% en México, tal como ya ocurre en la telefonía móvil. Cabildea en el Congreso para elaborar un dictamen que satisfaga su petición y lo logra con facilidad. Telmex se opone y pide reciprocidad. Algunos funcionarios del gobierno federal, de la nada, espontáneamente, sin analizar el asunto, sin soporte en sus programas sexenales, se suman entusiasmados a la demanda de la empresa española. Y ahí seguimos, legislando y cabildeando, por ocurrencias, sin una visión de Estado.
La Corte de Justicia puso en bandeja de plata los principios para una reforma integral que considere aspectos como los anteriores, pero el Congreso está desaprovechando esa oportunidad histórica. El problema, tal como dijimos hace unas semanas, es que tampoco el gobierno federal y sus órganos reguladores toman cartas en el asunto, mientras las disputas crecen en el sector. Los grandes ganadores en un escenario así son los operadores dominantes, quienes ahora se expanden en los nuevos servicios convergentes. Los grandes perdedores son las pequeñas y medianas empresas de radio y telecomunicaciones, los usuarios de los servicios de telecomunicaciones y quienes todas las noches encendemos nuestra televisión en busca de mejores y más opciones.
La reforma propuesta por la Amedi, ya comentada por Miguel Ángel Granados Chapa, José Woldenberg, Raúl Trejo Delarbre y Jenaro Villamil en sus espacios periodísticos, puede consultarse íntegra en la siguiente página: www.amedi.org.mx.
Ibero 90.9, ULEPICC y más
Y ya que hablamos de legislación, este será uno de los temas que son analizados en el evento “Tangente: 7 días de acceso a la radio”, que desde ayer y hasta el próximo 18 de noviembre organiza la emisora Ibero 90.9. La situación de las audiencias, la industria radiofónica, la radio y música también será abordada a lo largo de la programación de la emisora ubicada en el 90.9 de la banda FM.
En “Tangente” se rendirá mañana un merecido homenaje a Pedro Ferriz Santacruz por su trayectoria profesional y, ese mismo día, Marc Fisher, el afamado columnista del Washington Post y autor de los libros Something In The Air: Radio, Rock and Revolution That Shaped a Generation y After The Wall, ofrecerá una conferencia magistral que no nos perderemos. El programa detallado puede consultarse en la siguiente página: www.ibero909.fm/tangente.
La próxima semana, el 19 y 20 de noviembre, también se llevará a cabo otra actividad relevante y oportuna, muy a tono con el actual debate sobre el marco jurídico de los medios y el establecimiento de políticas públicas nacionales: el sexto Congreso Internacional de la Unión Latina de la Economía Política de la Información, la Comunicación y la Cultura (ULEPICC).
Bajo el tema “Innovaciones tecnológicas, comunicación y cambio social”, estudiosos y analistas de diversos países iberoamericanos, entre ellos de México, analizarán el impacto de las nuevas tecnologías en las políticas públicas, los consumos culturales y la denominada sociedad de la información.
El congreso es organizado por la UAM-Cuajimalpa, la UNAM y la Asociación Mexicana de Investigadores de la Comunicación (AMIC), y se llevará a cabo en la Casa del Tiempo (Pedro Antonio de los Santos número 84).
Más informes en la página: www.cua.uam.mx/dccd/cc/index.html.
Mi solidaridad y apoyo irrestricto al maestro Rafael Ávila González, académico reconocido y respetado por sus aportaciones en el campo de la comunicación, por la campaña difamatoria y de acoso emprendida por un grupo de profesores en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, cuyo director, Fernando Pérez Correa, desea ser rector de nuestra máxima casa de estudios.
Profesor e investigador invitado de la AUM Cuajimalpa. Columnista de El Universal y
coordinador del Consejo Editorial de la Revista Mexicana de Comunicación. http://radiomexicana.blogspot.com
El siguiente es un ejemplo de cómo debe citar el anterior artículo.
Sosa Plata, Gabriel, «Presiones en el Congreso» en El Universal,
México, Num. 32, 862, 13 -XI – 2007, Telecom y otros medios, Finanzas.
Señor y esclavo de la palabra
Juego de ojos
Miguel Ángel Sánchez de Armas
Durante los últimos veinte años de su vida Winston Churchill fue aclamado como el más grande inglés de su tiempo y a su muerte, el 24 de enero de 1965 a los 91 años de edad, millones de seres humanos le guardaron luto en todos los rincones de la tierra. Con su nombre se han bautizado desde buques de guerra hasta cigarrillos; los libros sobre su vida y obra podrían llenar una biblioteca; la televisión y el cine lo estelarizaron; los cuadros que pintó se venden a precios exorbitantes en las galerías más afamadas y sus frases y dichos han sido inmortalizadas en letras de bronce en recintos cívicos en todas las latitudes.
Winston Churchill es sin duda una de las figuras más importantes del siglo XX. Su vida política se extendió de 1911 a 1955, cuarenta y cuatro agitados años durante los cuales el mundo se vio envuelto en dos guerras mundiales y las relaciones geopolíticas dieron un giro de 180 grados. Dos veces ministro de la Marina (Primer Lord del Almirantazgo), Ministro para Pertrechos de Guerra, Ministro del Interior, Ministro de Hacienda, dos veces Primer Ministro e miembro de la Cámara de los Comunes tanto por el Partido Liberal como por el Conservador.
Fue también soldado y periodista. En marzo de 1916 en el frente occidental una granada alemana estuvo a punto de alcanzarlo. “Diez metros más a la izquierda –escribió a Clementine, su esposa– y hubiera sido el fin de una vida de altibajos, el obsequio final e inapreciado para un país malagradecido”.
Orador compulsivo y escritor enorme y prolífico, dejó, según la azorada reflexión de David Cannadine, “Una incomparable e intimidante montaña de palabras”. Según las cuentas de este editor, entre 1900 y 1955, Churchill pronunció en promedio un discurso a la semana: ocho volúmenes con más de cuatro millones de palabras.
En 1953 Churchill recibió el Premio Nóbel, mas no por su extraordinaria carrera como estadista, sino por su obra literaria. He aquí a un hombre notable en todos los sentidos, incluyendo los excesos y las pasiones, cuya infancia y juventud, sin embargo, no fueron preludio de nada sobresaliente. Al contrario, fue un niño enfermizo y torpe, nada brillante y rechazado por sus compañeros de escuela. Era bajo de estatura, más bien jorobado, de andar torpe, piel delicada, mentón débil y cintura generosa. Y como si todo eso no fuera desgracia suficiente, tartamudo.
Winston Leonard Spencer Churchill nació en 1874 en el palacio Blenheim de Oxfordshire, al oeste de Londres, hijo del político conservador Lord Randolph Churchill y de la norteamericana Jennie Jerome. Fue descendiente directo de John Churchill, primer duque de Marlborough (1650-1722) y tuvo una infancia solitaria criado por su nana, la señora Everest. Recibió instrucción en la escuela Harrow, en donde fue una medianía. Lo admitieron en el colegio militar de Sandhurst después de presentar tres veces el examen de admisión y causó alta en el Cuarto Cuerpo de Húsares en 1895, el año en que su padre murió.
El lector recordará de anteriores entregas una frase que me gusta repetir a riesgo de caer en el odiado lugar común: una permanente autoconstrucción interna, es decir, esa capacidad que todos llevamos pero que pocos ejercen, que nos permite crecer emocional e intelectualmente sin cesar. Algo así como el aprendizaje y la educación permanente. Creo que Winston Churchill es el ejemplo más acabado de ello. Para ser estadista tuvo que ser orador. Para ser orador no podía ser tartamudo… ergo, superó ese impedimento a pura fuerza de voluntad.
En la constelación de nombres y hazañas que pueblan la historia de la Pérfida Albión, Winston Churchill es, si no el más conocido, sí uno de los que más evocan la imagen del sacrificio generoso, la valentía ante la adversidad y el amor férreo a la patria, virtudes acentuadas por una elocuencia magnífica y fijadas en una prosa dura y limpia como metal bruñido.
Por eso resulta un tanto asombroso e incómodo, al recordar las virtudes de este hombre, contrastarlas con el juicio que mereció de sus compatriotas durante una buena parte de su carrera: Inflado, huero, superficial, ofensivo, insensible, administrador mediocre, inestable… parece que los adjetivos críticos fueron tan abundantes en su vida como los elogiosos son hoy a su memoria.
David Cannadine, editor de un volumen de sus discursos, juzga que “Parte del problema fue que lo mismo exuberante de su retórica y la desconcertante facilidad con que la aplicaba a causas diversas e incluso contradictorias, sirvió para reforzar la sensación difundida desde muy temprano en su carrera y hasta bien entrada la década de los cuarenta, de que era un hombre de temperamento inestable y juicio defectuoso, sin pizca del sentido de las proporciones […] Además, la prosa bruñida de Churchill frecuentemente asestaba grandes ofensas y reforzaba otra crítica extendida: que era por completo insensible a los sentimientos de los demás […] Como una vez dijo Attlee, ‘el señor Churchill es un gran amo de las palabras, pero es algo terrible cuando el amo de las palabras se convierte en un esclavo de ellas, porque nada hay tras esas palabras, sólo son palabras de ofensa’ [Su oratoria] con frecuencia sonaba falsa, vana, pomposa e inflada […] Después de escucharlo, una mujer opinó que era ‘un ridículo hombrecillo, detestable cual actor cómico’, con sus brazos cruzados, ‘su mechón alborotado y su vocecilla de teatro popular’.
Conozco a mujeres y hombres que aún recuerdan con emoción las arengas de Churchill transmitidas por la BBC, y su tono de voz más bien apagado que contrastaba con las ideas certeras y las metáforas deslumbrantes de sus discursos. ¿Cómo construir la capacidad de decir tantas cosas en tan pocas palabras? Sólo los verdaderos estadistas tienen ese don. El 18 de junio de 1940, en una de las horas negras de la nación, en vísperas de la “Batalla de Inglaterra”, con el sombrío sentimiento de que el pueblo inglés llevaba a sus espaldas todo el peso de la agresión nazi, Winston se dirigió a la Cámara de los Comunes en una alocución memorable:
“Seamos fuertes en nuestro deber, y con tanta fortaleza, que si el Imperio Británico y el Commonwealth existen dentro de mil años, la humanidad siga diciendo: Este fue su gran momento.”
Dos meses después, el 20 de agosto, ya con las bombas alemanas cayendo día y noche sobre el país, de nuevo subió a la tribuna para expresar magistralmente el sentimiento de la nación hacia el puñado de bravos pilotos de combate que defendían los cielos de la Patria:
“Nunca antes en el campo de los conflictos humanos, tantos debieron tanto a tan pocos.”
El Diccionario Oxford de Citas Célebres consigna 54 referencias a Churchill, lo que lo coloca en el nivel de los clásicos de la antigüedad. Y la lectura así sea a vuelapluma de sus discursos es un viaje de asombros por su capacidad para construir imágenes siempre sugerentes, con frecuencia deslumbrantes y en ocasiones hilarantes. Algunas tomadas al azar: “Los imperios del futuro serán los imperios del espíritu” (6 de septiembre de 1943); “Desde Stettin en el Báltico hasta Trieste en el Adriático, una cortina de hierro ha descendido a lo largo del continente” (5 de marzo de 1942); “Si Hitler invadiera el infierno, hablaría a favor del diablo en la Cámara de los Comunes” (11 de noviembre de 1940).
Su sentido del humor también fue legendario. Según recordó su hijo en una entrevista con la BBC en 1992, durante una estancia como huésped en la Casa Blanca, salió de la regadera -se imaginará usted en qué atuendo- y se encontró de frente al presidente Roosevelt. Sin inmutarse, Churchill expresó: “¡El Primer Ministro no tiene nada que esconder al Presidente de los Estados Unidos!”
Otra anécdota que se popularizó con otros personajes y otros ingredientes, se debe a la memoria de Consuelo Vanderbilt. En una reunión, Churchill se topó con Nancy Astor, con quien tenía un mutuo desagrado. Con fingida sonrisa y agudo sonsonete, la mujer le dijo: “Milord, si yo fuera su esposa… le pondría veneno en su café…” A lo que respondió el político: “Señora, si yo fuese su marido… ¡lo bebería!”
Presidente honorario de la Fundación Manuel Buendía.
Correo electrónico: sanchezdearmas@gmail.com
Profesor – investigador del departamento de Ciencias de la Comunicación de la UPAEP, Puebla.
El siguiente es un ejemplo de cómo debe de citar este artículo:
Sánchez de Armas, Miguel Ángel, 2007: «Señor y esclavo de la palabra»,
en Revista Mexicana de Comunicación en línea, Num. 107, México, septiembre. Disponible en:
http://www.mexicanadecomunicacion.com.mx/Tables/rmxc/magsa.htm
Fecha de consulta: 12 de noviembre de 2007.
Despenalización a favor de los periodistas
Entre la vida y el honor
Perla Gómez Gallardo
Catedrática de la División de Estudios de Posgrado UNAM y coordinadora general de
Libertad de Información-México, AC, LIMAC.
El Congreso de la Unión realizó una importante reforma al Código Penal Federal: derogó los delitos contra el honor y adicionó el Código Civil Federal en materia de daño moral. En principio, ello no significa un beneficio para los periodistas porque en el caso del daño moral, la competencia del juicio se fija por el domicilio, es decir, el lugar donde se llevaron a cabo los hechos que presuntamente causan el daño; sin embargo, al ser una reforma surgida de las cámaras de Diputados y de Senadores, manda un mensaje claro sobre cuál debe ser la tendencia en esa materia.
Diversos instrumentos internacionales han considerado excesiva la sanción por daño al honor cuando se castiga con la privación de la libertad. Se señala la necesidad de despenalizar los delitos contra el honor y la debida regulación en materia civil que armonice la existencia de la libertad de expresión y la defensa de los derechos de personalidad, como la vida privada, el honor y la propia imagen.
En tal contexto destaca el caso del Distrito Federal porque, previo a la Reforma Federal, despenalizó los delitos contra el honor y emitió una legislación en materia de responsabilidad civil para la defensa de la vida privada, el honor y la propia imagen. Lamentablemente, la reforma está incompleta: falta la parte procedimental, ya que si bien estableció la vía de controversia para tramitar los juicios, en el código de procedimientos civiles sólo se establecen para los juicios de arrendamiento y familiares, pero falta precisar cuál de ellos se podrá utilizar o, en el mejor de los casos, establecer el procedimiento con la simplificación de plazos, que es el principal beneficio de esa vía.
Actualmente, los estados de Chihuahua, Durango (aunque dejó vigente la injuria), Michoacán y Tamaulipas, así como Quintana Roo (despenalizó sólo la calumnia), han seguido la tendencia por la despenalización. En ese sentido apuntan las reformas de Guerrero y próximamente las de San Luis Potosí, en donde se prevé la creación de una legislación especializada que sí cuente con el procedimiento para el caso concreto.
En su momento, un foco rojo fue el de Chiapas que, yendo contra toda lógica en el sexenio anterior, aumentó las penas en los delitos contra el honor cuando se tratara de periodistas o medios de comunicación. Antes de terminar su periodo, el entonces gobernador dio marcha atrás bajando nuevamente las penas pero no despenalizando. Con el actual gobierno se anticipa la esperada despenalización.
La despenalización permitirá quitar esa vía inhibitoria y excesiva de sanción ante el daño que, con el uso indebido de la libertad de expresión, se puede causar a cualquier persona. No obstante, preocupa que cuando se deroga el apartado respectivo en el Código Penal, se hace un paso en automático de la redacción de la difamación al Código Civil en el que se establece que comunicar algo cierto o falso es un hecho ilícito, pero no distingue entre información de interés público en función del contenido o del sujeto (funcionario o sujeto público). Al dejar así la redacción, el decir algo cierto que sea de interés público, será motivo de juicio de daño moral, sin importar que se trate de un servidor público quien pueda iniciar la acción por sentirse aludido ante la publicación que señale alguna irregularidad en su encargo.
Frente a lo anterior, la despenalización debe ir acompañada de una adecuada reforma en materia civil o, idealmente, la creación de una ley especializada que considere los supuestos de definición de vida privada, honor, propia imagen y los límites a la libertad de expresión, así como los derechos de personalidad en el caso de que se refiera a figuras públicas que, en función de su encargo, tienen un escrutinio mayor por ejercer funciones que impactan en una sociedad.
Algunas de las ventajas de la despenalización y la creación de legislaciones especializadas son:
a) Permite contar con supuestos normativos que regulan conceptos que actualmente son ambiguos, como el derecho al honor, la vida privada y la propia imagen.
b) Establece criterios legales para prever los alcances de protección de los derechos de personalidad; el periodista conocerá previamente las posibles consecuencias de su actuar.
c) Señala los casos en que la persona que sufre un daño sea una figura pública –los límites de protección en función de su actividad sin que se niegue su defensa– a fin de evitar las demandas frívolas e improcedentes por parte de servidores públicos como medida refinada de inhibir la libertad de expresión presionando con demandas.
d) Establece la figura reconocida en jurisprudencia estadunidense y argentina, así como en la ley del Distrito Federal, de la malicia efectiva como carga procedimental contra la figura pública cuando pretenda ejercer la acción por acusaciones que tengan relación con su encargo.
e) Determina los plazos y condiciones con la vía de controversia que simplifica plazos en beneficio de ambas partes, al dar una pronta resolución para este tipo de acciones.
f) Evita el lucro como fin en este tipo de acciones, al privilegiar el resarcimiento por encima de la indemnización y estableciendo máximos en la fijación en dinero de la sanción civil.
Éste es el panorama actual. Habrá que estar atentos a la tendencia legislativa para evitar retrocesos.
El anterior artículo debe citarse de la siguiente forma:
Gómez Gallardo, Perla, «Despenalización a favor de los periodistas», en
Revista Mexicana de Comunicación, Num. 107, México, octubre / noviembre, 2007.
El único
El Financiero,12 de noviembre de 2007
Botica
Al maestro Norman Mailer
Pareciera una actitud lógica y hasta coherente, pero el llamado que hizo Felipe Calderón a evitar protagonismos en la tragedia de Tabasco y Chiapas es contradictoria. Los anuncios presidenciales han sido una especie de catarata donde se ensalza la actividad de Los Pinos. Los resultados, empero, son otros. La misma encargada de Sedesol, Beatriz Zavala, dijo que hay desorganización gubernamental (Reforma, 8 de noviembre). Y mientras ella y su equipo, lo mismo que el secretario de Gobernación, Francisco Ramírez, y sus huestes, se alojan en hoteles de lujo, la desesperación de los tabasqueños aumenta. Es tal el desgarriate, que se formaron grupos para recibir una y otra vez apoyos diversos, en tanto la mayoría de pobladores no ve la suya. La propaganda calderoniana ha sido incluso reprobada por articulistas apoyadores del régimen. Y si vemos las cifras de lo gastado en medios por Felipe en estos diez meses: dos mil 650 millones de pesos, la cantidad ofrecida inicialmente para reparar lo elemental, 200 millones, sonaba a burla sangrienta. Por eso, a las horas, Calderón dispuso un presupuesto de siete mil millones para la contingencia. Claro, si sabemos que el próximo año el gobierno federal pretende erogar tres mil 500 millones en publicidad, la molestia de la ciudadanía suena lógica. Es cierto, no se debe partidizar la ayuda, algo que Andrés Manuel ha hecho. Pero en este terrible suceso, parece que los políticos, todos, perdieron estribos y dignidad. No es posible que Roberto Madrazo y Manuel Andrade ahora se hagan las víctimas del gobierno federal. Ellos sabían que de no desasolvarse los ríos, hacer que las presas estuvieran en óptimas condiciones, el haber desecado los pantanos para construir edificaciones oropelescas y el no haber construido los bordos adecuados lo que se vive hoy en Tabasco iba a ocurrir.
Falso
En otro anuncio oficial que se repite a cada rato, un tal don Lucho dice que hizo caso de los llamados gubernamentales y por eso salvó la vida. Pero en Tabasco no hubo tales previsiones. Y cuando en realidad los pobladores se van a otro lugar para que la desgracia no caiga sobre ellos, pierden sus raquíticas pertenencias. Es cierto, con la vida no se debe jugar. Pero un sistema que llama a cuidarse pero no da estímulos y protege a los pobladores, de poco sirve. Ahora se habla mucho del combate al narcotráfico para evitar que ese cáncer nos inunde. La protección de los ciudadanos, empero, debe ser más amplia: la posibilidad de un desarrollo serio y de largo plazo.
Adiós
Luego de más de tres décadas en la Organización Editorial Mexicana (OEM), que tiene 65 periódicos en todo el país, Guillermo Chao Ebergenyi, generalmente encargado de la información, tuvo que salir de esa compañía. Fue liquidado conforme a derecho, pero su salario no era tan boyante como para retirarse. Más bien la mayoría que laboran en esa corporación reciben percepciones muy bajas. Hace poco, la OEM cerró Cambio de Sonora, cotidiano que había adquirido a su propietario inicial, Alejandro Capdeville. Y se habla que próximamente ya no estará en el mercado El Sol de Mediodía. Bueno hasta el Esto, antaño el deportivo más comprado, está a la baja.
Ocurrió
Ya lo habíamos advertido: Alejandro Gómez dejó la editorial donde Récord y TV Notas son sus punteros. Todo por el movimiento que hubo en El Centro y del que informamos. En este caso hubo alegría de muchos periodistas que no congeniaban con el que fuera director de varios impresos, especialmente de la farándula y deportes.
¿Quién será?
El miércoles o jueves de esta semana, aseguran fuentes confiables, se designará al nuevo Rector de la UNAM. Al parecer la lucha está, básicamente, entre dos: el doctor José Narro y el abogado Diego Valadés. El primero que llevaba amplia ventaja, se ha visto muy nervioso en los últimos días, pues ha tenido encuentros poco gratos con profesores de la Facultad de Filosofía y Letras. Por otro lado, en Ciencias murió hace poco el chileno radicado en México, Darío Moreno. Era un físico que combina su especialidad con un profundo conocimiento de Pablo Neruda. Tan bien hacía sus tareas que en Francia, donde estuvo de paso, lo siguen admirando. Al homenaje a su memoria, ninguna autoridad de esta administración unamita asistió.
Insistente
Violencia y medios coordinado por Marco Lara y Eduardo López Portillo Vargas (Incyde) va en su libro tercero de la serie. Hay cuatro ensayos: uno de Colombia, otro de El Salvador, uno más acerca de la seguridad pública y el correspondiente a México, que hace Marco. Aquí encontramos que del 2000 a la fecha han asesinado o desparecido a 38 periodistas; 33 en el gobierno del “incompetente régimen foxista” y cinco en la breve etapa de Felipe Calderón. No hay un solo detenido.
Periodista de El Financiero y El Universal.
Correo electrónico: jamelendez@prodigy.net.mx
El siguiente es un ejemplo de cómo debe de citar el artículo anterior:
Meléndez Preciado, Jorge, «El único», en El Financiero,
12 -XI- 2007, Cultura.
Enorme deuda del Estado mexicano
Medios indígenas
Carmen Gómez Mont
Ante el clamor de cesar la represión contra comunicadores indígenas que trabajan en radios y televisoras comunitarias que laboran sin permiso, del 10 al 12 de septiembre se realizó el Congreso Nacional de Comunicadores Indígenas, en el marco de la Reforma del Estado y dentro del Palacio Legislativo de San Lázaro.
Justo cuando el Congreso iniciaba la revisión de las reformas a la Ley de Radio y Televisión y la Ley de Telecomunicaciones, se llevó a cabo el Congreso Nacional de Comunicadores Indígenas, en el que participaron más de 400 delegados indígenas que trabajan en prensa, radio, cine, video, televisión comunitaria e Internet, provenientes de 23 estados de la República.
El congreso es estratégico porque dicha Ley –declarada inconstitucional– dejaba fuera de toda posibilidad el desarrollo de medios de comunicación indígenas. Resulta altamente significativo que dichos pueblos sean de los primeros actores en reclamar su justa participación desde un marco legal para desarrollar sistemas de información y comunicación propios.
Una de las demandas más importantes partió de la necesidad de crear una nueva ley de radio, televisión y de telecomunicaciones, y no de reformas a las leyes existentes.
Tal encuentro, convocado por la Agencia Internacional de Prensa India (AIPIN), las Comisiones de Asuntos Indígenas y de Cultura de la Cámara de Diputados, así como por la Comisión para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), tuvo como propósito exponer una serie de demandas y propuestas en materia de comunicación indígena en el país, a fin de establecer directrices para elaborar los lineamientos que deberán normar a dichas leyes en materia indígena. Por su representatividad, duración y ubicación, este encuentro no tiene precedentes en el país. Desde luego que en las mesas de trabajo y en las plenarias, los Acuerdos de San Andrés se constituyeron como una demanda vigente y de primer orden que debe considerarse en el nuevo proyecto legislativo de Ley.
El congreso concluyó con una Declaratoria que fue asumida y respaldada por los diputados convocantes, quienes se comprometieron a dar un seguimiento puntual ante la ruta que deben seguir dichas propuestas. De manera paralela se formó una comisión de seguimiento a esta declaratoria constituida por comunicadores indígenas de todo el país. A la sociedad civil comprometida con los procesos de democracia en México, le corresponde apoyar las demandas planteadas haciendo un trabajo paralelo a la Cámara de Diputados y ante esa Comisión.
Uno de los reclamos más urgentes fue el de considerar en nuestra Constitución a los pueblos indígenas como sujetos de derecho, pues hasta hoy día tal omisión es grave bajo el ángulo que se le considere. Entre los objetivos del evento destaca el lograr que sean las mismas comunidades quienes posean, operen y administren sus propios medios de información y comunicación en reconocimiento a sus propios derechos ciudadanos. Que no sólo se hable en términos de permisos y concesiones sino también se aborden aspectos sobre la calidad de los propietarios. Que puedan comercializar y vender sus propios productos y servicios de información y comunicación bajo un precio justo y similar al de otros comunicadores que laboran en medios, a fin de que la diversidad cultural mexicana se refleje correctamente tanto en medios privados como públicos, en medios indígenas y no indígenas.
En el encuentro también se condenó la manera en que los medios de comunicación difunden la imagen de los pueblos originarios y se solicitó establecer infracciones a quienes los denigren o usufructen con sus contenidos; pero además se solicitó al Estado mexicano transmitir en dichos medios contenidos generados por los propios pueblos en los mayores horarios de audiencia, a fin de establecer un ámbito de conocimiento real y fuera de estereotipos de la nación mexicana con los pueblos indígenas. Sólo a partir de iniciativas de esta magnitud se podría hablar de México como una nación multicultural e iniciar, mediante el diálogo, un proceso de interculturalidad. Los comunicadores indígenas cuentan con más de 30 años de experiencia en la realización de bienes y productos informativos de excelente calidad. De hecho, han sido galardonados con infinidad de becas y premios nacionales e internacionales; sin embargo, esos trabajos no han tenido una difusión adecuada, por lo que son prácticamente desconocidos por la mayoría de los mexicanos.
Igualmente se destacó la necesidad de canalizar fondos para crear, sostener e impulsar el desarrollo de innovaciones tecnológicas en las comunidades, facilitar la convergencia tecnológica y otorgarles concesiones y permisos bajo las mismas normas con las que se trata a las empresas privadas. Por ejemplo, se propuso que los recursos que se reduzcan en las campañas políticas puedan destinarse al desarrollo de medios de comunicación indígena y comunitarios, y que los recursos provenientes del impuesto para el fomento de la producción cinematográfica se utilicen para la producción cinematográfica indígena.
Durante los tres días de trabajo, se solicitó al Estado mexicano crear una partida presupuestal permanente (y no al azar de los vaivenes políticos) para que los medios indígenas y comunitarios cuenten con un presupuesto estable y puedan orientarlo a la capacitación de los comunicadores y a la adquisición y mantenimiento de equipos de radiodifusión, impresión, informática y telecomunicaciones. Una demanda fundamental es la ampliación de frecuencias radiales, pues hasta ahora son muy reducidas, lo cual impide la intercomunicación entre las mismas comunidades.
Por todas estas limitaciones, se reconoció que el Estado no ha cumplido con el mandato constitucional y los acuerdos internacionales referentes a los derechos de comunicación y libertad de expresión de los pueblos indígenas. Este punto constituye una de las mayores limitaciones para establecer un diálogo intercultural dentro del país y avanzar en la democracia mexicana. La deuda del Estado mexicano con los pueblos indígenas aún es enorme. Ya es hora de empezar a saldarla.
Encuestas electorales: ¿tendencias reales y definitivas?
José Antonio Meyer Rodríguez
Especialista en comunicación. Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla.
La presente campaña para renovar el Cabildo en el Ayuntamiento de Puebla se ha caracterizado por una inusitada difusión de encuestas de opinión en los medios de comunicación locales y nacionales, mediante las cuales se busca reflejar el ambiente de percepción pública imperante a lo largo del proceso e identificar las tendencias en la intención de voto de la población.
De esta manera, como nunca antes en este tipo de elección, los datos estadísticos y sus interpretaciones se han incorporado rápidamente a la agenda pública y convertido en tema importante de debate entre los diferentes actores políticos y los ciudadanos de la entidad.
En esta proliferación de estudios y sondeos, han participado tanto empresas encuestadoras y medios de comunicación como universidades de la capital del país y el Estado de Puebla, lo que demuestra el gran interés por conocer que partido dirigirá en los próximos tres años los destinos de la cuarta ciudad más importante de México.
De acuerdo a lo difundido por la mayoría de los estudios –sin descartar obviamente otros que muestran lo contrario-, la candidata del PRI-PVEM, Blanca Alcalá, mantiene desde el mes de septiembre una clara ventaja en las preferencias electorales sobre el candidato del PAN, Antonio Sánchez Díaz de Rivera, quien paradójicamente se perfilaba al inicio de la campaña como el personaje más reconocido y con mayores posibilidades de triunfo.
Por ello, los resultados han provocado reacciones encontradas entre los actores de las diferentes corrientes políticas al considerarse que la proliferación de encuestas en favor de la candidata por la Coalición Unidos para Ganar es una clara estrategia de propaganda electoral por parte del PRI y el gobierno estatal para favorecer una percepción social generalizada de que la contienda tiene ya una virtual ganadora muy antes del día de los comicios.
En ese contexto, y en un intento por interpretar las tendencias que para muchos son ya definitivas, los analistas políticos han destacado la presencia de factores de carácter externo e interno en el ambiente político e informativo que han incidido directa e indirectamente en el cambio de las preferencias electorales de la ciudadanía.
En primer término señalan el fallido intento del gobierno de Felipe Calderón por incrementar el precio de la gasolina, el cual ha provocado una especulación económica y el aumento en los precios de la canasta básica. Asimismo, exponen la decepción pública hacia la administración de Vicente Fox debido a supuestos tráficos de influencias en favor de familiares y amigos y un enriquecimiento poco claro que ha obligado a la creación de una comisión legislativa encargada de investigar el asunto.
En segundo lugar expresan divisiones al interior del Partido Acción Nacional como resultado de la contienda interna donde fue derrotada la candidata Ana Teresa Aranda, una persona a la que corrientes importantes del partido a nivel nacional consideraban la candidata más adecuada para ganar la elección -tanto por su condición de mujer y activismo político definido como por su posicionamiento local luego de distintas participaciones electorales-. De igual forma, destacan errores en la estrategia del candidato Antonio Sánchez Díaz de Rivera quien no ha logrado establecer un diálogo franco con los diferentes grupos sociales del municipio y desarrollado una campaña centrada en los medios de comunicación con propuestas poco novedosas y fuera del ámbito de un gobierno municipal. De manera especial, manifiestan declaraciones poco afortunadas de este candidato a lo largo del proceso y un innecesario debate con el Presidente Municipal, Enrique Doger, que lo ha desgastado a los ojos de la ciudadanía y reducido rápidamente su lugar en las preferencias electorales.
En tercer término, enfatizan como afortunada la designación de Blanca Alcalá por parte del Partido Revolucionario Institucional, debido a su condición de mujer, una trayectoria política y administrativa reconocida, una estrategia que ha sabido posicionarla rápidamente y conectar su propuesta con las demandas ciudadanas, un discurso orientado a la equidad de género y la captación del voto indeciso, así como aprovechar los errores de su principal contrincante para reducir el margen de ventaja primero y remontarlo con amplitud después. Agregan además, la justa distancia que la candidata ha marcado respecto del gobernador del Estado, lo que le ha permitido aumentar sus preferencias entre los votantes no cautivos.
Sin embargo, al no existir hasta el momento estudios de comportamiento electoral sustentados y saberse que las imágenes en la mente de los electores potenciales no se construyen a partir de procesos sistemáticamente razonados sino que intervienen múltiples elementos ideológicos, formativos, socio-económicos, de exposición mediática, emocionales, sensoriales y de mediación grupal, resulta inapropiado afirmar categóricamente que esos factores son los que en definitiva orientarán las preferencias ciudadanas de un amplio sector poblacional y constituirán las principales razones de voto para la próxima elección municipal.
En ese sentido, si bien hoy en día pocos descartan la utilidad de las encuestas como orientadoras del desarrollo estratégico de una campaña electoral, por constituir una manera eficiente y oportuna de explorar las demandas sociales a través de un esquema fiable y comprensible que mide las orientaciones manifiestas de la opinión pública, cualquier análisis serio que utilice este método de indagación debe advertir los riesgos de lo que muchos especialistas han dado en llamar la sondeocracia, Este concepto reconoce que en algunas sociedades –sobre todo aquellas cuyo proceso democrático se encuentra todavía en una etapa de maduración- es claramente manifiesta la presencia de lo que se ha definido acertadamente como la tiranía de la mayoría, un esquema político donde prevalece una sola percepción de la opinión pública y cuyos resultados son siempre aparentes y no necesariamente representativos de la diversidad social. En ese fenómeno que Neuman califica como la espiral del silencio, una minoría –calificada como de voto no cautivo o indeciso- sigue la opinión dominante por temor al aislamiento social y miedo por expresar una postura diferente a la aparentemente mayoritaria. Una minoría que no se atreve a expresar su verdadera opinión por el ambiente dominante y la avasalladora acción de los medios de comunicación en los que se fomenta la percepción de que ya existe un ganador o da lo mismo quien resulte elegido. Este ambiente de incertidumbre –previo a una elección- puede constituirse en una amenaza para la expresión de opiniones o visiones diferentes, las cuales no necesariamente tienen una suficiente difusión en los medios de comunicación.
En consecuencia, es importante considerar que los sondeos de opinión son una manera de expresión y medición cuantitativa de las percepciones ciudadanas en un tiempo determinado, sobre la base de un universo social previamente establecido según el tema de interés.
Por tanto, constituyen explícitamente una suerte de fotografía o escena dentro de una gran película que constituye la realidad, la cual es muy difícil de captar totalmente por su gran complejidad. Las encuestas miden la opinión ciudadana del momento en que se realizan y corresponden a ese ambiente político e informativo preciso. De ninguna manera pueden considerarse como un instrumento final de predicción o prospectiva –como se busca consensar-, por lo que sus resultados no pueden ser considerados con fatalismo sino como un elemento eficaz de retroalimentación para redireccionar las estrategias antes y durante las campañas políticas. En tal forma, el grado de influencia de las encuestas en los procesos electorales depende más del manejo y la interpretación que los actores políticos y los medios de comunicación hacen de ellas y de cómo son capaces de transformarlas en verdades reconocidas para satisfacer sus intereses y necesidades. A nivel mundial existe una tendencia generalizada por abusar del instrumento –utilizándolo como una herramienta más de propaganda con fines electorales– su forma de aplicación, interpretación de resultados y difusión.
En ese sentido, como las encuestas son generalmente poco analizadas, interpretadas y difundidas en aras de la inmediatez y la exclusividad noticiosa –ya que generalmente se opacan sus limitaciones metodológicas de origen-, busca considerarlas erróneamente como auténticas verdades políticas. Ello ha llevado a un relativismo y subjetivismo exagerado, donde la realidad no existe fuera del sujeto sino que se constituye por éste a través de las encuestas de opinión.
En ese contexto, la difusión extensiva y descontextualizada de encuestas por parte de los medios de comunicación puede influir en forma indiscriminada en el electorado, tanto en los de voto ganador (efecto bandwagon) como perdedor (efecto underdog). Asimismo, y esto resulta más grave aún, fomentar un pesimismo democrático en una sociedad con una cultura política precaria donde parece que no es necesario debatir porque son las encuestas las que guían la acción política, o conducir incluso a un populismo o pauperización política (donde aparentemente se gobierna, legisla, designan candidatos o hace campaña política de acuerdo a lo que las encuestas señalan).
Por lo anterior, si queremos en Puebla mejorar la calidad de la política, incrementar nuestro desarrollo democrático y transparentar el accionar público de diferentes actores sociales debemos establecer un parámetro que permita interpretar y entender el verdadero alcance, sentido y limitaciones de las encuestas, más allá de su mero resultado cuantitativo, para establecer si ellas efectivamente tienen validez como pulsadoras auténticas de la opinión pública.
La democracia auténticamente participativa y deliberativa supone la existencia de grupos cuya opinión se exprese más allá de las encuestas y los partidos políticos, desarrollando espacios de comunicación entre gobernantes y gobernados, políticos y ciudadanos que resulten esenciales. De esta manera, en la lectura de las encuestas para la próxima elección municipal resulta importante identificar quién las realiza, cuándo y cómo las realiza, desde que óptica las interpreta y a través de que medio de comunicación las difunde fundamentalmente.
En ese sentido, es conveniente que quienes se dedican seria y profesionalmente a esta actividad realicen un esfuerzo por sensibilizar a la clase política y los medios de comunicación –sus clientes principales- sobre los verdaderos alcances de las encuestas y los riesgos que implica su abuso o distorsión en el actual momento de la transición democrática regional. Lo anterior significa que además de la responsabilidad de realizarlas siempre con los debidos resguardos metodológicos y técnicos, consideren los importantes cambios producidos en el comportamiento electoral de la población, la problemática socio-económica que mayormente se enfrenta en esta zona del país. las formas de construcción de voto y participación política del electorado, así como las representaciones simbólicas que diferentes culturas urbanas realizan del entorno metropolitano.
Por ello, el debate serio y constructivo sobre la trascendencia y calidad de las encuestas realizadas y difundidas durante los procesos electorales en Puebla, permitirá que la sondeocracia no haga presa fácil de la clase política y promueva mayormente la autocomplacencia y la ausencia de un debate franco y respetuoso con ideas innovadoras que verdaderamente entusiasmen e involucren en su solución al propio electorado.
Esta artículo debe de citarse de la siguiente forma
Meyer Rodríguez, José Antonio, 2007: «Encuestas electorales: ¿tendencias reales y definitivas?»,
en Revista Mexicana de Comunicación en línea, Num. 107, México, noviembre:
Consulta realizada el7 de noviembre de 2007.
Multiculturalidad musical
Mariano Cebrián
En el Eurofestival participa una gran diversidad de culturas existentes en Europa, no sólo por razones idiomáticas, sino también por tradiciones, formas de vida, folclor y pasión por determinados estilos musicales. No se trata de un espejo de la música que se produce en cada país, sino de una deformación tendente a la creación de productos musicales fáciles de consumo. Pretende convertirse en una construcción de la cultura musical de cada país y del conjunto de Europa, pero al someterlo a la intriga de concurso se reduce la base cultural.
Eurovisión, un consorcio europeo de canales de radio y televisión parecido al de la OTI en Iberoamérica, desde hace medio siglo organiza el Festival de Música en el que participan la mayoría de los países europeos. En Eurofestival, como se le conoce, concursan canciones representativas de cada uno de los países, y se celebra en el país ganador del año anterior. Hace unos años añadió otro festival, pero con la participación exclusiva de niños. En septiembre de este año se promovió la primera edición del Festival Eurovisión de Baile, con el mismo criterio que el de los anteriores, aunque centrado en el baile, o sea, también vinculado a la música.
Los tres festivales, que se celebran cada año, mantienen la misma estructura: presentación del país organizador, actuación de cada uno de los representantes separada por una escueta presentación previa y votaciones de los telespectadores a los demás países, excepto al propio, mediante llamadas telefónicas o envío de mensajes desde los celulares. De este modo, se abre la vía a una nueva financiación de cada canal difusor, ya que también recibe un porcentaje de los costos de cada llamada.
Más allá de lo que es un concurso musical, prevalecen unos criterios subordinados a las exigencias de la competitividad televisiva. Es la plasmación de un determinado estilo musical, de unas estructuras o formatos y de unos tratamientos expresivos de la televisión y, en suma, de una cultura light o videoclip, de un pensamiento débil y un consumo global.
El Eurofestival pretende convertirse en una construcción de la cultura musical de cada país y del conjunto de Europa, pero al someterlo a la intriga de concurso se reduce la base cultural. Interesa más triunfar o quedar en los puestos privilegiados que ofrecer una representación de la música real y de calidad de cada país. La apuesta más generalizada es por la corriente musical de moda y pegadiza, aunque algunos países se inclinan por una música folclórica o por un estilo de largo abolengo y arraigado en su cultura, pero con escaso éxito.
En cada edición hay que afrontar la selección de las canciones y de los intérpretes. Algunos países los eligen mediante otro concurso dentro del país, bien con una especie de academia como la del exitoso programa Operación Triunfo en España o mediante una convocatoria abierta a los compositores. En ambos casos, todo se somete a la opinión popular. Otras veces, es el canal el que decide la canción y el intérprete, según sus intereses. En el trasfondo aparece siempre un debate que gira en torno a la representatividad individual o de conjunto. Las discrepancias son claras entre unos países y otros, pero se aprecia que la mayoría apuesta por el intérprete individual y dentro de éste también se dirimen los criterios entre jóvenes como una confrontación entre masculinidad y femeninidad; en este caso suele haber un predominio de chicas. En unos y otros casos se fomenta la cultura de lo joven y esbelto, por encima de los criterios de calidad musical e interpretativa, porque eso lo que atrae audiencia. El consumo se impone a lo cultural.
Al tratarse de un concurso musical dirigido a países con una enorme variedad idiomática, la letra sólo llega a un grupo más o menos amplio de telespectadores. Por tanto, la carga siempre radica en la música. Esta variedad conduce también a que las votaciones se aglutinen por áreas idiomáticas implantadas en varios países: inglés, alemán, francés, o por proximidades geopolíticas: países nórdicos, centroeuropeos, del Este, balcánicos, península ibérica.
Votaciones con
carga sociopolítica
Durante los últimos años está emergiendo un fenómeno nuevo como el de la orientación de las votaciones de las comunidades migratorias. Los turcos que viven en Alemania o los españoles, portugueses y griegos ubicados en otros países europeos, tienden a votar por el intérprete de su país de origen. Se ha llegado también a una tesitura en la que las votaciones varían según una situación determinada, como ocurrió con motivo de la invasión bélica de Irak por Estados Unidos con el apoyo del Reino Unido y España. En la celebración del Eurofestival de ese año, el Reino Unido, por primera vez, no obtuvo ni un solo voto; España tampoco consiguió ninguno por parte de los países europeos miembros del Consejo de Seguridad opuestos a la guerra. De esta manera, la votación se asocia con unas realidades distintas de las musicales y que encierran una carga sociopolítica de gran magnitud.
En las votaciones no importa el tamaño de la población de cada país. Todos disponen del mismo número de votos para repartir, lo cual manifiesta una democracia televisiva muy desproporcionada. De hecho, durante los últimos años la unión de los más pequeños ha dado como ganador a uno de ellos. La tradicional hegemonía ganadora de países como Reino Unido, Francia, Italia o Alemania, caracterizada por su elevada calidad, ha desaparecido.
El formato de concurso, en lugar de fertilizar la cohesión entre los países europeos, provoca la competitividad, exalta las diferencias e impulsa la sobrestima del candidato del país como algo propio. El refuerzo de la unidad se produce dentro de cada país. Durante la dictadura franquista en España, se aprovechó el Eurofestival para promover la unidad del país frente a lo extranjero y se apoyó la apuesta mediante la creación de un auténtico lobby internacional hasta conseguir el triunfo en dos ocasiones, algo que no ha vuelto a ocurrir en la democracia. El sometimiento a la rivalidad puede llevar, asimismo, en el caso del Eurofestival Junior, a unas tensiones perturbadoras para la formación de los niños. De hecho, Televisión Española ha tomado la decisión de no participar más en él.
Cultura de consumo
Los Eurofestivales son programas que duran entre tres y cuatro horas, fragmentados en varios bloques de canciones para las desconexiones de la red y para que cada país introduzca publicidad. Cada canción busca el impacto inmediato, la sorpresa o llamada de atención para que la audiencia se fije en ella al estilo de lo que sucede entre los anuncios dentro de un largo bloque publicitario. La acumulación lleva a la saturación de la memoria a la hora de votar. Es una cultura de consumo vertiginoso. Es la exaltación de la cultura televisiva comprimida y variada: fragmentos breves; atractivo de la belleza de los intérpretes; espectacularización de la escenografía y vestuarios (ocultados hasta el último momento de aparición en el escenario como factor de sorpresa); colorido de iluminación; realización con cadencia rápida de planos, aunque con un criterio similar para cada intérprete por encima de los ritmos específicos de cada canción, y promoción de los paisajes del lugar entre canción y canción, orientada al marketing y seducción turísticos. Aparecen, pues, todos los ingredientes definidores de la televisión actual: competición con los demás canales de cada país, fomento de los sentimientos afines en torno a su héroe representante e implicación de los telespectadores en la participación con sus votos.
El pensamiento de McLuhan de que el medio es el mensaje tiene un cierto cumplimiento en estos festivales. La concentración popular en torno al programa, despierta pasiones, vacía las calles y congrega a los componentes de cada hogar, especialmente cuando el marketing del canal del país ha preparado bien la celebración erigiendo al representante propio como favorito. Pero cuanto mayor es el enaltecimiento y la expectativa creada, más profunda es la decepción en el supuesto de que no se gane, aunque esto poco importa ya al canal, porque ha conseguido atraer una cuota de audiencia muy superior a la de cualquier otro canal y cosechar suculentos ingresos por la publicidad y llamadas telefónicas.
Por encima del concurso y de la exhibición musical, interesa la construcción cultural. Es la presencia de la diversidad de culturas existentes en Europa, no sólo por razones idiomáticas, sino también por tradiciones, formas de vida, folclor y pasión por determinados estilos musicales. No se trata de un espejo de la música que se produce en cada país, sino de una deformación tendente a la creación de productos musicales fáciles de consumo, por imposición de un formato televisivo que, al sustentarse en la competitividad, obliga a elegir canciones que peguen fuerte en los escasos minutos que están presentes secuencialmente con los demás en la pantalla. Todo ello se involucra en la tendencia a un consumo musical que supera incluso el ámbito europeo para convertirse en algo global.
De la cultura televisiva musical se pasa a unas situaciones de cierta yuxtaposición de la interculturalidad con la multiculturalidad. Se genera la interculturalidad por la presencia de cada país en el resto de los países; hay una aproximación a conocer lo de los demás. Y se mantiene una multiculturalidad, es decir, cada país se entrega a su representante, lo defiende y se entusiasma con él, pero no asimila ni integra la aportación de los demás. En lugar de la cohesión social se suscita la competitividad excluyente.