Un polifacético neoyorkino nacido un 4 de abril

Cineadictos

Carmen Cano Gordón

Colaboradora de la publicación Cineadictos que edita la FES- Acatlán

Podemos asegurar, sin temor a equivocarnos, que Robert Downey Jr. nació con el amor por la actuación y por el cine, en la sangre: su padre, director de cine independiente, ofrece a Robert su primer papel a los cinco años en una película suya. Robert cumple, no obstante su marcada vocación artística, con una educación básica y, al terminarla, se incorpora a un show televisivo y, poco tiempo después, se muda a Hollywood, obteniendo un rol protagónico a los 22años y, en ese mismo año, (1987), interpreta a un drogadicto ( como un sino que se adueñaría de su vida y de su voluntad años más tarde); estos films son The pick up artist y Less than zero.

Su carrera continuó a un buen ritmo, con altas y bajas, hasta que en 1992 llega “Chaplin” a su vida: Robert estudia a Charles, lo hace suyo y se convierte en el propio gran actor del cine mudo, logrando un mimetismo sorprendente que le permite brindarnos una soberbia actuación que lo lleva a ser nominado al Oscar como mejor actor protagónico, galardón que le es arrebatado, por méritos propios, ya que en los óscares no existen los empates, por el gran Al Pacino en la inolvidable Perfume de mujer; pero Downey perdió en buena lid y se le recordará siempre por la recreación que logró de Charlot.

Después de “Chaplin”, el actor cae en un gran bache debido a su adicción a las drogas, atracción que sentía, como ya se mencionó, desde su infancia, pero sin consecuencias graves entonces. Sin embargo, y debido a esta caída libre, Downey paga libertad condicional por tres años, pero al reincidir, tras un año de rehabilitación, transgrediendo incluso la condena de libertad condicional, es sentenciado a un año de cárcel en la prisión de Corcoran, que abandona en el 2000, pero su resurgimiento definitivo se da a partir del 2003, con la ayuda de su amigo Mel Gibson, quien le ofrece un papel en El detective cantante; enseguida filma Gothika, junto a la talentosa Halle Berry. Vienen después Kiss Kiss, Bang Bang (2005), cuya actuación le vale los elogios de la crítica especializada y, nuevamente en 2007, demuestra plenamente su gran categoría de actor en la cinta de suspenso Zodiaco.

Por lo que se refiere a su vida sentimental, en 2004 se divorcia de Deborah Falconer, su esposa desde 1992, con quien tiene un hijo, Indio, y en 2005 contrae matrimonio con la productora Susan Levin, relación que parece estable y muy positiva para él, según le expresó a James Lipton en el prestigiado programa “Desde el Actor´s Studio, recientemente.

Como fruto de este sano resurgimiento, vienen nuevas oportunidades de primer nivel para el actor con películas como Tus santos y tus demonios (2006), film sobresaliente que, estrenado tardíamente en México, acaba de salir de la cartelera, debido a la invasión de las salas de cine por filmes como Sex and the city y Zohan… Después, y de manera importante, llega a su vida IronMan, en donde encarna a Tony Stark-IronMan, el más rebelde de los superhéroes y con quien, según el propio Downey, existe un gran paralelismo, ya que IronMan resurge, a pesar de su gusto excesivo por el juego, el alcohol y las mujeres.

Ojalá este renacimiento del camaleónico Downey sea definitivo y nos permita seguir disfrutando de sus actuaciones muchos años más.

El artículo anterior se publicó originalmente en Cineadictos
y debe de citarse de la siguiente forma:

Cano Gondón, Carmen, «Un polifacético neoyorkino nacido un 4 de abril»,
en Cineadictos, Num. 74, agosto, 2008.

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