Las tecnologías digitales en la educación: De caballo de Troya a camisa de fuerza

  • ¿Es la tecnología digital un apoyo para la educación?
  • En México al año se logran 18 mil patentes provenientes, gran parte de ellas, de empresas extranjeras asentadas en el país.
  • «La educación se encuentra en crisis: esto no es nuevo y lo constatamos todos los días», dice Carmen Gómez Mont

Fotografía "Teacher's desk" por Morten Oddvik @ Flickr

Por Carmen Gómez Mont

Publicado originalmente en RMC #127 15 de julio-septiembre de 2011

¿Cómo  meter  al  siglo  XXI  dentro  de  un  molde  que  aún  opera  en  el  siglo  XIX?  Es común  encontrar  planteles  donde  a  pesar  de  la  avanzada  tecnológica,  todo  se  encuentra  cerrado;  las  redes  sociales,  YouTube,  sitios  Web  de  interés  y  tantos  otros  factores  que  no  se  abren  porque  entonces  los  estudiantes  «pierden  el  tiempo».

Hablar de tecnologías digitales en el ámbito educativo es una tarea que implica varios factores:

  1. Ser un docente experimentado y haber vivido la transición de varias generaciones a fin de poder valorar correctamente la dimensión de los cambios que se perfilan en la educación;
  2. Reconocer que todo sistema educativo, así se trate de un modelo desarrollado en los países más avanzados, queda rezagado ante la velocidad de los cambios; hasta ahora, la educación parece estar más fincada en el siglo XIX que en el XXI;
  3. Constatar que las jóvenes generaciones procesan la información de manera mucho más rápida y diferente de como lo hacen sus maestros, lo cual no quiere decir minusvalorar lo que un docente pueda compartir a sus estudiantes. Las dos perspectivas cuentan, son importantes y complementarias.

La educación se encuentra en crisis: esto no es nuevo y lo constatamos todos los días.

La tecnología digital se ha vuelto en tales dominios una equívoca promesa pues se piensa que con ella se resolverán problemas que competen a dimensiones mucho más amplias y complejas.

La educación no podría mirarse aislada del contexto en el que se inserta: un planeta que progresivamente se deteriora y un sistema económico en franca crisis desde hace varias décadas. Se observa un futuro que para los jóvenes casi no tiene salida fácil e inmediata. Su tarea primordial será contar con las habilidades necesarias para lograr la metamorfosis social de la que tanto habla Edgar Morin.

Edgar Morin speaking at the Forun Libération 2008

Edgar Morin – Image via Wikipedia

La tecnología tampoco puede mirarse aisladamente: va de la mano con la producción científica y ésta con la capacidad de generar innovación y patentes. En México al año se logran 18 mil patentes provenientes, gran parte de ellas, de empresas extranjeras asentadas en el país. Ello quiere decir que vivimos dentro de un sistema poco innovador y con poca visión de futuro. Los sistemas educativos aún viven muy aislados de la empresa y de los lobbies como para lograr partidas presupuestales de consideración. Bajo estas pautas se constituye una o varias sociedades del conocimiento y no sólo por computadoras y banda ancha por habitante.

Si bien las tecnologías digitales son una herramienta útil para hacer avanzar el conocimiento, éstas poco significan si no se pone el acento en procesos de apropiación social destinados a marcar la diversidad de lenguas y culturas que caracterizan a México. Tampoco se puede lograr mucho si su uso es masivo y opera bajo programas estandarizados, y si no se capacita adecuadamente a los docentes en su uso de manera periódica y ascendente. También es grave cuando las instituciones no cuentan con la infraestructura necesaria para hacerlas funcionar adecuadamente en los planteles, es decir: con banda ancha y equipos nuevos que respondan a las expectativas de sus usuarios.

Una sociedad se encuentra en proceso de apropiación tecnológica cuando los grupos y etnias que la componen tienen un acceso por igual a estos recursos. Sin embargo un factor es primordial: contar con las destrezas necesarias para insertar dichas tecnologías en modelos comunicacionales donde dominen principios de diversidad, libertad de expresión, libertad de navegación, interactividad y autoría de parte de docentes y estudiantes. Se trata de un largo proceso de rectificaciones a fin de ceder la tarima a quienes por décadas se sentaron a escuchar y tomar apuntes.

Más que la tecnología, está la formación de un docente capaz de responder al desafío tecnológico, a la demanda de sus estudiantes y de la institución escolar, casi siempre en mayor rezago que lo que se ve en el salón de clases.

¿Cómo meter al siglo XXI dentro de un molde que aún opera en el siglo XIX? Es común encontrar planteles donde a pesar de la avanzada tecnológica, todo se encuentra cerrado; las redes sociales, YouTube, sitios Web de interés y tantos otros factores que no se abren porque entonces los estudiantes «pierden el tiempo».

Un hecho es que así no se puede trabajar; el usuario de la tecnología digital tendría que estar tan cautivado por adentrarse en la información que le ofrecen las tecnologías digitales que ni siquiera podría pensar en ponerse a navegar por sitios banales y/o pornográficos. Sería un estudiante consciente de su propia realidad y de la urgente tarea que tiene en la transformación de su país y del mismo planeta, ambos en declive.

Estos factores son los primordiales. Desde tal ámbito, la tecnología entonces sí tiene un rol que jugar junto con sus usuarios en la educación. Aquí la pregunta es cómo ante la fascinación y la dispersión que genera el objeto tecnológico pueden abordarse tareas de tan alta responsabilidad social.

Investigadora. Correo electrónico: cegomo_8@hotmail.com

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6 comentarios a este texto
  1. Información Bitacoras.com…

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