Estereotipos discriminatorios en EU
Los grupos hispanos en la prensa norteamericana
José Antonio Meyer Rodríguez
Especialista en comunicacación y cultura. Actualmente es coordinador académico del Programa de Maestría en Dirección de la Comunicación e investigador del Centro de Estudios sobre
Comunicación, Medios y Cultura en ña UPAEP (Puebla)
Con mucha frecuencia, las percepciones y estereotipos que la sociedad estadunidense se ha forjado a lo largo de la historia sobre los distintos grupos de origen hispano asentados en su territorio, son resultado de las intensas dinámicas culturales, la constante inmigración, su particular sistema de obtención de ciudadanía y las múltiples interacciones económicas, políticas y migratorias con los diversos países de América Latina y El Caribe.
No es casual que los grandes medios de comunicación estadunidenses, en su afán por informar, divertir y entretener a amplios segmentos de la población, reflejen y reproduzcan de manera simple y pragmática las visiones y puntos de vista de los grupos dirigentes de la sociedad y destaquen en sus contenidos las principales líneas de conflicto racial en perjuicio de las comunidades étnicas que se ubican en los estratos socioeconómicos más desfavorecidos.
Fitzgerald, quien ha investigado ampliamente sobre el tema, sostiene que una forma confiable para comprender “las imágenes que el público estadunidense se ha formado en su cabeza” acerca de esta etnia en particular, a lo largo de la historia, consiste en evaluar los mensajes producidos por los medios de comunicación y valorar su enfoque y tratamiento específico. Para el caso, señala dos aspectos fundamentales:
El primero, que en todos los niveles de la sociedad, los medios de comunicación constituyen los principales difusores de noticias e información y representan la fuente más confiable de valores, entretenimiento e información. El segundo, que los mensajes generalmente tienen efectos significativos en las audiencias, sobre todo cuando se refieren a eventos, tópicos o temas sobre los cuales se tiene una referencia negativa o no se cuenta con un conocimiento o experiencia directos.1
Por su parte, Downing afirma que existen condiciones muy evidentes por las cuales los medios de comunicación tienen una fuerte influencia sobre las audiencias.
Una de ellas es que muchas veces los públicos no tienen otra fuente de información o experiencias que les proporcionen un estándar contra el cual evaluar los mensajes. Otra es que las imágenes de los medios masivos generalmente constituyen las fuentes más importantes de las que los ciudadanos aprenden sobre los hechos e interpretan los acontecimientos de la realidad cotidiana. El elemento adicional que incrementa su influencia simbólica, es que los valores e imágenes presentadas son frecuentemente recurrentes y extensivos en los diferentes medios.2
En efecto, aunque el autor reconoce que las experiencias de relación e intercambio entre los diferentes grupos étnicos crecen y se multiplican cada vez más en la sociedad estadunidense contemporánea –aportando nuevas posibilidades de diálogo e interacción cultural–, también destaca que en los mensajes masivos sobre los diferentes grupos hispanos se identifican “enfoques predominantemente negativos y repetitivos en todo momento y por parte de los diferentes medios”. Ello ha generado un imaginario simbólico de honda significación y arraigo cultural muy difícil de erradicar en una sociedad con posturas éticas muy definidas, particularmente entre aquellos grupos que ejercen mayor influencia en la directriz del país y por la importancia política y solidez ideológica que ellos le otorgan.
Revisión crítica
Durante mucho tiempo, los periódicos y las revistas fueron los medios de comunicación más importantes y, en consecuencia, los instrumentos a través de los cuales se crearon y difundieron la mayoría de las noticias, las informaciones de interés público y los puntos de vista sobre los grupos hispanos del país. A pesar de que las visiones se han modificado desde las primeras etapas, el enfoque y estructura discursiva de la prensa estadunidense sigue siendo primordialmente dogmática, estereotípica y poco objetiva respecto a las interacciones entre la población angloamericana y los demás grupos étnicos de su diversa demografía. En un estudio acerca de las raíces de los tres estereotipos más populares en la sociedad estadounidense –indio salvaje, mexicano bandido y chino ignorante–, Evan reveló en su momento que “la imagen anglosajona del mexicano como bandido fue, en gran parte, consecuencia de la política del Destino Manifiesto de los primeros decenios de siglo XIX”.3 Tras una revisión de los periódicos en inglés de California y Texas, explica:
Los eventos y circunstancias de carácter económico y político entre los pueblos que habitaban los extensos territorios mexicanos del suroeste y los colonizadores europeos buscadores de oro, llevaron a estos últimos a construir estereotipos que les permitieran justificar la conquista de la región. […] Las creencias políticas y religiosas de la superioridad angloeuropea fueron elementos de contundencia que ellos utilizaron para describir a los habitantes mexicanos y los indios nativos como fanáticos, ignorantes e incapaces de conservar sus tierras y recursos.4
Después de la conquista de los territorios del suroeste y hasta principios del siglo XX, la prensa fue dominada por el mismo patrón de discriminación y prejuicio sobre las comunidades hispanas, particularmente las mexicanas que han constituido en todo momento las de mayor presencia y significación. En otros casos, los periódicos simplemente ignoraron sus experiencias para desatender sus demandas o descalificar su actividad. En ese contexto, Williams documentó el acto más flagrante de estereotipo periodístico y condena de los hispanos:
Durante la década de los cuarenta, a partir de tensiones sociales y económicas vividas por los chicanos y los angloamericanos residentes en Los Ángeles, la prensa en inglés asumió un marcado énfasis racista al destacar en las noticias sobre crímenes la participación protagónica de individuos de esa comunidad. Los encabezados alarmistas y los reportajes sensacionalistas acusando a los mexicanos de los grandes padecimientos sociales de la ciudad, fueron parte importante de los disturbios de 1943 y sus consecuencias.5
Cobertura negativa
En décadas subsecuentes, los cambios en los parámetros profesionales del periodismo y las luchas por la igualdad de los derechos civiles, ayudaron a disminuir el racismo antimexicano en la prensa. Pese a ello, distintos analistas han documentado que la presentación negativa o discriminatoria de ellos en los principales periódicos en inglés del país, se mantuvo durante toda la última mitad del siglo pasado y permanece hasta la fecha, pese al surgimiento de una amplia variedad de periódicos y revistas en español en distintos sitios del territorio. Así, por ejemplo, el análisis de Fishman y Casiano sobre los puertorriqueños en los periódicos en inglés The New York Times, The New York Post y en español El Diario y El Tiempo, destacó:
Los primeros mostraron muy poco interés en los puertorriqueños, a quienes se referían con atributos negativos y los describían plagados de necesidades y llenos de problemas en su vida comunitaria. No ocurrió lo mismo con los diarios en español, donde se desarrollaron reportajes más positivos y orientados hacia una mejor búsqueda de soluciones.6
La cobertura negativa y tendenciosa de los méxico-americanos también es evidente en los trabajos de Cortina, quien, al comparar las noticias de inmigración y deportación en el periódico en inglés Los Angeles Times y en español La Opinión durante los años treinta, cincuenta y setenta, encontró que “las condiciones [de este grupo] son descritas con mayor humanismo y simpatía en el periódico en idioma español que los influyentes diarios en inglés”.7
Análisis más recientes manifiestan algunos cambios en el tratamiento y manejo de la información, como el estudio de Greenberg respecto a los hispanos en los diarios anglófonos de Santa Fe (Nuevo México), Tucson (Arizona), Salinas, San Bernardino, Stockton y Visalia (California). Los resultados resumen que:
Mientras las noticias deportivas incluyeron altos índices de presencia y fotografías sobre individuos hispanos de la localidad, las noticias no deportivas apenas alcanzaron una calificación aprobatoria, sólo un poco mejor que en los momentos de mayor tensión social. [Sin embargo] La cobertura editorial y las actividades de la gente hispana están muy por debajo del promedio de la población general y necesitan una atención de mayor consideración.8
Pese a ello, la evaluación más indicativa de las nuevas posturas de la prensa hacia los hispanos la proporcionan Van Slyke, Richstad y Johnson, quienes en su estudio de los periódicos Albuquerque Journal y San Antonio Express, encontraron que “los hispanos y sus temas están presentes en proporción directa con su presencia social y política y no tanto en razón de su crecimiento poblacional”. De igual forma, destacaron que:
Mientras las noticias de los individuos angloamericanos se manejan más adecuadamente y adquieren una mayor dimensión social por su mayor longitud de información y mejor colocación en los espacios del periódico, los hispanos son reportados generalmente como personas problema, vinculadas a noticias judiciales y de crímenes, trifulcas, accidentes o desastres.9
Pese a la elocuencia de estos y otros estudios en distintos sitios del territorio, las tendencias en el tratamiento editorial de los grupos hispanos en los grandes diarios estadunidenses han permanecido constantes ante la indiferencia general y el poco apoyo de las instituciones públicas. Ante ello, Charles A. Erickson, fundador y editor de la revista Hispanic Link, expresa:
La relación entre 20 o 30 millones de estadunidenses conjuntados bajo la etiqueta hispana y los principales medios impresos de la nación, se dispersa a través de un espectro que va de lo no existente a lo exótico y de lo precario a lo totalmente antagónico.10
Identifica cinco dimensiones específicas que ilustran la situación prevaleciente:
1) La prensa no permite que los hispanos sean autoridad o referencia en temas generales.
2) No admite siquiera que los hispanos sean autoridad o referencia en temas donde ellos tienen experiencia previa.
3) La prensa persiste en proporcionar a los hispanos información de interés e importancia para su bienestar y progreso.
4) No contrata suficientes reporteros y editores con experiencia o ascendentes culturales hispanos.
5) Tiende a asfixiar a aquellos hispanos que contrata.
FUENTES
1) Thomas K. Fitzgerald, “Media and changing metaphors of ethicity and identify”, en Media, Culture and Society, núm. 3, 1991.
2) J. Downing, “Ethnic minority radio in the United States”, en revista The Howard Jornal of Comunications, núm. 2, 1990, p. 32.
3) J. Evan, “Hispanis images in U.S. media”, citado en “The rise of the hispanics”, en revista Ibero Americana, núm. 2, Nordic Journal of Latin American Studies, 1992, p. 24.
4) El Destino Manifiesto, una doctrina que contrapone la modernidad protestante anglosajona al conservadurismo español y católico, justificó la predestinación estadunidense y estableció una diferencia entre elegidos y réprobos (hombres, razas y naciones), la cual justificó medidas discriminatorias y, sobre todo, acciones expansionistas durante el siglo XIX. Para mayor profundidad, véase a Ortega y Medina, “Destino manifiesto. Sus razones históricas y su raíz teológica”, Editorial Patria y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, México, 1989.
5) H. William, “La lucha de los chicanos por su reconocimiento”, citado en I. Cohen, “The rise of the hispanics”, en revista Ibero Americana, núm. 2, Nordic Journal of Latin American Studies, 1992, p. 76.
6) T. Fishman y F. Casiano, The Ethnic Press in the United States. A Historical Analysis and Handbook. S. M. Miller, Greenwood Press, Nueva York, 1979, p. 27.
7) R. Cortina, Hispanos en los Estados Unidos, Instituto de Cooperación Iberoamericana, Madrid, 1988, p. 43.
8) Bradley Greenberg, Michael Burgoon, Judee K. Burgoon y Felipe Korzenny, Mexican American and the Mass Media, Ablex, New Yersey, 1983, p. 23.
9) T. Van Slyke, R. Brysonx y M. Jonson, Hispanic Media. Impact and Influence, The Media Institute, Washington, 1989, p. 113.
10) Charles Erickson, “Latinos and the media in the United States. An overview”, ponencia presentada en la 17th Annual Conference International Communication Association, Acapulco, México, 2001, pp. 3-6.
PUEDE CITAR ESTE ARTÍCULO
DE LA SIGUIENTE FORMA:
Meyer, José Antonio, «Estereotipos discriminatarios en EU», Revista
Mexicana de Comunicación No. 104, abr/ may 2007, pp. 50-53.
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Canal 46: expediente desaparecido
El Universal, Finanzas,1 de mayo de 2007.
Telecom y medios
Gabriel Sosa Plata
En consecuencia, si usted desea saber cuál es la situación administrativa de ese canal y cuál es el uso que de esa frecuencia hace Televisa, le sugerimos que no acuda al «órgano regulador», porque ellos no poseen documentación al respecto.
«Practicada una revisión a los expedientes en esa unidad administrativa a partir del Decreto que Reforma, Adiciona y Deroga diversas disposiciones de la Ley Federal de Telecomunicaciones y de la Ley Federal de Radio y Televisión, publicado en el Diario Oficial de la Federación el 11 de abril de 2006, en el que dispone que los recursos humanos, financieros y materiales de la Dirección General de Sistemas de Radio y Televisión de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, son transferidos a esta comisión, no se encontró antecedente alguno en relación con el canal 46 de la banda UHF en el Distrito Federal, teniendo conocimiento que este canal pertenece al sistema de televisión restringida, por lo que es inexistente».
La respuesta anterior, obra de la titular de la Unidad de Enlace en la Cofetel, Liz Angélica Mora Flores, se dio a partir de la solicitud de una copia del expediente del canal 46, apoyado en la denominada ley de transparencia. Me interesaba, como ahora, saber cuál es la situación técnica y jurídica de ese canal, luego de que la Cofetel negara al gobierno del Distrito Federal la posibilidad de explotarlo, dado que -en efecto- fue concesionado a Cablevisión para la operación de un sistema de televisión restringida, sobre el cual no se ha divulgado ninguna información.
En el oficio mencionado parece que la desaparecida Dirección General de Sistemas de Radio y Televisión de la SCT fuera la responsable de la inexistencia de la información del canal, pero tratándose de un sistema de televisión restringida, el o los expedientes de esa frecuencia debían estar en alguna de las oficinas de la misma Cofetel, debido a que este órgano siempre ha tenido atribuciones en ese ámbito (el de la televisión restringida, ya sea por cable, por microondas o por satélite).
Resulta muy delicado que el «órgano regulador» no posea, como informa su unidad de enlace, «antecedente alguno» sobre la manera en que un particular, en este caso Cablevisión, hace uso de una frecuencia del espectro radioeléctrico, un bien que pertenece al Estado. No es, por supuesto, la primera vez que no se tienen datos precisos sobre lo que hacen los «regulados». Hace tiempo informamos que Televisa llevaba a cabo transmisiones experimentales de servicios adicionales de telecomunicaciones en el canal 48, pero en la SCT no se tenía ninguna información (El Universal, Finanzas, 7 de junio de 2006).
Parte fundamental del recurso de inconstitucionalidad promovido por 47 senadores en contra de la ley Televisa, tiene que ver con eso: la posibilidad real de que el Estado pierda rectoría en cuanto a la planeación y administración del espectro radioeléctrico al dejar que los particulares utilicen como quieran las frecuencias concesionadas. El canal 46 es un ejemplo claro no sólo de esa negligencia, de esa falta de rectoría, sino también de la manera en cómo se hace un uso dispendioso de los recursos, cuando hay empresas e instituciones que reclaman un espacio en la televisión.
A la Cofetel no le interesa saber ni informar lo que hacen algunos de sus «regulados». Se trata de una consecuencia que se advirtió que vendría acompañada con la aprobación de la ley Televisa. Y el mismo secretario de Comunicaciones y Transportes, Luis Téllez, lo ha comprobado: «Los reguladores han sido capturados por los regulados».
De ahí la importancia que tendrá en los próximos días la resolución que la Corte haga sobre la acción de inconstitucionalidad presentada por 47 senadores y los amparos promovidos por Rafael del Villar y Gonzalo Martínez, lo que podría redefinir el rumbo de la Cofetel.
Por supuesto que presenté un recurso de revisión ante el Instituto Federal de Acceso a la Información Pública Gubernamental (IFAI) por dos razones. La primera es que me parece inverosímil que no exista información alguna sobre una concesión federal otorgada por la SCT.
La segunda es que, si fuera real esa inexistencia, ello implicaría responsabilidades de parte de los funcionarios encargados de preservar el o los expedientes de ese canal de televisión.
Consulta sobre radio digital
Y ya que hablamos del órgano «regulador», la Cofetel dio a conocer en su comunicado de prensa número 19/2007 que próximamente dará a conocer la política de radio digital para la frontera norte y que para ello abrió una «consulta pública» en su sitio web, donde los ciudadanos podrán manifestar su sus opiniones sobre ese tema hasta el 11 de mayo de 2007.
La «consulta» consiste en que los interesados envíen un mensaje de correo electrónico a la Cofetel. Qué mecanismo de participación tan impresionante, ¿no es cierto? Por supuesto, se trata de una simulación. Si los comisionados de ese órgano quisieran realmente poner a consulta una decisión tan importante para el futuro de la radio, desde hace meses debieron organizar foros públicos para que todos los sectores relacionados o no con el sector emitieran opiniones al respecto.
Así ha ocurrido en países como Canadá, Alemania y Francia, pero es mucho esperar de una institución que en el caso específico de la radio digital terrestre, también se ha caracterizado por cerrar sus puertas en las discusiones del tema a otros jugadores importantes como la radio comunitaria y los pequeños empresarios del medio.
Encuentro AMIC 2007
Desde ayer y hasta el próximo 4 de mayo, la Asociación Mexicana de Investigadores de la Comunicación (AMIC), que preside Aimée Vega, llevará a cabo su 19 Encuentro Nacional, en la Universidad Autónoma de Tabasco, en Villahermosa. El tema: «Las claves necesarias de una comunicación para la democracia». Entre las actividades consideradas en el programa también está el primer Coloquio de Investigación México-Brasil, en el que se analizará la situación del desarrollo de las tecnologías digitales en ambos países.
Profesor e investigador invitado de la AUM Cuajimalpa. Columnista de El Universal y
coordinador del Consejo Editorial de la Revista Mexicana de Comunicación. http://radiomexicana.blogspot.com
El siguiente es un ejemplo de cómo debe citar el anterior artículo.
Sosa Plata, Gabriel, «Canal 46: expdiente desaparecido» en El Universal,
México, 1 -V- 2007, Telecom y otros medios, Finanzas.
Refrendos automáticos en la radio
El Universal, Finanzas, 23 de abril 2007.
Telecom y medios
Gabriel Sosa Plata
La adopción en México del estándar digital estadounidense IBOC (In Band on Channel ), conocido comercialmente como HD Radio, en aquellas emisoras que se ubican en la franja de 100 kilómetros a lo largo de la frontera común con Estados Unidos, puede cumplir esa exigencia.
Durante el acto organizado por la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel) la semana pasada, el comisionado y ex senador priísta Ernesto Gil Elorduy anunció que las transmisiones de IBOC serán, por lo pronto, «voluntarias» y sólo las podrán llevar a cabo las emisoras fronterizas, tanto concesionadas como permisionadas.
Esto significa que para el resto del país se deberá esperar la decisión que al respecto tome el Comité Consultivo de Tecnologías Digitales para la Radiodifusión (integrado por tres representantes de la SCT y tres de la Cámara Nacional de la Industria de Radio y Televisión), aunque su resolución tendrá que ser avalada por el titular de la SCT.
El IBOC es una tecnología que permite a las emisoras de AM y FM migrar a la digitalización de sus transmisiones sin necesidad de utilizar frecuencias adicionales a las que actualmente explotan. Esto significa que la radio se seguirá escuchando en los mismos segmentos de bandas de frecuencias asignados hasta ahora (de los 530 a los 1710 kilohertz en el caso de las AM, y de los 88 a los 108 megahertz en FM), pero con varios de los beneficios de la digitalización: mejor sonido (las AM se escuchan como FM y las FM con calidad de CD) y servicios adicionales (por ejemplo, transmisión de datos y, en el caso de la FM, del sistema multicanal). Por supuesto se requieren receptores digitales para sintonizar la HD Radio.
El anuncio de la Cofetel se hace a más de una década que la Cámara Nacional de la Industria de Radio y Televisión (CIRT) entrara de lleno al tema y se pronunciara, desde entonces, a favor de otro de los estándares: el europeo Eureka 147, un sistema cuya característica más importante es la posibilidad de ofrecer una mayor cantidad de servicios adicionales convergentes, independientemente de transmitir con sonido calidad de disco compacto.
No obstante los beneficios del estándar europeo, los radiodifusores de la frontera norte -algunos de ellos ligados estrechamente a los intereses de la radio estadounidense- se opusieron al estándar Eureka 147 porque consideran que con la adopción de una tecnología diferente a la del país vecino se pondría en riesgo la viabilidad económica de sus emisoras, que atienden a la población hispana y al cada vez más creciente número de empresas que dirigen su publicidad hacia ese sector de la población en Estados Unidos.
El anuncio de la Cofetel también se hace luego de varias promesas incumplidas. El ex titular de la SCT, Pedro Cerisola, dijo que el término de la administración foxista habría una decisión sobre la radio digital. Posteriormente, el presidente Felipe Calderón dijo que ello ocurriría en los primeros 100 días de su gobierno, lo cual tampoco ocurrió.
Por supuesto que la definición del futuro de uno de los medios de comunicación más importantes en nuestra sociedad no es algo sencillo. Pero justamente por ello, la discusión y el análisis sobre la viabilidad de algunos de los sistemas existentes debió ser pública y abierta, como ha ocurrido en países desarrollados, y no a puerta cerrada como ha sido en los gobiernos foxista y calderonista. Pese a las reiteradas exhortaciones, incluso del Senado, para involucrar en la elección del estándar a todos los sectores relacionados con la radio, las autoridades han decidido manejar discrecionalmente todo el proceso.
Refrendos que vienen
La elección del estándar y la política a seguir al respecto en la frontera norte deberá pasar aún por el filtro de la SCT y por los formalismos legales establecidos por la Comisión Federal de Mejora Regulatoria (Cofemer), donde todas aquellas personas físicas o morales, instituciones de gobierno, universidades, etcétera, podrán manifestar su opinión al documento elaborado por la Cofetel. Será quizás la única oportunidad para tratar de «incidir» en una decisión tomada por un estrecho número de personas.
Desde ahora anticipamos que la política que presentará la Cofetel considerará, como ocurrió con la televisión digital, el refrendo automático de concesiones y permisos. La CIRT ya solicitó que se establezcan vigencias coincidentes con los periodos previstos para el inicio de operaciones digitales y la definición de un estándar permanente, con el fin de brindarles «seguridad jurídica» a los concesionarios. Una vez definida la tecnología, seguramente habrá nuevos refrendos, sin ningún otro requisito, sólo el compromiso a llevar a cabo las transmisiones digitales en los tiempos acordados. Como vemos, otra vez concesiones a perpetuidad.
Uno de los aspectos pendientes es saber qué ocurrirá con la petición de los radiodifusores de AM para que les sean otorgadas, como parte de la transición analógico-digital, frecuencias de FM. Su reiterada exigencia tiene una razón de peso: de casi nada sirve el IBOC a las emisoras de AM, sobre todo por la saturación de señales que existe en esa banda en la franja fronteriza con Estados Unidos y en otras ciudades del país. El sistema IBOC requiere una mayor separación entre dos frecuencias en operación (40 Khz contra los 30 ó 20 Khz que se presentan en algunas ciudades mexicanas).
La propuesta de John Schneider, de iBiquity (consorcio impulsor del IBOC), que comentamos hace unas semanas (EL UNIVERSAL, Finanzas, 13 de marzo de 2007), relativa a la posibilidad de asignar frecuencias de FM entre los actuales operadores de esta banda (lo que llevaría a reducir la norma de 800 Khz a 400 Khz entre dos radiodifusores en servicio) podría ser una solución a los radiodifusores de AM, incluso en ciudades tan congestionadas como Tijuana. Sin embargo, hay una fuerte presión de algunos grupos radiofónicos para que ello no ocurra.
La implementación de la radio digital implicará inversiones importantes. Para una emisora de FM que desee incorporar HD Radio con Multicanal o Multicasting, el costo se encuentra entre los 80 mil y los 185 mil dólares, dependiendo de la potencia y su infraestructura. Tan sólo de FM, hay unas 127 emisoras que se ubican en la frontera norte, de las cuales 94 son concesiones y 33 permisos. ¿Las permisionadas dispondrán de los recursos para ello? ¿habrá algún apoyo para avanzar en transición tecnológica? ¿realmente se beneficia México con el IBOC?
Profesor e investigador invitado de la AUM Cuajimalpa. Columnista de El Universal y
coordinador del Consejo Editorial de la Revista Mexicana de Comunicación. http://radiomexicana.blogspot.com
El siguiente es un ejemplo de cómo debe citar el anterior artículo.
Sosa Plata, Gabriel, «Refrendos automáticos en la radio» en El Universal,
México, 23 -IV- 2007, Telecom y otros medios, Finanzas.
La violencia que no cesa
BOTICA
Jorge Meléndez Preciado
Horrible fue la matanza en el Tecnológico de Virginia, Estados Unidos. Las causas todavía no se conocen abierta y completamente, no obstante que en el país vecino hay un sistema de información y localización fuera de serie. Pero ya se sabe, cuando se deben aclarar puntualmente determinados asuntos, la opacidad es lo predominante.
Hasta el momento hay varias cuestiones que sobresalen.
1. El asesino y suicida fue el sudcoreano Cho Soung- Hui.
2. Hay 32 muertos y decenas de heridos.
3. Hubo un sobreviviente al holocausto, el judío- rumano Liviu Librescu, que en su calidad de profesor de ingeniería, ofrendó su vida para salvar la de sus alumnos.
4. Es la peor tragedia ocurrida en USA en toda la historia de ese tipo de asaltos.
5. Tanto las autoridades universitarias –muy lentas para proteger a sus estudiantes– como las federales, entre ellos el intervencionista de Irak, George Bush, se lamentan de que situaciones como la ocurrida el 16 de abril del 2007 sucedan en un país armamentista.
6.
Los especialistas en psiquiatría y psicoanálisis empiezan a dar explicaciones que, al parecer, concuerdan con el asunto. Entre otras que se trata de individuos solitarios, resentidos, que descargan rabiosamente su malestar y generalmente luego de cometer los asesinatos, se suicidan.
Muchas de esas variables encajan perfectamente en el caso de Sung- Hui. Se le consideraba poco amigable –aunque buen estudiante–, y en una misiva que aseguran dejó, criticaba a los “niños ricos”, estaba en contra del “libertinaje” y le molestaban “los charlatanes embusteros”. Por si fuera poco, dicen partes policíacos, se quitó la vida antes de ser capturado.
Todo parece como un guión establecido, máxime si incluso algunos compañeros afirman que en los días anteriores a esta carnicería, Cho estaba de mal humor, perseguía a las muchachas de su colegio y se le notaba irritable.
Y uno se pregunta, ya que se tiene un perfil de ese tipo de personajes con problemas ¿por qué las famosas instituciones de educación no tratan de darles terapia a quienes muestran alteraciones conocidas? Pero también: ¿a qué se debió la parsimonia de las autoridades del tecnológico para evitar que la tragedia creciera? Ello porque entre uno y otro episodio de la masacre pasaron varias horas.
Y otra cuestión más entre muchas: ¿será posible que con sólo dos pistolas, una Glock 9 milímetros , y una .22, se puedan asesinar a 32 muchachos y lesionar a decenas?
Tres interrogantes que muestran la fragilidad de un sistema que se considera el mejor del orbe y en el cual los asuntos mayores no deberían ocurrir.
El 2 de mayo de 1992, hace tres lustros, en California, un individuo ultimó a un profesor y tres estudiantes. De entonces para acá han ocurrido 25 desastres en varios centros educativos. Lo mismo encabezados por individuos descocados que incluso jóvenes y hasta niños.
Una de los más conocidos es el de Columbine, Colorado. En dicho episodio, Eric Harris y Dylan Klebold liquidaron a 13 compañeros. Ello fue el 20 de abril de 1999.
Nosotros pudimos ver la reconstrucción del horror gracias a Michael Moore, en su película: Matanza en Columbine. En el filme nos dimos cuenta de cómo se preparaban para sus malas acciones esos chavos. Lo mismo a través de juegos de video, las proclamas derechistas y nazis y manejando los armamentos que Papá compró aparentemente para defenderse de los delincuentes.
El resultado: los ajusticiados fueron inocentes y las víctimas los mismos chamacos que no tuvieron freno alguno. Y es que las familias estadounidenses se encuentran desorganizadas y polarizadas desde hace mucho.
Otro caso más reciente que nos presenta la pantalla grande es: Belleza americana de Sam Mendez. Entre el fascismo, la droga, el lograr el éxito a como de lugar y el sexo reprimido todo estalla.
En el caso de Moore, al final del documental hay una entrevista con Charlton Heston. Quien fuera una estrella de Hollywood e hiciera papeles bíblicos en los años cincuenta y sesenta, es desde hace rato el presidente de la Asociación Nacional del Rifle (varios millones de afiliados y centenas de millones de dólares en presupuesto). La agrupación financia las campañas de los legisladores que están a favor de la venta de armas sin control.
En el diálogo entre Heston y Michael, el primero no alcanza a justificar por qué es necesario que todo mundo ande con sus explosivos en el bolsillo. Más bien parece una justificación para que la industria militar, tan importante en USA, continúe expandiéndose.
Esto ha permitido que casi todo mundo traiga, hasta en la lonchera, cualquier pistola. Tanto que actualmente se presume hay más de 240 millones de armas en todo Estados Unidos. Algo realmente desquiciante.
Pero además, el país que dicta las reglas para combatir el terrorismo y el narcotráfico, como se sabe, es el mayor vendedor de “juguetes explosivos” en el mundo. Incluso por catálogo podemos comprar los instrumentos mortíferos más sofisticados y no hay quien se oponga a ello.
Uno que se enfrentó a la industria militar en aquel país, John Fitzgerald Kennedy, fue asesinado en un acto todavía no aclarado completamente. Y en la cinta, JFK de Oliver Stone, queda expuesto que los generales del Pentágono tuvieron mucho que ver en el atentado.
Un 2 de octubre, pero de 2006, en Pensilvania, un individuo mató a cinco niñas e hirió a igual cantidad de ellas. Ello en una escuela primaria. Se trató de un señor, estadounidense blanco. Lo que no concuerda con la teoría que muchas veces los estudiantes llegan a extremos de locura por la exigencia de los docentes. Pero que el número de alumnos involucrados en actos delincuenciales es alto, ni quien lo ponga en duda.
Tensión, crisis de valores, la segunda enmienda constitucional que posibilita la compra de armas, la inseguridad ciudadana, el continuarse sintiendo los guardianes del mundo, el crecimiento sin medida de la industria militar y muchas otras cuestiones son parte esencial de las catástrofes ocurridas hace tiempo.
Pero entre nosotros la cosa no es mejor. Como bien apunta la Rayuela de La Jornada : En Estados Unidos murieron 33; en Irak, 13, en Afganistán, 9, y en México 23. Todos el mismo día, 16 de abril de 2007.
Y acá pronto llegaremos a 700 caídos por el narcotráfico, ello sin importar que se hayan desplegado 25 mil efectivos en el país y erogado cinco mil 500 millones de pesos de parte del gobierno de Felipe Calderón.
La violencia actual que nos inunda.
Periodista de El Financiero y El Universal.
Correo electrónico: jamelendez@prodigy.net.mx
Transparencia sindical
El Universal, Editoriales, 20 de abril de 2007
Ernesto Villanueva
Investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
En México, la transparencia vive varias velocidades y ritmos. En el ámbito del Ejecutivo federal las cosas van razonablemente bien. En los otros poderes federales, órganos constitucionales autónomos y estados federados hay de todo.
Pero una de las zonas de mayor opacidad reside en las relaciones entre los trabajadores y sus representantes. Es paradójico que buena parte de los trabajadores no conozca a sus líderes y, por ende, las formas y modos de la vida sindical.
Menos aún, por supuesto, se puede saber en la vida cotidiana cuánto y para qué se destinan las cuotas sindicales. Vamos, incluso el contenido de los contratos colectivos de trabajo, que son normas que debieran ser públicas, permanecen a buen recaudo.
De vez en cuando, en casos como el de los trabajadores mineros, la vida sindical adquiere visibilidad mediática circunstancial y temporal para regresar, sin embargo, a su bajo perfil o áreas marginales de atención pública habituales.
El asunto no es menor ni accesorio; antes bien, se trata de uno de los temas inexplorados sobre los que se ha escrito poco, hay escasa doctrina y casi nula aplicación, así sea indirecta vía solicitudes de información a las secretarías del Trabajo federal y locales.
La presencia de las organizaciones civiles sobre el tema también brilla por su ausencia. El temor fundado por la eventual afectación a la integridad física de quienes se atrevan a ahondar sobre esta cuestión es una de las razones básicas que explican que ni trabajadores ni activistas sociales se empleen a fondo en promover prioritariamente la transparencia sindical.
En el ámbito político, una de las primeras monedas de cambio de legisladores para discutir la viabilidad de una ley de acceso o su reforma es «encorchetar» o dejar fuera el tema sindical para que el proceso legislativo pueda salir adelante.
En el mundo empresarial tampoco hay precisamente grandes incentivos para la transparencia sindical. Se prefiere pragmáticamente cumplir con el expediente de contar con un sindicato a modo y negociar bajo el agua que sujetarse a las reglas de la apertura y la claridad.
En ese contexto de incentivos mínimos o ausentes en el debate argumental, cualquiera pensaría que no hay nada que hacer. Que el interés de los trabajadores, la inmensa mayoría de los mexicanos, es un bien sacrificable porque así debe ser como principio. Que la democracia informativa admite casos de excepción como la transparencia sindical, cuya discusión es preferible dejarla sólo a los núcleos duros de la marginalidad. Hay aquí desconocimiento sobre el valor de la transparencia en los sindicatos. Veamos. La transparencia en los sindicatos debería ser un tema de la agenda pública por varias razones:
A) Porque otorgaría poder a los trabajadores sobre el destino de sus recursos y defensa de sus intereses y los de sus familias. B) Porque permitiría contar con herramientas para acotar o reducir los casos de corrupción donde pierden por igual la empresa y los trabajadores, quienes pagan esos costos. C) Porque los sindicatos son personas privadas, pero no tienen datos personales en cuanto a su organización y funcionamiento, razón por la cual no hay una causal de exclusión de la apertura informativa. D) Porque en el contexto nacional la inclusión expresa de la transparencia sindical en las leyes de acceso a la información es un asunto de interés público en analogía al caso de los partidos políticos.
Así se ha ido entendiendo por fortuna en el ámbito del derecho extranjero y a nivel nacional. En el primer caso, el artículo cuarto, numeral dos de la Ley de Acceso a la Información de Polonia prevé a los sindicatos como sujetos obligados (recuérdese la gran tradición de lucha sindical de ese país).
Lo mismo sucede con la ley de Estonia y de algunos otros países bálticos y nórdicos. En México, las leyes de acceso a la información de Aguascalientes, Campeche, Chihuahua, Coahuila, Morelos y Nuevo León en mayor o menor medida también prevén garantías de acceso a la información sobre los sindicatos y su funcionamiento.
Se trata de un tema que ahora que ha salido a la palestra pública por casos de corrupción difícilmente podrá dejarse de lado para bien del país.
Puede citar este artículo de esta forma:
Villanueva, Ernesto, «Transparencia sindical» en El Universal,
México, 20 -IV- 2007, Editoriales.
Indicadores de transparencia
El Universal, Editoriales, 18 de mayo de 2007
Ernesto Villanueva
Investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
El derecho de acceso a la información pública se ha convertido en México en parte de la agenda democrática. Esto es particularmente cierto si uno se detiene a revisar cómo la opinión pública y la nueva pero creciente masa crítica han influido sobremanera en los contenidos jurídicos del derecho a saber.
De tiempo atrás Perla Gómez, coordinadora general de LIMAC, y el autor de estas líneas consideraron de interés público realizar estudios que pudieran medir a través de indicadores o parámetros de referencia el nivel de cercanía de una ley con los objetivos de esta nueva institución jurídica.
En otras palabras, cómo desde la propia ley se puede favorecer el principio de la máxima publicidad. Se ha hecho lo propio ahora que está una reforma constitucional al artículo sexto en marcha (ya aprobada por el Congreso de la Unión y sujeta a la aprobación de por lo menos 17 congresos locales) que tiene como propósito armonizar las leyes en esta materia al introducir mínimos atendibles y cuyo estudio será publicado en breve.
Los indicadores seleccionados abrevaron de los distintos estándares que se han formulado tanto fuera del país como derivados de la propia experiencia nacional en estos años.
Así, los 17 indicadores tomados en cuenta fueron los siguientes: a) sujetos obligados; b) definiciones e interpretación, c) cultura de la transparencia; d) información de oficio; e) límites al derecho de acceso a la información; f) versiones públicas; g) máxima publicidad; h) prueba de daño; i) gratuidad de la información; j) periodo de reserva; k) formas de solicitud de acceso; l) hábeas data o protección de datos personales; ll) órgano garante; m) afirmativa ficta; n) vías de impugnación; o) formas de control de la ley; y p) ámbito temporal de validez.
Al revisar las 33 leyes -estatales, del Distrito Federal y la federal- a la luz de los indicadores de referencia se llegó a las conclusiones siguientes: a) leyes donde se observa mayores garantías de acceso a la información en orden descendente: 1. Veracruz, 2. Distrito Federal, 3. Campeche, 4. Morelos y 5. Tabasco; y b) por el contrario, las leyes donde se advierten menores garantías para el derecho a saber son las que a continuación se mencionan: 29. Guanajuato, 30. Tamaulipas, 31. Puebla, 32. Guerrero y 33. Nuevo León.
De estos datos cabe extraer algunas reflexiones.
Primera, pone de relieve la interacción social y su influencia en el tema. Veracruz, por ejemplo, es un caso digno de mención, toda vez que en el estudio anterior realizado en su momento con un universo de 25 leyes aprobadas en el país aparecía en el último lugar de la lista. Ahora se ha colocado exactamente en el primer lugar al haber reformado integralmente su legislación sobre este rubro y después de un largo proceso de análisis y discusión donde participaron organizaciones de la sociedad civil, académicos, legisladores de todos los partidos y el gobierno del Estado. En la misma tónica se inscribe la legislación del Distrito Federal, pues de haber estado en los más bajos lugares hoy se coloca en la segunda posición.
Segunda, la experiencia internacional y nacional tuvo un impacto en las más recientes leyes que aparecen en los primeros lugares como son los casos de Campeche y Tabasco. De las cinco leyes ubicadas en las mejores posiciones en este estudio sólo Morelos fue aprobada en la primera generación de leyes de acceso.
Tercera, el proceso de reforma constitucional representa un escenario para mejorar los estándares de las leyes existentes no sólo para cumplir los mínimos a que obliga el dictamen de la reforma a la Constitución, sino para buscar nuevos contenidos que privilegien el acceso sobre la excepción.
En este sentido, habría que reconocer al congreso local de Tamaulipas que si bien es verdad que cuenta con una de las leyes ubicadas en los últimos lugares, también lo es que ha sido el primero en aprobar la reforma constitucional, lo que pone de relieve su voluntad política para el cambio.
Puede citar este artículo de esta forma:
Villanueva, Ernesto, «Indicadores de transparencia» en El Universal,
México, 18 -IV- 2007, Editoriales.
Avanza la TV de alta definición en México
El Universal, Finanzas, 17 de abril 2007.
Telecom y medios
Gabriel Sosa Plata
La convergencia, la interactividad y la alta definición son tres de los temas fundamentales y recurrentes en las conferencias, los productos y los servicios que se presentan en la Convención Anual de la Asociación Nacional de Radiodifusores (NAB, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos.
La digitalización está generando una revolución en las formas de producir, posproducir, transmitir y, por supuesto, en la manera como estamos consumiendo a los medios de comunicación. La era analógica está quedando atrás, al menos en Estados Unidos, donde, por ejemplo, ya son unas mil 200 emisoras de radio y alrededor de mil 600 televisoras que transmiten en digital.
Como cada año, esta ciudad se convierte en la meca de la tecnología para la industria de la radiodifusión y el cine, pero también para internet y su cada vez más estrecha relación con los medios tradicionales. De ahí la destacada participación de empresas como Google y MySpace en una convención de radiodifusores.
Alrededor de 100 mil personas, provenientes de todos los continentes, tienen la oportunidad de conocer en un solo lugar de enormes magnitudes las novedades que presentan más de mil 500 exhibidores instalados sobre una superficie de 1.7 millones de pies cuadrados.
Telenovelas
De ese enorme mundo de tecnología y de información, hubo novedades sobre México: Sony Broadcast y Televisión Azteca informaron que la producción de televisión digital de alta definición avanza en el país. Actualmente la barra matutina del canal 13 -en la que están incluidos los noticiarios- y casi la mitad de sus telenovelas, se producen ya con esa tecnología.
El director técnico de Ingeniería en TV Azteca Telenovelas, Vicente Saltiel Peláez, hizo énfasis en la producción de Se busca un hombre. Esta telenovela, más allá de que nos guste o no su argumento, es un caso ejemplar debido a que su producción es totalmente digital y en alta definición, por lo que su calidad de imagen se asemeja a la del cine.
Según el directivo, también la telenovela ocupa un lugar importante en la historia de la televisión mexicana por ser la única que se produce en 5.1 canales, es decir, con el sonido denominado «teatro en casa».
Saltiel Peláez informó que la televisora ha invertido recientemente unos 4 millones de dólares en equipos de alta definición destinados a las telenovelas. Unidades móviles, cámaras HDC-1500 y switchers multiformato de Sony integran parte de la infraestructura destinada a la creación de estos contenidos.
También se están produciendo en alta definición musicales, cortinillas de telenovelas y -un hecho que será noticia en el mundo del entretenimiento- películas. Al respecto, el directivo dijo que ya tienen totalmente terminadas cuatro películas y que sólo esperan el visto bueno de los directivos de la televisora para ser exhibidas. Las producciones digitales de alta definición se transmiten a través del canal digital 25, canal espejo del canal 13 de Televisión Azteca. El auditorio que puede apreciar estas transmisiones en el país es aún muy bajo, por el elevado costo de los receptores.
De cualquier manera, la producción de estos contenidos permite acumular experiencia y perfeccionar las transmisiones de alta definición. «No es lo mismo trabajar con equipos analógicos que digitales», dijo Saltiel. «Los equipos nos van exigiendo ser mejores, hasta en detalles en apariencia tan irrelevantes, pero tan importantes en una producción de alta definición como es el maquillaje de los artistas».
En efecto, el uso de equipos de alta definición está llevando a que las producciones de televisión trabajen cada vez más con muchas de las técnicas y el lenguaje cinematográfico. El artista del cine tiene ahora mucho que aportar a la televisión, ante la calidad de imagen, la profundidad de campo y el ancho de pantalla, característicos del séptimo arte, alcanzados por la alta definición.
Con base en estadísticas de la Cofetel, al término del año pasado ya operaban en México 35 canales digitales de televisión, ubicados en las ciudades de México, Monterrey, Guadalajara, Tijuana, Mexicali, Ciudad Juárez, Nuevo Laredo, Matamoros y Reynosa (EL UNIVERSAL, Finanzas, 6 de febrero de 2007).
Tercera dimensión, un hecho
Sony también presentó fragmentos de producciones digitales de alta definición en tercera dimensión realizadas con sus equipos. En una sesión especialmente preparada para la prensa, los asistentes nos colocamos unos lentes y disfrutamos de algunas escenas grabadas de partidos de basquetbol de la NBA, organización con la que la firma japonesa acordó la transmisión, por ahora, de los juegos de estrellas.
Además de darse a conocer diversas «historias de éxito» por la introducción de la televisión digital de alta definición en la televisión pública de Estados Unidos o PBS, la cadena de noticias CNN y diversas empresas productoras, Sony presentó su cámara XD-CAM EX, cuya característica más importante es que permite realizar producciones digitales en alta definición con tarjetas de memoria de 16 gigabytes para 120 minutos de grabación. La exposición de equipos y servicios de la NAB culminará el 19 de abril
Profesor e investigador invitado de la AUM Cuajimalpa. Columnista de El Universal y
coordinador del Consejo Editorial de la Revista Mexicana de Comunicación. http://radiomexicana.blogspot.com
El siguiente es un ejemplo de cómo debe citar el anterior artículo.
Sosa Plata, Gabriel, «Rezago tecnológico» en El Universal,
México, 17 -IV- 2007, Telecom y otros medios, Finanzas.
Rezago tecnológico
El Universal, Finanzas, 11 de abril 2007.
Telecom y medios
Gabriel Sosa Plata
Nadie tiene certeza de cuántas sean, pero se asegura que ya son más de 40 las radios comunitarias que operan en el estado de Oaxaca. Las emisoras, todas ellas de baja potencia, se encuentran distribuidas a lo largo y ancho de la entidad. Y su crecimiento no se detiene; algunos de sus promotores anticipan que al terminar este año serán unas 100.
Casi todas, con excepción de tres (Radio Nandía, Radio Calenda y Radio Jen Poj), transmiten sin permiso otorgado por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT). Esta condición de ilegalidad y el acoso de sus detractores, contrasta con el apoyo incondicional de las comunidades a las que sirven.
El crecimiento de las radios comunitarias en Oaxaca y en otros estados de la República no tiene una explicación sencilla. Oaxaca tiene una añeja marginación y pobreza y, recientemente, una aguda crisis política, derivada del conflicto magisterial y del autoritarismo de un gobernante que se aferra a su silla.
Por la manera parcial en cómo los medios de comunicación, particularmente la televisión, manejaron los acontecimientos del conflicto en la entidad, se instalaron algunas emisoras, como Radio Plantón, y se tomaron las ya establecidas en la capital del estado. Una de estas últimas, Radio Universidad, de la Universidad Autónoma Benito Juárez, se convirtió en el medio estratégico para las acciones de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO).
Poco antes y luego de los operativos que la Policía Federal Preventiva llevó a cabo en la ciudad con las consecuencias ya conocidas por todos, las radiodifusoras fueron devueltas. Gustavo Esteva, analista y reconocido activista social, afirma que por primera vez en México y en el mundo un movimiento social ocupó y operó por un plazo largo emisoras estatales y comerciales.
No cabe duda que la aparición de estas radios comunitarias es también respuesta a una legislación que hace prácticamente imposible su establecimiento. La Ley Televisa no da posibilidad para que la sociedad civil opere sus propias radiodifusoras. La contradicción entre una legislación, calificada por sus defensores como una “de las más avanzadas del mundo”, y el boom de estas emisoras comunitarias es evidente.
Infraestructura limitada
En Oaxaca, como en otras partes del país, los medios de comunicación son insuficientes para reflejar la riqueza cultural de la entidad, así como para garantizar cabalmente la libertad de expresión y el derecho a la información. En la llamada “sociedad de la información”, el rezago en infraestructura de comunicaciones es impresionante en muchos casos.
En esta entidad hay 75 radiodifusoras, lo que significa que hay una emisora por casi cada 47 mil habitantes. No está mal. La media del país es de aproximadamente una radiodifusora por alrededor de 70 mil habitantes. El problema es que la mayoría de esas estaciones son controladas por el gobierno de Ulises Ruíz (35 emisoras, casi la mitad) y por los grupos comerciales de radio. En telefonía fija, hasta el 2006, había 7.5 líneas por cada 100 habitantes. Después de Chiapas, Oaxaca es la segunda entidad por debajo del promedio nacional de viviendas que disponen de teléfono (12.4% contra 36.2%). También Oaxaca tiene el poco honroso segundo lugar en porcentaje de viviendas que tienen computadora (8.3% contra 19.6% promedio nacional), de acuerdo con datos del INEGI en el 2005.
Pese a tal rezago, la movilización social y política en Oaxaca no hubiera tenido trascendencia nacional e internacional sin el uso de Internet, de los blogs, del correo electrónico, de las transmisiones en línea de Radio Universidad y de la telefonía móvil. Fenómenos de la comunicación en la era de la convergencia digital. Sin embargo, la gran mayoría de la población oaxaqueña no tiene acceso a esas tecnologías y, aunque parezca increíble, ni siquiera a la televisión. Hasta el 2002, un 56% de los hogares oaxaqueños no disponían de receptores de TV.
De esta manera, la radio se ha convertido en el medio de comunicación más socorrido por los oaxaqueños. Su papel, ya lo decíamos, fue fundamental en el conflicto reciente. Esto explica el interés de los pueblos y comunidades indígenas por tener sus propios medios de comunicación. Por eso es que la Declaración de Oaxaca, resultado del Foro Nacional sobre Comunicación y Sociedad, que culminó sus actividades pasado el 30 de marzo, incluyó el tema de las radios comunitarias.
En uno de los puntos de la declaración, leída por Carmen Aristegui y ante la presencia de personalidades como Miguel Ángel Granados Chapa, Francisco Toledo y Javier Corral, se establece que se impulsará una “auténtica reforma” que garantice “un marco legal apropiado para las radios comunitarias, que les permita actuar con plena libertad y autonomía”. Asimismo se acordó crear una red de radios comunitarias en el estado.
Fui uno de los 54 invitados en ese foro. Me regresé al Distrito Federal con una extraña sensación: mientras una buena parte de los columnistas de finanzas nos ocupamos de temas como la tercera cadena de televisión, la riqueza inexplicable de Carlos Slim o el pleito entre la Cofetel y la Subsecretaría de Comunicaciones, en la sociedad se entretejen redes para la creación de sus medios de comunicación, sin ocuparnos mucho de ello, salvo para recalcar su ilegalidad. Son dos dimensiones de las telecomunicaciones y los medios que debemos atender más seriamente.
Radio digital y nuevo libro
El Instituto Dominicano de las Telecomunicaciones (Indotel) llevará a cabo del 14 al 15 de abril el Primer Foro Internacional de la Radio Digital, al que han sido invitados todos los sectores relacionados con el medio. En países desarrollados y aún en economías más pequeñas como República Dominicana, el futuro de la radio y la televisión es analizado y consensuado por la sociedad. En México la decisión la toman los empresarios del sector y el gobierno federal. Así sucedió con la televisión y, desafortunadamente, está por ocurrir con la radio… Comunicación para el desarrollo en México es el título del nuevo libro colectivo de la Asociación Mexicana de Investigadores de la Comunicación (AMIC) y de la Universidad Latina de América. El volumen, coordinado por Rodrigo Gómez y Adriana Peimbert, incluye 14 ensayos de lectura obligada.
Profesor e investigador invitado de la AUM Cuajimalpa. Columnista de El Universal y
coordinador del Consejo Editorial de la Revista Mexicana de Comunicación. http://radiomexicana.blogspot.com
El siguiente es un ejemplo de cómo debe citar el anterior artículo.
Sosa Plata, Gabriel, «Rezago tecnológico» en El Universal,
México, 11 -IV- 2007, Telecom y otros medios, Finanzas.
¿Le creemos a Luis Téllez?
El Universal, Finanzas, 11 de abril 2007.
Telecom y medios
Gabriel Sosa Plata
Ni en Semana Santa hubo quietud en las telecomunicaciones. Y no es para menos. Las declaraciones del secretario de Comunicaciones y Transportes, Luis Téllez, sobre los órganos reguladores, en particular la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel), generaron una tormenta más en el sector.
“Los reguladores han sido capturados por los regulados”, dijo
Téllez en una inusual declaración, aunque necesaria y oportuna, al
Financial Times. “No siempre responden al interés público. Estoy enfrentando un gran problema”. (EL UNIVERSAL, 4 de abril de 2007).
Téllez ejemplificó su preocupación en torno de tres casos: 1) la interconexión, cuyo progreso ha sido más lento de lo necesario, por lo que “otras compañías serían incapaces de competir de manera efectiva”; 2) la portabilidad, la cual no se ha hecho realidad, y 3) la decisión
de la Cofetel de imponer un límite a las tarifas que tiene permitido cobrar Telmex a sus clientes y que demuestra que el regulador ha sido muy permisivo.
El titular de la SCT habló poco, si nos basamos en la nota publicada por Richard Lapper, pero sus declaraciones dan pie a diversas conjeturas interesantes:
1. Se reconfirma que las diferencias entre la SCT y la Cofetel son muy graves y que el amparo interpuesto por Rafael del Villar y Gonzalo Martínez Pous por haber sido objetados por el Senado para ser comisionados de la Cofetel, tiene el aval político del presidente Felipe Calderón y del titular de la SCT.
Seguramente se dirá otra vez que las palabras de Téllez y el recurso que sostienen el subsecretario de Comunicaciones y el director
de Asuntos Jurídicos de la SCT son un “atentado” contra la supuesta “autonomía” del órgano regulador y una muestra de la tentación que tiene el gobierno calderonista para manejar discrecionalmente, como en la era del partido único, las concesiones de radio y televisión.
Por supuesto, se trata de una interpretación simplista que no recuerda cómo fue tomada la Cofetel. También ignora que la ley Televisa jamás otorgó una autonomía plena a dicho órgano. La Cofetel no ha dejado de ser una “doble ventanilla” en el sector.
2. Por supuesto que los reguladores han sido capturados por los regulados. Una y otra vez lo dijimos desde que el convenenciero mayoriteo de los legisladores priístas y panistas llevó a Héctor Osuna y a sus amigos a la Cofetel. Ahora el titular de la SCT lo comprueba y lo dice abiertamente. Simbólico es que lo haya hecho a un diario extranjero.
Pero si Téllez decidió ventilar públicamente su sentir al respecto, ahora está obligado a ir más a fondo y ser preciso. ¿Cuáles son las empresas que tienen controlada a la Cofetel y de qué manera? Porque los ejemplos que dio la semana pasada sólo están relacionados con Carlos Slim, lo cual hace suponer que su interés en favor de la competencia se limita al sector de la telefonía.
Esto concuerda con la sospecha de que la integración de Rafael del Villar y Gonzalo Martínez a su equipo de trabajo, fue por influencia de su amigo Francisco Gil Díaz. Los ahora funcionarios de la SCT fueron, respectivamente, investigador y jefe de la Unidad de Asuntos Jurídicos del Banco de México, cuando Francisco Gil Díaz, ahora presidente de Movistar en México, era vicegobernador.
Gil Díaz (quién no lo recuerda) ha sido uno de los críticos más fuertes de Telmex, sus elevadas tarifas y sus prácticas monopólicas. También, como secretario de Hacienda, insistió que la telefónica debía pagar una contraprestación por la modificación a su título de concesión para ofrecer televisión de paga en su red de telecomunicaciones.
3. Pero así como a algunos de los personajes mencionados los persigue su pasado, también a Téllez le ocurre lo mismo. El funcionario ha sido particularmente cuidadoso con la competencia en el sector de la televisión. Paradójicamente, ha repetido la historia de la Cofetel en el sentido de que no hay posibilidad de que exista una tercera cadena nacional de televisión, como procurando evitar el enojo del duopolio televisivo. Tampoco se ha opuesto a que Televisa continúe devorando al sector de la televisión de paga con la adquisición de más cableras.
Téllez debe marcar sus distancias y actuar en consecuencia si desea que le creamos a él y al gobierno del cual forma parte. Su historia de vida lo relaciona con Emilio Azcárraga. Como se documentó ampliamente, fue miembro del Consejo de Administración de Cablevisión, pero también representante en México de la poderosa firma Carlyle; era integrante de la sociedad con la que Televisa quiso adquirir, sin éxito, la cadena de televisión estadounidense Univisión. Además, Javier Tejado, el operador de la ley Televisa, fue un estrecho colaborador suyo, al igual que Leopoldo Gómez, actual vicepresidente de noticiarios de Televisa, cuando era secretario de Energía.
Por si fuera poco, se dice una y otra vez que la llegada de Téllez a la SCT fue una concesión de los “regulados”, los mismos que ahora denuncia el funcionario, los mismos que impidieron la llegada de Javier Lozano a la dependencia que ahora ocupa, los mismos que han inhibido al presidente Calderón para seguir adelante con la tercera cadena nacional de televisión.
En la privilegiada posición que detenta, Téllez tiene la oportunidad, quizá la única en su vida, de dar un vuelco a los cuestionamientos y de ser un activo promotor de la competencia, de la pluralidad en el sector e impulsar la autonomía del órgano regulador (sin los actuales comisionados), tal como ocurre en los países más avanzados del mundo. No es una tarea fácil. Pero mucho se puede hacer si realmente existe voluntad política. ¿Le creemos a Luis Téllez?
Combos
Y ya que hablamos de la Cofetel, uno de sus comisionados, José Luis Peralta, dijo que definitivamente no habrá frecuencias de FM para los operadores de AM (las denominadas emisoras “combo”). Argumenta razones técnicas y legales. Los pequeños radiodifusores reiteran que es posible, aun con la ley Televisa, otorgar los canales espejo mediante “la modificación de las características técnicas” de las emisoras, para efecto de ampliar sus canales concesionados, incluyendo la explotación de canales en la banda de FM. La SCT a través de la Cofetel es la “autoridad competente” para permitir dicha modificación.
Profesor e investigador invitado de la AUM Cuajimalpa. Columnista de El Universal y
coordinador del Consejo Editorial de la Revista Mexicana de Comunicación. http://radiomexicana.blogspot.com
El siguiente es un ejemplo de cómo debe citar el anterior artículo.
Sosa Plata, Gabriel, «Rezago tecnológico» en El Universal,
México, 11 -IV- 2007, Telecom y otros medios, Finanzas.