El jugoso negocio de Televisa: Cancelan Espacio 2012 en Oaxaca
- Los integrantes del movimiento Yo soy 132 lanzaron un mensaje en las redes sociales y llaman a boicotear ese encuentro.
- Hasta el mismo gobernador oaxaqueño, Gabino Cué, se mostró sorprendido del motivo de la cancelación.
- Pero si Televisa ha encontrado la gallina de los huevos de oro con Espacio, TV-Azteca, de Ricardo Salinas Pliego, ha creado su propio show y, en 2011, lanzó su evento Puebla: la ciudad de las Ideas, para el cual Moreno Valle entregó 30 millones de pesos del erario.
Por Carmen García Bermejo
El espectáculo Espacio 2012 que la empresa Televisa realizaría en Oaxaca a partir del 15 de octubre fue cancelado “por temor a movilizaciones sociales” en la entidad. Pero la verdadera razón es que, desde julio, los integrantes del movimiento Yo soy 132 lanzaron un mensaje en las redes sociales y llaman a boicotear ese encuentro, en concordancia con las acciones que a nivel nacional realiza contra esa empresa y la línea editorial que maneja. Y es que a pesar de que los empresarios aseguran que Espacio es un evento “sin fines de lucro”, detrás de este show mediático hay todo un jugoso negocio.
Casi pasó desapercibido el comunicado que Gastón Melo Medina, secretario ejecutivo de la empresa Espacio de Vinculación AC (Evac) Televisa, envió al gobierno de Oaxaca el pasado 21 de agosto para informar:
-Por primera ocasión en diecisiete años el ejercicio anual de Evac en México, Espacio, será pospuesto hasta el año próximo… Se acordó realizar Espacio en el mes de octubre. Sin embargo, en acuerdo con las autoridades del estado y haciendo una evaluación de los diversos movimientos sociales en la región, se decidió posponer el evento hasta que puedan garantizarse las condiciones de seguridad necesarias para la realización del mismo… El siguiente año, asumimos el compromiso con los jóvenes para realizar Espacio Oaxaca en su formato ya conocido.
Hasta ahora no hay fecha para Oaxaca. Al solicitar la entrevista con Melo Medina, éste sólo respondió a través de un tuit:
“La cancelación de Espacio nos hace pensar en lo necesario de reflexionar en espacios de libertad, desde la concordia… Acerquémonos para construir y co-crear…”
La realidad es que hasta el mismo gobernador oaxaqueño, Gabino Cué, se mostró sorprendido del motivo de la cancelación. Lo que sí se encuentra en las redes sociales, desde julio, es el siguiente mensaje:
“Invitación a universidades, escuelas de comunicación y facultades y estudiantes afines de todo el país boicotear espacio 2012 Oaxaca y 2013 Tijuana que año con año lleva a cabo el grupo Televisa. Para no terminar siendo como Joaquín López Dóriga, Ciro Gómez Leyva, Carlos Marín o Adela Micha, propagandistas del nuevo aparato de sometimiento mediático que hoy por hoy ha impuesto a la presidencia el regreso del PRI con Enrique Peña Nieto. ¡Boicot a Televisa, boicot a los intereses de Emilio Azcárraga Jean!!”
En otro mensaje se lee:
“Es hora no de hacer preguntas, sino de golpear al monopolio: en octubre Boicot a Espacio 2012”.
De acuerdo con su página oficial, la empresa Evac es una entidad sin fines de lucro que busca vincular a los diferentes sectores de la sociedad, a través de sus eventos para facilitar la comunicación entre la comunidad académica, instituciones empresariales y organismos gubernamentales nacionales e internacionales. El presidente del consejo general de Evac es Emilio Azcárraga Jean y su secretario ejecutivo es Gastón Melo Medina. Además de vocales, cuenta con consejeros especiales: Ángel Gurría, de la OCDE; Luis Alberto Moreno, del BID, y Enrique V. Iglesias. Cada año, Evac nombran a un presidente honorario que se le otorga al gobernador de la entidad elegida para Espacio con el fin de que el funcionario se sienta distinguido e incorporado a la empresa que va a servir.
Evac empezó a organizar Espacio en 1997 para propiciar -según ellos- una comunicación entre Televisa y jóvenes líderes de opinión de las carreras de comunicación, diseño e ingeniería de universidades privadas. El ejercicio consistía en conocer las áreas de esa empresa, relacionarse con las formas y métodos de creación audiovisual, así como la tecnología que se utiliza para la producción de radio y televisión. En unos cuantos años, cautivó a los universitarios del Tec de Monterrey, la Iberoamericana, la Anáhuac, la UDLA, la Panamericana, el ITESO y otra institución privadas de la República. Después, empezaron asistir los de universidades públicas, incluyendo la UNAM, donde también hay alumnos atraídos por la farándula televisiva.
Cada año, Evac también convoca a diferentes empresas, a las que les llama “asociadas a un proyecto educativo”, para que patrocinen las reuniones de Espacio, al tiempo que los universitarios se familiarizan con los productos que les brinda compañías como Alfa, Cemex, Grupo Posada, Comercial Mexicana, Comex, Grupo Modelo, Hewlett Packard, José Cuervo, Microsoft, Nestlé, Omnilife, Pepsi, Autobuses ADO, Telefónica MoviStar, Tenaris Tamsa, Kimberly Clark, Nortel, Aeromar, Aeroméxico, Grupo Ángeles… Lo raro aquí es que Televisa no incluye casas editoriales que se caracterizan por publicar libros de comunicación.
En 2001, Evac cambió su estrategia: salir de las instalaciones de Televisa y organizar Espacio en los estados de la República con recursos económicos e infraestructura aportados por los gobiernos de las entidades elegidas, con el pretexto de “posicionar a su estado y traerle miles de jóvenes” con esos espectáculos. Ese año, Espacio se realizó en Toluca, Estado de México, y el entonces gobernador Arturo Montiel adecuó las instalaciones del Centro Cultural Mexiquense para que la empresa desplegara su equipo.
Los eventos de Espacio incluyen conferencias, talleres, foros y encuentros con actores, actrices y cantantes fabricados dentro de la misma empresa o líderes de opinión en boga. En esa palestra han transitado innumerable y disímbolas figuras como Carlos Loret de Mola, Carlos Monsiváis, Baltasar Garzón, Fernando Sariñana, Elena Poniatowska, Ernesto Samper, Carmen Aristegui, Juan Ramón de la Fuente y el propio Azcárraga Jean. Las mesas redondas son moderadas por los conductores de la empresa: Adal Ramones, Víctor Trujillo, Joaquín López Dóriga, Adela Micha, Lourdes Ramos, Enrique Bermúdez, Ciro Gómez Leyva y Carlos Marín. También hay encuentros con productores como Miguel Sabido, Silvia Pinal, Salvador Mejía y Roberto Gómez Bolaños (Chespirito).
En cada edición de Espacio, Evac convoca a los universitarios a participar previa inscripción en su página de Internet. Nadie que no esté apuntado puede asistir. Según Televisa, a cada encuentro han acudido entre 20 y 30 mil jóvenes de toda la República. Pero esas convocatorias también detona un sin fin de negocios. Por ejemplo, para asistir a Espacio 2010 en Mérida, Yucatán, la compañía My Trip México ofreció paquetes de viaje Tampico-Mérida-Tampico por 2 mil 850 pesos por persona que incluyó transporte terrestre, hospedaje tres noches, tres desayunos y fiesta de bienvenida con barra libre en “el mejor antro de Mérida”. Pero las agencias de viaje que promueven el evento son varias.
Para Espacio 2012 Oaxaca, ADO -una de las “empresas asociadas”- ya había lanzado su promoción para viajar, hospedarse y acudir a los eventos de Televisa. Los paquetes incluían transporte en autobús desde diferentes destinos y dos noches de hospedaje en ocupación doble. Por ejemplo, saliendo de Playa del Carmen a Oaxaca la tarifa era de 7 mil 222 pesos; del DF 2 mil 700 pesos; de Campeche 3 mil 779; de Tampico 3 mil 586; de Villahermosa 3 mil 96 pesos; de Poza Rica 3 mil 644; de Puebla 2 mil 338; de Pachuca 2 mil 830 y de Veracruz 2 mil 667 pesos.
De esta manera, los universitarios cubren largas distancias para escuchar a los políticos e intelectuales con el mayor rating registrado en los espacios de opinión, conocer a los artistas fabricados en las telenovelas y programas musicales de la empresa y disfrutar de varios conciertos y fiestas patrocinadas por sus marcas favoritas; esto es, “empresas asociadas” que son, al final de cuentas, los principales clientes publicitarios de esta televisora.
Con el pretexto de “posicionar como principal destino turístico” a las entidades del país seleccionadas, Televisa recurre a los gobiernos estatales para organizar Espacio. Firman convenios con los mandatarios y éstos se comprometen a brindar instalaciones acordes con las necesidades del corporativo y a proporcionar recursos públicos para los espectáculos.
Por ejemplo, para Espacio 2003 Veracruz el entonces gobernador Miguel Alemán Velasco (cofundador de Espacio) no quiso dar a conocer los recursos asignados, pero concedió el Centro de Convenciones de Boca del Río y contrató a la empresa Auvicomp para proveer los más de 130 equipos de computo que Televisa requirió para la realización de Espacio, con cargo al erario estatal.
Para Espacio 2005, el gobernador de San Luis Potosí, Marcelo de los Santos Fraga, entregó 29 millones de pesos; en 2007, el mandatario de Jalisco, Emilio González Márquez, otorgó a Televisa 67 millones de pesos para la realización de ese evento y los recursos salieron del Fondo de Desastres. Luego del evento, ese gobernador volvió a asignar 12 millones de pesos a Televisa para producir la telenovela Las tontas no van al cielo y “justificó” el gasto como “promoción turística para el estado.”
En 2008, el gobernador de Tamaulipas, Eugenio Hernández Flores, entregó 20 millones de pesos para Espacio. Además, el gobierno cubrió las cuotas de hospedaje, alimentación e infraestructura del personal. Para la organización del evento se emplearon mil 500 técnicos, 250 anfitriones y un número variable de voluntarios y auxiliares: total 2 mil personas. Asimismo, terminó de construir el Centro de Convenciones y Exposiciones de Tampico para el que el gobierno derogó 400 millones de pesos, pues comprometió ese inmueble para inaugurar y realizar Espacio.
En 2010, el espectáculo se realizó en Mérida, Yucatán, y la gobernadora Ivonne Ortega Pacheco destinó 25 millones de pesos a Televisa tomados de la partida presupuesta “Donación a institución sin fines de lucro”. El año pasado, Espacio 2011 se realizó en Puebla, y su gobernador Rafael Moreno Valle también asignó 36 millones de pesos a la realización y transmisión de ese evento televisivo.
Pero si Televisa ha encontrado la gallina de los huevos de oro con Espacio, TV-Azteca, de Ricardo Salinas Pliego, ha creado su propio show y, en 2011, lanzó su evento Puebla: la ciudad de las Ideas, para el cual Moreno Valle entregó 30 millones de pesos del erario.
46% de los mexicanos son usuarios de Internet: World Internet Project México 2012
- 52.3 millones de usuarios de Internet fueron calculados para el 2012.
- México se consolida entre los 12 países con mayor número de usuarios de internet en el mundo.
- El nivel socio-económico bajo (D+/ D- fue el que más creció con respecto al año anterior.
- El estudio fue realizado por el Proyecto Internet del Tecnológico de Monterrey, Campus Estado de México.
La sombra del revolucionario
Vidas ejemplares
Nostalgia y memoria – IV
Por Miguel Ángel Sánchez de Armas
En otro lugar he escrito que México ha tenido generaciones de gigantes. Es el caso de la de la Reforma, descrita por Cosío Villegas como la más extraordinaria del siglo XIX, y es también el caso de la que congregó a los hijos de la revolución, hombres y mujeres que se encontraron en un momento dela Patria pero que hubiesen sido enormes en cualquier época. A ella pertenece Martín Luis Guzmán, uno de los personajes que incluí en la serie “Vidas ejemplares” del 2003 – 2004 y que hoy comparto con el mismo gusto de entonces.
Martín Luis Guzmán pertenece a ese reducido círculo de seres que desde muy temprana edad ofrecen muestras irrefutables de inteligencia viva y extraordinaria. Originario de Chihuahua (1887), a los trece años editó en Veracruz un periódico escolar quincenal, Juventud, donde publicó un artículo sobre Víctor Hugo y otro sobre “El contrato social” de Juan Jacobo Rousseau. Esto se anota como dato curioso en su biografía, pero creo que en verdad se trata de la primera confirmación de su vocación y amor entrañable por las letras y por el periodismo.
El propio Guzmán dijo a Emmanuel Carballo que aunque escribía para sí mismo, publicó a los 21 años un discurso pronunciado en una jornada organizada por estudiantes para conmemorarla Independencia. Eltema del discurso fue “Morelos y el sentido social de la guerra de Independencia” y gracias a su publicación Jesús T. Acevedo lo descubrió y lo llevó al Ateneo dela Juventud.
Atrapado en esta era de nuevas tecnologías de comunicación no dejo de sentir cierta envidia por la época en que la comunicación interpersonal era la forma de relación por excelencia, porque además de la inteligencia e información que era menester llevar a cuestas para realmente integrarse a esas convivencias había que ejercer una cualidad que la sociedad moderna parece adormecer: la capacidad de escuchar a la persona y al grupo. Guzmán cuenta de las largas, larguísimas conversaciones que sostenía con Julio Torri, José Vasconcelos, Pedro Henríquez Ureña, Antonio Caso y Alfonso Reyes, y de la energía intelectual que invertían en esos prolongados intercambios.
Pero Martín Luis Guzmán no sólo fue hombre de libros y de ideas. Su interés por la política y una clara visión revolucionaria lo llevaron a unirse a las fuerzas de Francisco Villa con el grado de coronel. Al triunfo de Carranza sobre Villa, Martín Luis partió al exilio y escribió su primer libro, La querella de México, en el que narra su percepción dela Revolución Mexicana. Después vendrían muchos más. Esta dualidad pudiera explicar la gran ambivalencia que en los ambientes intelectuales se percibe sobre este autor.
El águila y la serpiente apareció en Madrid en 1928. Originalmente se llamaría A la hora de Pancho Villa, mas por fortuna este título no fue del agrado del editor, Manuel Aguilar, y se cambió al que conocemos. Los críticos han dicho de ella que “recrea con precisión un acontecimiento histórico, la revolución hecha gobierno, configurando una estética cercana a la tragedia griega para determinar cuáles son los usos y abusos del poder”.
¿Y el escritor qué pensaba de esta obra? Escuchemos: “[…] yo la considero una novela, la novela de un joven que pasa de las aulas universitarias a pleno movimiento armado. Cuenta lo que él vio en la Revolucióntal cual lo vio, con los ojos de un joven universitario. No es una obra histórica como algunos afirman; es, repito, una novela. La sombra del caudillo […], al mismo tiempo que una novela, es una obra histórica en la misma medida en que pueden serlo las Memorias de Pancho Villa. Ningún valor, ningún hecho, adquiere todas sus proporciones hasta que se las da, exaltándolo, la forma literaria”.
Martín Luis Guzmán incursionó en varios géneros. Además de novela escribió ensayo, biografía, crónica histórica y, por supuesto, textos periodísticos. Su cultura desbordante, su estilo pulcro y pulido, y un gran sentido del deber para consigo mismo como escritor, hacen de los textos de Guzmán una lectura fluida y apasionante. Pero si debiera elegir una característica de mi predilección en la escritura de Martín Luis es la mexicanidad. A este hombre que declaraba haber abrevado en Tácito, Plutarco, Cervantes, Quevedo y Rousseau, le preocupaba el status alcanzado por la literatura mexicana, y de ahí seguramente su inquietud por contribuir al ensanchamiento de lo mexicano. No resulta así extraño que Martín Luis Guzmán identificara al movimiento revolucionario como el impulsor por excelencia de las letras mexicanas, aunque aseguraba que la llegada de una literatura nacional había sido tardía. Sobre el punto dijo: “La Independencia de México la consumó la clase opresora y no la clase oprimida dela Nueva España. Los mexicanos tuvimos que edificar una patria antes de concebirla puramente como ideal y sentirla como impulso generoso; es decir, antes de merecerla. En estas condiciones no podíamos crear una auténtica literatura nuestra.La Reforma trató de realizar la verdadera Independencia, de romper interiormente el orbe colonial. No hubo tiempo: apareció Porfirio Díaz.”
Aunque quizá la afirmación encierra una injusticia para autores como Fernández de Lizardi, Justo Sierra, Payno, Ireneo Paz, Riva Palacio y otros, lo cierto es que, en conjunto, ningún movimiento había cimbrado a la sociedad mexicana hasta el punto de ser recurrentemente motivo de interés y reflexión en la expresión artística de un pueblo.
En el caso de Martín Luis Guzmán esta veta le costó ser víctima de un abierto acto de censura desde la cúspide del poder político. La sombra del caudillo, novela en la que Guzmán elabora un cuadro preciso sobre la presidencia de Plutarco Elías Calles, apareció en 1929. De esa obra John Brushwood apunta que “Es un elocuente comentario sobre el régimen de Calles el hecho de que cuando Guzmán necesitó un hombre honrado tuviera que inventarlo”, en referencia a Axcaná González, el único personaje de ficción en las páginas del libro, es decir, sin correspondencia con actores del régimen como la tienen el resto de los personajes de la novela. Así, cuando La sombra del caudillo llegó a México -pues primero se publicó en España- enfureció al presidente Calles.
Permitamos a don Martín Luis decirlo con sus propias palabras: “Cuando llegaron a México los primeros ejemplares de La sombra del caudillo, el general Calles se puso frenético y quiso dar la orden de que la novela no circulara en nuestro país. Genaro Estrada intervino inmediatamente e hizo ver al Jefe Máximo dela Revolución que aquello era una atrocidad y un error. Lo primero, por cuanto significaba contra las libertades constitucionales y lo segundo, porque prohibida la novela circularía más. El gobierno y los personeros de Espasa-Calpe (editorial que publicó la obra), a quienes amenazó con cerrarles su agencia en México, llegaron a una transacción: no se expulsaría del país a los representantes de la editorial española, pero Espasa-Calpe se comprometía a no publicar, en lo sucesivo, ningún libro mío cuyo asunto fuera posterior a 1910. En Madrid, la editorial se vio obligada a cambiar el contrato en virtud del cual yo tenía que escribir cierto número de capítulos al año, y el cambio se hizo de acuerdo con el requisito impuesto por Plutarco Elías Calles.”
Pero la implacable pareja don Tiempo y doña Historia habría de poner las cosas en su lugar –como siempre- y derrotado el régimen callista y triunfantes la inteligencia y la tolerancia, Martín Luis Guzmán fue acogido con honor y respeto por el presidente Lázaro Cárdenas y los gobiernos subsecuentes. Ingresó ala Academia Mexicana dela Lengua en 1940 y en 1958 ganó el Premio Nacional de Literatura y el Premio Manuel Ávila Camacho.
También combinó su incansable tarea de escritor con la de servidor público. Fue Senador de la República. Aprincipios de los sesenta se hizo cargo de la presidencia de la Comisión Nacionalde Libros de Texto Gratuitos. Desde 1942 y hasta el día de su muerte, el 6 de diciembre de 1976, estuvo al frente de la revista Tiempo (instituciones ambas en donde, cosas de la vida, tuve responsabilidades en la primera mitad de los noventa: subdirector en la Comisión e integrante del Consejo Editorial de Tiempo cuando la dirigió mi querido amigo Renward García Medrano), que fue en la década de los cuarenta un atisbo de modernidad en el periodismo mexicano, siempre con las limitaciones que imponía el sistema político.
Ahora bien, es durante su desempeño como funcionario y como periodista que Martín Luis Guzmán se forja su mentada leyenda negra. Y valga decir que en esto, como en otras facetas de su vida y obra, tampoco puede uno sugerir accidentes o medianías. En primer lugar se cuestiona la postura de Tiempo ante el movimiento estudiantil de 1968 -calificó a los estudiantes de agitadores y justificó la acción del régimen diazordacista- y se le tacha de reaccionario sin, me parece, tomar en cuenta las circunstancias del momento. Francamente, quienes vivimos aquel año tendríamos serios problemas para separar la paja del grano en cuanto a la actitud de los grandes medios frente al conflicto si olvidamos las correas de control que el régimen ejercía sobre los medios impresos y los incipientes informativos electrónicos.
Emmanuel Carballo dice del asunto: “La leyenda negra de don Martín, en el México de ayer y hoy, de tan común y corriente deja de ser negra; cuando mucho es gris. Como hombre cometió deslealtades, errores y desviaciones ideológicas que empequeñecen su figura; de escasos escritores mexicanos se puede afirmar lo contrario. Como Reyes, supo ser medroso por conveniencia, y como Vasconcelos (hombre también con el orgullo herido) no pudo conservar en la edad adulta y la vejez las ideas generosas y progresistas de los años mozos.”
Variantes de esta afirmación han menudeado y de manera arbitraria se ha confundido su actuación política con su valor como escritor, como si la primera disminuyera al segundo. Este caso mexicano recuerda al argentino Jorge Luis Borges, a quien se reprochaba su posición de derecha. Era frecuente que a continuación de los reconocimientos a la gran calidad de su literatura se añadiera el lastimero “¡pero es tan reaccionario!” en un tono que no admitía refutación y como si tal inclinación política degradara al artista.
¿No le parece al lector que es temerario mezclar estas consideraciones? A mi sí. Es un camino desafortunado para descubrir revolucionarios y lo es más para apreciar la obra de un creador.
En Martín Luis Guzmán encuentro imaginación, trabajo, persistencia. La ideología puede ponerse a debate, pero su ejercicio periodístico, sobre todo en Tiempo, no lo realizó en la soledad. Colaboraron con él Xavier Villaurrutia, Germán List Arzubide, Francisco Quijano y Leopoldo Zea. Y, como muchas obras que proponen y caminan, la suya estuvo desde siempre sujeta a la polémica, y aún sigue allí, para enfrentar y desmentir las críticas ideologizadas y hacer frente a la prueba del tiempo.
Profesor – investigador en el Departamento de Ciencias Sociales dela UPAEP Puebla.
24/10/12
Tuit: @sanchezdearmas
Blog: www.sanchezdearmas.mx
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Derrota electoral y reconstrucción del capital político: Lula Da Silva y López Obrador
- Un análisis del caso Brasil y México
- Saber gestionar la derrota electoral y conservar y reconstruir el capital político es más importante que nunca, pues en una sociedad democrática el fracaso electoral de hoy puede ser potencialmente la base del éxito del mañana.
- “Recuérdese que el voto es de quien lo trabaja” y en una sociedad diversa y compleja “el individuo que se levanta, después de haberse caído una o varias veces, es aún más grande que el que nunca ha caído”.
Por Andrés Valdez Zepeda / Delia Huerta Franco / Arturo Aguilar Aldrete
Publicado originalmente en RMC 131
El fracaso electoral de hoy, puede ser potencialmente la base del
éxito político del mañana.
Las campañas electorales son procesos rutinarios de las democracias modernas para elegir representantes populares, en las que se busca construir mayorías a través de la obtención del voto de los ciudadanos. Estas campañas generan indistintamente, por un lado, un grupo de candidatos ganadores y, por el otro, uno de perdedores. Es decir, la democracia electoral implica someterse a la decisión popular manifestada en las urnas y, por lo tanto, siempre habrá ganadores y perdedores, así sea por un margen mínimo de diferencia.
Por su parte, una cultura democrática implica respetar los resultados electorales, producto de una decisión libre y soberana de los ciudadanos, así como abstenerse de realizar prácticas coercitivas, fraudulentas o contrarias a los principios democráticos antes, durante y después del proceso electoral, reconociendo el resultado final, sea favorable o adverso.
Sin embargo, en países con democracias emergentes la cultura del conceder o aceptar el triunfo de los opositores por parte de los perdedores es muy endeble, producto, por un lado, de la persistencia de prácticas y acciones pre-democráticas que salpican y manchan los comicios electorales, pero, sobre todo, de la falta de madurez y visión política de los candidatos perdedores que participan en los procesos electorales.
De esa forma, en lugar de tratar de explicar su derrota debido a sus errores, insuficiencias y debilidades, sean éstas estratégicas o coyunturales, se trata de culpar a los adversarios de haber impulsado acciones fraudulentas o de enfrentar elecciones inequitativas para tratar de explicar el resultado adverso. En muchos de los casos, se impugna no sólo el resultado final ante los tribunales electorales competentes, judicializando los procesos electorales, sino que se llama a movilizaciones nacionales de protesta política para denunciar el fraude electoral, evitar la toma de protesta de los nuevos gobernantes o, inclusive, se forman gabinetes alternos y se declaran gobernantes legítimos, para tratar de diferenciarse de los gobernantes legales producto de las elecciones que ellos llaman fraudulentas.
Este tipo de actitud genera un mayor nivel de conflictividad social que se traduce en un prolongado conflicto poselectoral, cuyo propósito central es deslegitimar a la autoridad gubernamental y al propio proceso electoral, incluyendo sus instituciones. Sin embargo, muchas veces, más que deslegitimar a la autoridad gubernamental, tales actitudes obstruccionistas y acciones poselectorales de cuño revanchista deslegitiman a los propios candidatos perdedores, generándoles un alto costo político, ante la incapacidad de poder gestionar adecuadamente su derrota. En otras palabras: sus acciones generan un tipo de efecto boomerang en la que el daño que creen o piensan causar a sus adversarios se les revierte, reduciendo la posibilidad de volver a contender en las próximas elecciones como candidatos competitivos.
Enseguida se analizan dos casos en América latina, uno exitoso (Brasil) y otro fracasado (México) en el que no se supo administrar la derrota; se señalan algunas de las ventajas de saber gestionar adecuadamente un resultado electoral adverso y se ofrecen algunas recomendaciones para reconstruir capital político a partir de la propia derrota electoral.
El presente estudio busca dotar a los candidatos y precandidatos a un puesto de elección popular de ciertos elementos indicativos para normar su juicio y poder administrar, de forma creativa e inteligente, la derrota electoral, siendo capaces de mantener y crecer su capital político en la derrota.
Administración de la derrota
La palabra administrar implica una conducción racional de actividades, esfuerzos y recursos con el fin de alcanzar a corto, mediano o largo plazo los propósitos buscados, imprimiendo, a su vez, cierta lógica a las decisiones y acciones realizadas. En ese sentido, administrar la derrota implica tomar decisiones inteligentes y oportunas, de tal forma que, a pesar de no ser favorecido con el resultado electoral, independientemente de la causa, el capital político que se obtuvo durante el proceso electoral no sólo se mantenga, sino que eventualmente crezca o se incremente de cara a un nuevo proceso electoral.
Es decir, saber administrar la derrota implica asumir, por un lado, una actitud de responsabilidad y madurez democrática, ya que en toda democracia se gana o se pierde hasta por la mínima diferencia; y por el otro, de cálculo político, sobre las ventajas y desventajas que puede generar en un futuro, el aceptar un resultado electoral adverso, independientemente de su origen. ¿Cuáles son estas ventajas y desventajas? Hablemos primero de las ventajas, desde la perspectiva de la estrategia electoral.
En primer lugar, posicionarse ante la opinión pública como una persona con una madurez democrática al aceptar los resultados oficiales del proceso electoral, lo cual puede redundar en un futuro en mayores dividendos políticos.
En segundo lugar, visualizarse como un político con una actitud de responsabilidad con el sistema político y sus instituciones, al respetar el fallo final de las autoridades electorales, a pesar de ser adverso.
En tercer lugar, conservar las lealtades de los votantes que sufragaron a favor de su candidatura y su partido, esperando mejores tiempos para volver a buscar el espacio de representación pública.
En cuarto lugar, ante el eventual fracaso de los gobernantes opositores, posicionarse en amplios sectores sociales como una alternativa diferente, seria, responsable y benéfica de gobierno.
En quinto lugar, lograr una mayor visibilidad y reconocimiento social, presentándose como un opositor responsable que redundará en el futuro en una mejor imagen pública.
En sexto lugar, poder negociar posiciones, recursos y paquetes de políticas públicas con los gobernantes electos orientadas a cubrir los compromisos partidistas de campaña y la agenda propia de gobierno.
En séptimo lugar, aprovechar momentos para la reflexión sobre los motivos de la derrota, tratando de convertir los errores en aprendizajes, que ayuden a sustentar una candidatura exitosa en tiempos venideros. Finalmente, ganar tiempo para la reorganización y definición de la estrategia política que transforme la actual derrota en un eventual triunfo en el futuro.
Las desventajas de aceptar, sin cortapisa, la derrota electoral, son básicamente tres, a nivel de percepción social.
En primer lugar, mostrarse ante la opinión pública y sus seguidores, principalmente los más radicales, como un político conformista, entreguista y, sobre todo, acomodaticio y complaciente con los ganadores.
En segundo lugar, verse como una persona sin principios ni carácter, cómplice de una elección fraudulenta, que ha negociado “por debajo” el resultado electoral a cambio de posibles beneficios personales o de grupo.
Finalmente, mostrarse como un político carente de valentía y/o coraje para enfrentar a sus adversarios, que demuestra poco brío y arrojo en momentos claves de definición política.
Construcción del capital político
Existen diferentes conceptualizaciones de lo que es capital político. Gutiérrez y Lechner, por ejemplo, definen el capital político como “la elaboración de contenidos ideológicos, con la producción de significaciones, de interpretaciones de la realidad cristalizadas en un discurso”. Por su parte, Bourdieu señala que el capital político es la legitimidad que tiene el individuo para actuar en política; es una especie de crédito social, una creencia socialmente difundida respecto a su valor.
Para el presente trabajo, se entenderá por capital político el conjunto acumulado de haberes políticos (notoriedad, aceptación, simpatía, apoyos, capacidad de influencia y liderazgo) que tiene un candidato, partido o coalición de partidos políticos, mismo que se expresa por el número de votos que obtiene en un proceso electoral determinado. En otras palabras: el capital político es un capital simbólico que se materializa en apoyos y simpatías populares que se traducen en votos en un proceso electoral.
Ahora bien, la política debe ser entendida como un proceso de construcción que implica esfuerzo, sacrificio, dedicación y, sobre todo, perseverancia para poder sobrevivir en este campo tan competido, incierto y dinámico. De hecho, el mejor político es aquel con vocación de arquitecto o ingeniero civil, que se dedica a construir capital político, entendido éste como construcción de imagen, buena reputación, credibilidad, confianza, liderazgo y, sobre todo, capacidad de influencia.
De esa forma, construir capital político se convierte en una actividad rectora de los políticos exitosos, que bajo un sistema de impronta democrática se puede materializar, por ejemplo, en un mayor número de votos durante un proceso electoral. Sin embargo, como todo capital, este puede incrementarse o disminuir de acuerdo con la forma como se le “invierta”, gestione o maneje, y a la propia circunstancia que se esté viviendo.
Ahora bien, la pregunta en cuestión es sí es posible construir capital político a pesar de perder una elección popular. La respuesta es, sin duda, afirmativa, ya que toda democracia implica, de cierta manera, la alternancia y rotación de partidos y grupos políticos en el poder, determinado por la capacidad o competencia que se tenga para poder ganar elecciones. De hecho, toda campaña electoral está orientada a construir capital político, tratando de gestionar el afecto de los electorales para ganar su voto y evitar que los adversarios logren ganar el cargo de representación.
Los ganadores de los comicios son los que más capital político construyen y los perdedores menos, pero ambos logran avanzar, de cierta forma, sus propósitos políticos. Además, todo sistema democrático implica, intrínsecamente, la posibilidad de que las minorías se conviertan en el futuro en mayorías y las mayorías en minorías.
Si es posible construir capital político en la derrota, la pregunta consecuente es: ¿cómo lograr construir este tipo de capital? La respuesta no es sencilla, ni existe una receta mágica ni un camino único. A continuación, se enlistan algunas acciones y recomendaciones que pueden ayudar a construir o reconstruir capital político a pesar de la derrota electoral.
En primer lugar es recomendable mostrar en los hechos una actitud responsable, que anteponga el interés general de la nación por encima del interés particular o de grupo, para aceptar la derrota a pesar de la celebración de elecciones que pudieran haberse percibido como inequitativas y del impulso de presuntas acciones fraudulentas llevadas a cabo por los adversarios, mismas que pueden y deben, en su momento y forma, ser denunciadas públicamente y ante los tribunales competentes por el propio candidato y su partido. Es decir, aceptar no supone necesariamente callar o conceder sobre las acciones antidemocráticas que pudieran haberse impulsado por los adversarios durante el proceso electoral.
En segundo lugar, es aconsejable posicionarse como una oposición moderada, colaboracionista con las causas que generan el bien de la nación y nunca como una oposición radical, obstruccionista del desarrollo del país y su gobierno.
En tercer lugar, es conveniente seguir con la posición critica del gobierno, en especial cuando se comenten excesos, errores, escándalos y, sobre todo, cuando se incumplen las promesas de campaña, tratando de evitar ser percibidos socialmente como oposición radical, obstruccionista y destructiva.
En cuarto lugar, es sugerible el ser precavidos con las acciones impulsadas como oposición, principalmente en la etapa inmediata al proceso electoral, tratando de evitar ser identificados por la población como políticos revanchistas, ardidos o como personajes que “no saben perder” o aceptar una derrota electoral.
En quinto lugar, es necesario seguir con el trabajo político, buscando ampliar la presencia y cercanía con los electores, trabajando por las causas que se consideren justas y apoyando las decisiones, políticas y acciones que contribuyan al desarrollo y bienestar del país y sus habitantes, sin importar quien las proponga o impulse.
Finalmente, es recomendable seguir impulsado la agenda de gobierno que se ofertó durante la campaña, atendiendo a los grupos de electores afines a su partido y a sus principios ideológicos y, sobre todo, seguir en la brega política con presencia y participación en los asuntos de interés del partido.
El caso Lula da Silva
Luis Ignacio Lula da Silva fue tres veces candidato perdedor a la Presidencia de la República de Brasil entre 1989 y 1998. Antes, en 1982, también había perdido la elección para el gobierno regional del estado de Sao Paulo.
En su primer intento por buscar la presidencia, en 1989, fue derrotado por Fernando Collor de Melo, candidato del Partido de Renovación Nacional. Lula obtuvo 47% de los votos como candidato del Partido de los Trabajadores (PT), mientras que Collor de Melo logró 53% de los sufragios.
En su segundo intento, en 1994, Lula fue derrotado otra vez, pero ahora en la primera vuelta por Fernando Enrique Cardoso, candidato del Partido Social Demócrata de Brasil (PSDB), quien había ocupado el Ministerio de Hacienda y había sido factor clave para la estabilización económica y financiera del país a través del Plan Real. En 1998, Lula vuelve, otra vez, a competir en contra de Fernando Cardoso y vuelve a perder, obteniendo tan sólo 32% de los votos.
En estos tres intentos, Lula da Silva siempre mostró una actitud responsable y moderada, reconoció el triunfo de los opositores y, sobre todo, siguió en la lucha política por avanzar y defender los derechos de los trabajadores brasileños, principal bandera electoral del PT.
No fue sino hasta el 2002, después de un arduo proceso de aprendizaje y maduración política, que Lula da Silva gana, en su cuarto intento, la Presidencia de Brasil, adoptando una visión menos radical de la política y presentándose ya como un candidato moderado y no sólo como líder sindical. Es decir, se realiza una metamorfosis de su imagen, de sindicalista a estadista, con posicionamientos centristas sobre la política nacional e internacional.
En enero de 2003 asumió la Presidencia de la República tras ganar las elecciones con el mayor número de votos de la historia democrática brasileña (52,4 millones de sufragios) alcanzando 61% de la votación. El 2006 se reelige como presidente compitiendo, en primera y segunda vuelta, en contra de Geraldo Alckmin, candidato del PSDB. En esta elección Lula obtuvo 60.8% de los votos, mientras que Alckmin logró solo 39.2%.
Para noviembre del 2010, Lula da Silva era considerado una de las personalidades políticas más influyentes del mundo y fue evaluado como el mejor presidente de América latina, con 83% de aprobación por sus ciudadanos. En la elección de ese año, Dilma Rousseff, candidata del PT, logró ganar la elección presidencial con 56% de los votos, gracias, en gran medida, a la popularidad de Lula y a sus resultados de gobierno, principalmente en materia económica y política social.
El caso López Obrador
En 2006 se celebraron elecciones en México, donde participaron por la Presidencia de la República cinco candidatos. Por el Partido Acción Nacional (PAN) compitió Felipe Calderón Hinojosa; por la Alianza por México, integrada por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), participó Roberto Madrazo Pintado; por la Coalición por el Bien de Todos, integrada por el Partido de la Revolución Democrática (PRD), el Partido del Trabajo (PT) y el Partido Convergencia (PC), compitió Andrés Manuel López Obrador, por el Partido Alternativa Socialdemócrata y Campesina (PASC), participó Patricia Mercado Castro; y por el Partido Nueva Alianza, Roberto Campa Cifrián.
De acuerdo con los resultados dados a conocer por la autoridad electoral, Felipe Calderón ganó la elección al obtener 35.89% de los votos, mientras que López Obrador obtuvo 35.33% y Madrazo 22.2%. Por su parte, Patricia Mercado obtuvo 0.96% y Campa Cifrián 2.71% de los sufragios. Esta fue una elección controvertida, que generó un grave conflicto postelectoral, en que AMLO, alegando acciones fraudulentas y una elección inequitativa, desconoció e impugnó el resultado, se declaró ganador, convocó a una protesta nacional, llamó presidente espurio a Calderón, nombró un gabinete alterno y se autodesignó como presidente legitimo de México.
Durante varios años (2006-2010) impulsó acciones de protesta y desobediencia civil; se ha negado, hasta la fecha, a reconocer al Presidente Calderón y ha impulsado diferentes políticas de corte obstruccionista en contra del gobierno federal, lo que le generó criticas y un gran desgaste político. De hecho, lo que en su momento fue el efecto López Obrador, que generó una gran simpatía y apoyo popular para su causa y persona, se convirtió en defecto, generando rechazo y antipatía entre millones de electores mexicanos.
De cara a las próximas elecciones presidenciales del 2012, López Obrador y su coalición partidista no aparecieron como favoritos en las encuestas sobre preferencias electorales. Sin duda, el manejo inadecuado de su derrota electoral en el 2006, le restaron simpatías entre los votantes.
Este caso muestra que la actitud tomada por el candidato, al no saber administrar de manera adecuada su derrota, independientemente de las causas de ésta, llevó a dilapidar un gran capital político, caso contrario con lo que se observó en Brasil con Lula da Silva. En ese orden de ideas, Juan Villoro señala que la falta de miras que López Obrador mostró en la derrota de 2006, le impidió transformar una caída injusta en un propósito moral para una victoria por venir.
Comentarios finales
Las campañas electorales son procesos rutinarios de las democracias modernas con el fin de persuadir a los electores para construir mayorías y elegir mediante el voto a los representantes populares o a los titulares de un cargo de elección popular. Estos sistemas se caracterizan por la pluralidad y competencia entre diferentes fuerzas políticas y donde las minorías electorales de hoy, pueden llegar a ser mayorías en el futuro.
Una característica distintiva de los procesos y las campañas electorales es que siempre habrá ganadores y perdedores. Por un lado, partidos y candidatos que se alzarán con el triunfo y, por el otro, partidos y candidatos que tendrán que conformarse con un segundo o tercer lugar en la contienda.
Bajo este tipo de sistema basado en la competencia política, es importante que los candidatos estén preparados para ganar, pero también para perder, ya que en toda democracia siempre hay ganadores y perdedores, aunque, es necesario decirlo, los triunfos y los fracasos electorales son siempre efímeros.
Los casos analizados, en especial el de Brasil, muestra que sí se es competente para gestionar inteligentemente la derrota electoral, se puede conservar y/o reconstruir el capital político y es factible poder lograr el triunfo en futuros procesos electorales. Dicho de otra forma: luego de la derrota, es posible alcanzar la victoria. Sin embargo, este triunfo se tiene que construir a partir de decisiones y movimientos tácticos y estratégicos inteligentes, orientados a reposicionar y reconstruir el capital político, nunca a dilapidarlo, como fue el caso de López Obrador en México.
En otras palabras: es importante saber gestionar la derrota electoral y conservar y reconstruir el capital político, ya que en una sociedad democrática, el fracaso electoral de hoy puede ser potencialmente la base del éxito del mañana. Todo dependerá de la competencia o incompetencia de los candidatos y sus partidos para aprender del fracaso y saber administrar la derrota, tanto en la esfera política y social como en lo familiar y personal. Recuérdese que “el voto es de quien lo trabaja” y en una sociedad diversa y compleja “el individuo que se levanta, después de haberse caído una o varias veces, es aún más grande que el que nunca ha caído”.
Fuentes
Dahl, Robert A (1989). Poliarchy. Participation and Opposition. Madrid: Tecnos Editorial.
Gómez, Hernando; Hernández, Andrés y Arciniegas, Elizabeth (2005). La Democracia a Gran Escala: Condiciones Políticas. Curso en Teoría de la Democracia. Escuela Virtual para América Latina y el Caribe. PNUD.
Gutiérrez, D. (2001). Sujetos y Cultura Política en Sonora. México: Ed. Plaza y Valdés.
Hungtington, Samuel (1989). The Sober Meaning of Democracy. Public Studies Magazine Nº33, Santiago de Chile.
Ibinarriaga José Adolfo y Roberto Trad Hasbun (2009). El arte de la guerra electoral. Madrid: Campus Libris.
Lechner, N. (1984). Teoría y Política en América Latina, Especificando la Política. México: ed. CIDE.
Mann, Heinrich (2004). Por una Cultura Democrática. Escritos sobre Rousseau, Voltaire, Goethe y Nietzsche. Madrid: Ed. Aula Magna.
Miguel, Luis Felipe (2004). Los Medios de Comunicación Brasileños: Algunas Consideraciones. Brasil: Universidad de Brasilia.
Moreno, Alejandro (2003). El Votante Mexicano. Democracia, Actitudes Políticas y Conducta Electoral, México: Editorial Fondo de Cultura económica,
Sartori, Giovanni (1987). Elementos de Teoría Politica. Madrid: Alianza Editorial.
Schumpeter, Joseph A. (1947). Capitalism, Socialism and Democracy. Harper. New York.
Varela, Ortega José y Medina Peña Luis (2000). Elecciones, Alternancia y Democracia. España: Biblioteca Nueva.
Andrés Valdez Zepeda es maestro en administración pública y doctor en estudio latinoamericanos con especialidad en ciencia política por la Universidad de Nuevo México (USA). Autor de los libros Campañas Electorales Inteligentes y Reglas de Oro de la Estrategia Electoral. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores desde 1998. Actualmente, se desempeña como profesor-investigador de la universidad de Guadalajara. Delia A. Huerta Franco y Arturo Aguilar Aldrete son profesores de la Universidad de Guadalajara y asistentes de investigación.
Resultados de la búsqueda de Víctor Roura
- Fugaces trazos desde la trinchera digital.
- El rostro digital del editor de la sección cultural de El Financiero.
- En un ejercicio de transparencia, el autor intentó recuperar los enlaces originales. Al momento de publicación (20 de octubre de 2012) algunos de ellos ya no funcionaban o estaban inaccesibles.
Por Jorge Tirzo
Publicado originalmente en RMC 131
Víctor Roura escribe. Es periodista desde hace cuarenta años, pero no sólo es periodista. También ha publicado ensayos como Apuntes de rock (Nuevomar, 1985) y La vida del espectador (FMB, 2009). Además es poeta. Ha publicado libros como Madrugada, donde le dice a la mujer: “No sé quién te has creído para hablar con mis palabras”. Víctor Roura es el editor de la sección de cultura de El Financiero… y no contesta. El teléfono suena buscándolo y él no se encuentra. Este perfil debe comenzar con o sin Víctor Roura.
Tal vez él no lo recuerde, pero Víctor Roura fue mi maestro. Para ser más exactos, él fue el titular de un Taller de Periodismo cultural impartido en el Tecnológico de Monterrey, Campus Ciudad de México, en mayo de 2008. Invitó a Humberto Musacchio, a José Luis Martínez, a Silvina Espinoza de los Monteros, entre otros periodistas culturales. En ese momento lo describí así en mi blog: “Viejito rockero despeinado, buena onda, relax, contraculturoso y Editor de la sección de Cultura en El Financiero”. Cuatro años después, lo suscribo. Aunque ahora que lo pienso, con 56 años no es realmente un “viejito”.
***
Algo me llama la atención. En ese momento anoté en mi blog: “[Introduzca aquí una foto de Roura. Nadie se ha molestado en subir su foto a Internet]”. La cosa ha cambiado. Si uno teclea “Víctor Roura” en la búsqueda de imágenes de Google, aparecen 58,300 resultados: aparece él leyendo un texto ante el micrófono; de joven viendo a la izquierda o a la derecha; con la mano en la barbilla con pose de intelectual; de no-tan-joven ante la foto de Víctor Roura de joven viendo hacia la izquierda… También salen rostros de personajes que no son Víctor Roura, pero de los cuales él ha escrito o se les ha mencionado juntos: Sale Eduardo Lizalde por un premio que ganaron ambos. Sale Daniel Sada porque Roura presentó un libro en un encuentro de escritores en homenaje a Sada. Sale Virgilio Caballero porque compartió con él la mesa de presentación de un libro escrito por Omar Raúl Martínez. Sale Sealtiel Alatriste porque Roura escribió sobre él una columna titulada “Maquinaria Corruptora”. Sale una fotografía de una mujer desnuda en la playa, porque el bloguero Ponch_101 la utilizó para ilustrar el poema “Madrugada” de Roura.
***
Víctor Roura no contesta, pero no importa. Los resultados de Google hablan. Wikipedia dice que Roura es “escritor, ensayista, editor y periodista de nacionalidad mexicana procedente de Mérida (Yucatán), pero con residencia en la Ciudad de México desde temprana edad”. Que estudió comunicación gráfica en la UNAM. Que comenzó a escribir en 1972. Que ha escrito en Unomásuno, fue de los fundadores de La Jornada e inició la sección cultural que ahora dirige. Que ha escrito novelas, cuentos y ensayos. Que se ha ganado una entrada en el Diccionario de Escritores en México. Dicho diccionario dice prácticamente lo mismo. Para bien o para mal tanto del Diccionario como de la Wikipedia.
El tercer resultado es una entrevista que redacté yo mismo en julio de 2009 para el sitio Suite 101. En esa ocasión el texto iniciaba diciendo:
Víctor Roura es un gran crítico de la cultura oficial mexicana y los vicios en el periodismo. En entrevista habla sobre sus casi cuatro décadas de trayectoria.
Lo que me preocupa es cómo haré para contar ese “casi” sin poder entrevistarlo ahora en 2012. Varias cosas han cambiado. Por ejemplo, en ese entonces dijo que “meterse con Carlos Monsiváis en México es ponerte la soga al cuello culturalmente”. Hoy Monsiváis está muerto. Humberto Musacchio lo llamó en ese entonces “capitán de empresas periodísticas, siempre paupérrimas, pero con resultados intelectuales altamente apreciables”, según Unas letras. Ni tan paupérrimas, porque la sección cultural de El Financiero sigue.
***
Manual para suicidarse sin dolor
Para Víctor Roura
Vives cada día y lo llevas hasta sus últimas consecuencias.
Exiges, rabias, perdonas.
Ves envidia, rencor y amargura donde no los hay,
y buena vibra, calidad humana y afecto donde privan porquería y mezquindad.
Por ti matarías a cada hombre que habla con tu compañera,
o a cada idiota que atropella un perro;
un perro antes que un hombre.
Para ti eso es vivir lo cotidiano:
dar ternura cuando no te la piden
y purgar el sufrimiento del mejor amigo.
Este poema para Roura apareció en la desaparecida Unas letras en la sección Andanzas Eusebianas.
***
Además de poemas hay elogios para Víctor Roura. Transcribo algunos en el orden en que los arroja Google:
• “Uno de los mejores columnistas que he leído, continúo leyendo y seguiré leyendo”: Ramón Martínez de Velasco.
• “El trabajo que hacen Roura y su equipo siempre me ha parecido un trabajo profesional y con mucha imaginación”: Ariel Ruiz Mondragón. José Luis Martínez S. (Actualización 19/08/2013: El autor había atribuido erróneamente la cita a Ariel Ruiz. Gracias por su aclaración en el sentido de que él sólo retomó la opinión de José Luis Martínez).
• “Callada pero efectivamente, Víctor Roura ha ido forjando una obra que ha puesto a temblar a muchos y ha dicho lo que otros, muy osados en privado, tartamudean o callan en público”: Jorge Meléndez Preciado.
***
No todo es oda. De los 7,060 resultados que Google tiene indexados con el término “Víctor Roura”, algunos lo critican. Mario Santiago Papasquiaro dijo en una entrevista con Oscar Enrique Ornelas, periodista de la sección cultural de El Financiero, que “Víctor Roura es una basura (y Musacchio también)”. El poeta infrarrealista, inmortalizado por Roberto Bolaño en el personaje de Ulises Lima en Los detectives salvajes, trabajó un tiempo como colaborador en la misma sección. Hablando sobre su libro Beso eterno, dijo lo siguiente:
“Es un poema premonitorio. Entonces yo vivía en la Pensil. Fue cuando empecé a trabajar en El Financiero. Ahí conocí a Marco (Lara Klahr), a (Víctor) Roura, al Mike… Luego me botaron de ese periódico donde tú trabajas”.
Mario Santiago Papasquiaro arroja 144 mil resultados en una búsqueda en Google. Lo citan revistas literarias, lo mencionan los textos que mencionan a Bolaño, lo llaman “el beatnik mexicano”.
Fedro Carlos Guillén, ex columnista en la sección cultural de El Financiero, publicó en su blog un texto con el siguiente encabezado:
El asunto desató una pequeña polémica en 2008. Guillén escribió un texto con tres ejemplos de medios que pagan poco y dificultan la cobranza. El texto no salió en la sección cultural de El Financiero y el que sí salió, pero de ese espacio, fue Guillén.
Rogelio Villarreal, director de la revista –ahora virtual– Replicante, critica de paso a Roura en un texto que cuestionar principalmente a Humberto Musacchio a propósito de su libro Historia del periodismo cultural en México. Dice Villarreal:
En este recuento [Historia del periodismo cultural…], La Regla Rota (1984-1987) es referida sólo porque en sus páginas publicó alguna vez el autonombrado campeón de la ética Víctor Roura y no por haber ensayado un promiscuo estilo periodístico que invitó a dialogar a la narrativa, la imagen, el humor, la cultura popular y el ensayo académico, fórmula que se renueva en Replicante, la cual, según Musacchio, es una revista fundada en 1995 ¡y no en 2004! que aborda los temas culturales de manera más tradicional.
También critica que Musacchio no haya contemplado a las revistas Notitas Musicales ni Conecte, “lo que viene al caso porque Musacchio sí alude a México Canta, otra vez a propósito de Roura”. No está documentado que Víctor Roura se haya “autonombrado campeón de la ética”, pero es cierto que es autor de Cultura, ética y prensa, donde critica el quehacer profesional de los medios informativos y la conducta de los periodistas. En sus clases, entrevistas y conferencias, es común que Roura critique la ética periodística de Televisa o personajes encumbrados como Luis Miguel y Carlos Monsiváis.
***
Víctor Roura no tiene Twitter ni blog ni página web. William Turner, periodista en CNN México y yo en algún momento intentamos posicionar el hashtag #RouraAl Twitter a manera de broma. Nadie nos hizo caso, pero no importa. Turner alguna vez escribió en su blog:
Me pregunto si el buen Roura alguna vez sentirá esa ansiedad por estar “en vivo” desde cualquier acontecimiento periodístico-cultural. De buena fuente sabemos que él sí disfruta vivir en 1984, mostrando todavía un arraigado escepticismo a las redes sociales tan “efímeras”, como las ha definido.
Recientemente, Roura escribió al respecto en su columna “Viernes o voy”:
Eso del “impacto global” de las redes sociales ha apantallado, sobre todo, a periodistas desprevenidos o volubles que creen que la “salvación” social tiene que provenir de la vox populi, de allí que en cada programa electrónico se pregunte al público qué se debe hacer o qué no se debe hacer (o qué opina o si está en contra) en tal o cual tema (¡me da mucha risa cuando escucho a los comentaristas de futbol pedir la opinión tuitera para saber si el América, o el Barcelona, va a perder cuando va perdiendo a escasos minutos del final del partido!), confiados, los conductores, en que la gente va a resolver tal o cual cuestión. Los milagros de las redes sociales.
Víctor Roura no tiene Twitter pero hay dos Víctor Roura en Twitter. El primero (@VictorRoura) tiene en su timeline algunas entradas como “@andivillagomez tss de hueva twit de regreso a face :D” o “:o ya tengo 13 seguidores”. El segundo (@Victor_Roura) tiene tuits como los que siguen: “En fotos: las sensuales poses de “Arianny Celeste”, exconejita de Playboy!!! http://bitly.com/L7enMH” y “@eosfelipe @Pepegamboa #ElBañoDe LaMuerte jajajaja oie za mamada”. Ninguno de los dos tuiteros tiene descripción, pero algo me dice que ninguno es el editor de cultura de El Financiero.
***
El teléfono siguió sonando. No coincidimos con Víctor Roura. Errores técnicos, coincidencias o el destino. Aunque no haga una vida virtual, Internet habla de Roura y viceversa. Amor-odio. Los resultados de la búsqueda de Víctor Roura por ahora terminan en Google.
Coordinador Editorial de Revista Mexicana de Comunicación. Profesor del ITESM.
De la prensa escrita a la digital: nuevos modelos informativos
- El legendario semanario Newsweek anunció que en diciembre saldrá a la venta su último ejemplar impreso.
- La crisis ha tenido repercusiones en los medios de comunicación.
- «Analizar los portales periodísticos y los periódicos digitales da cuenta de que la información atraviesa por un momento de cambio que supone combinar el lenguaje periodístico y el de los nuevos medios de comunicación. Un nuevo modelo a la medida de los lectores que han crecido en la era digital y que a la vez contribuye al abatimiento de costos», dice Benassini.
Por Claudia Benassini
La crisis que desde hace algunos años afecta a diversas áreas del globo ha tenido repercusiones en los medios de comunicación. De un tiempo para acá es creciente el número de publicaciones que han optado por renunciar a la modalidad impresa y permanecer únicamente en línea. Para no ir más lejos, la semana pasada el legendario semanario Newsweek anunció que en diciembre saldría a la venta su último ejemplar impreso. Estos movimientos, aunados a la oferta de periódicos digitales, han echado por tierra la hipótesis de la importancia del medio impreso y, más aún, que es ahí donde se construye la opinión pública. En este contexto, cabe recordar que hace unos años se inició el debate sobre la supervivencia de la prensa escrita sobre la digital. En este momento, diversas voces se han sumado al escenario de que la primera podría desaparecer aunque es muy difícil establecer los tiempos. De cualquier manera, todavía es mucho mayor el número de publicaciones que se mantienen bajo las dos modalidades –impresa y en línea- y quizá se mantendrán así hasta que la crisis económica los alcance, o bien, cuando el modelo digital sea más rentable que el impreso.
La decisión de prescindir de la edición impresa y permanecer con la digital tiene su grado de complejidad. Ciertamente, la primera razón que orilla a los directivos de un medio es de índole económica. Es probable que lo hagan porque tienen a su disposición varios anunciantes en línea que contribuyen a la sobrevivencia del periódico. Para ello se han diseñado sofisticadas aplicaciones que han dejado atrás al contador de visitas. Ahora se mide el tiempo de permanencia en el periódico y las páginas o asuntos de mayor lectura; de hecho, es cada vez más frecuente que las ediciones en línea cuenten con un apartado sobre “lo más leído” del día. Y, desde luego, el número de visitantes semanales y mensuales continúa siendo una variable que el anunciante toma en cuenta para optar por los espacios informativos en línea en los que insertará su publicidad.
Por otra parte, la decisión tomada por los periódicos de mantenerse únicamente en línea conlleva un nuevo modelo informativo que comparten con los periódicos digitales. En este sentido, cabe preguntarse si se mantendrán las grandes salas de redacción y si el trabajo de los reporteros continuará con la misma intensidad. La respuesta es aventurada porque supone tomar en cuenta las modalidades adoptadas por cada periódico. Pero un criterio que sin duda se impone en la toma de decisiones es el presupuestal. Llegamos aquí a una encrucijada: ¿prescindir de la edición impresa y permanecer únicamente en línea supone reducir la mirada informativa a unos cuantos temas presentes en las agendas cotidianas? No necesariamente.
Una mirada acuciosa a versiones en línea y periódicos digitales nos muestra una oferta diversificada. Desde luego, el medio tradicional ha pasado por una metamorfosis. La cobertura del acontecimiento está más presente en unos que en otros. En algunos casos continúa el trabajo reporteril que se concentra en los temas importantes de la agenda. En otros están más presentes las notas firmadas por la redacción: la información se apoya en agencias y otros medios de comunicación. En otros casos se recurre a links que conectan al lector con la información de primera plana procedente de otros periódicos. La actualización constante es otra característica que se mantiene para dar la sensación de siempre estar al día. La opinión se ha multiplicado, aunque una parte de los colaboradores procede de los medios impresos y/o audiovisuales. En otras palabras, la pluralidad de ideas continúa restringida a unas cuantas voces y plumas que están presentes en diversos medios. La oferta se completa con el aprovechamiento de los recursos multimedia: los temas principales de cada agenda se graban, igual que las entrevistas y los reportajes. En otras palabras, esta última modalidad parece ser de las más aprovechadas por los portales en línea y los periódicos digitales. Se trata de una nueva modalidad informativa que supone un trabajo integral de producción, información y edición para entregar al lector un producto diferente.
En este sentido, analizar los portales periodísticos y los periódicos digitales da cuenta de que la información atraviesa por un momento de cambio que supone combinar el lenguaje periodístico y el de los nuevos medios de comunicación. Un nuevo modelo a la medida de los lectores que han crecido en la era digital y que a la vez contribuye al abatimiento de costos. Un modelo que, en suma, todavía está en ciernes, en una etapa exploratoria y, en consecuencia, todavía no pueden aventurarse sus implicaciones en la transmisión de información y en las nuevas modalidades de trabajo profesional del reportero. Un modelo que, al menos en México, se enfrenta a dos problemas que eventualmente irá venciendo: el prejuicio hacia estos periódicos por parte de quienes continúan en la tradición del medio impreso, y el todavía acceso limitado de los grandes públicos a Internet. Obstáculos que seguramente se superarán a mediano plazo y que permitirán una evaluación más completa de los nuevos modelos informativos abiertos por portales en línea y digitales.
Peligros del periodismo en México: De héroes están llenos los panteones
- 110 reporteros, editores y fotógrafos han sido asesinados en los últimos dos sexenios y 14 están desaparecidos.
- Hay regiones donde el reportero ya no acude a verificar los hechos.
- Recuento de los atentados a periodistas en el sexenio de Felipe Calderón.
Por Carmen García Bermejo
Publicado originalmente en El Financiero
Con el incremento de la violencia en México, los ataques contra periodistas son desmedidos: 110 reporteros, editores y fotógrafos han sido asesinados en los últimos dos sexenios y 14 están desaparecidos. Además, 39 medios de comunicación fueron atacados con armas de fuego o explosivos, a partir de 2006, y los reporteros siguen recibiendo agresiones de todo tipo.
Se ha ensombrecido el panorama para ejercer el periodismo en México. Desde que Felipe Calderón comenzó la guerra contra el narcotráfico, la violencia se propagó por todo el país hasta trastocar la vida pública y la forma como la sociedad tiene derecho a estar informada. De acuerdo con la Declaración de Principios sobre Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH):
“el asesinato, secuestro, intimidación y amenaza a los comunicadores sociales, así como la destrucción material de los medios de comunicación, viola los derechos fundamentales de las personas y coarta severamente la libertad de expresión”.
Todo eso sucede en México y los casos siguen impunes. Es verdad que cuando ocurre un agravio de este tipo, por oficio, los funcionarios abren una averiguación previa, pero la mayoría no concluye. Nadie sigue la investigación. No hay indicios, ni detenidos, ni presuntos responsables. Nada. Aunado a esto, los reporteros siguen recibiendo afrentas de diversa índole en todo el territorio. Lo más grave es que el 53 por ciento de estas agresiones han sido cometidas por funcionarios públicos y el 3.73 por ciento se le atribuyen a la delincuencia organizada.
2012: Entre elecciones y escalada de la violencia
En la esquizofrenia electoral de los últimos seis meses, parecía que nada ocurría. Todo era campañas políticas. Pero en medio de esa marejada varios periodistas fueron asesinados, amenazados y desaparecidos. Sólo en Veracruz cinco reporteros fueron ultimados entre abril y mayo de este año, sin que a la fecha haya indicios de lo ocurrido. Apenas el pasado 10 de julio las instalaciones de los periódicos El Mañana de Nuevo Laredo, Tamaulipas, y El Norte, de Nuevo León, fueron atacadas con explosivos. Ambas empresas ya habían sido embestidas antes de la misma forma, a tal grado que el consejo editorial El Mañana publicó en su editorial: “Este periódico apelando a la comprensión de la opinión pública se abstendrá, por el tiempo necesario, de publicar cualquier información que se derive de las disputas violentas que sufre nuestra ciudad y otras regiones en el país”. Esta fue la reacción que tuvo después de que el 11 de mayo 2012, un grupo de personas armadas arrojarán a las instalaciones del diario una granada de fragmentación y dispararan contra la fachada. Aún así, el acto se volvió a repetir hace ocho días. En tanto, diversas oficinas de El Norte han sido agredidas con artefactos explosivos cuatro veces desde 2010.
En Nuevo León, el pasado 5 de julio, la periodista Sanjuana Martínez fue arrestada con lujo de violencia en su domicilio por la policía municipal de San Pedro Garza García y por elementos de la Fuerza Civil de Nuevo León, presuntamente por una demanda civil presentada en su contra, sin que la reportera conociera las causas legales con antelación. Así escala la violencia contra informadores. Sólo en junio de este año la reportera Verónica Jiménez, corresponsal del periódico Reforma en Hidalgo, fue detenida por elementos de Seguridad Pública de Pachuca por fotografiar a brigadistas del PRI que entregaban regalos antes del proceso electoral del 1 de julio. De la misma forma, pero en Oaxaca, Patricia Castellanos, fotógrafa del diario Síntesis, fue agredida físicamente mientras captaba fotos en una protesta contra Enrique Peña Nieto. Ahí en Oaxaca, Said Hernández, jefe de información de la revista Tucán, fue atacado con una navaja por tres hombres cuando llegaba a su domicilio.
En junio, la alerta subió de tono. La periodista Stephania Cardoso, quien cubre la fuente policiaca para los diarios Zócalo de Saltillo y Calibre 57, en Coahuila, fue reportada como desaparecida junto con su hijo de dos años de edad. Dos semanas después, la misma reportera avisó que estaba bien, pero escondida pues fue amenazada de muerte.
Pero abril y mayo de 2012 han sido los meses en donde los periodistas y las empresas informativas han recibido la mayor embestida.
El 25 de abril, la redacción del periódico Enlace de Izúcar de Matamoros, Puebla, recibió una llamada en la que un sujeto vinculado, según él, con el cártel de los zetas, exigió 50 mil pesos en efectivo o, de lo contrario, incendiaría las instalaciones del rotativo, al igual que la emisora XEEV 1330 AM Radio Festival por donde este diario transmite su noticiario. En tanto, en Xalapa, Veracruz, la periodista Regina Martínez, corresponsal de la revista Proceso, fue asesinada en su casa.
En mayo la escalada continuó. René Orta Salgado, reportero de la fuente policíaca en Morelos, desapareció al salir de un bar y dos días después fue hallado en la cajuela de una camioneta abandonada en Cuernavaca con señas de tortura y estrangulamiento. Después, el periodista Marco Ávila García, de El Diario de Sonora, fue plagiado por un grupo de encapuchados en el municipio de Cajeme y su cuerpo fue localizado, dos días después, en Guaymas. Asimismo, los fotoreporteros Guillermo Luna, Gabriel Huge y Esteban Rodríguez, que laboraban en diversos diarios de Veracruz, fueron levantados y encontrados muertos, al día siguiente, en las inmediaciones del municipio de Boca del Río.
Otro de los reporteros gráficos que aún se encuentra desaparecido desde el pasado 16 de mayo es Federico Manuel García Contreras, del periódico El Punto Crítico. Él acudió al una orden de trabajo en el municipio de Tanquián de Escobedo, San Luis Potosí, y a la fecha nadie sabe dónde está, aunque el último que lo vio con vida fue el comandante José Alberto Troas Pérez, de la policía municipal.
Estos son sólo algunos ejemplos. Hay más. Quienes están al frente de los medios de comunicación narran aquí su experiencia.
Amenazas
Pedro Torres Estrada, subdirector editorial del periódico El Diario, de Ciudad Juárez, Chihuahua, explica que aún en esta coyuntura de violencia que vive el país por la guerra contra el narcotráfico, el mayor número de agresiones hacia los periodistas no sólo provienen de los grupos delincuenciales, sino de los grupos policíacos, de seguridad pública y de diversas dependencias gubernamentales:
-Cuando nosotros publicamos cierta información -apunta- que genera alguna reacción, detenemos el manejo de esa noticia anteponiendo la seguridad de todo el personal del periódico.
Por ejemplo, en Parral detuvieron a cinco personas y la PGR sólo informó que los sujetos estaban ligados al cártel de “El chapo” Guzmán. No dio más información. Pero nosotros investigamos y encontramos que se trata de una célula encargada de lavar dinero en casas de cambio en Juárez y en El Paso, y en bancos de El Paso y Los Ángeles, California.
Al publicar la información, una llamada anónima amenazó a personal de la redacción al decirles que si había una secuela de esa nota iban a matar al personal de El Diario ubicado en Parral. Torres Estrada señala que en aquella entidad trabajan un reportero, un fotógrafo y una secretaria, por lo que decidieron ya no continuar con la investigación:
“Nosotros -añade- somos como la humedad: buscamos por donde entrar. Si se puede avanzamos, lo hacemos. Si nos detiene algún dique, vamos hacia otro lado a buscar. Así estamos trabajando. Nunca nos hemos reprimido antes de publicar algo. Siempre hemos informado y si hay reacciones en contra, nos detenemos. No antes.”
Pero las agresiones se aplican de diversas formas. En marzo de este año, antes de que se pusiera en marcha la “veda electoral”, todas las dependencias del gobierno federal mandaban su propaganda a El Diario, excepto la Secretaría de Seguridad Pública.
-Nos extrañó -señala Torres Estrada- y preguntamos. Los funcionarios de la SSP nos dijeron que se debía a nuestra línea editorial, la cual era muy dura -según ellos- hacia la policía federal. Publicamos esa situación e incluso hubo una reunión de los directivos del periódico con funcionarios de esa dependencia. Ellos aseguraron que no pasaría más. Pero siguió sucediendo. También cuando venía la gente del gobierno federal del programa Todos somos Juárez criticaban al periódico de ser “duros”, “incisivos” y “demasiado críticos”, como si nos dedicáramos a hacer gacetillas para alabarlos. Hacemos nuestro trabajo para informar a la gente. Pero lo curioso es que ellos exponían su visión de El Diario en reuniones públicas, no directamente a nosotros, sin saber las implicaciones tienen esas acusaciones.
Leyes inservibles
La situación que se vive en Sinaloa también es crítica. En octubre de 2010 las instalaciones del periódico El Debate, de Mazatlán, fueron atacadas a balazos con fusiles de asalto por un grupo de sicarios, los disparos fueron dirigidos en la entrada de acceso a clientes. Al momento, personal de circulación que se encontraba al interior se tiró al piso, para ponerse a salvo de la lluvia de balas. No hubo lesionados. Ya en noviembre de 2008 las instalaciones de El Debate, de Culiacán, y en febrero de 2009, la casa del director de la filial del periódico en Guasave, Moisés García Castro, también fueron objeto de ataques.
Gustavo Lizárraga Reyes, subdirector editorial del periódico El Debate de Mazatlán, narra a EL FINANCIERO que, a partir de la agresión del inmueble no cambiaron la línea editorial, pero se limitan a exponer los hechos:
-No se investiga más allá de lo que sucede -continúa-, aunque hay muchas cosas que se podrían publicar. Hace un par de semanas acribillaron a varios policías por acá. Los emboscaron, pero a cada rato levantan a personas, matan a civiles por todos lados. ¿Qué garantía tiene uno como medio? Ninguno. Lo que hacemos es escribir los hechos tal y como suceden. El periodismo de investigación se acabó. Hay regiones donde la cosa está peor, ni los medios acuden al lugar a verificar los hechos. No se hace la cobertura informativa. Nosotros no hemos llegado a ese punto. Vamos a cubrir, reportemos, asistimos a los lugares, una cobertura normal. Pero de ahí a buscar detalle en cierto tipo de ejecuciones o profundizar en algún tipo de decomiso. Ya no.
Lizárraga Reyes comenta que ante el incremento de la inseguridad los periodistas han establecido, de manera natural, protocolos de seguridad:
-Una de las cosas que la directiva de El Debate ha dejado clara -asegura- es que no queremos héroes. De héroes están llenos los panteones. Sin tener un manual bien elaborado hemos adaptado medidas para protegernos por la misma violencia que hemos vivido. A veces los colegas son muy duros al decir que nos autocensuramos. Lo que digo es que no es lo mismo ejercer el periodismo en el DF que en Chilpancingo, en Mazatlán, en Torreón o en Michoacán. Hay que quedarse a reportear en esos lugares, por lo menos uno o dos años, para medir el tamaño de las palabras. Nosotros hacemos nuestro trabajo hasta donde se nos permite. Muchas veces lo que se nos permite es tan poco porque la misma violencia te ha dicho que el límite está allí. Es muy complicado. Eso no significa que somos cobardes. Aquí hay plumas muy valiosas. Hay compañeros que se enfrentan día a día a situaciones complicadas y salen adelante.
Otro aspecto también se refleja en Coahuila. En agosto de 2009 y noviembre de 2011 las instalaciones del periódico El Siglo de Torreón fueron atacadas por comandos armados. En ambos casos, no hay ni siquiera indicios de los responsables. Javier Garza Ramos, subdirector editorial de este diario, precisa que desde antes de la primera agresión ya habían empezado a cuidar la información relacionada con hechos delictivos: cuidar que la noticia publicada se apegue a los datos oficiales de cada hecho, no hacer especulaciones ni ir más allá del hecho evidente, revisar el lenguaje empleado (no utilizan la palabra ejecutado), cuidar los titulares para no ser escandalosos y que las fotos no sean sangrientas.
-Optamos por seguir publicando todo -subraya-, pero las cosas fuertes ya no van en la primera plana. Nunca hemos tomado la decisión de dejar de reportar la violencia que agobia a Coahuila. Aunque, en realidad, nunca supimos porqué y quién atacó las instalaciones del periódico. Revisamos toda la cobertura informativa que habíamos hecho en los días previos y no detectamos ninguna nota que nos diera una pista de que por eso nos pegaron. De los dos ataques que hemos sufrido nunca hubo el seguimiento de la investigación, ni ninguna persona detenida.
Garza Ramos indica que la situación es crítica y los periodistas se saben vulnerables, debido a que no hay ninguna fuerza que disuada a los criminales.
-Si los ataque se han ido sin castigo -acota el editor-, obviamente ellos saben que se pueden salir con la suya. Nosotros exigimos a las autoridades que hagan su trabajo, vemos que no lo hacen pero no dejamos de insistir. La PGR abrió una investigación de oficio, pero no hay ningún seguimiento. En lugar de caer presas del temor que te lleva a la parálisis, decidimos mantenernos firmes como medio de comunicación tomando medidas de precaución a nivel de los reporteros, protección del inmueble y con el personal que labora dentro del periódico. No nos queda de otra.
Garza Ramos afirma que a pesar de la recientemente aprobación de la ley para la protección a los periodistas, no va a funcionar porque ese mecanismo está sustentado en que la existencia de una amenaza previa. Y, la gran mayoría de los ataques que han tenido tanto comunicadores como medios, no hay una amenaza previa.
-Te ocurre sin que te digan: “Agua va” -reitera-. Analicé esa ley de protección aplicándola a los dos ataques que hemos sufrido para ver de qué manera nos pudo haber servido. Llegué a la conclusión de que no nos hubiera servido de absolutamente de nada. Pueden verlo también con los recientes ataques asestados a El Norte y El Mañana. Tampoco lo pudieron aplicar. Ese mecanismo tiene algunas cosas que me preocupan en lo particular porque habla de evacuación y de reubicación de las personas amenazadas. Para mí, aceptar eso en un periódico es una rendición. Si de lo que se trata es de proteger a los periodistas para que sigan haciendo su trabajo, en el momento en que reubicas a un reportero y lo sacas de la ciudad ya dejó de hacer su trabajo. Los atacantes ya ganaron y cumplieron su objetivo: quitarte de donde les estorbabas.
Justicia en lugar de chalecos
En Baja California las cosas tampoco se componen. Adela Navarro Bello, codirectora del semanario Zeta de Tijuana recibió, en mayo, una distinción del rotativo Newsweek por su insigne labor. Desde su fundación en 1983, este diario siempre ha estado en riesgo, la última amenaza que recibió fue en febrero de 2012. Al respeto, Navarro Bello narra:
-La primera portada que el semanario Zeta dedica al tema del narcotráfico se publicó en 1985, cuando entraron a Baja California el cártel de los hermanos Arellano Félix, con la ayuda del gobierno del estado. Desde entonces no abandonamos el tema. Jesús Blancornelas fue uno de los primeros periodistas en el país en dedicarse a desmenuzar el mapa del narcotráfico en México y la corrupción, principalmente, en las corporaciones policíacas municipales y estatales, procuradurías, a lo largo y ancho de este país.
Es verdad que ese trabajo ha tenido un precio alto: un atentado a Jesús, la muerte de Luis Valero y, en 2004, el asesinato de Francisco Javier Ortiz Franco, quien reveló la forma como narcotraficantes estaban coludidos con la procuraduría del estado.
En 2004, Blancornelas decidió que él iba a firmar todas investigaciones en donde se hacen revelaciones sobre el crimen organizado, narcotráfico y sus ligas de corrupción con el gobierno, porque él contaba con un equipo de seguridad que le habían otorgado desde 1997 cuando sufrió el atentado. Pero cuando el periodista falleció, en 2006, los directores de Zeta, César Blanco y Adela Navarro Bello establecieron que este medio mantendría su línea de investigación en temas relacionados con el crimen organizado y para proteger la integridad física de su equipo de reporteros y editores, los trabajos se firmarían como investigaciones Zeta; es decir.
-Así lo hemos hecho -afirma Navarro Bello-. Hemos revelado las ligas del narcotráfico con el gobierno, con la Secretaría de Finanzas, con las procuradurías, con las secretarías de seguridad de los municipios del estado. Hemos revelado fotografías de los nuevos integrantes de los cárteles y asociaciones delictuosas que operan en toda la península de Baja California. Obviamente, no estamos exentos de la amenaza. En 2010 y 2012 nos han tratado de amedrentar. Pero nuestra mejor protección es la publicación. Que se conozca en Baja California y en todo el país lo que está ocurriendo por acá.
La también periodista precisa que en ocasiones han puesto alguna vigilancia al semanario, pero por decisión unilateral:
-Digo unilateral -continúa- porque los periodistas no podemos hacer nuestro trabajo con guardaespaldas, ni con un chaleco antibalas. Yo no puedo hacer una entrevista con una escolta detrás de mí. El mejor blindaje es la veracidad de nuestra información. Estamos en alerta por la violencia generada a raíz del combate a los narcotraficantes. Reporteros y todo el personal somos conscientes del riesgo que se corre con el periodismo de investigación, pero creemos que se corre más riesgo cuando se silencia a la prensa.
Navarro Bello considera que en lugar de estar pensando en repartir chalecos antibalas a los periodistas, el gobierno federal debería de trabajar en la procuración de justicia: “En un país -revira- donde la impunidad en las ejecuciones es del 90 por ciento, al igual que la impunidad sobre los asesinatos, secuestros y desapariciones de periodistas, el mensaje es muy claro: aquí no se detiene, no se persigue, no se investiga, no se sentencia a los criminales. Lo que necesitamos es que esos niveles de impunidad disminuyan. Que haya castigo para que se capte el mensaje de que no es fácil matar a alguien.”
Aquí no le hacemos al héroe
Es lunes 19 de marzo de 2012. Las instalaciones del periódico Expreso en Ciudad Victoria, Tamaulipas, ocurrió un fuerte estallido. Fue un coche-bomba. Adentro había trabajadores. Eran las 20:20 horas y no se reportan personas lesionadas. La situación en esta entidad es grave. Cunde el miedo y razones sobran para tomar medidas de precaución. Por eso, es el staff del Expreso quien concede la entrevista a EL FINANCIERO.
-Estos últimos meses -apunta el staff- han estado convulsionados en todo Tamaulipas. Ya casi a diario estallan coches-bomba en la vía pública. Toda la población está en peligro. Aquí el periódico se mantiene al margen de esos temas. No publicamos notas relacionadas con esos hechos por razones de seguridad, a pesar de que la sociedad nos reclama y nos demanda información. Pero aquí no le hacemos al héroe. Tan grave están las cosas que a escasos 100 metros de las instalaciones del periódico, prácticamente cruzando la calle, está ubicada la unidad habitacional de la Secretaría de la Defensa Nacional hay guardias en la puerta y todo. Pues con la Sedena enfrente, se atrevieron a colocarnos un coche-bomba. Los primeros militares tardaron en llegar cinco minutos al lugar, después de la explosión. Nosotros estábamos encerrados todavía. Nadie salía hasta que los soldados nos gritaron: “Ya pueden salir”. Éramos 20 personas las que estábamos en la redacción y los compañeros de diseño y corrección. Eran las ocho de la noche. La ventaja fue que la gente de talleres aún no llegaba y la explosión se dio en esa área. La cortina metálica amortiguó la explosión. Su hubiera habido gente la cortina estaría arriba.
El staff del Expreso señala que este tipo de temas ya no se registran en la prensa de Tamaulipas, aún cuando ya hay muchos sucesos de esos en la ciudad. La gente que se atreve a decir algo, lo hace a través de las redes sociales.
-En la parte policiaca -agrega- sólo se reporta la delincuencia común: asaltos, robos, cosas menores, y los choques. Los compañeros de policíacas que están más enterados del tema nos avisan de las calles por las que no debemos circular o los sectores donde se reportan balaceras. Estamos alertas. Expreso es una cadena de cuatro periódicos que hay en Matamoros, Tampico, Mante y Ciudad Victoria. Los periódicos El Mercurio y El Diario tampoco publican lo que sucede en la ciudad con el narcotráfico. Es una situación generalizada. Hace cuatro o cinco años sí había reportajes. Ahora ya no.
9ª Bienal Internacional de Radio: Medios profundamente concentrados y escasamente regulados
- Néstor García Canclini y Raúl Trejo Delarbre fueron algunos de los participantes.
- El reto es convertir los medios públicos en una verdadera opción frente a lo que ofrecen los medios comerciales.
- «Entre la potencia proliferante de la digitalización y la homogeneidad en la concentración empresarial no está claro qué permanecerá de las virtudes históricas de la radio», dijo García Canclini.
Por Carmen García Bermejo
Publicado originalmente en El Financiero
A la par de la digitalización y adecuación a las plataformas multimedia, los medios de comunicación de servicio público tienen que desempeñar un papel protagónico en la exigencia de un marco jurídico que reconozca su estatus porque, además, la oferta y la calidad de la programación de esas emisoras no pueden estar sujetas a coyunturas políticas y económicas, ni depender del proyecto personal del director en turno. El reto es convertirse en una verdadera opción frente a lo que ofrecen los medios comerciales.
Así llegó a su conclusión, la 9ª Bienal Internacional de Radio -organizada por Radio Educación, a cargo de Antonio Tenorio Muñoz Cota-. Durante una semana, la discusión se centró en la disonancia por la que atraviesan los medios públicos. Ambiente en el cual Ignacio Espinosa Abonza, técnico responsable del funcionamiento de Radio UAM, puso el dedo en la llaga:
-Después de transcurrir cuatro años de la publicación de los lineamientos para la transición de la radio analógica a digital, la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel) reporta que sólo 44 estaciones de radiodifusión sonora -de un total de 2 mil 137 que operan en el país- están autorizadas para utilizar el sistema de radio digital IBOC, elegido para llevar a cabo el apagón analógico de la radio mexicana. Esto es, mientras en Francia la radio pública empieza a debatir en torno a la construcción de plataformas multimedios, en México la conversión digital será lenta y costosa. En términos económicos, esa transformación fluctuará entre los 250 mil y los 600 mil dólares, más gastos de importación, renovación de licencias y eventuales actualizaciones tecnológicas. Este es el escenario para la digitalización de las radios gubernamentales, universitarias y comunitarias de México.
En su turno, la académica Patricia Ortega afirmó que, en México, han sido los intereses privados los que se han impuesto a la industria de la radio, la televisión y las telecomunicaciones. Sobre todo porque la radiodifusión comercial ha recibido un trato preferencial de cada uno de los gobiernos desde hace ya casi un siglo. Mientras tanto, lo medios que no persiguen fines de lucro han tenido que subsistir a la discriminación con la que la mayoría de las veces son tratados por el mismo Estado.
-Es verdad -continuó- que e el país existe una amplia estructura de medios de radio y televisión. Sin embargo, éstos se encuentras profundamente concentrados y escasamente regulados. Hasta el 31 de mayo de 2012, la Cofetel detalló que se han otorgado 2 mil 45 frecuencias para radio en AM, FM y onda corta. De ésta, 402 son permisionadas y mil 643 concesionadas; las primeras no persiguen fines de lucro y las otras son las destinadas a la explotación comercial. El 63.9 por ciento (257) de las emisoras que operan con permiso están asignadas a gobiernos estatales, municipales e instancias gubernamentales del gobierno federal. Las universidades e instituciones de educación superior sólo poseen 89 frecuencias y 15 las radios comunitarias. El resto las operan asociaciones civiles, patronatos y personas físicas. En éste último rubro hay una serie de irregularidades pues muchas veces esas frecuencias, que por ley no pueden comercializar, son entregadas a personas o patronatos que sí tienen intereses monetarios.
La también profesora de la UAM-Xochimilco refirió que la Cofetel también registró un total de 982 canales de televisión, de los cuales 307 son permisionados y 675 concesionados. De los primeros, el 92.7 por ciento (280 frecuencias) han sido otorgados a los gobiernos estatal, federal y municipal. El resto a universidades o instituciones educativas (cinco) y asociaciones civiles y patronatos (22). Aunque las frecuencias se han otorgado, no significa que todas estén funcionando.
-El que haya muchas frecuencias -afirmó Ortega- no es sinónimo de pluralidad porque en el país los medio públicos están acaparados por instancias de poder político. En la asignación de frecuencias no comerciales se confunde a lo público con lo estatal, las burocracias muchas veces reemplazan y desplazan a la sociedad. Frecuencias que deberían de estar en manos de instituciones culturales, asociaciones civiles, universidades o comunidades son monopolizadas por instituciones gubernamentales y eso las hace vulnerables. Al no contar con un respaldo jurídico que defina las funciones y responsabilidades de los medios públicos, las emisoras se encuentran a merced de los gobiernos en turno con pocas herramientas para salvaguardar su independencia política.
Otro de los académicos que participó en la Bienal de Radio es Néstor García Canclini, quien advirtió sobre los riesgos que conlleva entusiasmarse con las nuevas tecnologías para transformar a la radio, ya que también las grandes corporaciones aprovechan la convergencia tecnológica y sus alcances:
-La capacidad de acumulación y control de la información, así como los entretenimientos -añadió- está concentrada en los grandes grupos y a ellos también les atrae esta cultura emergente.
El informe “La radio después de la radio”, producido por la Asociación de Radios Comunitarias (2011), registra el alto número de emisoras comunitarias que en pocos años incorporaron Internet para producir programas, descargar contenidos, almacenarlos, editarlos y difundirlos abaratando costos y realimentándose con textos de sus audiencias. Aunque dicho informe también alerta que las grandes empresas se apropian de estos conocimientos y herramientas para elaborar perfiles de consumidores y tener así el control monopólico de la comunicación. García Canclini precisó que la digitalización mejora las perspectivas de las radios comunitarias al ampliar el espectro radioeléctrico y permitir que haya más emisiones.
-Pero -preguntó- ¿se va también a democratizar el acceso a los recursos tecnológicos o la legislación va a seguir concentrando el poder de las pocas empresas proveedoras y a las cuales hay que pagar licencia? Más que la especulación lo que se vuelve decisivo es la desmonopolización de las escenas y los circuitos comunicacionales. La radio no sólo aclara ciertas dudas, engendra interrogantes aún sin respuesta sobre la comunicación social y la restructuración de la cultura. No son menores las dudas emergentes sobre el presente y futuro de la radio. Entre la potencia proliferante de la digitalización y la homogeneidad en la concentración empresarial no está claro qué permanecerá de las virtudes históricas de la radio.
Por su parte, Mariano Cebrián -profesor de la Universidad Complutense de Madrid– indicó que desde la iniciativa privada lo que se quiere es arrinconar a la radio pública sólo en contenidos culturales y educativos para que la mayor audiencia opte por la radio comercial. Pero la radio pública no tiene por qué restringirse exclusivamente a esos programas, sino que puede abordar cualquier contenido de interés social, siempre con una sensibilidad de servicio público o con la perspectiva de elevar el nivel de educación y cultura de sus radioescuchas, aunque sea a través de un programa de concurso o musical.
-Lo importante -insistió Cebrián- es que este tipo de emisoras generen una sensibilidad en el destinatario para que logre formarse un criterio de lo que los medios de comunicación le ofrecen. Nuestras radios deben tener un sentido de la cultura viva, de la que está presente hoy en día en la sociedad y que la están generando no sólo los artistas e intelectuales sino la propia comunidad. Las radios deberían de ir más en la línea de buscar una educación social.
Otra es la tesis plateada por el sociólogo Raúl Trejo Delarbre. Para él Internet se convierte en una suerte de crisol cultural que reúne elementos de las más variadas latitudes, su estructura ramificada se contrapone a la centralización que resulta inherente a los medios convencionales de comunicación:
-Los medios de comunicación, que son las zonas más determinantes del espacio público de nuestros días, constituyen el territorio en donde las culturas se cotejan, entremezclan y enriquecen. Cuando los medios no intentan trascender la parcialidad que en todas formas los definen, siempre pueden tener efectos devastadores para la sensibilidad de sus ausencias acerca de la variación de opciones y tendencias que hay en todos los órdenes de la actividad humana. Los medios de comunicación convencionales pueden favorecer o entorpecer las capacidades de los individuos para reconocerse como parte de sociedades plurales. Por el contrario, es poco lo que se puede esperar de los medios en manos de corporaciones privadas en beneficio de la variedad temática y de enfoques.
El también autor de Televisión y educación para la ciudadanía subrayó que para los medios orientados con prioridades mercantiles la diversidad y la democracia sólo resultan interesantes cuando son negocio, aunque aceptó que es plausible que lo sea porque un mercado de mensajes en donde los contenidos de calidad compiten con ventaja es señal de madurez y civilidad en una sociedad. Pero no cuando la sociedad está supeditada a la gana y las ganancias de las corporaciones privadas para que en los medios haya variedad temática y de enfoques con reivindicación de los principios de la democracia.
– En ese sentido -explicó-, los marcos jurídicos pueden ser un recurso, aunque nunca suficientes para que sin demérito de la libertad de expresión se promuevan espacios que beneficien la diversidad de los medios bajo manejo privado. Pero la promoción de usos, valores y contenidos es responsabilidad, antes que nada, de los medios públicos, ahí radica su razón de ser. En sistemas comunicacionales dominados por corporaciones privadas, el papel de los medios financiados con recursos fiscales consiste en abrir opciones y crear equilibrios para que la sociedad no dependa, en su consumo de contenidos, sólo de aquello que le ofrece las empresas mercantiles. Se trata de que los medios públicos hagan la diferencia. Ahí ha radicado la virtud y la desventaja de ellos. Sometidos a un contraste siempre desigual suelen estar agobiados por penurias financieras y exigencias burocráticas, pero sobre todo por la indiferencia de públicos avispados a la previsible uniformidad de los medios comerciales.
Goodbye, Punch
Juego de ojos
Por Miguel Ángel Sánchez de Armas
A Carlos Ramírez, por
su maestría en ciencia política.
Hago un paréntesis en mi anunciado receso académico para hablar de Punch Sulzberger, el peculiar editor y propietario del altivo New York Times que falleció hace unos días.
Su nombre completo era Arthur Ochs Sulzberger. Durante 34 años estuvo al frente del diario que su abuelo compró en 1896, y lo llevó del linotipo a la computadora y de la presencia regional a la influencia internacional.
Llama la atención que Punch desde joven parecía destinado a la gris existencia de un joven rico, no muy inteligente, apocado, heredero de la fortuna familiar y lejos de las prendas del periodista. En 1955 fue a las carreras de autos de Le Mans. Uno de los pilotos perdió el control y su bólido invadió las tribunas, con un saldo de 82 muertos. Punch, no sabemos si triste, horrorizado o al borde de un infarto, se retiró del circuito… y no se le ocurrió hablar a su periódico para pasar la nota.
Era tímido, ensimismado y no se sentía a gusto entre las ruidosas, vanidosas y frecuentemente fatuas personalidades de los reporteros y articulistas que se saben miembros de un gran periódico. Ilustra su carácter lo que le dijo a su hermana Ruth cuando asumió la presidencia de la empresa, posición en la que nadie le daba muchas esperanzas: “He tomado mi primera decisión ejecutiva: ¡no voy a vomitar!” Durante las siguientes décadas, sin embargo, fue responsable de la modernización y expansión del rotativo. Invirtió en nuevas tecnologías, enfrentó con aplomo terribles conflictos con el sindicato, promovió secciones que en su momento parecían disparates antiperiodísticos pero que resultaron fábricas de dinero pronto imitadas.
Uno de los rasgos de su carácter era que no por ser el dueño quería que lo obedecieran… pero insistía en ser escuchado. Contrató a los profesionales más capaces y les dio toda la libertad que exige esta profesión, con los riesgos políticos y sociales del caso. Asistía regularmente a la junta editorial de primera plana pero sólo escuchaba y tomaba nota. Cuando deseaba hablar con el director editorial u otro funcionario, pedía una cita y aguardaba a ser recibido.
Pero lo que quiero resaltar de este personaje es un episodio que lo separó de la mediocridad anunciada: la publicación de un expediente ultra secreto que pasó al imaginario popular como “los papeles (documentos) del Pentágono”. Debemos a su determinación, valentía y claridad de su responsabilidad como editor el que esos documentos hayan salido a luz pública. De alguna manera Punch Sulzberger hizo el mundo un poco más seguro cuando derrotó la soberbia pretoriana del Pentágono yla Casa Blanca.
¿Qué fueron -son- los “Documentos del Pentágono”? Se trata de un expediente de siete mil páginas en 47 volúmenes oficialmente titulado Historia del Proceso Estadounidense de Toma de Decisiones de Política sobre Vietnam: 1945 – 1967. Fue comisionado en 1967 por Robert S. McNamara, secretario dela Defensa de Kennedy, en un esfuerzo por sacar a luz y comprender los orígenes del involucramiento norteamericano en Vietnam.
McNamara era un muchacho prodigio de Harvard que había sido presidente dela Ford Corporation antes de que Kennedy lo hiciera Secretario dela Defensa. Era especialista en control estadístico y no creía en –ni respetaba- lo impredecible. El suyo era el reino de lo cuantificable y lo medible. Así, reunió un equipo de brillantes académicos de todas las disciplinas para desentrañar las causas de un conflicto que desde sus comienzos parecía destinado a ser el Waterloo norteamericano en el sudeste asiático.
Uno de los expertos se llamaba Daniel Ellsberg. Cuando conoció la totalidad del estudio pensó de que era su deber hacer público ese testimonio de décadas de mentiras, errores, decepciones y carnicerías del gobierno de su país. A finales de marzo de 1971, entregó una copia a un periodista del New York Times a quien había conocido en Vietnam.
Así comenzó la publicación del expediente del Departamento dela Defensa. Laprimera entrega apareció el domingo 13 de junio de 1971, bajo un encabezado calculado para ser lo menos provocador posible: “Archivo Vietnam: un estudio del Pentágono documenta 3 décadas de creciente compromiso de los EU”, con pase a seis planas completas de información. William Manchester la calificaría como “la más extraordinaria filtración de documentos secretos en la historia de los gobiernos”.
Aunque con el tiempo el valor estratégico de ese fichero fue puesto en duda, su filtración cimbró a la administración y ocasionó que por primera vez en la historia de Estados Unidos el gobierno pidiera a un Juez Federal una orden de embargo precautorio de información contra un diario por consideraciones de “seguridad nacional”, el martes 15 de junio de 1971.
Durante 17 días -del domingo 13 al miércoles 30 de junio de 1971- el futuro de las relaciones entre la prensa y el Estado se mantuvo en la incertidumbre. Por la tarde de esta última fecha la Suprema Cortede Justicia desestimó, en votación de 6 a3, los alegatos del gobierno de que la publicación del expediente fuera perjudicial para la seguridad nacional del país, declaró injustificado el embargo precautorio y autorizó al Times a reanudar la serie. Esta decisión sería pivotal para el equilibrio futuro entre la legítima necesidad del gobierno de recurrir al secreto en tiempos de guerra y la legítima necesidad de la comunidad de enterarse de las acciones de su gobierno.
Punch Sulzberger no permitió al Consejo de Administración intervenir en la decisión de publicar o no, y despidió a quien había sido su abogado durante 23 años cuando éste rehusó defender en los tribunales el derecho del diario a divulgar documentos secretos que los editores juzgaban de claro interés público. (Al mismo tiempo, en el Washington Post los periodistas libraron una batalla campal para convencer a los abogados y a los administradores de que tenían la obligación de dar a conocer esos materiales a la ciudadanía.)
Durante aquellos 17 días de junio el diario se enfrentó al gobierno de su país en un ríspido proceso legal. Éste se empeñaba en demostrar que en tiempos de guerra la libertad de expresión es una amenaza a la seguridad nacional y por lo tanto a las libertades fundamentales, y aquéllos en que precisamente la libertad de expresión es la que fortalece a la nación, particularmente cuando se trata de una guerra no declarada.
Lo que los documentos del Pentágono no lograron inicialmente, Nixon y sus estrategas sí: los medios nacionales se agruparon como uno en defensa del Times y el expediente sobre Vietnam se hizo noticia nacional. Los más influyentes diarios encabezaron la defensa y pronto entraron al verdadero fondo del asunto: la relación de los medios con el gobierno y el papel que juegan en una sociedad democrática.
El caso de los “documentos del Pentágono” fue un hito en la historia de la libertad de prensa estadounidense y causa importante para entender qué fue lo que hizo posible que dos años más tarde el Washington Post se mantuviera firme en una empresa periodística tan aparentemente fútil como fue en sus inicios Watergate.
La Suprema Corteconcedió que la publicación de los documentos podría causar serio daño a la política exterior e interior de la nación, pero una mayoría de los jueces consideró que era más dañina la censura previa.
El voto de6 afavor y 3 en contra estableció jurisprudencia que acota seriamente la capacidad del Presidente y de los altos funcionarios del gobierno para impedir la divulgación de informaciones potencialmente perjudiciales a la seguridad nacional.
Los votos en contra consideraron, en términos generales, quela Primera Enmiendano puede ser absoluta y que bajo determinadas circunstancias el gobierno está en su derecho para mantener fuera del conocimiento de la opinión pública informaciones relativas a la política exterior y a conflictos bélicos.
Las familia propietaria del diario, los Sulzberger históricamente se ha visto a sí misma como depositaria de un bien público. Entre sus integrantes hay el consenso de que la familia se reserva la última palabra en asuntos concernientes al papel del diario en la defensa de las libertades ciudadanas. Incluso hoy mantienen el compromiso de nunca vender las acciones con calidad de voto fuera de la familia, para jamás perder el control de la compañía.
En el Times estaban convencidos de que no sólo el periódico, sino el país, perderían estabilidad y continuidad si la familia abdicaba del derecho a tomar decisiones contrarias al mercado. ¿Qué sucedería -se preguntaban- si al frente de la compañía estuviera un administrador que considerara que su principal responsabilidad era con los accionistas y no con la comunidad? ¿O un director más preocupado en quedar bien con el Presidente que con los lectores? ¿Cómo se habría alterado la historia si la decisión de publicar el expediente del Pentágono hubiese recaído en un administrador profesional y no en Punch?
Las respuestas son evidentes para el periodista. Me parece que Arthur Ochs Sulzberger, el sencillo y apocado heredero, nos dio un ejemplo que ojalá otros editores, en otras latitudes, siguieran. Le decimos, pues, “goodbye, Punch!”
Profesor – investigador en el Departamento de Ciencias Sociales dela UPAEP Puebla.
17/10/12
Tuit: @sanchezdearmas
Blog: www.sanchezdearmas.mx
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Sexenio de horror para los periodistas
- Balance del sexenio de Calderón y los peligros de la prensa mexicana.
- Mientras Los Pinos gastó 21 mil millones de pesos en publicidad oficial, la Fiscalía Especial para los Delitos contra la Libertad de Expresión tuvo en 2011 un presupuesto de 636 mil pesos.
- «¿Hará algo Enrique Peña Nieto en este terreno o sólo lanzará promesas que nunca llegarán a ser realidad, como en los tres primeros asuntos que dijo iban a ser su punta de lanza en su gobierno: la transparencia, la ley anticorrupción y la fiscalización de los recursos públicos en publicidad gubernamental?», dice Meléndez Preciado.
Por Jorge Meléndez Preciado
A un año del fallecimiento de Miguel Ángel Granados Chapa
En los últimos días de este amargo y cruel sexenio, Felipe Calderón quiere hacer lo que no intentó durante su administración: transparentar los empréstitos de los gobiernos estatales- no el de la Federación-, ponerle ciertos frenos a los líderes sindicales- de ninguna manera a Elba Esther- y hasta medio combatir el lavado de dinero, reconociendo que es uno de los motores del narcotráfico. Pero donde ni siquiera intentó lo mínimo, es castigar a los responsables de innumerables muertes de informadores habidas en estos años.
Ello se debe a que no obstante su oneroso gasto en publicidad oficial: 21 mil millones de pesos- hay que oír los más recientes e insistentes respecto a cultura y la CFE-, el señor de Los Pinos está indignado porque siempre hubo una prensa crítica a su gestión.
Hay datos contundentes que no dejan lugar a dudas. La Fiscalía Especial para los Delitos contra la Libertad de Expresión- largo título y nulos resultados-, encabezada ahora por Laura Angélica Borbolla, tuvo en 2010 un presupuesto de 695 mil pesos del que sólo ejerció 316 mil. Mientras que en 2011 se le asignó la ridícula suma de 636 mil pesos, cifra menor porque ni siquiera erogó lo programado un año antes.
El Comité para la Protección de Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés), señaló que resultaba un horror que hubiera 30 homicidios en la era Calderón.
Esa organización señaló hace poco que el silencio de los periodistas y el asesinato de esos profesionales es parte integral de lo que ocurre en México. Añadió que el gobierno actual está incapacitado para resolver los crímenes contra los reporteros. O sea, perder toda esperanza en los próximos días. ¿Hará algo Enrique Peña Nieto en este terreno o sólo lanzará promesas que nunca llegarán a ser realidad, como en los tres primeros asuntos que dijo iban a ser su punta de lanza en su gobierno: la transparencia, la ley anticorrupción y la fiscalización de los recursos públicos en publicidad gubernamental?
Para Eduard Vulliamay del mencionado Comité, el estado más trágico es Veracruz. En dicha entidad la policía dice que los reporteros se meten en la boca del lobo por indagar al narcotráfico. Es decir, debe haber impunidad para los malosos y quienes deben informar son unos tontos y metiches.
Pero los impresos que hablan de estos y otros asuntos espinosos, son comprados por el gobierno de Javier Duarte para que no circulen. Desparecer tecleadores o publicaciones es la consigna, por lo que todo está en la oferta y la demanda, no en las libertades de expresión y comunicación.
Recientemente en el puerto jarocho, músicos de diversas agrupaciones, incluidas estadounidenses, demandaron respeto a la libertad de expresión.
El procurador veracruzano, Amadeo Flores, incluso dijo orondo: algunos reporteros han sido los causantes de la muerte de otros periodistas, asesinados por la organización delictiva autodenominada Los Zetas. En síntesis, los criminales únicamente hacen su trabajo y los que buscan la verdad son los responsables de que se acalle a otros. ¡Lógica colonial!
(No se olvide que en el gobierno del nefasto Fidel Herrera, quien se sacó la lotería cuando menos dos veces, los hijos de Enrique Peña Nieto fueron baleados y estuvieron a punto de morir en un atentado. De ese tamaño es el poder de los criminales y la ausencia estatal).
En un reciente informe internacional acerca de los sitios más peligrosos del mundo, cuatro de ellos de un total de diez, son mexicanos. Acapulco en el 4, Torreón, Coahuila, en el lugar 7; Chihuahua, en la casilla 8, y Durango en la 9. Por lo tanto, hay muchas ciudades que compiten con Veracruz. En ésta, por cierto, han asesinado últimamente a cinco tecleadores y huyeron del lugar media docena, algunos pidieron asilo en Estados Unidos y otros están protegidos en el DF por la Casa de los Periodistas; desde luego que su identidad no se puede dar a conocer.
Fredoom House ha dicho que de 196 países, 68 gozan de libertad de prensa y 65 son parcialmente libres. En este segundo grupo está México, lo que habla de nuestras limitaciones para muchas cuestiones, entre ellas ejercer la democracia, pues ya sabemos que sin prensa libre todo se puede manipular.
Para Artículo 19, los gobiernos (federal y estatales) atacan más a la prensa que al crimen organizado.
Y la mitad de las agresiones contra informadores son de parte de políticos, funcionarios y policías.
Un caso para terminar. Hace poco se detuvo a Jorge Eduardo Castillo- motejado por los servicios gubernamentales como “El Coss”-, nadie informó en el norte del país del asunto, excepto El Mañana de Nuevo Laredo. El terror priva en los medios ante el desinterés de Calderón y sus empleados por algo fundamental de un gobierno: proteger la vida de los ciudadanos.
jamelendez44@gmail.com