Esfera pública alterna: Redes sociales en el proceso electoral

  • La cultura cívica, la brecha digital y la de conocimiento, condicionan el papel de las redes virtuales.
  • Hay 34 millones de jóvenes entre 18 y 34 años en el padrón electoral. Esto corresponde al 40% del total de ciudadanos que estaríamos en posibilidad de votar el primero de julio de 2012. Este rango coincide con la edad del 55% de los usuarios de Facebook
  • «Los jóvenes no se interesan por la política en los términos tradicionales y, como dice el investigador Peter Dahlgren, deben ser invitados por los partidos y candidatos a participar en sus términos. Un debate acartonado, por ejemplo, es una pésima idea. Mientras uno en un sitio de videos con preguntas directas de los ciudadanos, sin intermediarios, en donde los candidatos demuestren transparencia, sería hablarle a esta generación en sus propias palabras», dice María Elena Meneses.

Fotografía: «La #MarchaYoSoy132 23 de mayo» por Javier Armas @ Flickr

Es común asociar a la Internet con el ensanchamiento de la democracia en la actualidad.  Sobre esta asociación se erigen fundamentalmente dos posturas: los optimistas que con frecuencia sobredimensionan las posibilidades del entorno digital y los que guardan distancia e, incluso, niegan que esta relación pueda ser posible aludiendo a una utopía. Cada una de estas posturas, a las que el profesor estadounidense Anthony Wilhelm  denomina utópicas y distópicas respectivamente, ofrecen argumentos válidos y deben ser analizadas en cada contexto.

Por María Elena Meneses

Publicado originalmente en RMC #130

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Los optimistas hacen alusión primordialmente a la arquitectura de la red, concebida por sus creadores como entorno abierto, horizontal e interactivo. Este último atributo significa que cualquier persona con acceso y habilidades digitales puede participar, modificar e interrumpir el flujo comunicativo.

Este rasgo inconfundible justifica darle a la Internet el calificativo de inédito a partir de la clara diferencia que establece con los medios tradicionales como la prensa, la radio y la televisión en los cuales los públicos tienen escasa posibilidad de interactuar. En los medios tradicionales, la relación con lectores y audiencias es vertical y a través de agentes mediadores como editores y los periodistas.

Internet, en cambio, facilita la comunicación directa. Es aquí donde ubicamos otro argumento optimista, que tiene que ver con la posibilidad de comunicación sin intermediarios, que permitiría el acercamiento entre ciudadanos y gobernantes, o bien, entre candidatos y electores.

Sin embargo, considerar que la sola arquitectura democrática basta para que se concrete la deseable asociación puede considerarse una visión determinista. La tecnología es una construcción social, de tal forma que es sometida por los individuos de un grupo social a un proceso de amoldamiento con las prácticas culturales, simbólicas e imaginarias que dan lugar a la evolución tecnológica, la cual es determinada socialmente.

Esta construcción mutua –explicada y desarrollada por los teóricos constructivistas en franca oposición al pensamiento determinista– implica que las posibilidades de la Internet para la democracia no se concretan hasta que no sean interpretadas por la sociedad y hasta que dentro de ésta no se cumplan una serie de requisitos como la inclusión digital. En el caso de un proceso electoral, enseguida se exponen algunas variables que condicionan la deseable relación entre la tecnología y las prácticas democráticas.

 

1. Cultura Cívica

Entendida como el conjunto de percepciones sobre lo público, dependerá que Internet sea interpretada como una herramienta de valor democrático que promueva valores como el diálogo y la tolerancia. No se puede esperar que con una sociedad cuya cultura cívica se basa en la desconfianza hacia la política y los políticos, la red se convierta súbitamente en  escenario  de debates democráticos.1

Sin embargo, utilizar la tecnología para innovar prácticas que contribuyan a edificar una cultura cívica democrática constituiría no sólo lo deseable, sino una formidable oportunidad para apuntalarla en donde es débil y para ensancharla en donde es fuerte. De esa forma, podemos señalar que las potencialidades de la Internet para ensanchar la democracia dependen de la cultura cívica y de la disposición de los actores para usarla de manera significativa para la vida pública.

 

2. Brecha digital

La articulación de una esfera pública alternativa que apuntale la democracia sólo es posible si está resuelto el problema del acceso. Variables estructurales como la brecha digital codeterminan de manera más profunda el papel que la Internet pueda jugar en una democracia.

En México hay 34 millones de usuarios de Internet. Una cuarta parte de la población está conectada. De este porcentaje no todos cuentan con banda ancha, la infraestructura necesaria para consumir algo tan simple como un video. Socialbakers, en febrero de 2012, contabiliza 30 millones de usuarios de Facebook, lo que corresponde al 30% de la población total de 112 millones de habitantes.

De Twitter, en marzo de 2012, la empresa Semiocast señala que hay 10 millones; de YouTube, de acuerdo con la Asociación Mexicana de Internet, el 28% de los usuarios mexicanos la usan, lo que equivale a 9.5 millones de usuarios.

 

3. Brecha del conocimiento

Así se conoce a la distancia que separa a quienes cuentan con las habilidades digitales y la educación para apropiarse de manera significativa de la tecnología y los que no. La participación en las redes es una variable imprescindible para asuntos políticos, pero no sólo es hacerlo sino hacerlo de forma constructiva. ¿Todos participan? La experiencia dice que no. ¿La participación se hace de manera constructiva? No siempre.

En los espacios de la web 2.0, como las redes sociales, son usuarios activos alrededor de 10%.

¿Qué papel juegan las redes sociales en un proceso electoral? ¿Son determinantes en el resultado? Son las preguntas que hacen con excesiva frecuencia los medios tradicionales y consultores. Los primeros probablemente lo hacen basados en la novedad de las redes sociales en una elección presidencial. Los segundos en el interés por seducir clientes, sobre todo con la proliferación de herramientas que miden algunas variables de la red Twitter. Tales mediciones en realidad dicen poco. Saber quién tiene más volumen o alcance (reach) con sus tuits, no devela la complejidad de la comunicación ni define la toma de decisiones ciudadanas. Además, estas herramientas no detectan el sarcasmo, tan utilizado en países como México.

En los medios vemos con frecuencia titulares como: “Peña Nieto felicita a la mujer en Twitter”; “López Obrador: lento pero seguro en Twitter” o “Le llueve en Twitter a panista por comentarios homofóbicos”. ¿El que tiene más “likes” en Facebook obtendrá más votos en la elección? No necesariamente. ¿El que realice la mejor campaña en las redes ganará? Tampoco.

José Serra en Brasil y Atanas Mockus en Colombia hicieron campañas propositivas en las redes sociales y no ganaron.

Barack Obama hizo una campaña brillante en la red, en efecto, pero antes hay que tener presente la crisis de 2008 y la gestión de George Bush en Irak para hacer una valoración más objetiva de los motivos de su triunfo y evitar el despropósito de adjudicar los resultados de esa elección en Estados Unidos a Facebook.

La forma en que su equipo de campaña logró usar la red para articular una comunidad en torno a su propuesta de cambio fue lo sobresaliente de su caso. Los demócratas lograron organizar, a través de la red, 13 mil actos de campaña; consiguieron que tres millones de estadounidenses les donaran recursos (con menos de 25 Dlls) y, además, obtuvieron 15 mil ideas políticas a través del sitio barackobama. Pero todo esto se dio en un país en que los ratings de los noticieros primetime están a la baja, con una penetración de Internet de casi 80% y en una sociedad que, a decir de diversos estudios, suele participar en asuntos públicos.

Luego de más de medio siglo, lo cierto es que la sociología política no tiene respuestas concluyentes ni mucho menos ha logrado establecer un consenso científico sobre el papel que juegan los medios en la toma de decisiones políticas. Mucho menos contamos con consensos sobre el papel de las redes sociales.

 

Reorientar las preguntas

Está de más decir que en las democracias actuales es a través de los medios como los ciudadanos se informan sobre los candidatos y sus propuestas. Hay quienes sostienen que se refuerzan lealtades y animadversiones. Otros señalan que sólo en elecciones competidas o en países cuyos regímenes electorales contemplan la segunda vuelta pueden generar un fenómeno de espiral del silencio. Así denominó hace varias décadas la investigadora Elizabeth Noelle Neuman al momento en que los indecisos, para evitar el aislamiento social, deciden por quién votar con base en el candidato más visto o comentado en su entorno, que bien pudiera ser en tiempos de redes sociales, el muro de Facebook.

Lo cierto es que del like a la urna hay un espacio de subjetividades que no es necesariamente medible por encuestas, sino por estudios longitudinales de corte cualitativo.

Con base en lo observado, en lo que va del proceso electoral en México, podríamos estar en posibilidades de plantear a manera de hipótesis que las redes sociales están orientando agendas y probablemente coadyuvando con los estrategas de campaña a reorientar el transcurso de éstas. Las redes sociales son grupos focales que develan estados de ánimo de los usuarios.

Resulta necesario reorientar las preguntas de investigación de la supuesta efectividad en los resultados electorales hacia las potencialidades para la democracia, mediante el análisis de casos concretos de involucramiento ciudadano a través de las redes. Para ello es necesaria la investigación académica de largo aliento en la que no sólo realicemos análisis de contenido de lo que dicen los candidatos en Twitter o en sus perfiles de Facebook, lo cual es sin duda valioso. Sin embargo es tiempo de que conozcamos también qué sucede del otro lado, en los internautas, cuando se apropian de la propaganda política y  cuando se involucran en los asuntos de la vida pública.

 

Jóvenes y redes sociales

De acuerdo con el Instituto Federal Electoral, hay 34 millones de jóvenes entre 18 y 34 años en el padrón electoral. Esto corresponde al 40% del total de ciudadanos que estaríamos en posibilidad de votar el primero de julio de 2012.

Este rango coincide con la edad del 55% de los usuarios de Facebook, que es la red social mas usada en el país. Tal dato nos lleva a plantear que las redes sociales se erigen en espacio propicio para intentar involucrar a los jóvenes en prácticas democráticas.

Hasta ahora no ha sido así. Lo que hemos registrado es el traslado de las casas de campaña y oficinas de prensa al entorno digital.  Además, también se han trasladado las prácticas deleznables como el acarreo en las redes sociales, a través de robots y de la compra de seguidores de Twitter en Mercado Libre o EBay.

Es claro que estas prácticas contrastan las expectativas sobre las redes sociales con una realidad que demuestra que en ellas hay una carencia de prácticas cívicas y una abundancia, eso sí, de bromas y sarcasmo sobre los asuntos electorales.  La palabra política no es una de las palabras más usadas en la red y si nos asomamos a Facebook son más los noviazgos, rupturas, estados de ánimo y la recomendación de videos que los asuntos políticos.

Este tema de las redes e involucramiento ciudadano es tópico emergente en los estudios de comunicación política de apenas un lustro e intensificadas después de la campaña presidencial de Barack Obama.

 

¿Qué sugiere la investigación hasta ahora?

1) Las redes no son instrumentos decisivos en las elecciones, pero ya no pueden evadirse: redistribuyen la influencia y articulan un esfera pública alterna.

2) Los jóvenes no se interesan por la política en los términos tradicionales y, como dice el investigador Peter Dahlgren, deben ser invitados por los partidos y candidatos a participar en sus términos. Un debate acartonado, por ejemplo, es una pésima idea. Mientras uno en un sitio de videos con preguntas directas de los ciudadanos, sin intermediarios, en donde los candidatos demuestren transparencia, sería hablarle a esta generación en sus propias palabras.

3) No se puede hablar de una consolidación democrática sin la restitución de la confianza de los jóvenes en la democracia.

4) Las redes pueden redefinir la participación, sí, pero no promoverla por sí solas. Depende de la disposición de los actores involucrados como partidos, candidatos, órganos electorales y ciudadanos internautas.

Si instituciones como la familia, la escuela y los medios de comunicación, fallan en la articulación de un corpus de valores cívicos como la tolerancia, la transparencia y confianza las nuevas generaciones difícilmente las adquirirán.

Las redes sociales nos encantan y las nuevas formas de comunicación que ahí tienen lugar son formidables e inéditas. Sin embargo es necesario estudiar con rigor su papel en los asuntos públicos para evitar una sobre optimismo o desdén. Ambas posturas se alejan de la deseable objetividad.

De aquí a las elecciones seguirán las apuestas mediáticas y los discursos preguntándose quién ganará. La respuesta con mayor evidencia científica es: el que más votos reciba.

Nota

1)    De acuerdo con una encuesta realizada por  Consulta Mitofski en el mes de enero de 2012, en México al 55% de los usuarios de Facebook no les interesa la política y al 50% de los de Twitter tampoco.

 

Bibliografía

Almond, G., Verba, S. (1989). The Civic culture. Political attitudes  and democracy in five nations. USA: Sage

Bijker,W.E.,Hughes,T. & Pinch,T. (1998). The social contruction of technological systems. New directions in the Sociology and History of Technology. USA: MIT Press.

Dahlgren, P. (2011). Los medios en la red y la cultura cívica. Revista Telos. Recuperado el 24 de marzo de 2012: http://sociedadinformacion. fundacion.telefonica.com/DYC/TELOS/REVISTA/Autoresinvitados/seccion=1214&idioma =es_ES.do

Neumann, E. N. (1995). La espiral del silencio. Opinión pública: nuestra piel social. Barcelona: Paidós.

Meneses, M.E. & Bañuelos, J. (2009). Internet y campañas electorales en México. La oportunidad postergada. México: Instituto Electoral del estado de México.

Wilhelm, A. (2000). Democracy in the Digital Age. Challenges to political life in Cyberspace. Nueva York: Routledge.

Wikonsumer Research. (2011). Estudio AMIPCI de Redes Sociales en México y Latinoamérica – 2011. Recuperado el 24 de marzo de 2012, de Asociación Mexicana de Internet: http://www.slideshare.net/Wikonsumer/estudio-ampici-de-redes-sociales-2011?ref =http://ocioseando.net/2011/09/20/estadisticas-sobre-las-redes-sociales-en-mexico-2011/

Perezbolde, G. (2011). Estudio de hábitos de usuarios de internet en México. Recuperado el 24 de marzo de 2012, de Asociación Mexicana de Internet: http://www.slideshare.net/gpbolde/estudio-de-hbitos-de-usuarios-de-internet-en-mexico

Socialbakers. (2012). Mexico Facebook Statistics. Recuperado el 24 de marzo de 2012 de: http://www.socialbakers.com/facebook-statistics/mexico

Semiocast. (2012). Brazil becomes 2nd country on twitter, japan 3rd netherlands most active country. Semiocast. Recuperado el 24 de marzo de 2012 de: http://semiocast.com/publi cations/2012_01_31_Brazil_becomes_2nd _country_on_Twitter_superseds_Japan

Profesora e investigadora del Tecnológico de Monterrey
Correo electrónico: marmenes@itesm.mx

Proselitismo digital: Cifras y asertos en 140 caracteres

Libreta de Apuntes

  • Numeralia y reflexiones sobre la relación entre política y redes sociales.
  • 46 millones de mexicanos tendrán acceso a Internet el 1 de julio de 2012 según la AMIPCI.
  • «Los usuarios rechazan el proselitismo convencional: demandan nuevas estrategias políticas que atiendan su capacidad dialógica», dice Omar Raúl Martínez.

Fotografía: "Elecciones México" por El Enigma @ Flickr

Por Omar  Raúl  Martínez

Publicado originalmente en RMC #130

¿Cuál  es  el  panorama  numérico  actual  en  torno  a  las  redes  sociales  virtuales  y  el  ejercicio  político  en  México?  ¿Qué  tipo  de  reflexiones  podemos  extraer  del  escenario  electoral  y  de  los  datos  disponibles  en  esta  materia?  ¿Qué  tan  crucial  será  la  actividad  de  tales  implementos  tecnológicos  en  las  elecciones  presidenciales?  Para  aproximarnos  al  tema  que  se  ofrece  en  la  presente  edición  de  RMC,  he  aqui  una  numeralia  y  una  serie  de  reflexiones  que  ofrecemos  en  no  más  de  140  caracteres,  al  estilo  de  Twitter,  una  de  las  redes  sociales  con  mayor  presencia  en  el  mundo  y  en  México.

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1 Población aproximada en México: 112 millones de habitantes.

2. Total de usuarios de Internet en nuestro país, según WIP México hasta junio de 2011: 40 millones 41 mil.

3. Número de usuarios de Internet que se estima habrá el 1o. de julio de 2012 en México, según AMIPCI: 46 millones.

4. Tiempo dedicado a navegar en Internet al día: 4.12 horas.

5. Porcentaje de usuarios de internet que acceden a alguna red social en México (Sept-2011): 61%, que se traduce en 25 millones de usuarios.

6. Las redes sociales más usadas según AMIPCI: Facebook, 39% (13 millones de usuarios); You Tube, 28% (9.8 mdu), y Twitter, 20% (7 mdu).

7. Porcentaje de usuarios para quienes las redes sociales son una de sus principales fuente de información: 58%.

8. Redes sociales más populares en México (AMIPCI-Sept-2011): Facebook (94%) y Twitter (45%).

9. Perfil de usuario en Twitter: 60% tiene entre 18 y 30 años; 95% reside en zonas urbanas.

10. Porcentaje de usuarios de Twitter que dicen estar interesados en política: 16%.

11. Porcentaje de usuarios de Facebook que aseguran interesarse en temas políticos: 12%.

12. Porcentaje de usuarios de Internet comprendidos entre los 12 y los 29 años (WIP-AMIPC 2011): casi el 50%.

13. Porcentaje de usuarios que utiliza las redes sociales nada más para comunicarse con familiares y amigos, según AMIPCI-2011: 90%.

14. Mexicanos con más seguidores en Twitter hasta el 19 de marzo: Paulina Rubio (cantante), RGB Chespirito (cómico), Dulce María (cantante) y Polo Polo (cómico).

15. Paulina Rubio: 3 millones 443 mil seguidores; RGB Chespirito: 2 millones 728 mil; Dulce María: 2 millones 543 mil; Polo Polo: un millón 765 mil.

16. Número de seguidores en Twitter de los candidatos presidenciales: Peña Nieto, 448 mil; Vázquez Mota, 359 mil; López Obrador, 307 mil.

 

Twitteando reflexiones

• Internet posibilita la comunicación directa, sin intermediarios, a fin de potenciar el diálogo entre actores públicos y ciudadanos.

• Las redes sociales son ante todo un espacio de conversación e interlocución donde se visibilizan y proyectan hechos de interés personal y colectivo.

• Es posible hallar en ellas la información al minuto, la reacción enconada y el mensaje directo de los actores públicos.

• La búsqueda de entretenimiento es la matriz predominante que motiva a los usuarios de estas redes.

• La importancia de las redes sociales radica en que deslizan, proponen, lanzan y amplifican temas que retoman luego los medios tradicionales.

• En México tradicionalmente ha habido una cultura política vertical, autoritaria, distante del espíritu que mueve a las redes sociales virtuales.

• En nuestro país ha predominado una práctica política donde no se acostumbran el diálogo, la crítica ni el debate públicos.

• A los actores políticos, las redes sociales les resultan complicadas de aprovechar y digerir, algo inmanejable o ajeno a su ejercicio cotidiano.

• Hay nuevos recursos tecnológicos con gran potencial para el diálogo, pero subsisten añejas o viciadas prácticas y costumbres políticas.

• Viejas prácticas con nueva tecnología: cuentas sin seguidores, programas de respuesta automática y acarreados digitales activos.

• Los políticos abren cuentas no para escuchar al ciudadano sino para posicionar su discurso: para crearse la ilusión de que llega su mensaje.

• Las herramientas digitales no suponen el impulso de una cultura democrática.

• Las redes están siendo reducidas a soportes propagandísticos o escaparates masivos, no a espacios de diálogo político con los ciudadanos.

• Obama supo aprovechar Twitter para crear articulaciones con la gente, con grupos de apoyo a fin de captar donativos y organizar mítines.

• La relevancia de la redes también está en que  –por la falta de regulación–  son escenario de la guerra sucia electoral.

• No es gratuito, por ello, que al menos se tengan detectadas 50 mil cuentas bots vía los cuales se ataca y defiende a los candidatos.

• Las redes sociales pueden orientar o fortalecer agendas y afianzar a electores ya convencidos.

• Las redes no definen ni determinan elecciones, simplemente tienden a influir en los cauces de la agenda pública.

• Podrán influir verdaderamente si son utilizadas como lo que son: herramientas que permiten el diálogo interactivo si la gente aprovecha su potencial.

• Si bien al 44% de los jóvenes no les interesa la política, sí son volubles en sus opiniones y vulnerables a la imagen pública de partidos y candidatos.

• El alcance de las redes sociales no debe ser desestimado entre los jóvenes: ellos decidirán al concentrar el mayor porcentaje de internautas.

• Pero los políticos las aprovechan no con un afán democrático sino sólo para ganar popularidad y visibilizar su discurso.

• Las estrategias proselitistas apuntan meramente a lo propagandístico: el autoelogio y la defensa por encima de todo.

• Los equipos de campaña no usan las redes para intercambiar, dialogar o recibir propuestas que sean tomadas en cuenta.

• El fin es claro para los candidatos: sólo emitir consignas propias o atacar a los adversarios.

•  Los partidos políticos no pueden desestimar a las redes, pero no pueden limitarse a imponer su agenda o su discurso en lugar de promover ideas.

• Las redes sociales no determinan una elección, pero sí pueden incentivar la participación para apoyar la estrategia política convencional.

• Sólo si la elección es definida por un estrecho margen, como en 2006 cuando la diferencia fue ínfima (el 0.55%), las redes podrían jugar un papel protagónico.

• Las redes sociales pueden amplificar la reputación de políticos y candidatos si se aprovechan como un espacio para acercarse al ciudadano común.

• También pueden servir para vincularse con la gente que no tiene interés en mítines o actos de campaña o que detesta la tradicional forma de hacer política.

• Los usuarios rechazan el proselitismo convencional: demandan nuevas estrategias políticas que atiendan su capacidad dialógica.

 

 

Fuentes

Rodríguez Labastida Javier, CNN-México, “Las redes sociales, un nuevo espacio de definición electoral en México”, 6/12/ 2011. Dirección electrónica: http: //mexico.cnn.com/nacional/2011/12/06/las-redes-sociales-un-nuevo-espacio-de-definicion-electoral-en-mexico

Ríos Julio, “Las redes sociales: ¿definen elecciones?”, 7/12/2011. Dirección electrónica: http://noticias.universia.net.mx/en-portada/noticia/2011/12/07/896460/redes-sociales-definicion-electoral.html

“Las redes sociales podrían marcar la diferencia (Elecciones 2012)”. Dirección electrónica: http://enbuscadeantares.com/2012/04/13/las-redes-sociales-podrian-marcar-la-diferencia-elecciones-2012/

Reyes José Juan, “Guerra electoral en 50,000 cuentas de redes sociales”, El Economista, 13/ 03/2012. Dirección electrónica: http://eleconomista.com.mx/sociedad/2012/03/13/guerra-electoral-50000-cuentas-redes-sociales

“Elecciones México 2012: ¿Las redes sociales serán determinantes?”. Dirección electrónica: http://enlacedigital.com.ar/i/elecciones-mexico-2012-las-redes-sociales-seran-determinantes

Trejo Delarbre Raúl, “Twitter: Políticos despistados, seguidores fatigados”, revista Zocalo 01/04/2012.

Los artículos de los siguientes autores que aparecen en la presente edición de RMC 130: María Elena Meneses, Paola Ricaurte, Claudia Benassini/Octavio Islas, Jacob Bañuelos y Lizeth Castillo.

 

Profesor e investigador de la UAM Cuajimalpa. Director de la RMC  y presidente de la Fundación Manuel Buendía, A.C.

 

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RMC 130 – Redes sociales y elecciones

Revista Mexicana de Comunicación

Edición 130

Abril – junio de 2012

A la venta en librerías Gandhi, La Jornada y FCE; FES Aragón y Acatlán; Escuela de Periodismo Carlos Septién y Fundación Manuel Buendía. [Ver mapa de los puntos de venta]

Disponible a la venta como Kindle Ebook

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Columnas

Redes sociales y elecciones

Otros artículos:

RMC 129 – Miguel Ángel Granados Chapa: Maestro, pensador e intelectual público

Revista Mexicana de Comunicación

Edición 128

Octubre – diciembre de 2011

Ya en librerías La Jornada, Gandhi, Fondo de Cultura Económica y en las principales escuelas de comunicación en el D.F.

Disponible a la venta como Kindle Ebook

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Columnas

Libreta de apuntes: Periodista académico – Omar Raúl Martínez

Biblioteca – Jorge Tirzo

Tecnología y sociedad: Indignación sin fronteras – Carmen Gómez Mont

Mirador europeo: Cuarenta años de facultades de comunicación  en España – Mariano Cebrián Herreros

 

Homenaje a Miguel Ángel Granados Chapa

Granados Chapa: autor, pensador, intelectual público – Raúl Trejo Delarbre

Sus últimos textos sobre medios – Fátima Fernández Christlieb

Analista y crítico pionero de los medios – Alma Rosa Alva de la Selva

Granados Chapa y la historia de la prensa – Florence Toussaint

El periodismo, según Millennium – Sarelly Martínez Mendoza

 

Aprendizaje invisible – María Elena Meneses

 

La investigación en las ciencias de la comunicación

El oficio de investigador – Vicente Castellanos Cerda

La investigación anárquicamente rutinaria – Entrevista con Raúl Fuentes Navarro – Vicente Castellanos

Investigar para saber de primera mano – Entrevista con Fátima Fernandez Christlieb – Vicente Castellanos

La investigación afortunada y venturosa – Entrevista con Enrique Sánchez Ruiz – Vicente Castellanos

 

 

Convergencia tecnológica en la circulación de información – Claudia Benassini

Seminario Manuel Buendía en Periodismo Político – Convocatoria

  • 12 ponentes de reconocido prestigio impartirán sesiones quincenales de tres horas (17:00 a 20:00 horas). La entrada es gratuita.
  • Víctor Roura, María Elena Meneses y Javier Solórzano serán algunos de los ponentes.
  • A partir del 8 de marzo de 2012 la sede será la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.

En el marco del XXVIII Aniversario del fallecimiento del columnista Manuel Buendía, considerando que en los últimos treinta años se ha dado una importante transformación de quehacer informativo y de análisis de los medios de comunicación, la Universidad Autónoma Metropolitana y la Universidad Nacional Autónoma de México, con el apoyo de la Fundación Manuel Buendía convocan al Seminario Manuel Buendía en Periodismo Político. En este encuentro académico podrán participar estudiantes universitarios, periodistas, profesores y aquellos interesados en el tema.

Medios, violencia y gobernanza

Escenario actual y asignaturas pendientes del periodismo mexicano

Fotografía: "México PFP" por Jesús Villaseca @ Flickr

Por María Elena Meneses

Luego de un siglo caracterizado por su dependencia endémica con el poder político y la publicidad oficial, el periodismo mexicano  –que adeudaba a la sociedad trabajar con autonomía editorial y financiera–  acabó presa de la confusión por la violencia. De acuerdo con la Comisión Nacional de Derechos Humanos, entre 2000 y agosto de 2011, 74 periodistas fueron asesinados y la mayoría de las investigaciones permanecen abiertas. Es tal la gravedad de la situación, que algunos organismos internacionales han catalogado a México como el segundo país más peligroso para el ejercicio periodístico –sólo después de Irak–.

Periodismo del siglo XXI

Por Jorge Tirzo

¿Se informa mejor ahora que se utilizan recursos multimedia, se publica en tiempo real y se permite participar a los lectores? No necesariamente. En su libro Periodismo Convergente, María Elena Meneses analiza los principales cambios que ha sufrido el periodismo en la última década. Los blogs, YouTube, WikiLeaks, Indymedia y otros servicios convergentes son diseccionados en la busca de sus efectos en el periodismo.

No se trata de un libro que llene de elogios a la convergencia multimediática, pero tampoco uno que presente solamente la visión apocalíptica. El libro se enfoca más bien en presentar las transformaciones, inevitables y comprobables, que ha tenido la labor informativa, así como sus principales retos.

Meneses, María Elena, Periodismo convergente, Porrua, México, 2011, 227 p.p.

RMC 128 – Steve Jobs: El gurú genial / Ética periodística, violencia y narcotráfico

RMC 128

Revista Mexicana de Comunicación

Edición 128

Octubre – diciembre de 2011

Disponible a la venta como Kindle Ebook

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Libreta de apuntes: El legado periodístico de Granados Chapa – Omar Raúl Martínez
• Decálogo de Miguel Ángel Granados Chapa
• Tecnología y sociedad: Arte y tecnología – Carmen Gómez Mont
• Refugios periodísticos: Rock y ruedas – Jorge Meléndez Preciado
• Mirador europeo: Prohibición a la radio – Mariano Cebrián Herreros
• Biblioteca – Jorge Tirzo

Steve Jobs: El gurú genial – Raúl López Parra

Ética, violencia y narcotráfico
Un acercamiento desde la ética – Juan Carlos Nuñez
• Dilemas y certezas – Ana Livia Salinas González
• Violencia contra los medios – Maricarmen Fernández Chapou
Medios, violencia y gobernanza – María Elena Meneses
• El derecho a informar como deber – Perla Gómez Gallardo
• Ausencias y dolencias – Víctor Manuel Ulín Hernández
• Dudas, temores y compromisos – Carlos Humberto Zapata Méndez
• En el reino del periodismo, quien no tenga ética es rey – Ángel Valdivieso Cervantes

Otros
Reflotar la agenda del derecho de acceso a la información – Juan Francisco Escobedo
• Expectativas inciertas – Mario Zaragoza
• Investigación Sustantiva – AMIC

Aprendizaje invisible: Todo empieza cuando nos desconectamos

  • Adquirir y compartir conocimientos se vuelven actividades horizontales
  • María Elena Meneses reseña el libro Aprendizaje invisible de Cristobal Cobo y John Moravec
  • «No son las TICs el elemento central en el debate educativo, es el aprendizaje informal que generan y que nos está pasando en la cara de manera invisible», afirma.

Aprendizaje Invisible – Por Cristobal Cobo @ Flickr

Por María Elena Meneses*

Publicado en la RMC 129

Disponible a la venta en formato Kindle Ebook

¿Para qué educamos los educadores? Se trata de una pregunta necesaria en un mundo global. La generación, transmisión y apropiación del conocimiento ha dejado su tradicional verticalidad para dar paso a un ecosistema de adquisición del saber horizontal, posibilitado por las formidables redes digitales.